|E|Cap.4|Soy Oscar, beta de Alex

Corría por el bosque con Alex haciendo una carrera en forma de lobos, le iba ganando pero enseguida me adelantó, miré hacia atrás , cuando volví a mirar hacia delante vi que con el lobo que corría no era Alex, era un cachorro marrón, y tan pronto corría con velocidad, fui disminuyéndola siendo incapaz de correr más rápido, ahora yo también era cachorro, paré en seco al darme cuenta de lo que estaba pasando y observé con curiosidad al cachorro que hizo lo mismo que yo para mirarme con preocupación.

-¿Ya te has cansado hermanita? Como no corras nos van a coger.

-Pero es que ya no puedo mas -dije cansada, al parecer estaba viviendo un sueño en primera persona, pero solo estaba observando.

Escuché un disparo de escopeta y salí corriendo de nuevo, en el camino encontré una pequeña cueva justa para que yo y mi "hermano" cupiéramos en ella y sin dudarlo me metí tal cual bala.

-Hermanito, ven corre -le quise susurrar, pero al parecer no vió donde estaba y yo le había perdido de vista.

Me desperté sudando y asustada incorporándome con cuidado de no despertar a Alex que estaba dormido al lado mío. Ya estoy marcada, ¿Ahora que soy? Bueno, estoy segura que ya no soy la alfa de mi manada, y también estoy segura de que lo habrán notado hace tiempo. Toco la marca del cuello pero no me duele, simplemente la tengo, como si hubiera nacido con ella y fuera fija en mi.

Salí de la cama y miré a ver si me podía poner algo del armario de Alex, cogí una sudadera negra y verde fosforito con unos pantalones de deporte que tenía por ahí tirados, por suerte no me quedaba muy grande, pero se notaba que no era de mi talla. Dios, apesto a Alex pero lo mejor esque olía bastante bien, menos mal que no era un cerdo como me esperaba. Salgo del cuarto con cuidado cerrando la puerta tras de mi y decido explorar la casa, bueno, mas que casa parece un castillo pero con estilo antiguo y un poco deteriorado, fijo que es por el tiempo que lleva sin ser atendido; miro hacia la derecha y la izquierda logrando dos caminos opuestos frente a mí, pero en frente solo se ve la planta de abajo junto con una varandilla que me prohibía ir, obviamente porque me caería. Voy hacia la derecha y camino por el largo pasillo hasta llegar al fondo que solo hay dos puertas, eran altas y ambas se abrían hacia dentro, al abrirla pude ver de que se trataba, era una gran biblioteca y al parecer había miles de libros perfectamente colocados en sus estanterías, cada uno en la sección que le corresponde. Me dispuse a buscar un libro para poder matar el tiempo y hacer algo que también mate el futuro aburrimiento, cogí con curiosidad un pesado libro y me dirigí hacia una mesa que estaba en el centro de la biblio, había un chico sentado en una esquina, no me puse en la otra esquina para estar lejos de él, cuando me sentí a gusto abrí el libro y comencé a leerle, al poco rato sentí que alguien me miraba y dirijí la mirada hacia ese chico, en efecto, era el, cuando lo miré el me sonrió.

-No se suelen encontrar lobas tan guapas como tú en este castillo.-me dijo dulcemente, simplemente pasé de lo que me dijo y volví a mi lectura apartando la vista de él.

Al poco tiempo giro la cabeza y me sobresalto, estaba mirando el libro al lado mío.

-Dios, me has asustado.-dije molesta.

-Uy, que he asustado a la lobita... No me llores que no muerdo, ah por cierto, soy Oscar, beta de Alex y tu supongo que eres...

-Ruby, luna de Alex.-dije cortandole.

-Pues encantado, Ruby.-Me tendió la mano sonriendo y nos dimos un apretón de presentación.

-Igualmente -decido devolverle la sonrisa y después de un rato aparto la mano observándole fijamente. Tiene el pelo dorado un poco largo, con unos ojos hermosos azules claros, es alto y como todos, está en forma.

-Últimamente Alex está siendo un poco duro, con todos y con sigo mismo, si también lo es contigo solo tienes que darle tiempo, cuando lo conoces bien sabes que en el fondo es un buen amigo... Y bueno... En tu caso también, aunque veo que ya te consist...

Paró en seco de hablar y se puso serio de repente, en un segundo giró y caminó hacia la puerta.

-Hablamos luego. -dijo desde la lejanía.

La cerró con cuidado y escuché como se iba
alejando hasta que al final solo conseguía oir el tranquilizador silencio, algo extraño parece pasarle pero decido olvidarme de todo otra vez volviendo a la lectura, pero como es costumbre algo me interrumpe a los pocos segundos, esta vez es un gruñido y varios ladridos potentes, cierro el libro enfadada, le cojo y voy corriendo a la habitación donde dormí y le dejé encima de la cama, vuelvo a la carrera pero esta vez persiguiendo el sonido, corro por los interminables pasillos y decido transformarme y seguir el rastro de Alex, igual lo encuentro antes, y apuesto lo que quieras a que el esta metido en lo que está pasando. Después de cinco minutos de búsqueda me paro en frente de una puerta, donde se oye el barullo, asomo el morro en el espacio que tenía para abrirla y observo la escena aterrada, Alex estaba peleando con Alton, en forma de lobos obviamente, ambos tienen muchas heridas y parecen cansados pero no paran la intensidad de la lucha decido que es hora actuar y no de observar, no voy a permitir que hagan nada a Alex, y sobre todo no dejaré que consiga lo que quiere, al entra interrumpí la escena haciendo que los dos me miraran.

-Vete.-Me exigió Alex enfadado.

-Pero...

-¡Vete ya! ¿No ves que corres peligro?

-Tu mas, ¿no ves como estas?

-No hagas ninguna estupidez...

Antes de que me dijera nada mas corrí hacia donde estaban y me abalancé sobre nuestro actual atacante que no quiero ni escuchar ni nombrarle, mordiendo fuertemente su cuello provocando que gimiera de dolor, intentó librarse de mí pero no podía, me había aferrado a él hasta que calló rendido y por suerte inconsciente debido a un fuerte golpe que le di en la cabeza.

Miré a Alex con los ojos brillantes y me devolvió la mirada provocando que me inunde en sus preciosos ojos que a veces los veo de mil colores.

-Bien echo, gracias... Supongo.

-Nada, esta te la debía, estamos en paz.

-¿Que haremos con el cuerpo? Se despertará pronto, no entiendo como se pudo desmayar solo por ese golpe.

Dirigí mi mirada hacia donde había caído Alton... Pero hombre mira tú por donde, ¡No estaba! Volví a ser humana y él hizo también lo mismo, miré frustrada un camino de sangre que dejó el cuerpo, se ha debido de arrastrar hasta labventana que estaba abierta y saltar por ella, no hay gran altura.

-Mierda, mierda, ya le teníamos... ¡Mierda!- grité furiosa.- ¡Solo fingía! Dios -con frustración pasé ambas manos por mi pelo echándole hacia atrás.

-Vió que contra dos no podría y aprovechó el momento...-Está muy tranquilo para esta situación, lo que me resulta extraño.

-Pero se ha arriesgado mucho, si le hubiéramos cogido... -Dije pensativa.

-Pero sabía que tenía oportunidad de cogerte, pero cuando lo golpeaste izo creer que estaba inconsciente, como dijiste le pudimos haber cogido pero fue listo y miró las posibilidades, tenía más posibilidades de escapar ya que tenía unos segundos para poder hacerlo mientras nosotros estabamos distraidos.

Por primera vez me dio por mirar hacia una esquina de la habitación, me pareció que había algo extraño pero entonces es cuando me di cuenta de que había un cuerpo tirado entre algunos escombros.

Fui a ver de quién se trataba, Alex iba tras de mí. Cuando llegué vi a Oscar. Estaba destrozado, tenía una espada clavada en la pierna, de plata, lo cual está muy herido y le está prohibiendo curarse, también tenía arañazos por todo el cuerpo. Le miré paralizada ante la situación con los ojos muy abiertos y la boca un poquito abierta.

-No... ¿Oscar?-me agaché y miré la espada, estaba clavada verticalmente, la cogí y la arranqué, eso provocó que instintivamente su pierna se moviera, así como de un espasmo.

-Alex, ayudame, deja de mirar la situación como si nada por favor, intenta parar un tiempo la circulación de la sangre en la pierna, ha perdido mucha he igual no puede curarse por el momento.- dije con seriedad mientras trataba de pensar que podía hacer después de eso.

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