Con el corazón en un puño sacas valor para preguntar que pasa.

—Papá, ¿Te fue mal en el trabajo?—preguntas esperándote lo peor.

—¿Por qué lo dices?—te responde con otra pregunta inmerso en el fútbol.

—Por nada, simplemente porque hace dos segundos me ladraste.

—Bueno, estoy cansado de los gili*#@#! de mis jefes—realmente está furioso nunca lo oíste decir palabrotas.

—Aunque no lo parezca, ir al colegio es algo parecido. Siempre te dicen lo que tienes que hacer y tú tan solo puedes resignarte.

—Bueno, eso dices ahora pero en un trabajo eso no es lo peor que te puede pasar.

Tu padre te comenta todo lo que pasó hoy y no solo eso, también te habló de los problemas que hay en casa. No son muy graves, problemas que tiene cualquier familia nuclear; impuestos, cuotas... En fin, eres más consciente de los problemas que actualmente están en la mente de tus padres.

Ahora tu padre te toma un poco más en serio, parece que se ha dado cuenta de que estás creciendo, quizás esto te ayude más adelante.

—Va papá, cambia el fútbol de esa manera es muy aburrido—te quejas.

—Pues anda que esos dibujos chinos tuyos que juegan al fútbol con superpoderes—te la devuelve.

—No son chinos y todo es mucho mejor cuando hay superpoderes por el medio.

Vaya la has cagado, parece que no has crecido tanto como él esperaba, tendrás que quedarte en las mismas, jaja.

Ya se hizo tarde y te vas a cama, no sin antes cenar obviamente.

Mañana es otro día pero no otro capítulo.

Pues eso, ya es hora de levantarse y como buena anfitriona que soy te lanzó un cubo lleno de pelotas de fútbol a la cara. Pena que no tengo superpoderes para asegurarte la diversión, jeje.

Te levantas muy molesta por lo que te hice, pero no puedes vengarte.

—¿Por qué no?—me preguntas.

—Porque aquí soy yo la que narra y si quiero que te aplaste un piano, ocurre—te contesto con unas gafas swagers—. Así que ajo, agua y resina. ¿Entendido?

—Sí, su majestad Why.

Una vez arregladas las confrontaciones de Why, haces las cosas básicas para prepararte. No me voy a molestar en contarlas que se hace aburrido.

Mientras te terminabas de vestir, con una tostada en la boca, tocaron el timbre de tu puerta. Tú vas a abrir mientras das saltitos para subirte los pantalones.

—Emm... Hola—te saluda tu visita con cara de sorpresa al ver como estabas.

—Houlaa... Crash crash—saludas mordiendo la tostada.

Hoy me siento muy generosa, normalmente te diría que tú visita sería la persona que te acompañó a casa, pero que diablos. Puedes decidir quién viene a visitarte.

Esta vez no tienes 1, ni 2, si no 4 opciones posibles. No está mal, recuerda que vamos aumentando según avanzas, próximamente serán 5 decisiones.

Bueno vamos al grano.

Si quieres que tu visita sea Marcus ve al capítulo 15.
Si quieres que tu visita sea Adam ve al capítulo 16.
Si quieres que tu visita sea Diana ve al capítulo 17.
Si quieres que tu visita sea Norberto ve al capítulo 18.