Una sonrisa para el futuro


Departamento de Haku – medianoche

Haku haciendo el más mínimo movimiento, tomo algunos senbon que tenía escondido debajo de su almohada y los sujeto con fuerza entre sus dedos, abrió los ojos de golpe y dirigió su mirada hacia la puerta de su habitación, sintió como un intruso extremadamente sigiloso se adentró en su departamento, pero no fue lo suficientemente sigiloso para burlar sus agudos sentidos e instintos afilados por años de huir de los Anbu de Kiri, en un simple movimiento, ya estaba fuera de su cama de pie al lado de la puerta, vestía una camisa naranja ajustada y una pijama azul algo holgados pero cómoda, trazo sellos de mano con una mano y creo dos espejos de hielo, uno en su habitación y otro en la sala donde había sentido al intruso, entro por el primero espejo y salió por el segundo en menos de un parpadeo, ya preparada para lanzar sus senbon al intruso, pero se detuvo en seco al ver a su novio completamente dormido y roncando en su sofá, el cual se podía volver una pequeña cama, donde usaba sus cojines como almohada.

La pelinegra parpadeo en confusión, para luego ver como había una hoja doblada al lado de la cabeza del pelinegro, caminando para estar frente a su sofá-cama y su novio, se inclinó y tomo la hoja, desdoblándola y descubriendo que su novio había escrito algo en ella.

- Lamento interrumpir en tu departamento Haku-chan, pero el dobe está hablando con esa chica Temari en nuestro departamento, no quería interrumpirlos así que les di su espacio, espero que no te moleste mi presencia. Posdata: ¡el clan Son ya es oficialmente parte de Konoha! – leyó Haku en voz baja lo escrito en la hoja, no pudiendo evitar sonreír enormemente ante lo último, su novio y amigo lo habían logrado, era algo de lo que siempre hablaban y por fin su sueño se había vuelto realidad.

La pelinegra en todo el día no había podido ver a su novio ni saber que había ocurrido con lo de la inclusión de su clan, pues sus deberes en el hospital una vez más la absorbieron por completo, eso y que la madre de su amigo rubio, llego justo cuando su turno había acabado y le pidió de forma amable que si podía ayudar con algunos pacientes y algunos casos clínicos que tenía pendientes, donde ella no pudo negarse, pero más que ayuda, era ella haciendo completamente sola el trabajo de la Sannin que solo la estaba observando como un halcón, atenta a cada movimiento que realizaba, intento conversar con la mujer pero siempre le decía que guardara silencio y que continuara, y cuando finalmente acabo a las diez de la noche, la Sannin solo le sonrió con aprobación y le dijo que la aceptaba, cosa que no entendió y la Sannin solo se limitó a decir que se lo explicaría mañana.

Haku se dirigió a su cuarto con paso sigiloso para no despertar a su novio, cuando llego, dejo la nota en su mesita de noche, volvió a esconder sus senbon, tomo una sábana y regreso a la sala, alzo la sabana sobre el cuerpo de su novio para cubrirlo por completo para que no pasara frio, pero este en un movimiento se giró y solo su pierna izquierda estaba cobijada, hizo una mueca ante eso y coloco sus rodillas en el borde del sofá para poder retirar la sabana y cobijarlo bien, pero en otro movimiento inconsciente de Sasuke, este abraza a su novia por la cintura con ambos brazos y la jala hacia él y acostándola en el sofá y colocando su rostro en su pecho.

La pelinegra estaba tan roja de la vergüenza que su rostro iluminaba la oscuridad de su sala, intento liberarse del agarre de su novio, pero le era completamente imposible, era más fuerte que ella y su agarre muy firme, intento controlar su nerviosismo a la vez que intentaba despertar a su novio, pero lo único que conseguía era que este se acurrucara más en sus pechos, lo que hizo que su rubor escalara a otro nivel y su cuerpo temblara por la vergüenza y el nerviosismo.

- Sa...Sa...Sa...Sasuke-kun, po... por que.... Tuviste que elegir una pose tan vergonzosa... - murmuro Haku muy nerviosa entre tartamudeos – "Oh dios mío, no se cuanto más pueda soportar" – pensó al sentir una corriente eléctrica por todo su cuerpo por culpa del rostro de su novio acurrucándose en sus pechos – "no es que me moleste, ¿pero porque tiene que ser así de repente?" "¿Debería despertarlo?" "él no lo está haciendo a propósito, en realidad no está haciendo nada malo" "Aunque eso no le da el derecho" "Con un simple golpe debería despertar" "Pero las parejas acostumbran a dormir juntas" – discutió frenéticamente consigo misma intentando encontrar una solución.

Tan metida estaba en sus pensamientos que nunca se dio cuenta que lentamente comenzó a llevar sus brazos para abrazar a su novio, para luego sentirse muy cansada, pues el cansancio de todo el día y la comodidad al estar con el pelinegro, le pasaron a cobrar factura y sin previo aviso se quedó completamente dormida.

Al día siguiente

Departamento de los Son

Temari se despertó aun un poco somnolienta, se sentó en la cama, vestía exactamente lo mismo que la noche anterior solo que sin la parte metálica de su conjunto y su cabello completamente suelto, se tallo un poco los ojos desorientada y comenzó a analizar la habitación, solo para descubrir que no era su cuarto de hotel y de inmediato recordó todo lo ocurrido, como ella y el rubio después de besarse por lo que parecían horas, fue ella quien cedió primero al cansancio y el rubio le ofreció su habitación para dormir, sonrió ante el recuerdo a la vez que se sonrojaba y se llevaba sus dedos a sus labios trazándolos con cuidado.

- Buenos días Temari-chan – saludo Naruto con una sonrisa, parado en la entrada de su habitación, con un pequeño rubor en su rostro, pues la rubia se veía aún más linda con el cabello suelto.

La rubia al escuchar la voz del rubio de inmediato se retiró los dedos de sus labios, esperando que no la hubiera visto, miro al frente para regresar el saludo pero sus palabras quedaron ahogadas en su garganta al ver al rubio, pues este solo vestía su pantalón azul atado por una cinta blanca, un collar azul verdoso en su cuello y nada más, sintió como todo su rostro comenzó a calentarse de solo observar ese cuerpo tan bien trabajado, todos sus músculos estaban perfectamente marcados y cincelados, no había nada de grasa inútil.

- S... S... Si – fue todo lo más inteligente que pudo pronunciar Temari entre tartamudeos, con su rubor solo creciendo por segundo.

- Sabes, hoy vamos a tener una fiesta en Ichiraku por volvernos Chunin y la fundación del clan Son – comento Naruto rascándose una mejilla con un dedo – y me preguntaba, que si tenías el tiempo, ¿Qué si te gustaría acompañarme? – pregunto un poco avergonzado.

- Cla... claro que sí, eso me encantaría – respondió Temari saliendo de su aturdimiento y sonriéndole al rubio con cariño.

- ¡Genial! – exclamo Naruto con felicidad – déjame me cambio y nos vamos – comento sin perder su sonrisa y retirándose al cuarto de su hermano – "No creo que el teme se moleste si tomo uno de sus Gi" – se dijo a sí mismo, pues no quería decirle a la rubia que saliera de su habitación para que pudiera cambiarse.

- "Oh Kami, oh Kami, oh Kami, pero que cuerpo" – pensó Temari al ver la espalda ancha y bien torneada del rubio, donde una vez más, toda su sangre se fue a su rostro – "y ahora es solo mío" – pensó con una sonrisa y una pequeña gota de sangre saliendo de su nariz.

Una vez que la rubia salió de su shock, se levantó de la cama, ato su cabello en cuatro colas de caballo, se colocó la parte metálica de su conjunto y salió a la cocina, tomo un vaso y procedió a servirse un poco de agua para controlar el calor que aun sentía en su cuerpo, tomo asiento en una de las sillas de la mesa, esperando pacientemente a su... no sabía cómo llamarlo ahora, quería decirle novio, pero aún no habían aclarado nada de eso, pero que más daba, lo llamaría su novio, ambos se gustaban y se habían besado mucho más veces en una noche, que cualquier pareja que apenas estaban saliendo, eso puso una sonrisa cálida en su rostro.

La puerta del departamento se abrió de repete sacando de sus pensamientos a la rubia, la cual miro la puerta sospechando que era el hermano de su novio, pero grande fue su sorpresa al ver a la legendaria Sannin entrar por la puerta con algunas bolsas de mandado en sus brazos, ya la había visto ayer en la cámara del consejo, donde juraría que la estaba mirando con algo de enojo. Tsunade al dejar sus tacones en la entrada dirigió su mirada al frente solo para ver a la rubia de Suna sentada en la sala de la casa de su hijo, frunció el ceño en enojo e hizo una mueca al instante que la vio, camino directo hacia la rubia hasta estar de frente a ella, dejo las bolsas con comida que había comprado para prepararle el desayuno a su hijo, con fuerza en la mesa, sobresaltando a la rubia.

- Bu... bueno días Tsunade-sama – saludo Temari de forma respetuosa poniéndose de pie y haciendo una pequeña reverencia.

- Si como sea – respondió Tsunade sin cambiar su expresión molesta, cruzo sus brazos por debajo de sus increíbles pechos haciéndolos resaltar aún más - ¿Se puede saber qué haces aquí ha tan temprana hora de la mañana? – su pregunta sonando más a una orden que una petición.

- "Son enormes" – pensó sorprendida y ligueramente celosa Temari al ver el busto de la Sannin frente a ella, aunque casi de inmediato, se recompuso y frunció el ceño en molestia, pues esa mujer podía dar miedo pero ella jamás se acobardaría – eso mismo puedo preguntar yo, ¿Qué hace una de los Sannin entrando como si nada en el departamento de mi novio? – contra pregunto cruzando sus brazos bajo su pecho copa C en un intento de imitar la postura de la mujer.

Tsunade se sorprendió al escuchar a la pequeña rubia, sabía perfectamente a quien se estaba refiriendo y eso solo hizo que su enojo aumentara aún más, pues ya sospechaba que esa chiquilla intentaba quitarle a su bebe, pero nunca se imaginó que fuera tan rápido para actuar, frunció el ceño con furia dedicándole una mirada de muerte a la enana y esta respondió de la misma manera, Temari estaba en pleno derecho de estar donde quisiera y más si era donde su novio, por lo cual no se intimidaría por la mirada de esa mujer o sus anormalmente enormes pechos.

Naruto salió del cuarto de su hermano con un gi de la Escuela Tortuga, solo para ver como su madre y a quien ya consideraba su novia, teniendo un duelo de miradas molestas, cada una con su mirada clavada en la otra mientras rayos salían y chocaban entre sí, una gota de sudor recorrido su nunca por lo extraño de la situación, pues no comprendía nada de lo que estaba ocurriendo o que ocurrió para dar lugar a esa escena tan curiosa.

- Buenos días Okasan – saludo Naruto con calma y viendo como el par de rubias ahora posaban su mirada sobre él.

- ¿Okasan? – repito Temari en un murmullo confundida, solo para que la comprensión la golpeara y regresara la mirada atónita a la Sannin.

Tsunade miro a la rubia con superioridad, pues leyó perfectamente su expresión y dedujo que esa enana no conocía ese hecho tan importante, camino en dirección a su hijo, parándose justo detrás de él, coloco sus manos sobre los hombros de su hijo, y se inclinó para colocar su barbilla en la cabeza de este, mientras le dedicaba una sonrisa divertida y de superioridad.

- Así es, yo soy la Okasan de Naruto-kun, ahora, ¿podrías contestar lo que te pregunte? – dijo Tsunade con orgullo y viendo a la rubia como si fuera algo diminuto.

Temari tuvo una mezcla de emociones muy rara, pues se sentía apenada por ser tan descortés con la madre de su novio, pues ahora comprendía que la Sannin si tenía todo el derecho de cuestionarla, agregado el hecho de que metió la pata muy hondo con alguien tan importante, también se sentía molesta con la mujer por como la estaba mirando y hablando, confundida pues sabía que esa mujer era una Senju, pero principalmente aterrada porque su novio se molestara con ella cuando al fin las cosas iban tan bien.

- ¿De qué pregunta hablas Okasan? – pregunto Naruto viendo como su novia se quedó demasiado pensativa.

- Bueno lo que pasa – dijo colocándose a un lado de su hijo con una mano aun sobre su hombre – quería saber qué hacía aquí esta chica en tu departamento tan temprano y porque dice ser tu novia – respondió con tranquilidad.

- A eso – murmuro Naruto un poco sonrojado, pero feliz de que la rubia si lo viera como su novio – lo que pasa es que Temari-chan vino ayer para aclarar unas cosas y como se nos hizo de noche, la invite a quedarse a dormir y si, ella es mi novia – respondió con calma, viendo como su novia sonreía por lo que dijo.

- Perdón cariño, no te escuche bien, ¿Qué tu hiciste qué? – pregunto Tsunade molesta de que su hijo estuviera invitando a chicas a dormir con él, aún era demasiado joven para eso y definitivamente no lo aprobaba, todo mientras le apretaba el hombro con fuerza.

- Okasan me duele – se quejó Naruto con un escalofrió que le recorría la columna al ver la dura mirada de su madre.

- Entonces responde, y por tu bien, espero que la respuesta me agrade – comento Tsunade ejerciendo aún más fuerza en su agarre.

- No es lo que piensas, el teme durmió fuera y yo me dormí en su cuarto y Temari en el mío – dijo Naruto ya comprendiendo porque su madre estaba tan enojada.

- Es verdad, Naruto-kun me ofreció dormir aquí para que yo no tuviera que regresar a mi hotel tan noche – agrego Temari con voz calmada, pues ya no quería seguir haciendo enojar a la madre de su novio, aunque se sonrojo por como lo llamo, pero no se corregiría, pues le gusto llamarlo así.

Tsunade miro a su hijo y a la rubia, donde pudo notar que ninguno de los dos estaba mintiendo, suspiro para calmarse y solo el agarre de su hijo el cual se estaba sobando el hombro con una lagrima saliendo de uno de sus ojos.

- Muy bien creo en lo que dices – comento Tsunade a su hijo, para luego mirar a la rubia – entonces, ¿me la presentaras como es debido o me quedare con mi primera impresión? – pregunto cruzándose de brazos.

- Mi nombre es Temari, soy una Chunin de Suna y la novia de Naruto-kun, lamento mi falta de respeto hace unos momentos – hablo Temari antes que su novio mientras hacia una reverencia, pues necesitaba enmendar las cosas de inmediato, aunque para ello tuviera que tragarse su enojo y orgullo.

- Jeje eso no es necesario Temari-chan, y puede que ya conozcas a mi madre porque es super impresionante – comento Naruto pues no le veía caso que ella fuera tan formal – pero ella es Tsunade Senju, la mejor de los tres Sannin y mi Okasan – agrego, mientras que Tsunade inflaba el pecho en orgullo y sonreía por los elogios recibidos.

- Naruto-kun, no comprendo, tu eres un Son y ella una Senju, ¿acaso abandonaste al clan de tu madre o algo así? – pregunto Temari bastante confundida.

- Nada de eso, lo que pasa es que Tsunade no es mi madre biológica, pero yo la quiero como a una madre y ella a mi como un hijo – respondió Naruto con felicidad mientras veía a su madre con una gran sonrisa y ella le regreso el gesto.

- Exacto, ahora si pudieras retirarte para que mi hijo y yo podamos desayunar, en verdad te lo agradecería – pido Tsunade con burla, viendo como la enana luchaba con fuerza para que su rostro no se torciera en una mueca.

- Okasan, ¿Ya olvidaste que comeríamos en Ichiraku? – pregunto Naruto con una ceja levantada.

- "Mierda" – pensó Tsunade con molestia, pues si lo había olvidado y ahora no podía deshacerse de esa arpía enana.

Departamento de Haku

El par de pelinegros ya estaba sentados tomando una taza de té que preparo la pelinegra, la cual tenía un rubor en su rostro de la pena y vergüenza, intento ver a los ojos a su novio, pero no podía sostenerle la mirada por más de un misero segundo, mientras el pelinegro solo tenía la mirada fija en su novia, con el ceño ligeramente fruncido, pero lo más característico era una marca de mano en su mejilla derecha, la cual brillaba de rojo, prueba de que aún le dolía.

Sasuke simplemente se despertó de lo más relajado y cómodo en los cojines del sofá-cama de su novia, pero cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que estaba entre los pechos de esta, no entendía nada, seguía dormido donde mismo, así que ¿Cómo demonios llego su novia a su lado?, intento levantarse, solo para que Haku abrazara su cabeza con ambas manos y lo enterrara más fuerte entre sus pechos, el rostro del pelinegro se comenzó a sonrojar, pero aplicando un poco más de fuerza comenzó a liberarse del agarra, donde la pelinegra despertó por el forcejeo que sentía, y cuando abrió los ojos y dirigió la mirada hacia abajo vio a su novio a la altura de su pecho y viéndola con nerviosismo, el cuerpo de Haku comenzó a temblar de la vergüenza, y antes de que Sasuke pudiera decir algo, ella grito con fuerza y lo abofeteo con todas sus fuerzas, haciéndolo caer al suelo con brusquedad, mientras ella cruzaba sus brazos de forma protectora sobre sus pechos.

- ¿No te gusto el té? – pregunto Haku al ver a su novio hacer una mueca al darle un sorbo al té.

Sasuke no respondió con palabras en cambio solo señalo con un dedo su mejilla abofeteada injustamente, mientras hacia una mueca de disgusto, Haku escondió su vergüenza al sorber con fuerza su té.

- Ya te dije que lo lamento – murmuro Haku avergonzada, pues su novio no tuvo la culpa de nada y aun así lo golpeo muy fuerte.

- Haku-chan, hay algo que necesito decirte – hablo Sasuke soltando un suspiro y obteniendo la total atención de su novia – Naruto y yo decidimos agregar a Anko y Sai como miembros de nuestro clan y ellos aceptaron – comento olvidando el incidente de la mañana pues tampoco era tan importante.

- Eso es fantástico Sasuke-kun – comento Haku con una sonrisa en su rostro, pero se confundió un poco cuando su novio se sonrojo un poco.

- Y también.... También te... te pro... propusimos a ti, solo falta tu respuesta, ¿Te gustaría ser parte de mi clan? – pregunto con seguridad en su voz, aunque un poco nervioso.

Haku abrió sus ojos en su totalidad ante la propuesta, realmente en ningún momento se le cruzo por la mente que su novio le llegara a pedir tal cosa, acaso ¿a tan temprana edad ya le estaba pidiendo matrimonio? No, claro que no, solo le estaba pidiendo ser parte del mismo clan, le estaba ofreciendo la protección, secretos y entrenamientos de su clan, eso era lo que le estaba ofreciendo, pero también le estaba ofreciendo el amor y calor de una familia y ella seria Son Haku, eso era prácticamente lo mismo que pedirle matrimonio o al menos hasta cierto punto.

- ¿Haku-chan, estas bien? – pregunto preocupado, pues su novia se había quedado demasiado pensativa – "¿Dónde están los gritos de felicidad? ¿Dónde está mi abrazo y mi beso?" – se cuestionó no entendiendo nada, pues estaba completamente seguro de que ella debería estar más que feliz por la propuesta.

- Si acepto, ¿yo que seré de ti? ¿seguiré siendo tu novia? ¿Oh acaso solo seré un miembro más del clan? – cuestiono un poco seria y con su mirada ensombrecida por su cabello, pues necesitaba estar segura de que significaba esto.

- Eh... bueno... pues... - tartamudeo un poco pues las preguntas que recibió lo confundieron un poco – seguirás siendo mi novia y una miembro del clan... y bueno, si quieres... en un futuro... tal... tal vez mi espo... - tartamudeo de nuevo sintiéndose muy nervioso, pues así no era como él se imaginó que discutirían ese punto, aunque siendo honesto ni siquiera se había imaginado algo tan en el futuro.

Sasuke quiso volver a hablar pero de inmediato es tacleado por Haku, llevando a ambos al suelo donde de inmediato ella comenzó a besarlo con fuerza, pues logro escuchar lo último que dijo su novio entre tartamudeo y eso en verdad la inundo de felicidad, no le estaba pidiendo matrimonio, pero tampoco descartaba la idea y él ya había pensado en eso, pero por supuesto que aceptaría ser del clan Son pues ahora tendría una familia y en algún futuro, se volvería la señora Son, ese solo pensamiento la hizo besar con más pasión a su novio, el cual seguía sin comprender nada de lo que estaba pasando, pero no se quejaría.

Casa Namikaze/Uzumaki

En la sala de hogar del Cuarto Hokage, se encontraban Minato sentado en un sillón y Kushina a su lado sentada en el sofá, los dos tenían semblantes tristes por haber perdido la oportunidad de regresar a su primogénito con ellos, todo por no querer admitir que sus hijos pelirrojos se estaban convirtiendo en malas personas por mimarlos demasiado, volviéndolos arrogantes con la mentalidad de ser invencibles ante todos, pero aun así, tenían sonrisas de tranquilidad, pues ya habían tomado cartas en el asunto, pues ya habían reprendido a sus hijos por su actitud, advirtiéndoles que ya no permitirán esa actitud y que salas cosas cambiaran de aquí en adelante, también sonreían por saber que aun como malos padres para su primogénito, al fin hicieron algo bien al apoyarlo en con la inclusión de su clan.

- Minato, ¿estás seguro de que hicimos lo correcto? – pregunto Kushina en voz baja, ya sabía la respuesta y estaba de acuerdo con ello, pero aun sentía como algo de entro de ella le faltaba.

- Fue lo correcto – respondió Minato inclinándose un poco para tomar la mano de su esposa – por nuestros errores perdimos a nuestro hijo, pero debemos aprender de ellos, para no perder a Natsumi y Menma, además aunque no sea como padres, podemos intentar conocer un poco a Naruto, tú lo escuchaste, con acciones tal vez lo podamos lograr – agrego con serenidad en su voz.

- Tienes razón... sé que... eso debemos hacer... créelo... pero... duele... duele saber que fui una mala madre... que fuimos malos padres... le dimos la espalda... a nuestro propio bebe... créelo – murmuro Kushina entre sollozos, mientras lagrimas caían de sus ojos – solo quisiera... poder volver atrás... y hacer... las cosas bien...

- Lo haremos bien, te lo prometo Kushina – consoló Minato mientras se levantaba de su asiento y abrazaba con fuerza a su esposa.

Kushina abrazo con fuerza a su esposo, ocultando su rostro en su cuello, la aceptación dolía aún más que la negación, sentía que su familia estaba fracturada y no podía hacer nada por repararla, ¿Cuánto deseo una familia, después haber perdido a la que le quedaba en la segunda guerra ninja? ¿Cuán feliz estaba cuando se enteró que estaba embarazada? ¿Cuánto grito de emoción al saber que daría a luz a tres hermosos bebes? ¿Cuántas lágrimas de felicidad derramo al sostener a sus tres pequeños bebes en sus brazos? El simple hecho de saber que abandono de buena manera a uno de ellos era como recibir un puñal en el corazón.

Minato acariciaba el cabello que tanto amaba de su esposa con una mano y con la otra le acariciaba la espalda, sintiéndose tan destruido como ella, nunca conoció a sus padres, nunca tuvo una familia, su apellido fue uno que el mismo eligió, todo lo que anhelaba era lo que nunca tuvo, una familia a la cual proteger y amar hasta su último aliento, pero no lo logro, pues hizo a un lado a su primogénito como si nada, quería decirse a sí mismo que amaba a sus tres hijos por igual, pero eso sería mentira, pues su atención se enfocó tanto es sus pequeños pelirrojos que lo hizo a un lado, su pequeño rubio, un calco suyo, ese pequeño al que no pudo ver crecer.

Cada uno se reconforto en los brazos del otro, ya habían llorado demasiado, pero sin decir nada, ambos sabían que tenían que hacerlo una vez más, sacar de su alma y corazón todo el dolor, la tristeza y arrepentimientos a través de las lágrimas, para que de esa manera, poder comenzar con el pie derecho, entrenarían y criarían a sus hijos pelirrojos como era debido, no permitirían que se fueran por un mal camino ni mucho menos perderlos, mientras que con el rubio, intentarían ganarse su confianza, conocerlo mejor, intentar ganarse un poco de su cariño, ya no les importaba si los veía como a sus padres, solo deseaban que de ser posible, pensara en ellos y sus hermanos como una familia a la cual podía acudir, eso era lo que deseaban y estaban dispuestos a esforzarse para conseguirlo, no importando cuanto tiempo les tomara, ellos lo lograrían.

Habitación de Natsumi

La pelirroja se encontraba sentada en su cama mientras abrazaba sus piernas con fuerza, estaba cansada, no tenía ánimos de nada, sus ojos estaban hinchados y rojos, todo debido a no poder controlar el llanto, se sentía horrible consigo misma por lo que había hecho, por un momento pensó que estaba exagerando la situación, pues ella ya no era la misma que cuando pequeña, pero todos esos pensamientos se fueron cuando recibió un duro regaño de sus padres donde solo le hicieron ver que seguía siendo una niña mimada que se consideraba a sí misma una princesa, se maldecía a si misma por ser tan hipócrita y un monstruo para con su hermano mayor, su corazón le dolía de solo pensar que de todos en la familia, era a ella quien más daño le causo.

Quería ir suplicar por su perdón, quería ir y darle el título de cabeza de clan pues ese era su derecho, pero ya todo era demasiado tarde, fue una estúpida que nunca quiso ver sus errores y ahora los estaba pagando con creces, pues en la soledad de su cuarto, no había nadie con ella, el día anterior no se reunió con su equipo y a nadie parecía importarle, no tenía ningún amigo al cual acudir para desahogarse, ninguno que fuera a buscarla para ver si se encontraba bien, pues ahora más que nunca, sabía que no solo su arrogancia alejo a sus compañeros de generación, sino también sus estúpidas bromas o comentarios hirientes, ella no quería ser así, pues odiaba sentirse sola. Un par de golpes en la puerta de la habitación sacaron de sus pensamientos a la pelirroja, pensando que eran sus padres, decidió ignorarlos, pues ahora mismo no se sentía de ánimos.

- Natsumi, soy yo, Sakura, ¿Esta todo bien? – pregunto confundida, pues los padres de su amiga le dijeron que se encontraba en su cuarto.

Natsumi al escuchar la voz de su compañera de inmediato se levantó de su cama, se limpió un par de lágrimas que se acumularon en sus ojos y fue corriendo para abrir la puerta, cuando vio a su compañera, esta parecía un poco sobresaltada por como abrió la puerta de golpe.

- Hola, Sakura, ¿Qué haces aquí? – pregunto, sintiéndose un poco confundida.

- Lo que pasa es que me preocupe un poco porque faltaste ayer al entrenamiento con Kakashi-sensei – respondió con tranquilidad, donde pudo notar como su amiga parecía haber estado llorando.

- Ah eso, bueno, es que solo me quede dormida, eso fue todo jeje – mintió no queriendo contarle que se sentía tan mal que no pudo ni poner un pie fuera de la cama en todo el día.

- Menos mal, oye Natsumi, hoy abra una fiesta en Ichiraku Ramen para celebrar al equipo de Sai, junto con aquellos que lograron ascender a Chunin – comento viendo como su amiga abría un poco los ojos en sorpresa.

- No lo sabía – murmuro cabizbaja, era obvio que nadie le avisaría, pues nadie era su amigo y su hermano mayor obviamente no la querría allí.

- Bueno te iba a decir que si nos íbamos juntas, pero como no sabias de la fiesta, te invito, será divertido, no soy muy fan del ramen pero qué más da – comento con una sonrisa radiante.

Natsumi se sorprendió de sobre manera cuando escucho hablar a su compañera, ella al parecer si se preocupaba por ella y aun después de como la trato como compañera de equipo, siempre diciendo que era débil, aun le estaba sonriendo como una amiga, sonrió ante eso y abrazo con fuerza a la peli-rosa, Sakura se sorprendió por el abrazo, pero de todos modos lo devolvió, donde la pelirroja le dijo que se adelantara, que la alcanzaría más tarde, asintió ante eso y se fue en dirección a la fiesta, Natsumi no tenía planeado ir, pero tampoco rechazaría la invitación de su amiga, por lo cual, simplemente le mintió.

Campo de entrenamiento 7

Menma estaba golpeando con todas sus fuerzas el tronco de un árbol con sus puños desnudos, su miraba estaba ensombrecida por su flequillo, apretaba los dientes con frustración mientras ignoraba el dolor de sus nudillos, los cuales estaban ensangrentados y solo seguían sangrando aún más con cada golpe que daba al tronco el cual ya tenía la corteza hecha pedazos, pero ese dolor no era lo suficientemente grande como el que sentía en su pecho, no lo opacaba en lo más mínimo, cada golpe que daba resonaba por todo el campo de entrenamiento, pero no eran lo suficientemente fuertes como para opacar los gritos en su mente, los gritos de su hermano hace unos días, gritos que aún seguían perforando su mente, lagrimas comenzaron a recorrer sus mejillas, ya estaba harto de sentirse como una basura, nunca se imaginó que el dolor de su hermano a causa suya pudiera ser tan grande, desde que empezó a negar que eran hermanos, lo único que quería era que admitiera que lo eran, pero ahora, era el mismo quien no podía ni afirmar sus viejas palabras, le quito todo, su posición como cabeza de clan, por un tiempo su sueño, su herencia y aún más importante, el amor de sus padres, a su propio hermano y en ningún momento lo lamento, pensó que él no era especial y por eso merecía todo eso, pero ahora, ahora era diferente, pues al fin se dio cuenta de cómo apuñalo a su propia sangre por la espalda y aun le exigía que lo viera como familia, era peor que la basura.

El pelirrojo con ultimo puñetazo derecho, traspaso por completo la corteza del árbol, de un simple jalón, retiro su brazo, lo miro aun con lágrimas en los ojos, su amado chaleco naranja estaba destruido de esa manga, su brazo presentaba varios raspones y heridas que sangraban, pero frunció el ceño en enojo cuando vio que comenzó a curarse, se giró y se recargo contra la corteza para dejarse caer hasta el suelo, dirigió su mano izquierda a su bolsillo y saco la fotografía que había encontrado en el cuaderno de dibujos de su hermano, la observo con tristeza, esa fotografía era un recordatorio de todo el daño que causo y nunca le dio importancia, las lágrimas comenzaron a caer con más fuerza de sus ojos mientras apretaba los dientes y trataba de contenerse pero le era imposible.

- Lo siento... lo siento... lo siento Aniiki, en verdad lo siento – murmuro entre sollozos mientras colocaba su mano izquierda sobre sus ojos – yo... no sé qué hacer... eras mi hermano... y yo... y yo... solo quería que admitieras que éramos hermanos... pero... lo arruine...

Menma nunca en su vida se había sentido tan frustrado, pues por más que lo pensara, no lograba con dar una solución al problema que había causado, no había una respuesta, pero necesitaba encontrarla, no quería seguir sintiéndose así de mal, aunque tampoco era tan malo, pues ese dolor que sentía apenas y podía compararse con el de su hermano, pues cuando sufrió todo eso era apenas un niño inocente que no sabía que hacer, donde el dolor de estar solo debió sentirse mil veces peor que el sentía en este momento al ser ya prácticamente un adolescente, solo quería hacer las cosas bien, quería hacer el bien.

Algún lugar entre el País del Fuego y de la Tierra – base secreta de Orochimaru

Por los tétricos y poco iluminados pasillos de una de las tantas bases secretas del Sannin traidor, eran escuchados sus gritos de dolor y agonía, retumbado con fuerza por cada rincón, hasta el más valiente dudaría por un par de segundos caminar por esos pasillos. Orochimaru se encontraba recostado en una cama, mientras se movía incesantemente de un lugar a otro por el enorme dolor que sentía, todo su cuerpo presentaba completamente vendado, donde en algunas partes estaban cubiertas de sangre, su ultimo confrontamiento contra el Son rubio lo dejo muy herido, sumado a eso que sus brazos seguían siendo inútiles y que su Chakra estaba débil, no podía curarse, por lo cual solo sentía una enorme cantidad de dolor, cual solo era medido por los incesantes gritos que no paraba de soltar.

- ¡¡¡Kabuto!!! ¡¡¡Mi medicina!!! – rugió Orochimaru a través de sus vendajes que cubrían su boca.

- Como ordene Orochimaru-sama – dijo Kabuto que estaba cambiando las vendas ensangrentadas por unas nuevas, tomo una jeringa con un poderoso anestésico, estaba completamente lleno y se lo inyecto todo a su señor – "esto es malo, sus heridas son peor de lo que imagine, no importa cuánto le inyecte, eso solo controla levemente el dolor, las habilidades de los Son... en verdad son monstruosas" – pensó con molestia por tan mal estado de su señor.

- ¡Escúchame bien Kabuto! ¡Manda a esos cuatro! ¡Necesito el cuerpo de Satsuki de inmediato, no sé cuánto más pueda soportar! – ordeno Orochimaru, sintiendo como su dolor disminuía solo un poco.

- Pero Orochimaru-sama, Satsuki ya no cuenta con la marca de maldición, ya no está interesada en su poder, sin mencionar que está bajo el cuidado de los Son, sé que aún faltan dos semanas para que se cumplan los tres años, pero se acaba el tiempo, tenemos más cuerpos disponibles perfectos para usted – intento razonar con su señor al verlo en tan mal estado – incluso puede usar el mío si lo desea.

- ¡No! ¡Debe ser el de ella! ¡No me importa en lo más mínimo si ya no quiere poder! ¡Que la traigan a la fuerza! ¡Manda con ellos a Kimimaro y Jugo! ¡Deberían bastar para retenerlos hasta apoderarme de su cuerpo! – rugió en un patético intento de sonar amenazante, ya estaba cansado de los Son, primero no podía obtener sus cuerpos y ahora le quitaron al contenedor perfecto que estaba preparando.

- ¡Ya basta Orochimaru-sama! ¡Entienda que nada bueno a salido de subestimar a esos dos! – recrimino molesto pues su señor seguía terco en creer que las cosas funcionarían como él lo dictaba – ¡Lo que le hicieron esos malditos, aun es misterio para mí! ¡No existen registros de nada sobre el Ki! ¡Nada en lo que me pueda basar para un tratamiento! ¡Sus brazos solo siguen pudriéndose a un nivel alarmante, pero por alguna razón sus receptores de dolor son lo único que no se ve afectado! ¡Las heridas de su último encuentro con Naruto solo empeoran su situación! ¡A este paso morirá antes de que su cuerpo cumpla la fecha limite! ¡¿Acaso eso lo que quiere?! ¡Perderlo todo!

Las palabras de Kabuto parecieron tener el efecto deseado, pues Orochimaru, aun entre gemidos y ligueros gritos de dolor, lo veía con los ojos bien abiertos, pero no eran de odio, sino de temor y miedo por la idea de morir, quería cuestionar a su subordinado, pero sabía que tenía razón, toda su vida todo aquello que hacía girar como engranajes seguía el camino que él quería y deseaba, pero ese ya no sería el caso, los Son lo habían probado más de una vez, si el no pudo vencerlos, ¿Qué oportunidad tenían sus subordinados?, pero aun así, no se rendiría sin un último intento.

- ¡Manda a esos cuatro y que Kimimaro y Jugo los acompañen! ¡Mándalos lo antes posible! ¡Una semana! ¡Solo tienen una semana a partir de aquí para traerme a Satsuki! – ordeno intentando ignorar su dolor.

- Muy bien, los mandare, pero aun así, iré preparando los contenedores más adecuados – dijo dando media vuelta y yéndose a preparar todo – "cuatro días es lo que tomara traer a ese demente gigante al estar en las bases más lejanas, suponiendo claro que no mate a los Cuatro del Sonido, sería ideal poder mandar a Kimimaro por ese sujeto, pero no resistirá tanto tiempo sin sus medicamentos, tengo que planear una buena estrategia en ese tiempo, si quiero que esto resulte" – pensó con frustración pues la situación era crítica y el tiempo lo tenía en contra.

Ichiraku Ramen

Tanto Ayame y Teuchi que habían colocado varias mesas y sillas fuera de su local para poder festejar con su cliente favorito junto con todos sus amigos, los civiles que pasaban por la zona o los dueños de locales no pusieron peros en lo hecho, pues cuando vieron a quien se estaba festejando, simplemente sonrieron y continuaron con lo propio.

El equipo 0 se encontraba en compañía de los equipos 7 con solo Satsuki y Sakura presentes, 8,9 y 10 con sus respectivos sensei, donde también estaban presentes la matriarca Senju, Iruka, Shizune, Karin, Haku y Temari, que la última se sentía un poco incomoda pues tenía todas las miradas sobre ella, pero con una explicación rápida de Naruto de su noviazgo con ella más una amenaza de golpearlos si la miraban mal, hizo que la mayoría le diera el visto bueno a la chica rubia, pues aún recordaban que fue ella la que ayudo durante la invasión, por no mencionar que confiaban en el rubio y si decía que era buena persona le creerían.

Tsunade comenzó una discusión con la sensei de su hijo por su estilo de ropa, donde Anko no se quedó callada y de inmediato comenzó una riña con la mujer rubia, que madre o no de su rubio, no tenía por qué estarla juzgando, donde todos rieron por cómo se comportaban pues parecían dos niñas pequeñas y sus rizas solo aumentaron cuando el par de mujeres de fuerte carácter, se hablaban como mejores amigas cuando Teuchi les ofreció un poco de sake, pues las dos encontraron en la otra una gran amiga de copas, donde mientras hubiera alcohol de por medio, no habría problemas, donde rápidamente se les unieron los demás adultos para poder conversar con tranquilidad.

Las chicas más jóvenes se reunieron un poco apartadas de los demás, donde principalmente Ino y Sakura, comenzaron a bombardear con preguntas a las novias de los Son, donde Haku respondía sin problemas, pero Temari se sentía bastante apenada, pues no estaba acostumbrada a conversaciones de ese tipo y mucho menos sentirse como una chica norma pues nunca tuvo muchas amigas, Karin también quería información de la rubia de Suna, pues no dejaría que cualquiera saliera con su hermano mayor, Ino viendo que ya indago lo suficiente, ataco ahora a su mejor amiga, donde quería saber qué relación tenía con el cejotas, Sakura se sonrojo un poco por las preguntas, pues no era nada oficial, solo un par de citas con su amigo Lee el cual era un caballero en toda la extensión de la palabra. Hinata y Tenten rieron por el comportamiento de la peli-rosa, pero ese fue un error para ellas, pues de inmediato fueron emboscadas por todas las chicas, preguntando cuando saldrían con sus respectivos compañeros de equipo, pues era obvio hasta para los ciegos, que las dos estaban locas por ellos, Hinata se sonrojo hasta las orejas por eso, no pudiendo dar una respuesta concreta debido a lo apenada que estaba, Tenten solo se cruzó de brazos con un sonrojo y afirmo que no tenía por qué responderles, pero ninguna de las dos negó lo evidente.

Los chicos eran un poco más escandalosos, pues Naruto, Kiba, Choji y Lee estaban en competencias de vencidas, mientras que Sasuke, Neji, Sai, Shino y Shikamaru, solo conversaban sobre temas diversos, principalmente sobre sus poses o métodos de pelea, o sobre sus entrenamientos, después, una competencia entre la mayoría por probar quien comía más ramen comenzó. Ninguno en particular se concentraba mucho en la vida personal del otro, simplemente intentaban conocerse mejor y volverse más cercanos como amigos, aunque una gran discusión empezó cuando Lee dijo que la peli-rosa era la mejor de entre todas las chicas, donde de inmediato los Son se pusieron de pie y pusieron bien en alto a sus novias, Neji se integró a la discusión alegando que su compañera estaba a la altura o superior, Kiba exclamo que nadie superaba a su amiga y que todas las mencionadas perderían de inmediato en un combate directo y sorpresivamente Shino hablo alegando por Natsumi, pues no entendió bien el mensaje oculto tras alegar por las chicas y aunque no le agradara la pelirroja, era imposible negar que era de las kunoichi más talentosas de la Aldea.

Todas las mencionadas se sonrojaron por completo al escuchar la pelea de los chicos, donde aquellas que no fueron mencionadas y los que no alegaron por nadie, solo comenzaron a reír por la pelea y las reacciones que ocasiono.

- ¡Viejo! – gritaron los Son al ver a su abuelo adoptivo caminar hacia ellos con una sonrisa.

Hiruzen iba caminando con ayuda de un bastón, ya estaba mejor pero su terca alumna le dijo que no se esforzara mucho y que usara el bastón por al menos un mes, sonrió enormemente al ver a todos los jóvenes tan felices y tranquilos, al igual de ver de nuevo a su alumna sonreír.

- No creían que me perdería de una buena fiesta, ¿O sí? – pregunto Hiruzen con una sonrisa de abuelo – por cierto, felicidades a todos por sus ascensos y aunque no todos lo lograron, demostraron de que están hechos, estoy orgulloso de todos ustedes.

Todos los jóvenes agradecieron las palabras del Tercero, el cual saludo a los jóvenes mientras se dirigía para conversar con los más adultos, los cuales le hicieron espacio y con permiso de la Sannin le ofrecieron solo una copa de sake, donde el viejo lo acepto con una gran sonrisa.

Mikoto que tenía sonrisa en su rostro, llevaba a rastras a Kushina y a Minato a la fiesta de los Son, mientras que detrás de ellos, un clon de sombras tiraba de las orejas a los dos herederos pelirrojos, los cuatro todo el camino alegaron que no querían ir o que su presencia no sería bien recibida, pero sus palabras cayeron en oídos sordos, pues la matriarca Uchiha ya estaba cansada de sus auras deprimentes y si un empujón era lo que necesitaban, ella los empujaría con una fuerte patada en el trasero de ser necesario y en el momento en el que llegaron, Mikoto los soltó y desapareció a su clon, se dirigió con toda naturalidad hacia la sensei de su hijo mientras fulminaba con la mirada al peli-plata, Kakashi solo se puso nervioso bajo la mirada esa dura mirada, no comprendiendo que había hecho ahora para meter la pata, para merecer tan dura mirada, pero Mikoto sonrió y dijo que todo perdonado si le servía un poco de sake, donde este solo un pequeño suspiro y procedió a hacer lo pedido.

La familia Namikaze/Uzumaki se puso nerviosa cuando vieron a Naruto ponerse de pie y comenzar a caminar en su dirección, donde al estar un poco apartados, era fácil ver como la mayoría comenzó a posar su mirada sobre ellos, cosa que no ayudaba para calmarlos.

- Na... Naruto sé que no fuimos invitados y nos disculpamos, pero Mikoto nos arrastró – se disculpó Minato viendo al rubio a los ojos.

- Es cierto, créelo, le dije que no estaba bien pero ella es demasiado terca, créelo – agrego Kushina nerviosa por la mirada del rubio, que aunque no expresaba molestia, tampoco expresaba otra emoción, pues estaba completamente estoico.

- Ah nosotros nos invitó Sakura, pero le dijimos que no – comento Natsumi con la mirada baja.

Menma no dijo nada, solo miraba arrepentido a su hermano y así se iba mantener hasta que les dijeran que se fueran, sabía que no eran bienvenidos a la fiesta y lo aceptaba sin objeción alguna.

- Ya veo – dijo Naruto mientras se daba la vuelta y comenzó a regresar a la fiesta.

La familia rápidamente entendió el mensaje, por lo cual ya estaban listos para dar media vuelta y regresar por donde llegaron, no querían incomodar a nadie, mucho menos al rubio, solo querían regresar a sus actividades para mantenerse distraídos, pero antes de que se fueran, la voz del rubio atrae sus miradas a este.

- Si se quedan ahí parados no van a alcanzar ramen – hablo mirando a la familia por encima de su hombro con una pequeña sonrisa – yo como mucho, más que una persona normal, así que deberían darse prisa y tomar un lugar con nosotros.

Con esas últimas palabras Naruto regreso a su lugar, donde la familia Namikaze/Uzumaki no pudo evitar sonreír, en especial los adultos, pues al fin, después de tanto, ya conocían algo acerca de su hijo y por primera vez, les regalo una sonrisa, los cuatro procedieron a caminar en dirección a la fiesta. Minato y Kushina comenzaron a conversar tranquilamente con sus amigos, Tsunade en ningún momento se preocupó por que la pelirroja le intentara quitar a su hijo, pues este era incapaz de traicionarla de tal manera y también sabía que si les permitió a esos cuatro ingresar a la fiesta, era debido a que vio arrepentimiento en sus miradas y que ya no estaban intentando nada malo, sonrió por eso último, su hijo era alguien de un enorme corazón y eso la hacía sentir orgullosa. Mikoto intento integrar más a su amiga al obligarla a tomar sake, pero Kushina se negó rotundamente, odiaba las cosas con sabor amargo y nunca fue buena para majear el alcohol, siendo esta última razón por la cual Mikoto era tan insistente.

Natsumi con algo de pena se dirigió a su compañera de equipo, donde Sakura intento integrarla al grupo y disminuir la presión que había sobre ella, Temari que era la que menos conocía la situación, comenzó a hablar con la pelirroja, Haku estaba reacia a hablarle, pero así no era ella y así no era como se comportaría un Son, la pelirroja merecía una segunda oportunidad como su novio le dio una segunda oportunidad a su padre de hacer lo correcto.

Menma solo se sentó en la mesa de los varones con la mirada baja y concentrado en su tazón de ramen, o así estaba hasta que Sai le dio una hoja donde estaba dibujado el pelirrojo de forma cómica con una aura depresiva y una nube oscura sobre su cabeza, Kiba rio con fuerza por eso pues de inmediato se colocó al lado del pelirrojo para ver el dibujo, Menma solo les comenzó a decir que no era divertido y Kiba exclamaba que si lo era, Lee reto al pelirrojo a unas vencidas para probar sus llamas de la juventud y Choji reto a todos en un duelo de ramen, donde Menma alego que en eso nunca podía perder y Choji lo miro con una sonrisa retadora.

Naruto sonrió al ver a esos cuatro ya integrándose, su padre siempre le enseño a perdonar y dar segundas oportunidades, pero le era muy difícil hacerlo, pero aun así, lo haría si ellos lo intentaban, pues en las artes marciales guardar rencores tan añejos solo ocasionaría tristeza y nunca podría alcanzar su verdadero potencial, además, sentina sus energías y podía decir que en verdad algo había cambiado e ellos, en especial en sus hermanos biológicos, pues ya no sentía esa energía arrogante y llena de malicia que sentía antes.

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