|E|Cap.5|Con un hermano
Asustada por los tiros escucho unas risas y olfateo un olor muy peculiar pero que a la vez no se por que, odio. Salgo de mi escondite de manera cautelosa y observo a mi alrededor estando alerta a cualquier amenaza aunque de poco me podría defender , al ver que no pasa nada sigo ese olor espantoso para ver que es maldita curiosidad aunque... La curiosidad mató al gato, ¿No? Bueno, el caso es que yo no soy para nada uno de esos seres. Me meto en unos arbustos y miro a través de ellos, le tienen, tienen a mi hermano agarrado por el pescuezo a la vez que se rien de el, veía sus asquerosos colmillos apunto de morderle de forma deseosa y hambrienta, cerdos...
- ¡Espera un momento Warren!- dijo una chica uniéndose al grupo rápidamente, fruncí el ceño expectante y esperanzada de que no le pase nada- No lo hagas... Todavía es un cachorro, cuando crezca podría ser nuestro aliado, quizás nuestro mejor aliado.
- Y una mierda, todos los lobos son crueles, puede que de pequeño nos quiera como su familia si le cuidamos, pero cuando crezca no evitará traicionarnos, es nuestra asquerosa naturaleza y no lo buscamos a él, la queremos a ella...
-Pero... -empezó a quejarse, pero se sobresaltó bajando la mirada hacia al suelo al escuchar un grito.
-¡Joder, Elizabeth! ¡Que no!
-Yo le enseñaré, yo le cuidaré, podrá ser un gran hijo y al menos, aunque no sea ella, y aunque sea lo que es... Nos querrá, nos entenderá... Estoy segura, solo hay que saber como educarle. -la tal Elizabeth miraba a mi hermano con ojos llenos de cariño, esa mirada me enternecía, pero no quiero perder a mi hermanito...
-Si pasa algo a nuestro clan, será por tu culpa, tú le cuidarás, encárgate de que sea bien educado.-dijo lanzando su mini-cuerpo dormido hacia lod brazos de la jóven.- Y no permitas que se ponga en contacto con manadas, sería hechar a perder todo. -dijo remarcando con odio y asco la última palabra.
Me caigo de la cama dándome un golpe en la espalda, pero por pereza no me apetece levantarme del suelo y me quedo pensando y procesando lo que acabo de soñar desde mi actual posición, no entiendo porqué sueño esto últimamente... Está claro de que alguien me quiere enseñar algo... ¿Pero qué? ¿Por qué? No entiendo nada... Pero seguramente esta no sea la última noche que los sueñe. Me levanto del suelo y subo a la cama, pero Alex no está, extraño no sería pero al mirar mejor noté que me dejó una nota:
Tengo cosas que hacer, posiblemente no me veas por la mañana, pero la tarde te compensaré el tiempo perdido.
Además de ésta también ha dejado una rosa roja grande y preciosa, sonrío ante este bonito detalle y la meto en un jarrón con flores que había en la mesita de al lado de la cama, que detallista... Me levanto y me siento en una silla que tiene en frente una mesa para continuar el libro, la verdad es que es muy interesante. Pasé una hora leyendo hasta que me aburrí y quise buscar a Alex, quizás tenga que informarle sobre los sueños que estoy teniendo, tras pensarlo quizás tenían algo que ver con lo que estaba pasando ahora. Encuentro a Oscar por los pasillos, esta vez no fui hacia la derecha, que solo llevaba a la biblioteca.
-¿Has visto a Alex?-pregunté dándole un abrazo.
-Si, creo que está en su despacho haciendo no se qué royos. ¿Sabes? No es tan fácil volver a la acción... Ya sabes... Volver a ser alfa después de años de vagoneo e investigación.
-Pero cómo vais a gobernar si ni siquiera la mayoría de las manadas saben de vuestra existencia, o algunas dicen que son solo historias para los pequeños, y esas historias no dicen cosas exactamente buenas.
-Nos dejaremos ver, pero de momento no, "Al" no nos deja, pide paciencia y prudencia y bla, bla, bla -dijo pasándose la mano por la nuca con algi de cansancio .-Pero bueno, olvidemonos de eso por ahora... Entonces... ¿Quiere mi luna que la lleve donde su mate?- preguntó entre leves ridas y extendiendo su mano para que la coja, a la cual yo acepté tomándola a la vez que fingía elegancia.
-Pues si me hicieras ese favor...
Enseguida llegamos a una puerta en la que al lado de la misma había colgado un cartel que con letras aún claras decía: "Despacho de Alex. No molestar." Vaya, qué alfa más bueno, ¿Y si necesitan su ayuda? ¿Que se busque la gente la vida no molestándolo? Bueno, quizás estoy exagerando... Un poquito. Oscar llamó a la puerta tal cual buen niñito educado, pero yo abrí sin eesperar un permiso por parte del señor alfa mandón.
-Pase, señorita. -dijo entre risitas al ver que no esperé más servicialismo.
-Eeh... Si, buenos días.- dijo mostrando una dulce sonrisa que no tardó en ser alegremente respondida por otra de mi parte.
-Hola, espero no molestarte -comenté acercándome al escritorio.
-No molestas para nada Ru.
-Oscar, ¿nos puedes dejar a solas? -pedí echándole una rápida mirada por sobre mi hombro, el susodicho no tardó en captar el mensaje y salió enseguida cerrando la puerta tras él.- Alex estoy teniendo unos sueños muy raros... No se si tendrán que ver con lo que estamos pasando con el tema de Alton pero creo que estoy viviendo otra vez mi pasado... Pero un pasado que nunca viví, o al menos no recuerdo haberlo hecho... Con un hermano y vampiros...
-Tranquila, si los estas teniendo todas las noches deja que te enseñen la historia, igual es la tuya de verdad y tienes un hermano, igual tus sueños te están enseñando toda la verdad que un día te ocultaron, pero si descubres que esa es... Tu verdad, admite porqué te la ocultaron.-asentí con inseguridad ante su última afirmación y le abracé.- pero ahora estate tranquila, no son malos.-dijo susurrándome al oído mientras también me abrazaba dejándome encerrada voluntariamente entre su cómodo y calentito cuerpo.
-¿Puedes acompañarme a un sitio? Quiero decirte algo... Pero este no es el lugar. -dijo después de un rato mientras se separaba.
-Vale pero, ¿De qué se trata?
-Es una sorpresa.-me dijo sonriente, y hasta parecía nervioso y emocionado.
Me tomó la mano para poder entrelazar nuestros dedos y poder llevarme a un jardín hermodo en el que los suaves colores de las flores y la hierba reinaban junto con un estanque en medio y un puente pasando por encma de éste, tan rápido como entramos ya estábamos en la casi justa mitad del puente, desde arriba se podía apreciar suaves destellos provenientes del agua, podría jurar que era de algún metal; había candados colgados de dos en dos, había bastantes, con lo que pude suponer que cada nueva pareja que se formaba en la manada se tomaba la libertad de colgar el sullo y así de alguna manera sellar su amor.
-¿Que quieres? ¿Colgar unos?
-Mas o menos... Pero no sólo eso... Bueno. -sacó algo de el bolsillo trasero del pantalón, pude apreciar una pequeña caja con forna de cubo, era elegante y estaba forrada por algún tipo de piel, le miré extrañada eesperando que dijera algo.
-Sé que es algo bastante anticipado, sé que me acabas de conocer y entenderé que probablemente no quieras aceptar esto -comenzó explicando con un gran nerviosismo escondido tras una capa de una falsa tranquilidad- pero he de seguir la tradición y sellar nuestro vínculo y amor... Así que, Ruby Martell, de la manada del Norte y mano derecha y luna del actual alfa, quieres... ¿Quieres casarte conmigo? -dijo mirándome fijamente a los ojos mientras abría la caja donde una vez abierta se podían apreciar dos hermosos candados de oro con los hierros de plata y nuestras iniciales escritas en ellos, también había lo mejor lo que más me ha llamado la atención desde que la abrió, un hermoso anillo formado por dos finos hilos de plata se enredaban formando el círculo del anillo mientras que pequeñas piedrecitas, que formaban los detalles del anillo; azules celestes y algo transparentes le decoraban de manera simplemente perfecta.
Me quedé estática mirando todos los integrantes que dentro de poco vaciarían la caja para ser colocados en su correcto lugar, tras rato de parálisis muscular y cerebral recobré el sentido y le miré intentando parecer entristecida aunque sin saber que decir.
-Entonces... ¿Quieres? Contesta por favor... Este silencio me está matando...
-N-necesito tiempo para asimilarlo... -dije dando media vuelta y comenzar a dar pequeños pasos a dirección contraria, o era buena actriz o Al me daría una colleja.
Al escuchar su suspiro paré y me di la vuelta mirándolo hasta encontrar su mirada, la mía era divertida y enseguida esbocé una gran sonrisa.
-¡Has picado! -exclamé riendo como locs, el me miró extrañado.
-¿Qué?
-Pues claro que si quiero idiota. -dije con dulzura, y lanzándome a sus brazose besé y abrazé por el cuello, no tardó en convertirse en un beso cálido y perfecto, mientras nos besábamos una de sus manos buscaba la mía correcta para ponerme el anillo en el dedo anular, cuando nos separamos para poder respirar con normalidad, juntamos nuestras frentes y me empecé a reír pero no muy fuerte.
-¿Qué te pasa hoy? No me digas que pedí matrimonio a una loca sin cura. -dijo alzando una ceja con diversión.
-Solo me río.
-Eso ya lo veo... ¿Pero de qué?
-Es que...-dije alargando la ultima "e" para añadir dramatismo.
-Es que, ¿Qué? -preguntó impacientemente.
-Es que... ¡Tendrías que haberte visto la cara que se te quedó! -exclamé riendo más fuerte que antes hasta escuchar un bufido.
-¡Eres mala! ¿Pero sabes que mal pasé esas palabras? Totalmente... Si no querías te tendría que dar igual, eres mi luna.
-Más te gustaría poder obligarme, no podrías,
nadie me obliga a hacer algo que no quiero hacer ¿Ponemos los candados?
Los cogió y les enganchó en el puente adornándole, yo cogí las llaves y las lancé al río provocando que se hundiesen y salpicaran un poco, tras hacerlo descubrí que el destello era de otras llaves lanzadas, ¿Qué más curiosidades esconderá esta manada?
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¿¿Os está gustando?? Si es así sentiros libres de dar a la estrellita para apoyar la historia 💙
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