Bueno, Adam y tú, cogidos de la mano dando un paseo.
Él parece bastante tranquilo mientras tú estás tensa.

—Cuéntame algo de ti—rompió el hielo ya que tú no te animabas.

—No sé, ¿Qué quieres saber de mí?—le preguntas.

—Todo. Familia, amigos, mascotas...

—Pues... Pues tengo un padre y una madre, soy hija única, en cuanto amigos todavía no tengo y por la parte de mascota tengo un gato persa. ¿Y tú?

—Yo también tengo un padre y una madre, de mascota un perro pastor alemán y a diferencia de ti, yo tengo 2 hermanos de lo más molestos.

—¿Por qué dices eso?

—Tú no los conoces como yo los conozco.

—No los conozco como tú ni como nadie, porque no los conozco, jajaja.

—En realidad si conoces a uno.

—¿Ah sí?

—Ajá, es Marcus.

—Vaya... Bueno cambiemos de tema, cuéntame más cosas de ti.

Adam te cuenta su vida abiertamente, definitivamente es muy amigable y educado. Sin duda es una buena persona por mucho que en el instituto muestre lo contrario.

Al fin llegasteis a casa, Adam se acerca a tu rostro, ¡Oh vaya! Eso no te lo esperabas.

Adam te da un beso en la mejilla, definitivamente no era lo que esperabas, jeje. Te despide con la mano y se va.

¿Qué pasa? ¿Querías besarle? Jajajajaja, no querida, no te voy a poner las cosas fáciles, si no pierde toda la gracia.

En esta ocasión no tienes opciones, ve al capítulo 12 para continuar la historia.