CAPÍTULO 21

Para mi sorpresa fue muy simple localizar al resto de mis amigos.
Colin se había quedado con Aarón y Matthew vagando por los huertos donde los experimentos sembraban y cosechaban sus bienes. También habían encontrado varios animales por allí así que Luke y Katherine decidieron hacerles compañía.
Caleb y Jade llegaron más tarde, luego de que los contactáramos por el radio comunicador. Habían estado paseando por los galpones de almacenamiento que tenía está gente.

—¿Así que lo de mantener bajo perfil no te funcionó, verdad? —Bromeó Aarón quien me abrazó por los hombros—. Ojitos multicolor.

—En realidad fue culpa mía —intervino Victoria—. Dos tipas buscaron molestarme por tener ojos normales y bueno, Scarlett les dio una paliza para el recuerdo.

Varios de los allí presentes rieron ante la breve historia.

—No me sorprende en lo absoluto —afirmó Jade y humedeció su dedo para quitarme una manchita de la cara.

Todos compartían lo que habían estado haciendo durante las últimas tres horas y saqué la conclusión de que habían hecho un muy buen trabajo camuflándose.

—¿Te sentiste bien cuando las enfrentaste? —Aventuró Colin en mi oído para que el resto no escuchara—. Me refiero a cuando diste el primer golpe. Hacía mucho no luchabas cuerpo a cuerpo.

Apreté el puño de la mano de manera involuntaria y reviví la escena con brevedad. El primer impacto con la piel de aquella chica me había hecho estremecer, y definitivamente había encendido una llama de adrenalina que se había apagado hacía varios años.

—Eran unas bravuconas. Fue un motivo justificado —intenté aclarar—. Pero si, no te miento al decir que sentí una chispa al dar el primer golpe.

—A veces es justo y necesario —agregó a mi favor y apretó mi hombro—. Si Ares estuviera aquí estaría orgulloso de verte viva de nuevo.

—Vivo me gustaría verlo a él en realidad —suspiré melancólica y fui a escuchar la charla de los demás antes de que mi ánimo se sumiera en la oscuridad.

—Victoria nos contó lo sucedido con Asier —dijo Caleb sin una pizca de alegría en su tono—. Aún no comprendo eso de la veneración.

—Yo sigo sorprendido de saber que Asier es como un camaleón —acotó Luke emocionado—. Y yo que pensaba que la única rarita eras tú, Scarl de mi corazón.

No me molesté ante su comentario. Sabía que el rubio no pensaba dos veces antes de abrir la boca y le gustaba bromear.

—No le digas así, Luke —lo mandó a callar Katherine junto con un golpe en el hombro.

—No me molesta, tranquila —aclaré e inicié con mi discurso—. Si, Asier es un cambiante, con tan solo tocar a una persona, puede adquirir su poder por tiempo limitado. Por otro lado, saben que los experimentos se creen dioses. Asier funciona como dirigente y predicador de la palabra. Él nos invitó esta noche a una cena esta noche y dijo que nos alojaremos en su edificio. Mañana se celebrará un brindis de "veneración" en la plaza principal junto al resto de los experimentos.

—¿Y tú qué piensas con respecto a todo esto, Scarl? —Me preguntó Colin, queriendo saber mi opinión.

Que gran pregunta.
Si debía ser sincera conmigo misma, no sabía qué conclusión sacar ante todo lo que había visto hoy.
No quería que mi juicio se viera nublado por el hecho de que todos pintaban a Asier como el malo de la película.
Después de todo, fueron pocas las personas que se tomaron el trabajo de conocerme antes de calificarme como a una falla peligrosa y no quería ser yo quien lo juzgara a él. No tenía derecho a hacerlo.

—Creo que será una buena oportunidad para conocer sus intenciones —admití luego de organizar mis pensamientos—. Veremos lo que tiene para decir. Lo escucharemos y observaremos qué tan bien se porta con nosotros.

—Se me ha ocurrido una gran idea —me interrumpió Luke y apretó mi hombro con fuerza—. Podremos utilizar el suero para dormir a todos mañana durante el brindis.

Aarón soltó una carcajada, incrédulo ante lo que estaba escuchando.

—¿Y tú supones que está gente brindará con una copa de agua fría? —Inquirió y jaló un mechón de pelo del rubio para molestarlo.

—No, idiota —Luke le dio un empujón y centró su atención en Jade y Caleb—. Ustedes estuvieron paseando por los almacenes ¿Acaso han visto el stock de bebidas de esta gente? Allí deben de tener una reserva alcohólica de algún tipo.

El rostro de mi hermana se iluminó cuando recordé su reciente paseo por las tierras de las Deidades.

—Tienen barriles de vino casero —señaló Jade con una sonrisa.

—He visto las cosechas de uvas que tienen y estoy más que seguro que esa es su fuente de alcohol principal —sentenció el rubio—. Mañana verteremos el suero somnífero dentro de los barriles y podremos concluir de una vez por todas con esta misión.

La idea de Luke me parecía genial. Sería el momento perfecto para concretar la misión ya que todos participarían del brindis.

—Hay veces que esa cabeza hueca cumple su función —Matthew le dio un tirón de orejas al rubio de ojos verdes.

Asier nos mandó a buscar con sus secuaces, quienes nos escoltaron hacia nuestras respectivas habitaciones que ya estaban listas.
Mis amigos no podían parar de mirar la gran torre de marfil y oro donde residía Asier. No los culpaba, no estábamos acostumbrados a este tipo de lujos.

Subimos al séptimo piso y allí se encontraban dos puertas sin llave para que pudiéramos ingresar. A todas las mujeres nos acomodaron en un cuarto y a los hombres en otro.

Apenas puse un pie en esa habitación me di cuenta de que parecía el lugar más civilizado en donde había estado en tanto tiempo.

Con las paredes blancas, los suelos de mármol y un gran candelabro de cristales en medio del living.
Un sofá enorme de cuero blanco y una mesita de centro dorada.

—Esta habitación es un palacio —suspiró Mila, emocionada.

—Y espera a que veas las habitaciones —añadió Katherine, quien hablaba a través del pasillo.

Hicimos caso a su comentario y si, realmente esas habitaciones tenían el doble de tamaño de lo que alguna vez fue la mía en Portland.
En total eran tres cuartos. Dos con una sola cama dentro y otro para compartir con dos camas individuales.
Las paredes estaban forradas con un tapiz rosado hermoso y los armarios eran enormes. Lastima que solo tenía una muda de ropa.

Por curiosidad me acerqué al armario de uno de los cuartos y al abrir la puerta mis ojos se iluminaron.
Había múltiples perchas con diferentes prendas colgadas en ellas.
Había vestidos, remeras, polleras y hasta tacones.

—Se supone que debemos vestirnos con esto, ¿verdad? —Preguntó Kate, quien ya tenía la mirada fija en un vestido blanco con escote caído.

—Asumo que sí —Respondí y le eché un vistazo a mis amigas—. ¿Cómo dividiremos las habitaciones?

—¿Lo sorteamos a la antigua? —Sugirió la rubia de ojos rojos.

—¿Qué sería a la antigua? —Consultó Victoria, cruzada de brazos.

—Tu no durarías ni dos segundos —río Mila y procedió a explicar—. A la antigua quiere decir que el último que queda de pie gana y escoge.

—Lo hemos hecho varias veces en el laboratorio cuando sólo quedaba una porción de pastel en la cocina —acotó la otra.

—Ustedes se creen que por el hecho de ser humana soy más débil —gruñó la pelinegra.

—Tu no tienes idea de lo que somos capaces de hacer —respondió Mila sin una gota de gracia en su tono—. No durarías ni dos minutos contra cualquiera de nosotras y encima vas haciéndote la ruda por la calle.

Victoria frunció el ceño y dio media vuelta para meterse en una de las habitaciones individuales.

—Eso pensé —añadió la rubia de ojos violetas.

—¿Qué necesidad había de menospreciar a Victoria? —Le pregunté extrañada ante su violenta actitud.

—Nada más le estoy bajando los humos —se encogió de hombros y caminó hacia la doble—. Ven, compartamos habitación, Scarl.

—Con gusto dormiré sola —sonrió Kate—. Yo me iré a bañar primero así luego entran ustedes y se alistan.

Me senté sobre la cama y me quité los borcegos negros.

—¿A qué vino todo eso, Mila? —Reformulé la pregunta, ya con un poco más de privacidad.

Mi amiga no tenía ni un solo pelo de persona agresiva o violenta. Ella siempre solía ser simpática y acogedora con la gente de su círculo.

—No me gusta como te falta el respeto —explicó y se sentó a mi lado—. Esta chica no entiende quién eres como para comportarse de la forma que lo ha hecho contigo.

Cabía destacar que había muchas actitudes de Victoria hacia mí que Mila no sabía, cómo aquella vez en el cuartito oculto de aquel bar...

—¿Pero y acaso yo soy el presidente de la nación? —Inquirí—. Soy una más, al igual que ustedes.

Mila bufó pesadamente y deslizó sus manos por su rostro.

—Tu eres la persona más poderosa del planeta, Scarl —comenzó con su explicación—. Esta muchacha debería entender que no puede andar contradiciéndote o hablándote mal como si nada.

Me estaba empezando a preocupar esta forma de pensar de la rubia. Ella nunca me había hecho sentir, ni por un solo segundo, diferente al resto.

—Victoria es una mujer de nuestra misma edad y encima con un carácter fuertísimo, ¿tú piensas que mi prioridad es tenerla bajo la palma de mi mano? —Consulté sin poder creer que me tocaba explicar esto—. Tu déjala ser que cuando esto termine ella hará su vida y nosotros la nuestra.

—Ella debería respetarte —Insistió—. No es nadie a la par tuya.

—No soy nadie importante, Mila. Por favor no te confundas —supliqué mirando con preocupación a mi amiga.

—Eres aún más importante que cualquier Dios que se ha inventado. Tu si existes en carne y hueso, pero descuida que somos más de uno los que no damos cuenta de tu virtud.

Me estaba empezando a asustar la convicción con la que hablaba.

Sepan disculpar la demora amores pero andaba sin idea de cómo seguir con la novela jajaja, además anduve retomando mi trabajo y bueno, me mantuvo muy ocupada.
Igualmente, feliz san Valentín para todos (sus novios literarios también los aman), los amo un montón 💘🫶🏻🥰

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