IX
Jestin se encontraría en ese momento despertándose, se sentaría en el suelo y vería a todos ahí a su alrededor bastante preocupados por lo que le había pasado.
—Mierda...— hablaría Jestin sobándose la cabeza.
— ¿Te encuentras bien? El golpe por el desmayo ha sido fuerte. — comento Tayuya un poco preocupado por esto.
—Sí... Solo... La impresión de esto ha sido demasiado para mí— hablo Jestin.
Con esto Jestin se levantaría y este vería a los chicos, para con ello hablarles.
—No sé si os importara, pero quiero descansar un poco, ¿Podría?
Jestin después de esto, se iría de allí, dejando a los presentes un poco preocupados, pero especialmente a uno, a Velvet, que se le veía especialmente preocupado por Jestin, y este sosteniendo una rosa roja en su mano.
Por un momento Velvet se quedaría mirando la flor, y Guada se fijaría en eso, para con ello ponerle la mano en el hombro y hablarle.
—Ve con él, creo que hablar con alguien puede ayudarlo.
Velvet miraría a Guada un poco con confianza, asintiendo con la cabeza y este dirigiéndose a la habitación de Jestin. La ninfa del agua solo daría una ligera sonrisa para con ello girarse a ver a Themis, que se le encontraba bastante nerviosa y algo le daba una extraña sensación a la ninfa portadora del tridente de Aquario por lo que se acercaría y hablaría con la diosa de la justicia.
— ¿Podríamos hablar las dos a solas?
Themis se vería un poco sorprendida por lo dicho por Guada, pero notaria que la ninfa se encontraba un tanto seria al referirse a ella.
— ¿Es algún tipo de regaño por lo que ha pasado o qué? — cuestiono bastante a la defensiva Themis.
—Al contrario, solo quiero hablar contigo, ¿Podría?
Themis se vería un poco distante, pero suspiraría y con ello estas dos se dirigirían al patio trasero que había en la mansión. El patio trasero se notaba que era lo que menos arreglado estaba, o bueno, se estaba arreglando ya que se encontraba hecho un lio. Era al estilo de un jardín japonés teniendo un pasillo de madera que daba al patio con el jardín y todo.
Guada se sentaría en la madera, haciéndole un gesto a Themis de que se sentase al lado de ella, haciéndolo la diosa de la justicia.
—Themis... ¿Cuál es el verdadero motivo de porque estás haciendo esto?
Esa pregunta tan directa de Guada a Themis sorprendería a la misma diosa de la justicia, que por unos momentos se le vería dubitativa respecto a eso, para con ello hablarle a la ninfa del agua.
— ¿Prometes que lo que vas a ver no se lo dirás a nadie?
Guada solo haría un gesto con su mano como cerrándose la boca con cremallera para seguido asentirle con la cabeza.
—Los marineros hablan al mar contando sus penas y secretos, yo siempre los he escuchado y mi silencio es prueba de ello, dime, ¿Qué es lo que te paso?
Themis agacharía la cabeza y en eso se quitaría la venda que tenía en sus ojos, para con ello mostrar sus ojos, tenía una horrible cicatriz que pasaba por ambos ojos, y lo peor es que resultaba que sus mismos ojos estaban dañados por esa herida.
—Yo antes cuando era joven no estaba a favor de cargarme a los Traídos, ¿Sabes? Pero... Me toco ayudar a uno que...
Themis quiso llorar ante esto y llegaría a hablar tartamudeando.
—Mis ojos eran mi poder, yo podía juzgar los corazones de la gente pero... Ese bastardo no solo me quito mi pureza, si no mi poder y mis alas.
Guada se quedaría en silencio ante esto con un gran gesto de sorpresa para con ello hablar.
—Un Traído te...
Themis solo asentiría con la cabeza, haciendo que Guada se preocupase bastante y le hablase.
—Entonces... Tenías alas, ¿No?
Themis solo asentiría con la cabeza para con ello explicarle.
—Sí, mi hermana Nike y yo tenemos, o bueno, yo las tenías.
—Y dime, ¿Cómo iniciaste esto? ¿Cómo conseguiste obtener la aprobación de los dioses para hacer esto?— cuestiono Guada.
—Después de lo que me hizo ese Traído decidí hablar con el consejo de los Tronos. Los Tronos son autoridades más poderosas que las Potencias, las Potencias estamos sobre todo para servir a los mortales, a los Tronos, sí que alguna vez aparecen pero es raro que lo hagan, y hay 5 dioses que forman, tanto para las Potencias como para los Tronos un consejo para solucionar los problemas. Con las Potencias es muy complicado que se haga esto pero... Los Tronos es otro tema. Ellos me escucharon y aceptaron que me vengase y que pudiese erradicar a los Traídos, pero no podía hacerlo sola, y menos al ya no tener mis poderes.
—Por eso trajiste a Jestin, ¿No? — hablo Guada.
—Sí, estuve comprobando un tipo de perfil para que alguien estuviese y él encajaba para esto.
—Entiendo— hablo Guada un poco pensativa.
En eso estas dos verían hacia delante para con ello Themis hablarle a Guada.
—Y dime, ¿Las ninfas...?
—Oh, ¿Nosotras? Creo que ya sabrás un poco nuestro origen, somos hijas primordiales de elementos de la naturaleza o similares. Yo he llegado a escuchar que somos en realidad somos diosas en tierra sin divinidad, pero nunca lo sabré. — hablo Guada.
— ¿Y no hay algún mito de que podrías volveros diosas alguna vez? — cuestiono Themis
— ¿Tú has escuchado alguno?
—La realidad es que si— le respondió Themis a Guada— He escuchado de ninfas volverse Potencias pero fue algo que actualmente no tengo mucha idea si es real o no.
Esto dicho por Themis haría sorprender un poco Guada para en eso la diosa de la justicia ponerse de nuevo la venda que le cubría los ojos y con ello hablarle.
— ¿Sabes? Los dioses podemos ver más allá de los ojos físicos... Pero yo tuve la desgracia de que mi poder residiera en ellos. Yo tenía el poder de juzgar corazones viéndolos pero... Bueno, ya ese poder desaparecio.
Guada se mostraría compasiva con Themis, para con ello levantarse y extenderle la mano a Themis a esta.
—Vayamos mejor a dentro, ¿Vale?
La diosa de la justicia daría una ligera sonrisa y con ello esta tomaría la mano de Guada para con ello levantar a Themis y las dos se irían de ahí.
Mientras con Softpaws y Roko...
Nos encontramos con ambos que habían trepado al techo de la mansión y estaban viendo el cielo, que se encontraba atardeciendo.
—Oye, lo siento por descontrolarme yo...— hablo Roko un poco triste, pero que sería interrumpido por Softpaws.
—No tienes que disculparte por absolutamente nada, no es tu culpa que no puedas controlar la forma hibrida. Normalmente, a cualquier yokai como tú o yo nos enseñan a controlar esa forma desde muy jóvenes con un buen trato pero... Por lo que me contó Jestin, no fue tu caso.
Roko abriría los ojos con un poco de impresión para en eso preguntarle a la nekomata azul.
—Te lo conto Jestin eso, ¿No?
Softpaws solo asentiría con la cabeza y seguido mostrarle una sonrisa a Roko y hablarle.
—El tener el poder de una potencia en tu sangre te hace un guerrero poderoso, de veras, y eso está genial.
Roko se quedaría mirando con cierta sorpresa a Softpaws por esto y en eso este daría una ligera risa mientras se veía que se ponía un poco colorado al respecto de esto.
— ¿Y esa es tu forma normal? Pregunto, como siempre estas así...— comento Roko.
—Oh, no, esta es mi forma hibrida... De hecho voy desnuda si no fuera porque tengo esta forma hibrida puesta.
Roko al escuchar esto se pondría rojo como un tomate al escuchar esto y se le notaba nervioso al haber escuchado esto.
—Espera, ¿¡Que!?
—Jajajaja, de hecho si es así, mira. — hablo Softpaws.
Con ello el manto azulado de pelaje de fuego que cubría a Softpaws se desvanecería y mostraría una figura de piel clara y rasgos más humanos. Tenía su heterocromia de ojo verde y amarillo y su cabello corto de ese azul tan particular y revuelto era más visible y distinguible. Las dos colas azules y densas que poseía aún estaban y estas cubrían como podían las zonas íntimas de la mujer.
Roko se quedó con los ojos abiertos de par en par, notando de pronto que un hilo de sangre bajaba de su nariz, teniendo rápidamente que cubrirse con las manos la cara Roko por vergüenza.
— ¡Mierda, lo siento! No-no era necesario que me lo mostrases, te creía. — llego a tartamudear completamente en pánico Roko ante esto.
Softpaws solo daría una pequeña carcajada al ver el cómo estaba Roko, para seguido sonreírle y volver a su forma hibrida.
—Tú cara me hace mucha gracia, aunque... También tienes razón.
Seguido de esto Softpaws se volvería a reír mientras que Roko se limpiaba aquel hilito de sangre y cuando vio a Softpaws reírse, sintió que todo su mundo hubiera dado un vuelco mientras la veía.
Ella era una gata y él un perro, pero él se había enamorado de la gata más divertida que había conocido en su vida, siendo él, el perro más tímido que ha habido en el mundo.
Mientras tanto con Velvet...
Nos encontramos con el muchacho del brazo de enredaderas de sangre tocando la puerta de la habitación de Jestin con aquella rosa en la mano. La puerta se abriría y vería a Justin sin la camiseta puesta, viéndose los tatuajes que tenía este por los brazos y el del pecho de la boca.
Velvet ante esto se puso colorado mientras que Jestin se mostraba un poco confuso ante esto.
— ¿Pasa algo?
—Oh, bueno, yo— llego a tartamudear un poco nervioso Velvet ante esto, para en eso estirar su mano y enseñarle la rosa— Para ti.
Jestin vería aquella rosa y este daría una ligera sonrisa mientras se mostraba que sus mejillas se volvían un poco rojas.
— ¿Para mí? Gracias.
Con ello Jestin tomaría suavemente la rosa de la mano de Velvet, tocando dedos ante esto y provocaría el sonrojo de ambos mientras que Jestin tomaba la rosa.
—Quería saber si estabas bien y... No sé, darte un detalle de mi lado — hablo con cierta vergüenza el chico del brazo de enredadera de sangre con cierta timidez a Jestin.
—Pues la verdad es que es un muy lindo detalle... Nadie me había regalado una rosa antes.
Esto haría que Velvet abriese un poco los ojos por esto y se pusiese más colorado por esto.
— ¿Podría pasar a dentro? — pregunto Velvet un poco avergonzado. Jestin solo haría un gesto con su cabeza y le permitiría entrar
La habitación de Jestin era sencilla, de como una especie de hamaca de tela violeta oscura con la madera del lugar como el de toda la mansión que era negra además de algún que otro objeto, entre ellos un pequeño jarrón al que se había acercado Jestin y había depositado aquella rosa.
— ¿Te encuentras bien? — pregunto en eso Velvet con calma a Jestin.
—Cansado la verdad...
Jestin se iría a la hamaca que tenía como cama y se recostaría en ella, poniendo sus brazos debajo de la cabeza mientras veía al cielo y con ello hablarle a Velvet.
—Es... Todo, realmente no lo sé. Joder, ahora aparece 27 más traídos, como 48 que tenía inicialmente que cargarme ahora viene el dios hijo de puta ese a aumentar el trabajo, y para colmo... Sé que aunque tenga todos los poderes, aunque tenga todo a favor, ese dios supremo va a seguir haciendo Traídos.
Velvet solo vería esto y este decidiría sentarse cerca de donde estaba la hamaca de Jestin para con ello sentarse y hablarle.
—Es una mierda que ningún dios, ni Trono ni Potencia, sepa realmente donde se sitúa el Dios Omnipotente. — comento Velvet.
—Pero bueno... Tener una compañía para derrotar a esta gente puede ser un gran paso. Si el dios Omnipotente se ve en la situación de que sus guerreros más fuertes han sido derrotados, podría desistir, un poco como el ajedrez, si tiras a la reina la partida se vuelve más complicada.
Velvet daría una media sonrisa al escuchar esto para en eso reclinarse y apoyar su espalda en la pared para con ello verse con un gesto más melancólico pero con cierta dulzura y con ello hablarle.
—No sé si te parecerá raro pero... Me pareces atractivo.
Ante esto dicho por Velvet, Jestin abriría los ojos con bastante sorpresa para en eso notar que sus mejillas se ponían rojas y notar que el corazón le iba increíblemente rápido. A él le pasaba lo mismo, encontraba a Velvet realmente guapo y que Velvet prácticamente le había dicho a él que le encontraba atractivo cuando nunca alguien le había dicho eso.
Jestin solo pudo soltar una pequeña carcajada mientras se le veía nervioso y con ello hablarle de vuelta.
—También me pareces atractivo, bastante de hecho.
Velvet también se pondría muy colorado ante este cumplido además de bastante nervioso y avergonzado a la vez por eso, y poniéndose la mano en el rostro, apartando un poco del flequillo de la cara mientras una tontorrona sonrisa se le dibujaba en el rostro le respondería.
—Gra-gracias...
Jestin esta actitud tan nerviosa y a la vez adorable que estaba teniendo Velvet ante él le gustaba mucho, y observarlo así le parecía lindo. Le encantaba la personalidad que tenía Velvet porque inicialmente cuando se conocieron Velvet se notaba más confiado y todo, pero la realidad es que era solo un chico bastante vergonzudo y de actitud más entrañable, y eso quería o no, le gustaba a Jestin.
—Me gustaría mucho que en algún futuro, cuando todo esto se acabe, estés a mi lado y tener una vida normal, ¿Qué hacer después? La verdad es que no lo sé pero... Podría ser linda la verdad.
Se notaba que Jestin aquello que había dicho era un pensamiento que había dicho en voz alta y sin mucho pensar, pero al rato de esto se daría cuenta de esto y lo único que haría Jestin es callarse, llevar sus manos a encima de su pecho mientras entrelazaba sus dedos y verse que se ponía rojo de la vergüenza.
Por el lado de Velvet al escuchar esto este se le había puesto la cara roja como un tomate maduro mientras que juraba Jestin ver de reojo a Velvet que las pupilas de este se volvían corazones.
— ¿Sabes? También me gustaría eso la verdad— comento Velvet con cierta vergüenza— Tener una vida a tu lado, ¿Quién sabe? Poder tener momentos a solas y disfrutar de la vida. Es una idea bastante buena a futuro la verdad.
Jestin al escuchar esto se le dibujaría una tontorrona sonrisa enamorada y pudo notar sus latidos ir muy rápidamente. Eso mismo se vería que a Velvet le pasaba, y es que se pondría colorado y también tendría una sonrisa enamorada en su rostro.
Los dos estaban muy enamorados del otro, se notaba en el aire que había un algo entre estos que, sin embargo, también se notaba que no se lo decían. Tal vez por no saber dar el paso o simplemente porque eran muy bobos y muy inexpertos en llevar una relación formal. Lo que sí se notaba era que estaban enamorados del otro, y prácticamente se habían confesado uno del otro.
En eso alguien tocaría la puerta y con ello abriría, viéndose que era Tayuya, que al ver aquí a Velvet ahí también se confundiría un poco pero solo se encogería de hombros y le hablaría a Jestin.
—Jestin, he conseguido contactar con lo de los cuervos y están repartiendo los folletos por fin, ¿De acuerdo?
—De acuerdo, gracias por avisarme.
Con ello Tayuya se iría de la habitación y en eso Velvet solo se quedaría viendo un poco extrañado y hablando en su mente.
—<<Bueno, habrá tardado más de lo que yo creía que no ha hecho falta que se lo diga a Guada>>
—Bueno, ahora a saber quién va a ser nuestro primer cliente. — comento Jestin dando una ligera sonrisa ante aquello.
Velvet al escuchar esto también daría una sonrisa.
Los cuervos mensajeros empezarían a llegar a todas partes del mundo, desde Lambargg hasta Mouri-Kai, de Mouri-Kai a Metrópolis Empire, de Metrópolis Empire a Arggabedon. Pero no solo se quedaría en ese lugar, el cielo, el purgatorio, el infierno y los mundos que conectaban el físico con los espirituales como el mundo Yokai también iban llenando de esos folletos de aquel pequeño grupo dispuesto a eliminar a los Traídos.
Y para lo sorprendente de la situación, el primer cliente no tardaría mucho en llegar...
Nos encontramos en el infierno y nos encontramos con alguien particular.
No era alguien especialmente corpulento pero sí que bastante alto, su aspecto delgado junto con un cabello un tanto largo de un color crema particular y unos cuernos que tenían cierta forma de V, con la piel pálida, ojos carmesís y un traje elegante con una pequeña corona en su cabeza lo hacían ver bastante particular. Se veía prácticamente como un humano si no fuera por los cuernos que poseía.
Y a este hombre... No se le veía especialmente contento
—Maldita sea...
Al lado suyo al parecer tenía un demonio asistente, su aspecto era pequeño, verdoso y redondo, con cuernitos y cola típica de demonio, que se encontraba con una tabla y un lápiz anotando cosas.
—Señor, la casa Gremory están con los planes de meter a ese Traído nuevo que tiene el poder ese del dragón rojo. — hablo el demonio recapitulando cosas
— ¡Lo sé! No hace falta que me lo digas pero es que ya no es la única casa en donde tienen un Traído. — respondió el gran demonio con molestia
— ¡Oh, sí, tienes razón mi señor! Los Uvall, los Stolas, los Foras, los Orias y los Marax también tienen, por no comentar que los Sitri, los Gaap, los Orobas y los ahora Gremory están buscando uno... — comento el pequeño demonio, que fue tomado de la cola por el gran demonio que se le veía molesto.
—Era de forma retorica idiota— Y con esto dicho por el gran demonio este soltaría la cola del pequeño demonio que se caería y se estamparía contra el suelo, pero este se recompondría enseguida.
— ¡Lo siento mi señor, ha sido un error gravísimo el no entenderle! — se disculpó el pequeño demonio.
El gran demonio solo suspiraría con resignación y en eso llegaría a la sala del trono, yendo directamente al Trono y sentarse.
—Mira Zucu, con el tema de los Gremory no me asusta tanto porque los ángeles caídos, un grupo especial va a estar encargándose de eso y tengo un poco de confianza en que eso lo puedan solucionar ellos, pero... Los otros no puedo hacer nada. Y menos con los que son los rivales directos míos, los Uvall que el Traído se volvió el jefe de estos.
—El hombre calavera, ¿No?
—Sí, ese mismo.
En eso un cuervo extraño entraría al lugar, y es que este cuervo era de ojos rojos y tenía la marca de su dueño que era ese hombre. Aquel cuervo tenía en su pico un folleto y este volaría a su dueño.
—A ver qué es eso amigo.
Con ello este tomaría el folleto del pico del cuervo y lo leería atentamente.
— ¿Equipo especial para matar Traídos? Esto es una locura. O una broma de muy mal gusto. — comento ese gran demonio de forma pensativa mientras leía el folleto.
—Señor, puedo notar que tiene rastros de que viene del mundo de los Yokai. Es muy raro que venga de ellos algo así. — comento Zucu al demonio.
Este se quedaría viendo el folleto y comentaría lo siguiente.
—Y si algo viene del mundo de los Yokais es algo que tiene pinta de ser verdadero, esos hijos de puta se caracterizan por ser muy honestos y cumplir con lo que hacen.
El demonio se quedaría por un rato más leyendo aquel folleto, para con ello verse bastante meditativo al respecto de ello por un rato para en eso dirigir su mirada a Zucu y entregarle el folleto al pequeño demonio.
—Intenta localizar el lugar exacto en donde se encuentra la guarida de este, quiero tener una charla personal con el cabeza del grupo y explicarle la situación.
Zucu tomaría el folleto en sus manos para seguido hacerle un saludo militar al demonio.
— ¡De acuerdo señor Volac! ¡Lo haré lo más rápido que pueda!
Y con ello, el pequeño demonio se iría de ahí, ahora conociendo quien era aquel demonio. Pero no un demonio normal... No, era uno de los 72 reyes demonios del infierno. Volac.
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