Marcus te llevo a casa directamente. Parece un poco molesto, pregúntale qué le pasa.

—¿Qué te pasa? Te veo molesto—empiezas la conversación.

—Nada, simplemente es que...—no terminó la frase Marcus.

—¿Es que...?

—Es que no me disculpé como quería.

—¿Te refieres a invitarme algo? No pasa nada otro día tendrás la oportunidad de pagarme la merienda.

—No, no me refería a eso—negó nervioso.

—¿Entonces a qué?

—A esto.

Marcus se acerca peligrosamente a tu cara y... ¡Oh vaya! Eso no te lo esperabas.

Marcus te da un pequeño beso en la mejilla y se va haciendo el peculiar saludo de Erik.

Hoy ha sido un día muy raro, pero al menos parece has solucionado tu problema con Marcus.

Como puedes ver no hay más opciones ve al capítulo 12 para continuar la historia.