|E|Cap.14|¡Aprieta en el pecho!
POV ÁLEX
Corría siguiendo la corriente del río, en las rocas, subí la montaña...
Ahí es donde se supone que tiene que estar el acónito, es una flor muy bonita y a la vez mortal, mide unos cuatro centímetros de alto, la flor es morada; también se llama matalobos o matalobos de flor azul, servía para que los humanos mataran las presas que los atacaban en la antigüedad, ahora se usa para aliviar el dolor, como la marihuana, pero si se usa mal, puede matar a alguien; la cura puede ser quemar el acónito un poco y meterlo en la herida, en este caso no ha dejado herida así que va a ser más difícil de curar.
Esto es increíble, encuentro a mi luna después de buscarla en más de cien años y la que encuentro tiene carácter fuerte, es autoritaria a veces y parece ser que tiene un hermano loco que ni sabía de su existencia, también tiene un beta que yo creo que está enamorado de ella, pero menos mal que tenemos un lazo especial ella y yo.
Sigo buscando como un loco la maldita flor, solo me quedan unas quince horas para salvarla y todavía no he encontrado ni un mísero pétalo.
-Alex.-me dice Oscar.-Es imposible encontrarla, creo que se han encargado de quitar todas las que había del bosque para que no la quedara otra opción.
-La vamos a encontrar cueste lo que cueste, la acabo de recuperar y no la pienso volver a perder.-digo nervioso y sincero.
Oscar asiente dándome la razón y me indica que sigamos la búsqueda.
-Espera, igual en el pueblo hay, donde los humanos hay creo que se llaman famancias o algo así-aviso.
-Se llaman farmacias, suena mejor.-se encoje de hombros.
-Lo que sea, vamos al pueblo.
-¿Y si no hay? Por que no será fácil conseguirlas, y en todas partes te pedirán permiso médico, sabes que la planta es tóxica.
Me quedo con la mirada perdida entre los árboles y unas rocas que había allí, vi algo entre la hierba.
POV RUBY
Cada vez tenía más mareos, esta vez ya es la séptima que vomito, mi cuerpo intenta curarse y lo único que consigue es ponerme peor, intenta echar todo lo que tiene dentro.
Estoy pálida y me siento aún más delgada, aunque haya pasado poco tiempo he expulsado todo lo que tenía mi cuerpo, incluso una vez he llegado a vomitar sangre. Tengo un sabor de hierro asqueroso en la boca, no voy a describir más por que da asco, por eso de vez en cuando me hacen comer, para tener algo que echar luego y no ponerme aún peor, aunque creo que éste será mi fin, no me dejarán irme con Rob y no creo que encuentren la planta.
Ya no tengo fuerzas ni para coger el mando y cambiar de canal, estoy tendida en el sofá con un cubo grande al lado por si tengo urgencias de las que ya he hablado.
David no para de caminar en círculos y sintiéndose culpable por no se qué que ni siguiera ha hecho él; mi padre está sentado en un sofá cercano al mío, no separa sus ojos de mí por mucho que le diga que si me sigue mirando le va a sentar peor, el me trae comida a veces y me la da para que no pierda demasiadas vitaminas o simplemente para obligar a mi estómago trabajar un poco.
-Ruby, tienes que comer, Alex no tardará mucho, tienes que luchar. -dice mi padre acercándome un trozo de filete de pollo con una patata frita, no lo acepto por que cada vez que como algo me pasa como si le das comida a uno que no ha comido en un mes, el cuerpo lo rechaza, y tampoco tengo ganas de volver a vomitar, últimamente veo todo borroso y no distingo bien las cosas, no e dicho nada de eso por que eso significa doble preocupación.- O lo comes o te apago el único entretenimiento que tienes.
-No, la tele nooo. -digo dramáticamente para relajar la situación y enseguida me meto la comida en la boca, sonrío a mi padre enviándole a la mierda por mucho que le quiera, David se ríe ante mi gesto, era una risa divertida pero triste. No había diversión en su rostro obviamente.
-La tele es nuestra única salvación Andrew. -sí, así se llama mi padre.-Es la salvación que nos envió dios.
-Los humanos tienen algo muy raro que lo llaman teléfono, lo utilizan para comunicarse cuando están muy lejos y les da pereza verse, pienso que son una mierda, para eso voy a la casa de la otra persona y ya.
-Pienso igual, además son adictos a él, les das algo nuevo de tecnología y están enganchados a eso como si fuera su única salvación.-dice David con desprecio.
-Si os dieran la oportunidad de probar esas maquinitas os pasaría lo mismo que a ellos, somos iguales a los humanos, tenemos una parte humana, solo que nos han unido al alma de los lobos.-dice mi padre como si tuviera la razón, pongo los ojos en blanco al igual que David.
-Lo que tu digas. -dijimos a la vez.
De repente, empiezo a hiperventilar y en poco tiempo siento como si me faltara el aire, me estaba ahogando en lo que supuestamente me tendría que salvar de esta miseria de vida.
La sensación de ahogarse en aire es la misma que en el agua, aguantas la respiración hasta que no te queda otra que soltar el aire que te queda por que ya no te sirve y no puedes coger más renovado, sientes la cabeza explotar pero no puedes hacer nada hasta que dejas que ese 'agua' inunde tus pulmones liberándote de ese dolor, hasta matarte, pero si aguantas el aire que tienes o no dejas entrar el agua tienes una mínima oportunidad de salvarte.
-¡Aprieta en el pecho! ¡Necesita respirar!-dice David histérico, yo sigo agonizando hasta que mi padre pone sus manos donde mis pulmones y aprieta, afloja, aprieta... Así repetidas veces para obligar a mis pulmones a trabajar de nuevo, me consiguieron dar un poco de oxígeno, pero no funcionaba, mi pecho iba a explotar, la cabeza me estallaba y oía un pitido constante, dicen que si oyes un pitido una neurona se te ha muerto, pues a mi se me mueren todas; cuando ya no sabían que hacer, justo en el último momento sentí a Alex cogiéndome de la mano y diciéndome que todo va a salir bien, que ya está aquí para ayudarme y que aguante un poco más.
Tenía un cuchillo en la mano e hizo un agujero donde me inyectaron su mierda, yo grito de dolor, todo era más, los sonidos eran más altos, las cosas las veía con más intensidad y por ente, el dolor era el doble, reprimo otros gritos que quieren salir, aprieto los dientes fuertemente cuando noto su dedo metiendo algo que quemaba dentro de la herida, sentía que ese calor recorría todo mi cuerpo como antes, dolía, pero poco a poco me daba el oxígeno limpio y refrescante que me hacía falta, mi cuerpo estaba curándose muy lentamente, donde me ha cortado hace un momento ya está curado, pero ahora falta mi interior.
Respiro profundamente, tengo los ojos llorosos y en cualquier momento lloraré, no entiendo por qué me quiere ver mi hermano muerta, ¿Se pensaba que iba a ir con él? Lo tiene claro, nunca voy a estar con él, casi me mata dos veces y ya estoy harta, si no llegan a encontrar eso que me ha estabilizado podría estar muerta ahora mismo y no ver el sol mañana.
Ha pasado menos de un día, solo dieciocho horas, es por la noche y supuestamente tenía un día.
Siento que unos brazos me levantan la espalda y me abrazan fuertemente.
-Solo te he podido conocer en dos días, por favor, esperaba más tiempo contigo señorita.-me susurra Oscar al oído sin soltarme- No me abandones.
-Yo en este momento deseaba morirme por que no podía aguantar más sin verte, mi crush. -le susurro yo, siento como él se ríe.- Tú casi lo haces, casi me dejas aquí con la panda de insensatos, sola. -bromeo.
-Pero no lo he hecho.
-Ni yo. -Digo y me giro para devolverle el abrazo y le doy un beso en la mejilla.
-Eres hombre muerto.-Dice Alex señalando a Oscar con el dedo.- Ese beso era mío.-Oscar la saca la lengua y yo me río.
-Para empezar, tú eres el primer hombre muerto.-Dice David.-Has separado a mi peque de mí, y segundo hombre muerto, tú.-señala a Oscar.- Ese abrazo y ese beso eran míos, me pertenecen. -dice seriamente, Álex solo ríe y niega.
-No sabes nada.
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