CAPÍTULO 30
Los vi allí sentados en la primera fila.
Estaban todos mis amigos. Vestidos de manera elegante y sonriéndome en forma de apoyo.
Sería fácil continuar si contaba con su presencia.
Colin alzó la mano, discretamente, para llamar mi atención y alzó el pulgar junto con un guiño de ojo.
Luego hizo la mímica como si estuviera bebiendo de un vaso para terminar de comunicar el mensaje.
Por supuesto que entendí a la perfección. Ya se habían encargado de intervenir el vino de esta noche y menos mal que habían podido resolverlo por sus cuentas porque la cabeza ya no me daba para más.
—Gracias a todos por estar presentes esta noche —expresó Asier con una voz fuerte y clara—. Este será un evento muy especial, ya que presentaremos de manera oficial a la grandiosa Scarlett Mayer.
Más aplausos y gritos de apoyo se oyeron desde las gradas.
Esta gente de verdad estaba disfrutando de la velada.
Asier me tomó del brazo y tiró del mismo para que me acercara más a él.
—Antes de continuar, quiero darle lugar a nuestra figura de la noche, para que pueda decir unas palabras.
Una luz blanca iluminó mi cabeza, y de repente me sentí sola entre tanta multitud.
—Buenas noches —fue lo primero que pude modular, antes de sentirme invadida por una onda de calor.
Desvíe la mirada hacia atrás, buscando algún tipo de ayuda o alguien que pudiera intervenir pero solo me topé con Theo, detrás del telón.
Este me hizo un gesto para que respirara con profundidad y así mismo lo hice.
—Quería agradecerles la bienvenida —continué, exhibiendo mi mejor sonrisa—. Nos han hecho sentir muy cómodos dentro de esta comunidad, así que en nombre de mis amigos y yo les doy las gracias.
Aplausos, silbidos y más aplausos, llenos de entusiasmo. Era lo único que se lograba escuchar luego de mi escueto discurso.
Sentía que les debía algo más de sentimiento, luego de ver sus caras sonrientes y conmovidas.
—Sé que no es fácil todo lo que nos ha tocado vivir. Créanme que nunca, ni en un millón de años, habría imaginado presenciar todo lo que ha sucedido en estos últimos tiempos —expresé con la voz temblorosa—. Y soy consciente de que por más que mis ojos sean distintos, no soy la única que se ha visto afectada. Es por ello que entiendo lo mucho que el Laboratorio Delta Sigma ha impactado en cada uno de ustedes.
Podía ver el cambio de expresión que habían que exhibían sus rostros.
Quién iba a pensar que había podido impactar a más de uno con mis palabras.
—Sin embargo, hemos logrado ver el lado brillante de la situación. En mi caso, conociendo a increíbles personas que considero parte de mi familia, a pesar de que no todos están aquí presentes conmigo —dije, sintiendo como se me empezaba a cerrar la garganta—. Y ustedes me lo han demostrado durante estos días al ver lo unidos que se mantuvieron para crear esta hermosa ciudad en la que viven. Así que gracias por recordarme que todo lo malo tiene su lado bonito.
Podía sentir la humedad de mis ojos.
Quizá no había sido de mis mejores discursos, pero fue la primera vez en donde tomé conciencia del enorme vacío que sentía en mi corazón.
Tantos eventos vividos me habían dejado destruída y lo peor, era saber que ninguna palabra bonita o persona lograría devolverme todo lo que alguna vez fui.
Ya ni yo misma podía mentirme, pero si podía convencer al resto de lo contrario. Y que buen trabajo que estaba haciendo.
—Ahora transmitiremos en la gran pantalla, varias escenas pasadas de nuestra grandiosa Diosa —explicó Asier, quien sostenía un pequeño control verde en manos—. Ante ustedes, Scarlett, La Falla Mayer.
Todas las luces se apagaron a la vez que el gran monitor se encendía.
De la nada apreció mi cara en primera plana. Estaba vestida con mi uniforme camuflado, dentro del Laboratrio Delta Sigma. Definitivamente se me veía correr con otra persona al lado que me seguía al pie de la letra.
Al instante me di cuenta de que aquel chico que estaba a mi lado era Colin, ya que aquello ocurrió el primer día de nuestra llegada.
La escena cambió y me vi saltando sobre los pisos flotantes que había diseñado María. Fue aquel día que peleé con Arden, la muchacha de ojos rosas amante de las catanas.
Nunca se me hubiera cruzado por la mente, la posibilidad de que aquel enfrentamiento pudiera haber sido grabado.
Podía verse a la perfección cada golpe que nos dábamos y cada diálogo que decíamos.
El público se mostraba fascinado con las escenas de acción y no se les escapaba ni un solo comentario cada vez que lograba acertarle un golpe a la chica.
La escena de la pelea desapareció y la que le siguió me dejó perpleja.
Se trataba de aquel juego enfermizo que había ideado Sigma. Fue aquella vez en donde, doce de nosotros, fuimos metidos dentro de un campo invisible con estatuas de letras griegas y debimos enfrentarnos entre nosotros hasta que sólo uno quedara de pie.
Me ponía los pelos de gallina ver toda la sangre desparramada por el césped y lo peor era tener que verme a mí, hiriendo a los demás competidores.
Estaba apretando los puños, mientras recordaba en mi cabeza todo lo vivido aquel día, esperando una escena en particular.
Ahí fue cuando enfocaron, el momento exacto, en donde Ares se abalanzaba sobre una chica que estaba por matarme.
El corazón me latía a mil, rememorando cómo se sintió su tacto contra mi piel, mientras se aseguraba de que estuviera bien.
No podía quitar los ojos de la pantalla.
Me sentía hipnotizada con lo atrapante que estaba siendo este intento de documental.
Estaba todo tan bien grabado y editado que hasta parecía el trailer de una película de acción.
Sentí que alguien rozó mi brazo con su mano, y ni siquiera tuve que mirarlo para saber que se trataba de Theo.
—No puedo creer que aquella en la gran pantalla sea yo —confesé, aún boquiabierta, en un tono apenas audible—. Me ha tomado desprevenida todo esto.
—¿Recién te vienes a dar cuenta de lo asombrosa que eres? — Dijo en medio de una sonrisa. Parecía estar igual de impresionado que el resto.
Cambió el panorama y la gran pantalla mostró uno de mis peores recuerdos. Uno que cada tanto solía revivir en mis pesadillas. Me vi allí, metida dentro de aquella caja de cristal llena de sangre artificial, que Sigma había ideado.
Podía recordar cómo me sentí aquella vez. Asustada y sola. No me gustaba en lo absoluto que está gente estuviera viéndome en uno de mis momentos mal vulnerables, y no solo por el hecho de que estaba casi sin ropa.
A ellos no pareció importarles aquel factor, ya que solo exclamaron con felicidad, el momento en el que logre romper el cristal para escapar.
Me vi ingresando en el Deltágono, junto a Aarón y su gente. Exhibieron mi pelea con Jade, en donde casi la parto a la mitad con mis poderes de telequinesis.
Incorporaron escenas de aquel juego de realidad virtual en donde terminaba siendo perforada por unas vigas de hierro al final de un elevador en llamas.
Avanzamos hacia aquel momento en donde ocurrió el enfrentamiento con las tropas de Sigma.
Jamás se me cruzó por la cabeza que hubieran drones grabando todo lo que ocurría.
Me vi en primer plano corriendo detrás de Jade, quien había sido herida por Arthur.
Luego llegó aquella escena del bosque, en donde muchos clones nos tenían rodeados a Ares, Colin y a mi.
Mi cuerpo tomaba temperatura de a poco, sabiendo lo que se estaba por venir.
Corrí detrás de Sigma y allí fue que se desencadenaron una serie de eventos que resultaron con la muerte de mi mejor amiga.
No quería seguir mirando. Era demasiado doloroso tener que saber qué pasó, pero peor era ver nuevamente el momento en que se apagaron los ojos de Sofía.
Instintivamente agarré el anillo que Jade me había regalado por mi cumpleaños.
Había olvidado por completo que en realidad estaba cargando con Sofía en todo momento.
Podría haber jurado que sentía un extraño calor, emanado del diamante y la escarlata fundida. Quizá sólo era yo, a punto de tener uno de mis ataques de pánico.
La pantalla se apagó y se encendió nuevamente para mostrar aquella última escena en donde me enfrentaba contra Sigma y este último terminaba muriendo a manos de mi daga, una flecha de Colin y una bala en la frente de María.
Los espectadores estallaron en una tormenta de aplausos y ovaciones ante lo que acababan de ver.
Miré en todas las direcciones, tratando de entender cómo era posible que esto pudiera gustarles, pero no encontré respuesta alguna.
Simplemente no lo habían vivido a flor de piel, nunca comprenderían lo que se sintió.
—¿Estás bien? —Consultó Theo, con delicadeza —Estás pálida.
—No me siento muy bien —confesé y necesité agarrarme de su hombro para no perder el equilibrio.
No dudó en agarrarme con fuerza mientras me escoltaba detrás del telón.
—Damas y caballeros —intervino Asier, quien no borraba la sonrisa de su rostro— Volveremos en unos instantes para concretar el gran bautismo de la velada. No desesperen.
Esta noche parecía no terminar más.
Dedicado a @michelzta y @@Iam_Breidy19 gracias por mostrar interés en la novela bonitas🫶🏻🫶🏻🫶🏻
Bebés, si ven algún error, prometo corregirlo mañana porque son las 00:20 de la noche y me muero de sueño jaja
ANUNCIÓ IMPORTANTE:
El 5 de julio es mi cumple 😛 ya voy para 21 años gente! Y pensar que escribí No soy una falla con 13 añitos🥹🥹
Pero bueno, la idea es hacerles un maratón de capítulos para que seamos todos felices jaja
Avísenme si les gusta la idea, los amo❤️
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