Un ultimo intento

Hospital de Konoha

De las puertas del enorme hospital, una muy cansada Haku salía de ellas, uno pensaría que con el regreso de la legendaria Sannin las cosas en el hospital mejorarían drásticamente y en cierto modo, mejoraron, pero no para los médicos o enfermeras, pues rápidamente la Sannin puso un estricto régimen para todos, ya que en sus propias palabras, la calidad de ninjas médicos en la Hoja había decaído y no importaba si la Sannin no era jefa del cuerpo médico, su palabra es ley para los médicos, duplico los turnos de entrenamiento a los aprendices, a los médicos los hizo leer y releer tantos libros o pergaminos de medicina tuviera el hospital, pues si querían mantener sus puestos tenían que saber hasta el más mínimo detalle de la cada enfermedad, malestar o lesiones de principio a fin, cada médico, enfermero o aprendiz en el hospital tenían que terminar un informe detallado sobre el estado de sus pacientes así como de qué tipo de procedimientos y tratamientos usarían ellos mismos para curarlos.

Haku suspiro de cansancio al solo recordar todo lo que la Sannin estaba haciendo, no le parecía mal, pero el hecho de ser aprendiz de médico y futura médico, la dejaba con doble trabajo, y eso la estaba molestando y más porque hoy quería estar con su novio y sus amigos para su nombramiento a Chunin, pero con todo lo que tenía que hacer, apenas y pudo salir del hospital a solo una hora de que anocheciera, volvió a suspirar, solo que esta vez de frustración, se apresuraría a ir a su departamento, tomaría un largo y merecido baño, para luego sacar fuerzas de donde pudiera, para luego ir con su novio y felicitarlo por su ascenso, pues aunque no lo hubiera visto en todo el día, era imposible que no fuera ascendido, pero sus pensamientos son interrumpidos cuando su rostro cocho contra un ramo de gardenias.

La pelinegra parpadeo un par de veces, viendo el ramo de flores que estaban frente a ella boca abajo, dando un paso hacia atrás, vio a su novio con una sonrisa radiante en su rostro, estaba flotando boca abajo y extendiendo las flores en su dirección, su rostro se ruborizo y no pudo evitar sonreír con cariño por el acto tan lindo de su novio, procedió a tomar las flores, para luego inhalar profundamente su dulce aroma, luego miro a su novio, el cual aún estaba boca abajo.

- Muchas gracias, Sasuke-kun, son hermosas – dijo Haku con una cálida sonrisa – lamento mucho no haber estado en tu ascenso a Chunin – se disculpó, esperando que no se molestara por eso.

- No tienes por qué disculparte Haku-chan, escuche que la madre del dobe se puso muy estricta con ustedes en el hospital – dijo Sasuke riendo un poco, para luego acercarse y que dar a solo centímetros del rostro de su novia – pero te alegrara saber que todos fuimos ascendidos.

- Aun me parece difícil creer que Tsunade-sama ahora sea la madre de Naruto, aunque en verdad parecen madre e hijo por su cabello y su actitud – comento con una pequeña risa, para luego con su mano derecha acariciar la mejilla de su novio – y felicidades, sabía que lo lograrías – agrego acercando su rostro al de él.

La pareja de pelinegros se besó con cariño, procesándose todo el amor que se sentían el uno por el otro, para la pelinegra le era un poco extraño besar a su novio estando este boca abajo, era un poco diferente, pero para nada algo malo, de hecho, le gustaba, pues sentía que era algo especial, algo que ellos dos podían hacer. Ambos se separaron por falta de oxígeno y teniendo un liguero tinte rosado en sus mejillas, para el pelinegro, los besos de su novia eran algo casi adictivo, le encantaban, tan suaves y dulces, donde solo quería repetir el proceso una y otra vez, casi como si de un entrenamiento se tratara, pues quería ser el mejor para su novia.

- Aunque me encantaría seguir con esto, tengo que regresar a casa y darme un baño, estoy exhausta – comento Haku con un poco apenada.

- Jeje no te disculpes – dijo Sasuke con una sonrisa, para luego girar y tomar a su novia al estilo nupcial – déjame llevarte, esto es más rápido que caminar – comento con una sonrisa burlona.

- Eres un tonto – murmuro Haku acurrucándose en los brazos de su novio, viendo como este emprendía vuelo en dirección a su departamento.

- Sabes, cuando entreno con el dobe y estamos realmente cansados, siempre tomamos un baño a las afueras del bosque de la muerte en un tambo de metal, ponemos un par de troncos debajo para calentar el agua y es en verdad relajante – comento recordando como él y su hermano se relajaban después de un duro entrenamiento, pues de esa misma forma se relajaban cuando era más joven, cuando su padre aún estaba en este mundo – si quieres podemos bañarnos así – sugirió con una sonrisa marca Son, pues él también necesitaba un baño.

Para Sasuke pasar tanto tiempo con Goku no solo consiguió su estilo de pelea, su amor por pelear, el gran apetito y su sentido de justicia, sino también algo de su gran inocencia, pues aunque su hermano y el no fueran tan ingenuos como su padre, si lo eran más que cualquier joven de su edad, y el hecho de que él, junto con su padre y hermano, se bañaran juntos desde pequeños, nunca le vio nada malo en invitar a su novia para hacer lo mismo, pero esos eran sus pensamientos, pensamientos que no conocía Haku, la cual ahora mismo estaba completamente roja de la vergüenza, pues pensaba que su novio quería dar el siguiente paso en su relación, de ninguna manera se negaría, era su novio y él la amaba así como ella lo amaba a él, pero que le propusiera hacer eso así como si nada en verdad la dejo impactada, era cierto que era mayor que él, pero aun así no se sentía mentalmente prepara y una vez más, su mente jugo en su contra, pues ya se estaba imaginando a ellos dos juntos, tomando un baño caliente bajo las estrellas, completamente desnudos y tan cerca uno del otro como nunca antes lo habían estado, eso fue todo lo que pudo soportar, pues la fantasía que su mente estaba creando no pudo seguir avanzando ya que perdió el conocimiento al no poder soportarlo más.

- ¿Haku-chan? – pregunto Sasuke viendo como su novia aparentemente se había quedado dormida con una sonrisa en su rostro – jeje te esfuerzas demasiado – dijo con una sonrisa cariñosa.

- Se gentil... Sasuke-kun... - murmuro Haku en su inconsciencia y ampliando un poco su sonrisa.

- ¿Eh? – dijo Sasuke realmente confundido – "¿Estará soñando que entrenamos?" – se preguntó mentalmente con la ingenuidad de un Son.

Monumento Hokage

En la sima de la enorme cabeza tallada en piedra del Tercer Hokage, se encontraba Anko e Iruka sentados sobre una manta y compartiendo unos cuantos dangos y un poco de té, la domadora de serpientes sabía que esto técnicamente sería la segunda cita, pues ayer fue de lo mejor, el castaño en verdad la hacía reír y ella se comportaba con tal naturalidad que simplemente su actitud juguetona, divertida y escandalosa salía a flote al estar a su lado, le encantaba eso, sentirse normal, sentirse apreciada y querida de forma genuina y no por interés en su cuerpo, sino por quien es ella en realidad. Iruka en verdad podría decir que tenía suerte, una cosa era que su amiga peli-violeta aceptara una sola vez a ir con él a una cita, pero que quisiera repetirlo casi de inmediato, era una buena señal, aunque también esta genuinamente feliz de que ella actuara con naturalidad, dejando esa actitud de coquetería falsa, pues le encantaba la actitud real que tenía.

- Y por todas esas razones mis estudiantes son los mejores y ahora son Chunin – dijo Anko con una enorme sonrisa, terminando de relatar el ascenso de sus chicos.

- Es realmente sorprendente, una cosa es que uno logre pasar, pero los tres al mismo tiempo, debo decirlo, esos chicos son sorprendentes – comento Iruka realmente impresionado del progreso tan rápido de esos chicos.

- Jeje y lo mejor es que tal y como predije, ahora soy muy rica, ya que hice muchas apuestas con ellos – comento con diversión mientras comía un dango.

- Supongo que todo eso se debe a que tuvieron una excelente sensei – dijo con una sonrisa en su rostro – el logro de esos chicos también refleja lo excelente y capaz que eres como sensei, sabía que serias capas de lo que fuera.

- G... gracias – dijo con un fuerte sonrojo por todos los halagos que estaba recibiendo mientras se movía un poco incomoda en su lugar.

- Anko-chan, en verdad estoy feliz por ti, desde que te volviste sensei, has cambiado ahora eres... - intento decir pero fue cortado por su amiga.

- ¿Diferente? Lo sé – dijo con una sonrisa en su rostro, mientras flexionaba sus piernas y las rodeaba con sus brazos y descansaba su barbilla en sus rodillas – yo también me eh dado cuenta, todos parecen más felices con la nueva yo, digo, se que eh cambiado bastante, aunque... - no pudo terminar de decir ya que fue interrumpida por el castaño.

- Claro que no, no has cambiado nada – dijo obteniendo la total atención de su amiga que lo miraba muy sorprendida – sigues siendo tu misma, solo que ahora dejas que la gente te conozca realmente, les permites conocer a la Anko que está detrás de esa mascara que usaste durante años, la Anko real – explico con una gran sonrisa.

Anko abrió los ojos de par en par por lo que escucho, ¿Cómo era posible? Iruka cada vez la sorprendía más y más, cada cosa que decía parecía ser lo que ella siempre quiso escuchar cuando estuvo sola y se sentía aislada, el siempre miraba por debajo de todo, no se quedaba con la primera impresión, siempre veía como eran las personas en realidad, como era ella en realidad, eso hizo que su corazón comenzara a latir con fuerza, sus ojos comenzaron a picar producto de unas cuantas lagrimas que se comenzaron formar. Iruka vio como en los ojos de su amiga comenzaron a llenarse de lágrimas, se preocupó de haber dicho algo incorrecto y se preocupó aún más, cuando ella oculto su rostro entre sus piernas.

- Anko-chan ¿Estas...? – Iruka no pudo terminar de expresar su preocupación pues sus labios fueron sellados con los de Anko en un instante.

Anko ya no pudo soportarlo más, quería al castaño, lo quería para ella y solo para ella, siempre fue así con las cosas que en verdad quería, las tomaba y luchaba por ellas con todo lo que tuviera, él fue el único hombre en su vida que la trataba como a una persona, como a una amiga, él la comprendía y en verdad se preocupaba por su bienestar, y de ninguna manera lo perdería o dejaría que se alejara de ella, por lo cual le demostraría todo lo que había estado sintiendo por este en los últimos meses, profundizo el beso al rodear sus brazos alrededor del cuello del castaño.

Iruka aun besando a la peli-violeta, tenía los ojos bien abiertos por la sorpresa, pero lentamente comenzó a cerrarlos, mientras llevaba sus manos su cintura y la acerco más a él, se sentía nervioso, pues en ningún momento se imaginó que su segunda cita acabara de esta forma, pero no se quejaría, estaba feliz de saber que sus sentimientos eran correspondidos.

El beso de Anko e Iruka fue apasionado y lleno de amor, ninguno de los dos se contuvo, se besan como si la vida se les fuera acabar si dejaban de hacerlo, la peli-violeta dejo de sujetar el cuello del castaño para llevar sus manos a sus mejillas e intentar profundizar el beso aún más, si es que eso era posible, al mismo tiempo que se comenzaba a recostar en la manta y arrastraba al castaño con ella, el cual ahora estaba encima de ella, las manos del castaño solo sujetaban con fuerza su cintura, no quería propasarse y cometer una estupidez, por lo cual solo actuaria dentro de los límites que la peli-violeta aceptara y determinara.

Después de lo que les pareció una eternidad, una eternidad que estaban deseosos de repetir, el par rompe el contacto de sus labios, ahora uniendo sus frentes, ambos tenían los ojos cerrados y respiraban de forma agitada, cuando abrieron los ojos y se miraron, ninguno de los dos pudo evitar reír, el castaño llevo una mano a la mejilla de peli-violeta y la comenzó a acariciar con cariño, acto que a ella le pareció lindo, mientras la peli-violeta tenía sus manos en el pecho del castaño como la única cosa que le impedía tomar más de lo que ella estaba dispuesta a dar por esta noche, aunque tampoco era algo necesario, pues aun después de ese fantástico beso este no se había propasado y eso solo hacía que lo quisiera aún más.

- Entonces ¿Trajiste más mantas o no te molesta el frio de la noche? – dijo Anko de forma coqueta.

- N... no... yo no... - Iruka intento formar una oración coherente pero no pudo, pues las insinuaciones de la peli-violeta lo tomaron con la guardia baja.

- Jeje al fin caíste en uno de mis coqueteos – canto Anko con diversión, para luego abrazar al castaño por el cuello y volver a besarlo.

- Eso es jugar sucio – dijo Iruka con falsa molestia rompiendo el beso.

- Es tu culpa por bajar la guardia – comento Anko sin perder su sonrisa – entonces ¿Ya somos una pareja? – pregunto un poco apenada.

El castaño parpadeo un par de veces en confusión, pues la peli-violeta cambiaba muy fácil de emociones y aun le costaba un poco de trabajo de seguirle el ritmo, pero cuando se repuso, sonrió con cariño y se recostó a su lado derecho, sin romper el contacto visual.

- Claro que sí, pero Anko-chan no quiero que tengamos solo unos meses felices y después terminemos, yo en verdad quiero algo que dure – respondió, sintiéndose un poco tonto por sus palabras, pues no quería que la peli-violeta pensara que era un cursi por su manera de pensar – sé que te puede sonar tonto... - no pudo seguir hablando ya que un beso rápido de la peli-violeta lo callo de inmediato.

- No es tonto y yo quiero lo mismo, eres alguien muy especial para mí y quiero que esto – dijo señalándolo a él y a ella con su dedo – dure, eso es lo que quiero.

La pareja solo se quedó viendo el uno al otro, para luego comenzar a reír un poco, aun cuando la noche comenzaba a inundar la Aldea bajo un manto de oscuridad y un pequeño viento helado, no se inmuto en lo más mínimo, pues ahora, cada uno en los brazos del otro, no había nada que pudiera borrar ese calor que rodeaba sus cuerpos, mientras miraban el cielo inundado de estrellas.

Casa Namikase/Uzumaki

Minato que solo llevaba un traje azul con unas espirales rojas a cada lado de su hombro, junto con Kushina que vestía una camisa naranja y unos pantalones negros cortos que le llegaban un poco más debajo de las rodillas, se encontraban muy emocionados preparando la comida para cenar con su primogénito, Karin junto con Natsumi se encontraba preparando la mesa y Menma barriendo la cocina, ninguno de los herederos estaba muy contento de ayudar a preparar la cena, principalmente porque iban a festejar a su hermano mayor que logro lo que ellos no pudieron, pero unas simples palabras de su madre la cual tenía los ojos en blanco, una mirada molesta y su cabello ondeando como nueve colas, les hizo frenar cualquier queja, pues su madre en verdad les daba mucho miedo y sabían que si querían una verdadera paliza, solo tenían que protestar un poco para obtenerla.

Natsumi aún tenía muy en mente las palabras de la pequeña pelirroja, y aun quería el perdón de su hermano mayor, por lo cual, aun en contra de lo que aún seguía creyendo, pediría disculpas por su comportamiento y con suerte lo haría regresar, pues su madre se veía más ansiosa de lo normal, casi como si de esta cena dependiera todo. Menma mientras limpiaba la cocina, no podía evitar sentirse molesto con su hermano mayor, ya ni sabía muy bien el porqué, solo sabía que había algo por lo cual debía estar enojado, no sabía si era el hecho de que perdió contra el en su encuentro, que el fuera ascendido y el no, que sus compañeros de academia a los cuales conocía de más tiempo parecían tenerle más aprecio, que negara que eran hermanos o el hecho de que desde su encuentro, ya no podía acceder con facilidad al Chakra del zorro o entrar en su espacio mental con esa bestia.

Un par de golpes provenientes de la puerta de la entrada, sacaron a todos de sus pensamientos, Minato al dirigir su mirada al reloj de una pared, se dio cuenta de que aún era un poco temprano, pensando que tal vez era su sensei el cual seguía sin aparecer, se dirigió a la puerta con tranquilidad y procedió a abrirla, donde solo pudo ver a su primogénito con una camisa azul sin camisa debajo amarrada con una cinta blanca y unos pantalones amarillos, Naruto al ver a su líder con un mandil rosa, solo pudo arquear una ceja en confusión, Minato al ver la expresión de su hijo, arqueo una ceja confundido, pues no sabía que le estaba generando duda.

El par de varones rubios, se miraron por varios segundos con las cejas arqueadas, mirándose con confusión, cualquiera que los mirara podría jugar que si no fuera por la diferencia de estatura, ambos eran como dos gotas de agua, pero fue hasta que el rubio mayor, mira su vestimenta y se da cuenta del mandil que llevaba puesta, y con un movimiento rápido procedió a quitárselo y aventarlo lejos, para luego reír de forma nerviosa.

- Jeje llegas temprano Naruto – dijo Minato intentando ocultar su nerviosismo.

- Lo siento, pero como nunca dijimos una hora a la cual nos veríamos, no quería ser grosero y llegar muy tarde – comento Naruto con calma.

Minato se golpeó el rostro con su mano abierta por olvidar ese importante detalle, aun así, se recompuso e invito a pasar a su hijo a su hogar, el Son acepto, se quitó los zapatos, los dejo en la entrada y procedió a entrar, al ver su antigua casa se dio cuenta de que todo era igual, solo que todo parecía menos grande como solía recordar de su niñez, eso le provoco una extraña mezcla entre la melancolía, el enojo y la tristeza, sacudió su cabeza para ignorar esos sentimientos, acto que no pasó desapercibido por el rubio mayor, el cual lo dejo en la sala para poder ir a informarle a su esposa, hijos y Karin que Naruto ya había llegado.

Naruto estaba sentado en el sofá de la sala, su mirada divagaba de un lado a otro sin mucho interés en nada en particular, hasta que su mirada se detiene en una pared, en dicha pared, había fotografías tanto viejas como nuevas de la familia Namikaze/Uzumaki, donde obviamente faltaba el, de niño nunca vio una sola fotografía suya en esa pared y era imposible que hubiera una nueva, pero lo que en verdad llamo su atención fue ver un dibujo en el centro y lo reconoció al instante, era uno de sus antiguos dibujos, pero ese dibujo en concreto, donde estaba siendo abrazado por la matriarca Uzumaki, fue uno en el que estuvo trabajando por semanas, como una clase de autorregalo de cumpleaños.

Para el Son rubio dibujar de alguna manera siempre disminuyo su tristeza y soledad de niño, se sintió un poco mal al ver que sus padres biológicos en verdad parecían tristes y en verdad lamentaban lo que hicieron, pues ese dibujo en la pared era una prueba de ello, aunque también fue un recordatorio, pues ni una foto tenían de su persona cuando era pequeño, eso lo molesto un poco.

- ¿Quién era? Sabes que aún tenemos trabajo aquí, créelo – cuestiono Kushina sin girar para mirar a su esposo, pues estaba muy concentrada en que no se le quemaran los fideos para el ramen.

- Era Naruto – respondió Minato ganándose la mirada de todos – llego temprano y ahora está en la sala.

- Entonces me apresurare para acabar, ¡Créelo! – dijo Kushina con una enorme sonrisa y un brillo en sus ojos.

El rubio al ver el entusiasmo de su esposa no pudo evitar reír un poco, para de nuevo ayudarla con los preparativos finales de la comida, mientras era regañado por esta por uno usar un mandil. Natsumi se tragó su orgullo y se armó de valor, lista para confrontar a su hermano mayor, solo para ver como un borrón rojo sale disparada a la sala con rapidez, dicho borrón era Karin que fue corriendo para ir con Naruto, Natsumi hizo una mueca y decidió que se disculparía más tarde, solo para ver como su hermano pelirrojo, se dirigía a la sala también.

- ¡¡¡Felicidades, Naru-nii!!! – grito Karin con nada más que felicidad en su voz, saltando para abrazar al rubio.

- Gracias Karin – dijo Naruto que logro ponerse de pie y atrapar a la pelirroja en sus brazos.

- Sabia que podías lograrlo, estoy tan feliz por ti y por Sasuke-kun y Sai-kun, en verdad son el mejor equipo de todos – comento soltando al rubio y mirándolo con admiración.

- Jejeje creo que estas exagerando – dijo mientras se rascaba la nuca un tanto apenado, su hermano y el nunca fueron buenos para recibir elogios.

- Claro que no – dijo moviendo su cabeza en negación con mucha fuerza – ustedes son los mejores, y estoy orgullosa de ser tu hermana.

- Muchas gracias, Karin-chan – dijo acariciándole la cabeza con cariño.

Karin se rio por el gesto del rubio, pues le pareció lindo, en verdad estaba feliz de ser encontrada por él y los demás en ese bosque, pues aunque ya no tuviera familia directa, el rubio era su hermano, los pelinegros eran como sus primos a los cuales siempre se alegraba de ver y a la peli-violeta, como la tía loca que todos tienen, pero no pueden estar mucho tiempo lejos de ella.

- Llegar demasiado temprano también es una falta de respeto, ¿lo sabias, Aniiki? – pregunto Menma en la entrada de la sala, con los brazos cruzados.

- También llamar a alguien como si fuera tu hermano sin su permiso – respondió Naruto de forma tranquila y viendo al pelirrojo a los ojos.

Karin entrecerró un poco la mirada en dirección al pelirrojo, ya le estaba colmando la paciencia la actitud de los herederos, si bien podía soportarlos sin problemas, que se metieran con su nueva familia en verdad le hacía hervir la sangre y solo quería golpearlos con fuerza. Al escuchar la respuesta de su hermano mayor, Menma lo supo, eso era, la razón por la que estaba tan molesto con él era porque seguía negando que eran hermanos y cuando estaba por abrir los labios para responder, siente un escalofrió por todo su cuerpo y de forma inconsciente comenzó a temblar.

- Menma-kun, ¿Qué estuvimos discutiendo hace rato? – pregunto Kushina atrás de su hijo, con una dulce voz y los ojos cerrados, mientras lentamente iba levantando su puño, el cual tenía varias venas que resaltaban a la vista.

- Okasan... y... yo... - intento decir Menma con un tartamudeo mientras se daba media vuelta, solo recibiendo un fuerte golpe en su cabeza - ¡Ay! – se quejó por el dolor con una lagrima en su ojo.

- La comida ya está lista, créelo – informo Kushina como si nada, ignorando las gotas de sudor en los tres que están en la sala – vamos, no se queden allí parados, la comida se enfría, créelo – agrego dándose media vuelta y entrando a la cocina.

- Conque de ahí saque mi tic, ahora todo tiene sentido – murmuro Naruto para sí mismo caminando a la cocina, seguido de la pelirroja.

- Toma su tiempo quitárselo, Natsumi y yo tardamos casi año y medio en lograrlo – comento Menma sobándose la cabeza y siguiendo a su madre.

Naruto parpadeo un par de veces, viendo incrédulo al pelirrojo, pues esta era la primera vez que este le hablo sin provocarlo, molestarlo o intentar ofenderlo, fue solo un simpe comentario que soltó con naturalidad.

Los seis tomaron asiento, Naruto y Karin se sentaron juntos y frente a ellos Natsumi y Menma, con Kushina y Minato en los extremos, donde para la sorpresa de los más jóvenes, la comida era ramen, solo que de tres caldos diferentes, por lo cual podían comer bastante y no sentir que comían lo mismo, para los padres ver a sus hijos comer con tanta felicidad lo que prepararon era algo indescriptible y más al saber que su primogénito estaba con ellos, pero Kushina, que siempre fue demasiado energética e impaciente ya no podía soportar el silencio, necesitaba entablar conversación con su hijo para que desistiera de fundar su clan y volviera con su verdadera familia, miro a su esposo y con la mirada señalo a su primogénito, Minato parpadeo confundido aun con fideos en su boca, para luego entender lo que su esposa estaba tratando de decir, aclaro su garganta y llamo la atención de los más jóvenes.

- Naruto, durante tus enfrentamientos, pude ver que tu teletransportación es muy efectiva y pareces dominarla a la perfección – comento Minato ganando un asentimiento confundido de su primogénito – como sabrás, Natsumi y yo podemos hacer algo parecido, gracias los sellos en nuestros kunai, pero Menma tiene problemas para dominarlo, ¿Algún consejo que puedas darle?

Menma frunció el ceño ante eso, es cierto que tenía problemas para dominar ese Jutsu, pero ya había dicho que prefería los Jutsu de los sapos, y cuando estaba a punto de decir algo, por mero instinto miro de reojo a su madre, la cual solo negó ligeramente con la cabeza con un semblante de súplica, no queriendo enojar a su madre y mucho menos, ponerla triste, solo soltó un suspiro y comenzó a comer con más rapidez.

- En realidad no tengo ninguno – respondió Naruto con calma, obteniendo miradas de todos – yo me teletransporto hacia donde siento firmas de Chakra y ustedes a dónde están sus kunai, son dos tipos de teletransportación muy diferentes, así que no tengo idea de cómo ayudar con eso.

- Entonces ¿Cómo pudiste entrar en la barrera creada por los hombres de Orochimaru? – pregunto Kushina un poco confundida, pues ni su esposo podía salir de esa prisión.

- Porque esa barrera no me impedía sentir el Chakra de los que estaban adentro, de haberlo hecho, la única forma que hubiera tenido para entrar hubiera sido destruyéndola – respondió Naruto mientras se servía un poco más de ramen.

- Eso tiene sentido – murmuro Minato, ya analizando las ventajas y desventajas de cada técnica de teletransportación – en todo caso, es una lástima que no puedas ayudar a Menma.

- Dime Naruto, ¿Qué tal te fue en el viaje con Jiraiya? – pregunto Kushina con una sonrisa al ver que su hijo si disfrutaba de su comida.

El Son rubio no respondió de inmediato, pues parecía meditar la respuesta mientras veía su taza de ramen, pero cuando la matriarca Uzumaki vio como su hijo puso una sonrisa con nada más que cariño en su rostro, por alguna razón sintió como algo le estrujaba el corazón, pues reconoció esa sonrisa, la había visto miles de veces antes, en los rostros de sus hijos pelirrojos cuando le sonreían.

- Hablo de eso, no eh visto a Jiraiya desde que se fue con Naruto y aún debe entregarme su informe – comento Minato con una mueca, pues entre más tiempo pasara más papeleo tendría y Tsunade parecía negarse a verlo por alguna razón - ¿Sabes dónde está? – pregunto sacando de sus pensamientos a su primogénito.

- No, pero no me tomara nada saber dónde está – respondió Naruto buscando la firma de Chakra por toda la Aldea – se encuentra quieto como a 4 kilómetros en esa dirección – dijo señalando con un dedo a su derecha.

Minato suspiro de forma cansada y molesta, mientras que a Kushina se le formaron varias venas gigantes en su frente, pues a donde estaba apuntando su hijo, era la zona donde Jiraiya solía ir cuando encontraba a una o varias mujeres que por una razón que escapaba a su comprensión, caían bajo sus coqueteos, la cocina se volvió extrañamente silenciosa, pues los jóvenes solo miraban confundidos los rostros molestos de los adultos.

- Voy a matarlo, juro por dios que voy a matarlo, créelo – murmuro Kushina con enojo.

- Oniichan – hablo Natsumi viendo directamente a los ojos de su hermano mayor, tenía que aprovechar y disculparse ahora que podía, pues si no lo hacía en ese momento ya no podría hacerlo después – yo... yo... yo quería... - intento decirlo pero en verdad le resultaba difícil hacerlo, se mordió el labio inferior y apretó los puños con fuerza – yo quiero disculparme por todo lo que te hice cuando niños, ahora veo que las bromas que te hacíamos no estaban bien, lo siento, de verdad lo siento – finalizo bajando la cabeza en pro de disculpa.

Naruto estaba sin palabras, pues las palabras de la pelirroja en verdad parecían sinceras, pero ¿Cuántas veces fue engañado en el pasado por disculpas falsas? ¿Cuántas veces recibió burlas solo por confiar? Minato, Kushina y Menma miraban incrédulos a la pelirroja, pues en ningún momento pensaron que se disculparía, los adultos miraron felices a su hija, pues ella misma estaba haciendo su propio esfuerzo por el perdón del rubio, Menma esta confundido, pues no entendía porque se estaba disculpando su hermana. Natsumi vio como el rostro de su hermano mayor paso de uno de sorpresa a un rostro serio y ligueramente molesto, eso en verdad la confundió. Karin tomo la mano del rubio y le dio un liguero apretón, y cundo giro para mirarla, asintió, pues no había notado ni una pizca de mentira en las palabras de la pelirroja, solo para verlo abrir sus ojos ahora realmente sorprendido.

- Gracias Natsumi, en verdad aprecio tus disculpas – dijo Naruto con una pequeña sonrisa.

- Entonces, ya está, ¿ya me perdonas por todo? – pregunto Natsumi con una gran sonrisa en su rostro.

- No – respondió Naruto de inmediato – acepto tus disculpas, pero eso no quiere decir que voy a olvidar todo lo que me hiciste, pero ahora sé que en verdad puedo intentar perdonarte con tus acciones – explico con una sonrisa, pensando que al fin podría acercarse a sus hermanos biológicos.

Natsumi bajo un poco la cabeza, oscureciendo su mirada tras su flequillo, llevo su pulgar a sus labios y mordió su uña, su cuerpo entero comenzó a temblar un poco, sus padres y hermano, se alarmaron visiblemente pues ella siempre hacia eso cada vez que estaba a punto de estallar en una rabieta de enojo, lo hacía en el pasado cuando entrenaba para liberar sus cadenas de Chakra y solo podía liberar una, cuando descubrió que no podía hacer un Rasengan sin la ayuda de un clon o cuando en la academia el chico que le gustaba prefirió a la Yamanaka sobre ella, Menma por instinto arrastro su silla a un lado lejos de ella, Kushina intento calmarla para que no estropeara las cosas pero fue demasiado tarde.

- ¡¡¡¿¿¿QUE???!!! – grito Natsumi golpeando la mesa con sus manos y poniéndose de pie - ¡Ya me disculpé y aun no me perdonas! ¡¿Por qué sigues enojado por unas estúpidas bromas?! ¡Yo ya lo olvidé! ¡¿Por qué no puedes hacer lo mismo?! – rugió viendo con enojo a su hermano mayor.

- ¡Natsumi cálmate! – ordeno Kushina con enojo, pues sus rabietas podrían arruinar todo.

- ¡No! ¡Okasan, ya me cansé y yo...! – Natsumi se calló de golpe al sentir un fuerte golpe en su mejilla.

- Obedece a Okasan y guarda silencio – dijo Menma de forma tajante frente a su hermana y con su mano levantada, prueba de que la había abofeteado.

Todo se volvió silencioso, pues nadie creía lo que presenciaron, Kushina y Minato estaban en shock, su hijo pelirrojo amaba a su hermana sobre todas las cosas y era muy protector con ella y que le levantara la mano era algo que nunca se imaginaron. Natsumi aun en su sorpresa, se comenzó a enojar de nuevo, pero antes de hacer o decir algo, ve como su hermano señala rápidamente con los ojos a su madre, y cuando la vio, sintió un nudo en la garganta, estaba derramando lágrimas, pero no eran por su hermano mayor, eran por ella, por cómo le respondió y arruino lo que con tanto esmero ella había planeado. Menma se maldecía a si mismo por levantarle la mano a su hermanita, pero al ver a su madre llorar por su culpa y sabiendo que no iba parar hasta que su enojo se fuera, no pudo soportarlo y tuvo que ponerle un alto.

- Yo creo que es mejor que me vaya – dijo Naruto poniéndose de pie, pues pesaba que su presencia solo empeoraría las cosas – gracias por la comida y su hospitalidad, lamento las molestias – agrego con una reverencia y caminando a la salida.

- Naru-nii – murmuro Karin preocupada.

- Tu no vas a ningún lado – dijo Menma con autoridad, viendo como su hermano mayor se detenía en su lugar – Okasan y Otosan se esforzaron mucho para hacer esto por ti, lo menos que puedes es quedarte aquí con ellos, se los debes – agrego intentando controlar su propio enojo.

- Yo no les debo nada, no le debo nada a ninguno de ustedes – dijo Naruto con seriedad viendo fijamente al pelirrojo a los ojos.

- Por supuesto que sí, eres su hijo, mi hermano, y te vas a quedar para hablar con ellos – informo apretando los dientes y dando algunos pasos al frente.

- ¿Cuántas veces tengo que repetirte que eso no es cierto? – volvió a preguntar Naruto con enojo y caminando al frente encarando al pelirrojo.

Kushina y Minato querían detener lo que solo acabaría en una pelea entre sus hijos, les dolía en el alma que se hablaran como tanto enojo, por lo cual la matriarca Uzumaki estaba por separarlos, pero es detenido por su esposo, el cual la sujeto de los hombros y cuando lo vio negó con la cabeza, el rubio sabía que en ocasiones las palabras sobraban y la única manera de arreglar las cosas era con los puños, no quería ver a sus hijos pelear de nuevo, pero si era lo que se necesitaba para que pudieran arreglar sus diferencias, los dejaría hacerlo, se preocuparía por los daños de su hogar después.

- Ni creas que voy a pelear, no estoy enojado, Natsumi, Karin y yo nos iremos, hablaras con nuestros padres y seremos una familia completa de nuevo – dijo Menma casi como una orden e ignorando su enojo.

- Como si eso fuera cierto, tu siempre estas enojado conmigo, no importa lo que hiciera, no importa lo haga ¡tú siempre pareces molesto conmigo! – dijo Naruto con fuerza en la última parte y empujando al pelirrojo con las manos, haciendo que de unos pasos hacia atrás.

- Ya te dije que no – hablo Menma apretando los puños con fuerza, quería golpear a su hermano mayor por empujarlo, pero por la promesa a su madre no lo haría.

- No entiendo, en verdad no lo entiendo, dime ¿Qué demonios te hice para ganarme ese odio? ¿Qué hice para que me trataras como basura? – cuestiono Naruto ya no pudiendo soportarlo más y soltando todo lo que se guardó durante años – entendería que me odiaras si tus padres por intentar arreglar las cosas conmigo te hicieran aun lado, pero no lo hacen, y como prueba está el hecho que ni siquiera han considerado el ofrecerme el puesto de cabeza de clan que por derecho me pertenecía, entonces, de nuevo ¿Qué demonios hice mal como hermano mayor para que me odies de tal manera?

El arrebato de enojo en verdad choqueo a Menma, el no odiaba a su hermano, simplemente se sentía molesto con él, pero lo que en verdad lo dejo sin palabras como a todos los presentes, fue escuchar como la voz del Son rubio se comenzó a quebrar para luego ver como lagrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, y antes de que alguien pudiera decir una palabra este hablo de nuevo.

- Sabes hermano – dijo casi con molestia en sus palabras al llamar al pelirrojo de tal manera, notando como este abrió los ojos en sorpresa al escuchar como lo llamo – siempre te tuve celos, ¿Sabes cuantas veces dese ser tu? ¿Cuántas veces dese ser pelirrojo, para parecerme a ti, para tener una pisca del amor y afecto que tu tenías? ¡¿Cuántas veces mire los retratos familiares donde siempre falte, deseando ser yo el que estaba sonriendo al lado de nuestros padres? Dices que somos hermanos, entonces dime ¡¿Cuándo demonios me has tratado como a uno?! – cuestiono con enojo alzando la voz con coda pregunta que soltaba.

Menma estaba sin palabras, quería responder con un mayor enojo, pero era incapaz de hacerlo, las palabras simplemente no salían de su boca, ¿Su hermano le tenía celos? ¿Celos del amor de sus padres? Al fin las cosas tomaban sentido, pues recordó la fotografía que encontró en el cuarto de su hermano mayor, su deseo de ser como el, no por las habilidades, por el reconocimiento, ni siquiera por el poder, solo por el afecto de sus padres, afecto que sabía, nunca tuvo, pero lo que en verdad le molesto fue cuando ni siquiera podía pensar en cómo responder la última pregunta, pues nunca trato con afecto a su hermano en ningún momento que le pudiera llegar a la mente.

- ¿Crees que solo fueron bromas estúpidas e inocentes? Pues déjame decirte que no lo fueron, las bromas no terminan con un niño llorando y suplicando por que paren, no terminan con ese mismo niño castigándolo por sus padres porque fueron falsamente inculpados por sus hermanos – comento Naruto apretando los dientes y viendo a Natsumi directamente a los ojos – pero de todos aquí, lo que tú me hiciste fue por mucho, lo que más me lastimo.

- ¿Q...que te hice yo? – pregunto Natsumi en shock y con mucho miedo, pues la mirada tan llena de odio de su hermano en verdad la estaba poniendo nerviosa, por no mencionar que no recordaba que sus bromas terminaran así de mal, solo recordaba que ella se divertía, ¿Pero cómo?

- Tu fingías que te importaba – respondió Naruto con un notable dolor en su voz – que fuera un niño no quería decir que era estúpido, siempre supe que fingías preocuparte por mi para que luego me hicieras una "broma"... la única razón por la que siempre caía era porque siempre tuve la esperanza de que por una vez tu preocupación fuera real, siempre me dije "esta vez, estoy seguro que esta vez Natsumi-chan si se preocupa por mí y si no lo creo, ella se molestara mucho conmigo, por desconfiar de ella" – explico viendo como la pelirroja abría los ojos en shock – pero, siempre era igual, siempre acabe cayendo en tus inocentes bromas, por aferrarme a algo que muy en el fondo sabía que nunca iba a pasar.

Natsumi intento hablar, pero no pudo, sentía que el aire le faltaba, su mente estaba trabajando a mil por hora, solo para descubrir que todo lo que escucho era verdad, sus bromas siempre terminan con su hermano mayor lastimado o humillado, y el hecho de recordar que se sentía tan bien burlarse de este por ser tan tonto como para pensar que se preocupaba por él, le dio nauseas, bajo la mirada en vergüenza, sintiéndose una basura y una hipócrita, mientras lagrimas salían de sus ojos.

Kushina y Minato estaban en silencio, se sentían mal por escuchar a su primogénito, pues era su culpa que sufriera de esa manera, por no prestarle la atención que debían y por no ponerle un alto a sus hermanos, pero cuando este giro para mirarlos, se pusieron nerviosos, pues honestamente, no querían saber que tan malos padres fueron de las palabras de su ahora, muy molesto hijo.

- Ustedes – murmuro apretando los dientes – ni siquiera me conocen, no saben nada sobre mí, y aun sabiendo lo que me hicieron, quieren que los perdone aun y cuando no han hecho nada para ganarse el perdón, ¿Recuerdas lo que me dijiste Otosan? ¿Una moneda, dos historias?

Minato sintió como apuñalaban su corazón al escuchar a su hijo llamarlo así, pues carecía de cariño o afecto, en cambio, esas palabras parecían estar cargadas de molestia y dolor.

- Ustedes solo conocen su propia historia, pero no la mía, cuando vi como entrenaban a mis hermanos, y no a mí, entrene por mi cuenta hasta el cansancio, todo para hacerlos sentir orgullosos, para que me miraran, para que supieran que yo también era digno de ser su hijo, pero nada funcionaba, no importaba cuanto me lastimara entrenando, cuanto estudiara o cuanto aprendiera por mi cuenta, yo no era especial, no era nadie.

- ¡Hijo, eso no es cierto nosotros siempre te amamos y...! – intento decir Kushina con lágrimas en sus ojos, pero fue interrumpida por los gritos de su primogénito.

- ¡Mientes! ¡Sabes muy bien que estas mintiendo! ¡Ni siquiera sabían que me fui! ¡Puede haber muerto hace años y ustedes nunca lo hubieran notado! – grito Naruto con su voz casi rota y lágrimas en sus ojos que están a punto de caer – Yo no soy eso a lo que ustedes llaman niño de la profecía y por eso nunca les importe.

Con excepción de Karin, todos entendieron a que se refería el Son rubio, pero ninguno más que los adultos, los cuales solo tenían miradas horrorizadas en sus rostros, mientras lagrimas caían de sus ojos, su propio hijo pensaba que no era digno de ser su hijo, que no estaban orgullosos de él, que no era especial, y lo peor, que aunque muriera, nunca lo notarían, pero lo que en verdad perforo sus corazones como si de estacas se tratara, era el hecho de que no podían decir que no, simplemente no podían, tanta atención le pusieron a una estúpida profecía, que si realmente su primogénito hubiera muerto, ¿Cuánto tiempo hubiera pasado para que siquiera notaran su falta? Pues al parecer cinco años no era la respuesta correcta y eso los destruyo por dentro.

- Pero eso ya no importa, y nunca me ha gustado pensar en el tal vez, al final si tuve un padre que me entreno, que me enseño todo lo que sabía y estaba orgulloso de mi – comento Naruto ignorando la mirada destrozada de su líder – y ahora, al fin tengo a una madre que me ve con amor y aprecio verdadero, soy... soy feliz – termino de decir con una pequeña sonrisa en su rostro.

Kushina tenía los ojos bien abiertos en shock, ¿Cómo era posible? Su hijo, su amado hijo, encontró en otra mujer el amor de una madre, un amor que solo ella debía de darle, deseaba poder enojarse, poder ir y buscar a esa mujer para molerla a golpes por quitarle a su bebe, eso quería sentir, pues quería deshacerse del enorme dolor en su corazón al saber que fue su culpa en primer lugar el que todo esto estuviera ocurriendo, no pudo soportarlo más, y comenzó a llorar con su rostro oculto tras su manos. Minato ya sabía que su hijo quería a alguien que no era el cómo a un padre, pero escucharlo directamente de sus labios, escuchar como ese hombre fue para su hijo lo que él nunca fue, en verdad le partió el corazón.

Naruto ya no quería decir o escuchar más, por lo cual dirigió una mirada rápida a la única persona en la cocina a la cual le tenía aprecio, para con un movimiento de cabeza y una pequeña sonrisa, se despidió de Karin, para luego teletransportarse. Karin quería ir con su hermano mayor, no quería dejarlo solo, pero eso era justo lo que necesitaba, un tiempo solo para que pudiera lidiar con el mar de emociones que era su cabeza en esos momentos, se levantó de su lugar y sin decirle nada a nadie se fue a su habitación, dejando atrás a una familia petrificada y sumida en sus pensamientos.

Nota: no olviden ir y leer la nueva historia que estoy subiendo, por favor voten y compartan =D

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