CAPÍTULO 1
—Tres años han pasado ya, ¿lo sabías? No sé si llevarás la cuenta de los días que faltan para reanudar tu vida, pero quédate tranquilo de que yo si lo hago.
Quizá estés harto de escuchar mis platicas diarias donde te pongo al día de lo que va sucediendo. Algunas cosas son importantes y otras no, pero qué más da. Después de todo, nadie se muestra tan interesado como tu. Tu te quedas y me escuchas, no huyes de aquellos problemas que me atormentan, nunca lo has hecho.
Me dejabas apoyar la cabeza en tu hombro y me abrazabas, mientras que con el otro brazo acariciabas mi cabeza con lentitud.
Puta madre, como extraño eso...
Llorar ya no me avergüenza, no recuerdo si te lo había dicho ya. Me molesta que la gente sienta pena pero cuando una lagrima resbala por mi mejilla me recuerda a estos momentos de intimidad que compartimos estos últimos tres años. Claro, yo derramo las lágrimas y tu no me juzgas, creo que somos un gran equipo.
Equipo, equipo... hacía mucho que no pronunciaba aquella palabra y hacía mucho que no conformaba uno de ellos. Generalmente no salgo de mi cuarto más que para ir a comer en la cafetería, o para entrenar a escondidas en el gimnasio. Al parecer prefieren mantenerme en "observación" para ver cómo evoluciono diariamente pero ya no puedo creerles más. Hace tres años que me insisten con la misma excusa, pero tuve que poner buen rostro a ella luego de negociar durante una hora que me dejaran venir a hablar contigo todos los días.
Ellos creen que puede ser perjudicial para mi pero no entienden que es lo único que no me deja desprenderme de la verdadera Scarlett que soy. Verte me trae recuerdos y por más que duelan están ahí, formando una parte de mi vida que no puede ser ignorada.
Admito que he cambiado mucho. Me faltan ánimos, me mantengo distante de la gente y amigos, a excepción de tu hermano que se adhiere a mi como garrapata cada vez que me pilla fuera del cuarto. Es como si fuera una persona normal, viviendo en un mundo normal y estructurado. ¡No me gusta en lo absoluto! Extraño la acción, la hermandad, la vida fuera de lo común.
Si el psicólogo oyera todo lo que estoy diciendo, de seguro me mandaría a reflexionar sobre lo que estoy deseando. Claro, lo que él no sabe es que mi mayor deseo es volver a ver tus ojos verdes esmeralda, pero me han dejado muy en claro que no intente abrírtelos a la fuerza. Créeme que no lo haré.
No lo haré porque creo en que es un proceso que tenemos que atravesar juntos. En el cual tu tendrás que terminar de sanar todas tus heridas internas para despertar lleno de energía, y en el cual, yo tendré que aprender a despegarme para no sufrir... ¿Pero sabes qué? Me cuesta horrores.
Me cuesta y no estoy dispuesta a ceder mi parte. En ese caso prefiero dejarte a ti el trabajo duro, teniendo esperanzas en que algún día despertaras y volveré a verte sonreír. No importa si tengo que esperar diez años más, solo te pido que no te demores tanto.
Siento que exijo demasiado pero de verdad no lo puedo evitar.
No quiero abrumarte con tanta melancolía pero es que me pongo tan mal cada vez que entro en esta habitación. Cada vez que estoy por poner un pie en la puerta, respiro hondo y me mentalizo conque estarás con los brazos abiertos para recibirme. Sé que no debería hacerlo pero me ayuda a mantener la esperanza.
Cambiando de tema para no desanimarte, Mila ha ocupado un nuevo puesto de trabajo en donde colabora con María para replicar el suero de Sigma y devolver la normalidad a los ojos de los chicos que así lo deseen.
Colin, Aarón y Matthew se inscribieron en el programa de rescate aéreo y hasta ahora no he vuelto a verlos, de seguro tuvieron horas extra.
Luke acompaña a los ingenieros en sistema y Piper los asiste de vez en cuando.
Brisa está embarazada y Caleb será el papá del niño o niña.
Mi hermana se ha unido al grupo de exploración terrestre, quienes recorren las afueras y tratan de asistir a gente con intervenciones genéticas.
Todos muy exitosos y yo aquí sin nada que hacer. No porque no lo quiera, sino porque no me dejan.
Si salgo creen que nunca más volveré. Pero ellos no entienden que nunca me iría y te dejaría a ti y al resto, no está en mi ética.
Tocaron la puerta a mis espaldas. Colin asomó la cabeza por el marco y me dirigió una sonrisa. Se postro a mi lado frente a la camilla con su hermano en ella.
—Luego de una semana sin verte ya comenzaba a extrañarte, hermanita.— Expresó él, dándome un fuerte abrazo.—Feliz cumpleaños Scarl.
— ñNo sé que tienen de felices pero igualmente te devolveré el abrazo.— Apreté de él con mucha fuerza.
—¿Ya son veinte, verdad?
—Lo creamos o no lo son y se siguen sumando cada treinta de septiembre. Veinte años, Colin. ¿En qué momento se pasaron dos décadas de mi vida?— Pregunté retóricamente.— De todos modos no importa, ¿verdad? Es solo un número.
—Te equivocas.— Comentó de repente.— Es solo una arruga más en tu cara. ¡Y ahí empieza a notarse!— Apuntó mi frente.
A pesar de que su broma fuera tan mala, logró hacerme reír como hacía mucho no pasaba.
Aquella risa rebotó en las paredes de la habitación causando eco.
Me sentí culpable por haber hecho tanto ruido y al instante miré a Ares, buscando pronunciar una disculpa pero una sonrisa en su rostro me distrajo.
Di un paso hacia atrás sin poder creerlo, pensando en que solo había sido un error de mis ojos, pero Colin también parecía pasmado.
—Ve y busca a María, ¡Ahora!—
De inmediato Colin dejó la habitación.
Minutos después llegaron María y el grupo médico del lugar. Dos mujeres vestidas de blanco me escoltaron fuera del cuarto en contra de mi voluntad.
Colin nos siguió por detrás y se quedó a esperar conmigo sentados en el suelo, al lado de la entrada.
—¿Crees que despertará?— Le pregunte esperanzada.
Él me miró con un aire apenado y se encogió de hombros. Frunció los labios y apoyó su mano sobre mi rodilla.
—Cuando esté listo lo hará, Scarl. Te lo prometo. Tu y yo sabemos que Ares no nos abandonará así de fácil. Es una persona muy fuerte y no dejará de dar pelea, ni siquiera estando en coma.
—Lo extraño mucho.— Admití con la voz entrecortada.
—Lo sé.
La puerta de la habitación se abrió de repente. María asomó la cabeza y nos localizó en el acto.
—No ha ocurrido nada grave. Al parecer Ares estaba estimulado y sonrió. Raramente puede ocurrir, pero estoy segura de que no está tan lejos de despertar.— Anunció con su voz calma.— Ahora necesita estar a solas y creo que ya va siendo hora de que ustedes dos vayan a almorzar algo en la cafetería.
—Gracias por cuidarlo.—Sonreí.
María asintió con una sonrisa y se retiró acompañada de los miembros del equipo médico.
—¿Tienes gana de comer algo?— Me preguntó Colin.
—La verdad es que no. Creo que iré a mi cuarto un rato. No tengo muchas ganas de encontrarme con gente en la cafetería.— Admití.
—¡Vamos!— Insistió.— Solo será media hora. Te pasas el día encerrada en tu cuarto, no puedes seguir así Scarl.
—Bien. Te acompañaré pero sólo porque me apetece pasar el rato contigo.
(...)
Doblamos en una esquina, teniendo como resultado la cafetería en frente.
Me frené de golpe, al ver que todas las luces de adentro estaban apagadas.
—Deben de haber cerrado.— Lo miré a Colin.— Quizá la máquina expendedora del segundo piso esté andando, si es que todavía tienes hambre.
—Veamos si aún sigue la comida sobre la barra.— Me ánimo él. Agarró mi brazo derecho y empezó a tirar de él para arrastrarme dentro del lugar.
Apenas cruzamos la puerta las luces se encendieron de golpe, dejándome encandilada.
Las personas que parecían estar escondidas saltaron y gritaron: ¡Feliz cumpleaños Scarlett!
Miré a Colin sorprendida y lo descubrí con un pequeño cilindro colorido en las manos.
—Que los veinte no te vuelvan amargada, hermanita.— Comentó con alegría, para luego apretar el botón del cilindro y llenarme el rostro de serpentina.
—Que los cumplas muy feliz, Mayer.— Me dijo Luke luego de lanzarme una espuma blanca sobre la cabeza.
Intententé contener la risa, para no abrir la boca y tragarme toda la sustancia.
"Hacía años que nadie festejaba mi cumpleaños"— Pensé mientras quitaba los residuos de la serpentina de mis ojos.
Aproveché la oportunidad de mirar alrededor y capturar las imágenes de la gente que me rodeaba.
Mila se acercó a mi y con un fuerte abrazo me deseó felicidades al igual que Brisa, Matthew, Piper y otros miembros del establecimiento Kappa Beta hicieron.
—¡Abran paso, por favor!— Pidió Katherine quien venía haciendo equilibrio para que el inmenso pastel de chocolate que llevaba en sus manos no se cayera.
Lo dejó sobre una mesa y me felicitó.
Aarón se abrió paso entre la multitud y logró llegar a mi. Me abrazó fuertemente y me deseó un muy feliz cumpleaños. Sacó una caja con fósforos del bolsillo de su pantalón y encendió veinte velas color escarlata.
—¡Una, dos y...!— Gritó cuando ya había terminado de encenderlas.
Todos los allí presentes comenzaron a cantar el feliz cumpleaños con sonrisas reflejadas en sus rostros.
Al finalizar aplaudieron y silbaron al compás del coro que pedía:— Unas palabras de la cumpleañera.
Colin me guió hacia una banqueta de una de las mesas y me obligó a subir para hablar desde allí.
Me quedé congelada, pensando en qué podía modular para agradecer todo lo que habían hecho.
Desvíe la mirada en busca de alguien que pudiera ayudarme a armar algo rápidamente, cuando me topé con unos hermosos ojos verdes que me observaban.
Todos estaban en silencio expectantes a lo que fuera a decir.
Parpadeé y de repente ya no estaba más.
—Ares.— Fue lo único que alcancé a pronunciar.
El ruido del confeti me colocó nuevamente en la realidad y que gran vergüenza pasé al notar que todos estaban mirándome atónitos.
Una ráfaga de calor subió hacia mi rostro y la desesperación se apoderó de mi cuerpo.
Decidí bajarme rápidamente de la banqueta, antes de decir otra ridiculez.
Me abrí paso entre la multitud a base de codazos y corrí hasta sentirme segura en mi cuarto.
¿Qué había ocurrido conmigo?
Hacían siete meses desde que me pareció ver a Ares consiente, luego de ello nunca más hasta el día de hoy.
¿Por qué de repente había regresado? Nunca me ocurrió eso de paralizarme en público ni mucho menos de no saber qué decir delante de la gente, pero sin duda, esta vez había sido a diferente.
"¿Qué es lo que estas haciendo conmigo Ares?"
"—Básicamente lo que tú quieres que haga.— Dijo una voz familiar en mi cabeza.— Que pueda despertar y sonreírte nuevamente, ¿no es así Scarlett?"
—¿Qué puedes saber tu, Sigma?
¡Primer capítulo del Legado Sigma! Espero que les haya gustado mucho y que sigan con ganas de leer más!
NO OLVEDEN VOTAR 🌟
El dibujo de Scarlett fue hecho por Justina, mi mejor amiga. Los invito a seguirla en su Instagram como @tuti.art. Hay que admitir que le quedó hermoso 💕💕💕
Y si les sigue gustando la historia agréguenla a su biblioteca.
Los amo ❤️
Déjenme un comentario, quiero ver sus reacciones ante el cap 😏😏😏😏
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