Ojos rojos
Después del primer encuentro entre Mikoto y Kushina, donde la Namikaze descubrió la verdad detrás de la hija de la Uzumaki, no era lo que esperaba pero igualmente estaba feliz, la pequeña era su nieta, sangre de su sangre, por petición de Kushina decidió guardar silencio de lo sucedido pero eso no quitó que por los siguiente 4 años pudiera visitar a su nieta, con el tiempo solo confirmó que la niña había tomado los mismos comportamientos que su hijo mayor pero la diferencia que la niña era feliz gracias a que su madre siempre estaba con ella, o cuando la Uzumaki salía de misión acudía a ella o a Nemu para poder cuidar a la niña, Naruto mantuvo distancia de todo eso, no era su intención ni su interés entrometerse con la que fue la esposa de su hermano.
Kushina se encontraba en el parque junto a las que fueron sus amigas y compañeras en la academia, Mikoto Uchiha y Tsume Inuzuka, hacía mucho tiempo en que no se habían visto muy seguido gracias a que las tres ya eran madres, mientras ella conversaban en los juegos se estaba dando una situación contraria a lo que pasaba con las madres. Mikoto estaba sentada en el columpio mientras que rodeándola habían dos niños que la miraban con burla y disimulando miedo, esta era la primera vez que venía a este lugar y no pensó que pasaría por esto, por eso miraba el suelo para ocultar su mirada
-"Que ojos más horribles tienes"- comentó un niño con marcas en forma de triángulos invertidos debajo de sus ojos, Mikoto que en un comienzo quería jugar con los niños, ahora que estaba con ellos, no se sentía cómoda más por como la miraban.
-"si, mejor vamos a jugar a otro lado Kiba"- comentó un niño de cabello negro de edad similar.
-"que eres aburrido Sasuke, aléjate monstruo"- fue el grito de Kiba mientras que ambos niños se alejaban a otro lado del parque, Mikoto se quedó sentada sola, no esperó que todo resultara mal y todo por sus ojos, su madre tenía ojos lindos, lo mismo su padre pero los suyos no eran como ellos, se levantó del columpio y se comenzó alejar del lugar sin ser notada por su madre, la verdad es que nunca había caminado por la aldea.
Kushina miró un instante en dirección a su hija pero no estaba por ningún lado, por lo que se alejó de sus amigas para buscarla, buscó por todo el parque pero nada, sus amigas se unieron a su búsqueda pero aún no encontraban nada. La desesperación comenzó a dominar a la pelirroja, su pequeña andaba por la aldea sola, no conocía a nadie, solo a su abuela pero ni ella sabía la dirección de la de esta, pero recordó aquellos enmascarados que según la madre de Naruto eran sus escoltas.
-"Se que están ahí, necesito su ayuda"- habló Kushina llamando la atención de la líder del clan Inuzuka y la matriarca del clan Uchiha, estaban por hablarle a la pelirroja pero notaron como de la sombra de esta salieron 3 anbus de color negro y mascaras rojas -"necesito que busque a mi hija por favor"- quien parecía ser el líder asintió y los tres desaparecieron como si nunca hubieron estado presentes, ambas amigas se acercaron a la Uzumaki.
-"qué rayos fue eso Kushina? como esos anbus salieron de tus sombras?"- preguntó Tsume, Mikoto solo esperaba respuestas, ese anbu era muy diferente a como lo era su hijo que formaba parte de los anbus del Hokage.
Mikoto caminaba con miedo, se alejó tanto del parque que no encontró el camino de regreso, quería pedir ayuda pero las personas pasaban de ella como si no existiera, al ver que nadie la iba a ayudar se escondió al interior de un callejón y se recostó en la pared, escondió su rostro y comenzó a llorar -"Mami"- murmuró, durante un tiempo solo escuchó como la gente pasaba afuera del callejón pero todo quedó en silencio, levantó la mirada y lo vio.
Kushina llevaba buscando por todos lados a su hija, habló con Hiruzen para que la ayudara a buscar y envió a sus anbus para encontrar a la niña, pero fue detenida por dos de los anbus que envió por su hija.
-"Ella está en el parque"- solo fue un susurro pero lo entendió, así que tomó dirección al parque, ya era demasiado tarde y solo quería a su hija en sus brazos. Mientras tanto en el parque se puede ver Mikoto recostada al costado de Naruto quien estaba con sus ojos cerrados, pero abrió sus ojos al sentir a alguien acercarse, frente a el llegó corriendo Kushina que miraba a su hija preocupada.
-"No te preocupes, está sana y salva, la encontré cerca del barrio rojo oculta en un callejón, pasamos a comer ramen y la traje de regreso a la plaza"- informó, Kushina ahora se encontraba más relajada, su hija estaba bien y eso era lo importante.
-"Muchas gracias por cuidarla, temí que le pudiera suceder algo"- habló la pelirroja acercándose a su hija que permanecía dormida, acarició su rostro y la niña comenzó a despertar revelando sus hermosos ojos rojos, similares al hombre a su costado, la niña vio a su madre y se alegró.
-"Mami"- fue el grito de la niña antes de abrazar a su madre con fuerza, Kushina reaccionó de la misma manera, Mikoto se separó y miró a Naruto -"Mami Naruto san cuidó mientras tu no estabas, me compró mucho ramen y dijo que le gustaban mis ojos no como los niño del parque"- habló emocionada la pequeña, Kushina ahora entendió el porque su hija se marchó.
-"Creo que lo mejor para Mikoto chan es regresar a su casa, es demasiado tarde para que una pequeña como ella se encuentre en la calle"- Naruto se puso de pie mientras que la niña asintió lo mismo Kushina.
-"nuevamente muchas gracias Naruto kun"- pero se tapó la boca por como lo trató, naruto sonrió.
-"tranquila, todo está bien, si me permites, me gustaría acompañarlas hasta su casa"- Kushina estaba por negarse pero su hija reaccionó antes.
-"Vamos Naruto san, así conoce nuestra casa"- Kushina estaba sorprendida por la actitud de su hija, nunca confiaba en los extraños pero con el Namikaze no hubo problema alguno, bueno si lo pensaba era extraño que no sucediera así, por lo que suspiró.
-"Está bien, pero no debes molestar a Naruto"- Mikoto infló las mejillas, así todos se encaminaron a la casa de la Uzumaki, los adultos iban en silencio mientras que la niña miraba todas las luces que emitían los locales, Naruto mantenía la mirada en frente mientras que Kushina le miraba cada cierto tiempo, jamás esperó pasear con el padre de su hija por las calles de Konoha, todo iba bien pero de un callejón salió un hombre borracho con un kunai en mano y apuntó en dirección de su hija.
-"muerte a la maldita reencarnación del demonio de nueve colas"- la gente al rededor salieron a ver lo que sucedía, Kushina estaba impactada, el secreto de su pequeña estaba siendo revelado a todo el mundo, su hija se escondió detrás de Naruto quien miraba al hombre, sentía como alguien se alejaba a toda velocidad del lugar y ya sabía de quien se trataba o mejor dicho quien lo envió, pero ese tema estaba tratado.
-"por tu bien te recomiendo que te retires a tu casa, tomes una ducha bien fría y medita en tu actuar de hoy"- comentó Naruto con una sonrisa inocente.
-"no me iré hasta que todo el mundo me escuche que esa niña"- pero no pudo continuar ya que cayó inconsciente mientras que un anbu del Hokage aparecía detrás del borracho.
-"Lo siento por las molestias Naruto sama, yo me haré cargo"- fue una voz femenina la que se escuchó, todos los que estaban atentos a lo que sucedía simplemente ingresaron ignorando las palabras del hombre, la niña era demasiado tierna para ser aquel zorro demonio, cuando se encontraban solo naruto habló.
-"ya sabes que hacer"- el anbu asintió, pero antes el uniforme cambió de color así mismo la mascara, finalmente desapareció -"vamos Kushina, Mikoto chan"- la niña tomó la mano del Namikaze haciendo que este la mirara, el rostro de la pequeña solo expresaba el miedo así que afirmó su agarre sin lastimarla en el proceso, Kushina se acercó y caminaron en calma como si nada de lo sucedido hubiera acontecido.
Naruto se encontraba en su oficina, Nemu ya se había retirado a descansar, pero había algo que no le permitía ir a dormir, era la mirada de la hija de Kushina, no solo era el color, que le llamó la atención, la deducción era obvia, pero lo que sentía no debería ser, nunca estuvo cerca de ella, encontrarla fue una casualidad, el cuidarla era lo lógico pero esto era más fuerte, pero si cambiaba sus planes insultaría la memoria de su hermano menor, el no estaba aquí para arrebatar lo que alguna vez perteneció a su hermano, Kushina, la pequeña Mikoto era la familia de su hermano, el debía cuidarlas y protegerlas, suspiró, pensando demasiado solo alejaría aún más el sueño, tomó el resto de té que quedaba en su taza y se fue a dormir.
Un nuevo día llegó a la naciones elementales.
-"Mami podemos ir a visitar a Naruto san por favor"- preguntó Mikoto terminado su desayuno mientras Kushina se encontraba frente a ella bebiendo café, recién llevaban 10 minutos de haber comenzado a comer y esta era la cuarta vez que su hija salía con lo mismo.
-"No debemos molestar tanto a Naruto hija, el es un hombre ocupado, quizás se encuentra trabajando, mejor esperemos a otro día, mejor salgamos por ramen o vayamos al parque"- Mikoto negó con fuerza.
-"no quiero ir al parque, quiero ir a visitar a Naruto san"- Kushina estaba por contestar pero sintió varios toques en la puerta de su casa, apuntó a su hija que terminara su desayuno mientras se dirigía a la puerta, Mikoto le sacó la lengua, abrió la puerta y se encontró con Neko.
-"hola sensei, Hokage sama necesita que se presente en su oficina para una misión"- Kushina suspiró y miró a su hija, al parecer no había más opciones, finalmente asintió.
-"gracias por avisarme Yugao chan, debo dejar a mi hija con alguien y me dirigiré inmediatamente a la oficina"- la anbu asintió, estaba por retirarse pero sintió como su sensei la tomó del brazo -"por cierto sabes cual es la dirección de la mansión Namikaze?"- Yugao miró a su sensei con una ceja levantada.
-"Muchas gracias por este favor Nemu chan, tenía dos opciones pero ambas viven en esta casa, así que no lo pensé demasiado"- comentó al pelirroja un tanto avergonzada.
-"No se preocupe Kushina san, Mikoto chan es una niña muy bien portada y no causa problema alguno, así que no hay problema"- finalmente kushina asintió y se arrodilló para quedar a la altura de su hija.
-"Mi pequeña, mami tiene que trabajar pero trataré de volver pronto, mientras tanto obedece a Nemu chan y a tu abuela, y no molestes a Naruto"- Mikoto asintió, abrazó a su madre y le besó la mejilla.
-"nos vemos mami"- se despidió la pequeña, Kushina sonrió y se puso de pie.
-"Bueno creo que entre más rápido me marche más rápido regreso"- Nemu asintió y la pelirroja se marchó, finalmente Nemu cerró la puerta y miró a la pequeña que sonreía en su dirección.
-"tienes algo en mente para el tiempo en que Kushina san se encuentra fuera de la aldea?"- Mikoto quedó pensando un momento haciendo sonreír a la pelinegra, finalmente la niña asintió.
Naruto estaba en el dojo meditando pero se vio interrumpido por alguien corriendo por el pasillo afuera del dojo, pero sobre todo escuchó una sonrisa infantil, se puso de pie y se acercó a la salida, mientras se acercaba escuchó la voz de Nemu.
-"Mikoto chan guarda silencio, Naruto sama se encuentra meditando"- la voz fue casi en un susurro cosa que generó mas sonrisas en la niña que le imitó el tono de voz, Naruto se acercó a la puerta y la abrió encontrándose con sus hijas que miraron en su dirección ambas nerviosas, pero Mikoto reaccionó primero abrazando al pelirrubio.
-"Naruto san"- Naruto se dejó abrazar y de manera lenta acercó su mano al cabello de su hija y acarició su cabello, miró a Nemu y asintió.
-"Tranquila Nemu chan, creo que hoy puedo variar mis actividades"- la pelinegra asintió con una sonrisa -"y qué haces aquí Mikoto chan?"- preguntó el líder del clan Namikaze.
-"Mi mamá fue a trabajar y le pidió a Nemu chan que me cuidara"- Naruto asintió y miró a la pelinegra.
-"En ese caso, obedece al pie de la letra a Nemu chan y aprende lo más que puedas de ella, ella es muy poderosa e inteligente"- Nemu se sonrojó por las alabanzas de su figura paterna, naruto sonrió -"por ahora tengo cosas que hacer pero más tarde puedo unirme a ustedes"- Mikoto asintió un tanto decepcionada, pero bueno solo debía tener paciencia.
-"Hola Mikoto chan"- la niña miró en dirección al origen de la voz, encontrandose con su abuela, la madre de Naruto observó la escena y la sonrisa tan relajada de su hijo mayor, Naruto hizo una leve reverencia en dirección de su madre,
-"Bueno por ahora me retiro pero más tardes nos vemos"- la pequeña se separó y Naruto se retiró.
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