|E|Cap.16|¿Nos revelamos?

Ya estaba lista, maletas preparadas con todo lo necesario ahí dentro, me encargué de meter la saga de libros del ejército negro, la historia me enganchó; me despido de mi padre con un beso en la mejilla y un abrazo y de los demás de mi manada con la mano.

-Menos mal que conseguí ser alfa como quien dice tres días.-se queja David.

-Ahora lo va a ser mi padre otra vez, cuando volvamos lo serás tú.-le aclaro, "pero yo seguiré siendo tu alfa" dije a mi mente.

-No vale, tu serás mejor, es como si yo fuera beta de alto rango.-dice con un puchero al cual yo respondo con una risa poco animada.

-Hora de irnos.- nos anuncia Alex.

Salimos a la calle, el coche está parado en frente del castillo, era algo normalito, grande y espaciosolo. David se acerca al coche y pasa la mano por el capó silbando con admiración. Al parecer le gustaba.

-Me puedo acostumbrar.-dice David todavía sin dejar de tener contacto con el coche.

-Aléjate del coche a ver si vas a romperle, por que si tiene un rayón o un abollón por tu culpa te los hago yo a ti pero más críticos.-amenaza Alex con superioridad, la verdad me ha dejado fascinada, ¿De dónde se sacó el dinero para comprarlo?- Nena. -llamó mi atención, le miré aún si creermelo.- Tengo dineros, aunque no te lo creas -río ante la palabra dineros, no se, me hace gracia.

-Solo espero que no seas un ladrón -bromeo.

-Si, para el jardín vendrían bien otros, los que hay ya están viejos.-Paso de él, a ver que pasa, me dirijo hacia al coche e intento abrir la puerta, pero cómo no, esta cerrada.- Bebé, que todavía no le he abierto.

No me digas, soy corta pero no tanto, se cuando un coche está cerrado. -pienso haciendo una burla sin que nadie me vea.

-Pues estaría bien que lo abrieras, ah, y yo voy atrás con david, el mosca cojonera y Alex delante.-Notese quien es la mosca, me río de pensarlo; el mosca me da una colleja cariñosa y se sienta en el lado del copiloto sin mediar palabra.

David y yo nos sentamos atrás, Alex entró y encendió el motor, sonaba increíble, y cómo no, se lució haciendo ruiditos con el motor y esas cosas raras. Me pego a la ventana para mirar a mi padre y despedirle con la mano, beso el cristal del coche para enviársele y que sepa que le quiero.

-No voy a volver a limpiar esa ventana.-dice Alex.

-Tengo un precioso recuerdo de nuestra salida.-Oscar tenía una cámara en la mano y apuesto a que me ha sacado una foto, este tío me está poniendo a prueba para que le hable; pongo los ojos en blanco y bufo fuertemente para que me oigan, claramente, se ríen todos.- Qué bien voy a dormir con esta foto por las noches. -esta vez nadie le acompaña la risa.

-Eso ya no.- dice Alex dedicándole una mirada asesina y arrebatándole la cámara.

-Vale, valee, no me muerdas, ¡Pero quiero mi cámara! -mirada asesina de todos.- Mejor me callo, sí, mejor me callo.-por fin.

Después de media hora de discusión Alex arranca el coche y nos adentramos en la carretera que atraviesa el bosque, estuve todo el viaje hacia nuestra nueva casa apoyada en el hombro de David dormida, que resultaba ser más cómodo de lo que parecía; en algunos tramos me despertaba y veía a Alex mirándonos todo el tiempo, juraría que daría lo que fuera por estar aquí atrás conmigo así.

¿Conseguiré sobrevivir sin estallar por culpa de los chicos? Yo voto a que no. ¿Me sacarán de quicio? Si. ¿Serán limpios y ordenados o tendré que hacer todo yo por que se harán pasar por unos machistas así uniendo las dos últimas cuestiones? Apuesto lo que queráis a que no serán nada responsables. ¿O si?, ¿Tendré que hacer como una madre cuidando de sus tres hijos insoportables, que ama a uno con su corazón, a otro lo considera su hermanuchi y a otro una mosca por tres días? Seguro.

Según me dijo Alex, la casa es grande y bonita, con un prado que conecta con el bosque, y que como al final la luna llena no la pasamos en el castillo, la vamos a pasar encerrados en un sótano que ha especializado para el tema; hay piscina, ha comprado una Play 4 porque quería probarla y me dijo que mañana iríamos a comprar los teléfonos, he estado mirando uno que me guste, y quiero un Iphone 7 plus, es bonito y al menos pueden utilizar tu huella dactilar para desbloquearlo, solo que no entiendo la gran cantidad de aparatejos que hay para un mismo fin.

Cuando llegamos David se encargó de despertarme y salimos del coche, yo, cansada, muy cansada, ahora tengo la vena vaga modo on; cojo mi maleta y meto las llaves en la puerta para abrirla, de repente se me iluminó el rostro.

-¡PRIMER EN ELEGIR HABITACIÓN! -Me pedí como con la ilusión de una niña pequeña, abro la puerta a todo correr y tiro la maleta dentro de la casa, me da igual que se rompa, lo de dentro tiene resistencia.

Subí unas escaleras con forma de caracol extendido preciosas, son de madera con una alfombra fina marcando cada escalón para no resbalarse; la planta de arriba es gigantesca.

Escucho a alguien entrar corriendo a la casa, miro hacia atrás y veo que es David, me río y subo las escaleras corriendo para que no me quite la habitación, corro por los gigantescos pasillos y veo que hay solo tres habitaciones; entro a la primera puerta, veo que hay una cama de matrimonio pegada a la pared, a la izquierda con una ventana al lado de la cama, enfrente de ésta había una tele de plasma, en el resto de la habitación hay un sofá con otra ventana y una radio, también hay un armario de madera, color negro; la habitación era de un blanco grisáceo y el suelo parecía un tatami de madera de roble; la verdad, esto no es lo que busco.

Corro hacia la siguiente habitación, esta es muy bonita, paredes con un estampado de flores azules pequeñas con un fondo blanco muy bonito, el suelo de madera con una alfombra blanca, otra cama de matrimonio, el cabezal pegado a la pared con una ventana grande, otra tele de plasma a la derecha de la puerta y en frente de ésta un sofá blanco muy bonito, había una puerta a la izquierda de la habitación y en la esquina del fondo, al lado de esa puerta y la cama una cómoda, al igual que al otro lado de la cama, cómodas de color azul celeste con un picaporte en forma de rosa blanca.

-¡Me pido esta!-Adoro ser como una niña pequeña- ¡Aleeex! ¡Ven! -grito a los cuatro vientos para que me oiga, parecía que llamaba a un perro.

-¡NO GRITÉIS QUE SI NO NO PUEDO JUGAR EN PAZ!-Grita Oscar aún más alto.

-¡PUES YO GRITARÉ CUANDO SE ME PONGA! -Le contesto aún más alto.

-¡TU SUPUESTAMENTE PASABAS DE MI!-Me ataca con palabras, ¿A si? se va a cagar.

-¡NO ME CONTESTES MOSCA COJONERA! ¡QUE MOLESTAS MUCHO!

-¡TE RETO A JUGAR CONMIGO! ¡BAJA! -Me mandó, normalmente no le haría caso, pero tengo curiosidad de saber que hace esa máquina llamada Play 4, supongo que jugar, ¿Te meten en algún sitio? Bajo corriendo las escaleras de dos en dos, me choco con Alex pero paso de él y no me detengo.

-¿Qué querías? -pregunta.

Yo prosigo mi camino y voy a una especie de sala amplia, con unos sofás al lado de la puerta, ahí estaba sentado Oscar, parecía un sofá cómodo, así que me tiré en plancha poniéndo mis codos en sus piernas, ya que estaba sentado al lado de la pared lateral; hace un sonido raro en modo de protesta y yo ruedo los ojos.

-Te aguantas.-digo con cierta inocencia.

-No me parece justo.

-Pues ahora te hablo, y de momento dejas de ser la mosquita.

-Trato hecho.-nos damos un apretón de manos y me da una especie de mando- Vamos a jugar al Call Of Duty, ¿Vale? El juego consiste en...

-Matar, si ya lo se, ponlo ya.-exijo.

-¿Sabes disparar? -pregunta.

-No, pero experimento mientras juego, tu ponlo de una maldita vez. -no me muevo ni nada, me recuesto en sus piernas mirando la tele con el mando en las manos, instintivamente pongo los dedos índices en la parte de arriba del mando y los dedos gordos en algo que se mueve.

Estuvimos mucho tiempo jugando, al principio siempre me ganaba él, algo lógico, pero después yo nunca perdía.

-¿Nos revelamos por que no nos traen comida?-propongo divertida.

-Me parece correcto. -Me mira también divertido.

-Pero prométeme una cosa, deja al verdadero Oscar actuar, no al rajado, lo que vamos a hacer es algo que nos querrán matar los responsables en estos mismos instantes..

-Te lo prometo, ¿Alguna idea?-pregunta, yo me pongo boca arriba para poder mirarle a la cara, asiento con una sonrisa siniestra que parece gustarle, porque él también la pone.- Suelta.

-Vale, coge dos palos altos, ni muy gordos ni muy finos, pero tampoco cojas muy altos; yo voy a coger un permanente que tengo en el bolsillo y voy a coger un calzoncillo de Alex y uno de David.-propongo más sonriente aún.

-¿Y para qué quieres el permanente? -pregunta curioso.

-Por que voy a escribir una cosa en los calzoncillos que no se va a poder quitar después.-sonrío maliciosamente deseando empezar con el plan.- Y claro, seguro que no querrán ir a comprar más.

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