Todo puesto en marcha

Torre Hokage – oficina del Hokage

Minato se encontraba revisando algunos documentos con calma hasta que escucho como alguien llamaba a su puerta, con un adelante, vio como la puerta de su oficina se abrió y revelo a su sensei y a sus dos pelirrojos, que estaban acompañados de sus compañeras de equipo al igual que del Son pelinegro.

- ¡Otosan! ¡Regre...! – Menma no pudo terminar de exclamar pues fue empujado con fuerza a un lado por su hermana.

¡Otosan! – grito Natsumi con lágrimas cayendo de sus ojos como cascadas mientras se lanzaba al frente para abrazar a su padre.

- ¡Natsumi-chan! – grito Minato en el mismo estado que su hija, que cuando la tuvo en sus brazos la abrazo con fuerza y acariciar su mejilla con la de ella.

Todos tenían una gran gota de sudor sobre sus nucas al ver tal demostración de cariño, pues la pelirroja se comportaba como una niña pequeña que quería todo el amor de su padre y el rubio como si no hubiera visto a su hija en más de dos décadas. Menma solo hizo una mueca y se cruzó de brazos al ser excluido pero no le dio mucha importancia al asunto, pues sabía muy bien cómo eran esos dos.

- Mírate, estas tan grande y ahora eres toda una mujer, ¿Espero que una muy fuerte como tu madre? – pregunto Minato rompiendo el abrazo y viendo a su hija expectante.

- Jeje por supuesto, solo espera para que veas lo fuerte que me eh vuelto – respondió Natsumi con una sonrisa orgullosa.

- Ejem también estoy aquí – murmuro Menma mientras fingía toser.

- Oh Menma, en verdad que has crecido – dijo Minato acercándose a su hijo y colocarle una mano sobre su cabeza mientras le regalaba una sonrisa orgullosa – es claro que te has vuelto muy fuerte y me agrada mucho tu nuevo corte.

Menma sonrió por el elogio, mientras que Minato regreso a su asiento y miro a todos en su oficina y les regalo una sonrisa, extrañaba a sus hijos como cualquier padre al no verlos por tanto tiempo, era claro que se habían vuelto mucho más fuertes y solo podía estar orgulloso por eso, aunque también corría por su mente el que tanto, pero ya tendría tiempo para hablar con su sensei sobre eso y con sus hijos al ponerlos a prueba.

- Bien es bueno que hayan vuelto y que el equipo 7 este reunido aquí, así será más fácil decirles lo siguiente – comento Minato obteniendo miradas asombradas del equipo, aunque poso su mirada en el único miembro que no pertenecía a dicho equipo – No destruiste nada importante cuando te estrellaste, ¿Oh sí? – pregunto con una ceja levantada, en ocasiones los entrenamientos de los Son eran, por decir lo menos, bastante destructivos, y ese último choque estuvo muy cerca de la muralla de la Aldea.

- No, solo algunos árboles, pero fuera de eso, nada importante – respondió Sasuke con los ojos en blanco, detestaba cuando era él quien causo un desastre, pues la mirada del Hokage era como la de un padre que sabía que su hijo hizo algo mal y solo esperaba que el daño no fuera tan grande.

Hospital de Konoha

Por los pasillos del enorme hospital, caminaba una alegre y tranquila Haku, la cual vestía un cheongsam que es un vestido clásico chino de color azul con los bordes de color rojo y con el símbolo de la Tortuga grabado en su espalda, un pantalón rojo, al igual que sus zapatos, muñequeras y su faja, además de poseer unos calcetines tabis blancos, su largo cabello negro lo tenía atado en una cola de caballo alta que le llegaba un poco más debajo de la cintura aún mantenía dos mechones a cada lado de su rostro. Llevando su protector de Konoha en la frente con orgullo, donde ahora media 1.67 cm. Sus rasgos faciales se habían definido muchísimo más, siendo aún más hermosa de lo que lo fue en el pasado y aunque sus ropas no lo dejaran ver, su complexión física era un poco más robusto, sus músculos se tornaron más firmes y definidos, aunque se aseguró de que no fuera algo tan notorio como en los varones del clan y no solo ella, Anko y Tayuya se aseguraron de tener una complexión similar. La pelinegra iba leyendo las notas que llevaba en su portapapeles donde tenía sus anotaciones sobre los pacientes a los cuales tenía que atender.

A pesar de su corta edad, ya era toda una medico respetada por sus amplios conocimientos, donde el respeto de sus colegas médicos solo aumento cuando descubrieron que era la aprendiz de la Sannin de las Babosas, aunque esas cosas jamás le importaron, solo quería ayudar a tantas personas como le fuera posible y ser una digna discípula de su maestra.

- Oh conque aquí estabas – dijo Tsunade viendo la espalda de su estudiante la cual giro de inmediato ante el llamado.

- Buenos días, Lady Tsunade, ¿Estaba buscándome? – dijo Haku con una sonrisa y una pequeña reverencia a su maestra.

- Algo así, lo que pasa es que no te vi en el complejo esta mañana y eso me pareció extraño – comento Tsunade haciéndole una seña a su estudiante para que siguiera caminando y seguirla.

- Oh eso, lo que pasa es que no podía dormir, un caso con un paciente, aun no logro dar con la respuesta a su problema, ya ha sido de alta dos veces pero sigue regresando por problemas del corazón – respondió Haku mientras le entregaba su portapapeles a su maestra para que leyera el caso que tenía.

Tsunade comenzó a leer con detalle la hoja medica de su paciente, era realmente todo un caso, pues era por decir lo menos complicado, incluso ella tenía algunos problemas para encontrar el problema del pobre paciente, pero decidió no profundizar mucho, era el caso de su estudiante y sabía que descubriría que estaba mal, solo tenía que darle tiempo.

- Te deseo suerte en resolverlo – comento Tsunade con una sonrisa confiada mientras le regresaba el portapapeles – pero no te sobre exijas, entre el trabajo, mis entrenamientos y los del Clan Son, podrías acabar bloqueándote, mi consejo, duerme un poco más y como ya eres mayor de edad, toma un poco de sake – aconsejo con una sonrisa divertida.

- Jeje Lady Tsunade, sabe que odio el sake, es demasiado amargo – dijo Haku con una pequeña mueca al recordar cuando probo el sake por primera vez, literalmente escupió todo lo que tomo y luego lo vomito.

Fue en su fiesta de cumpleaños número diez y ocho, su maestra fue muy insistente en que bebiera algo de sake y no queriendo defraudarla hizo lo pedido, pero para sorpresa de la Senju y de todos los invitados, la pelinegra en vez de tomar un pequeño trago en un vaso, tomo todo lo que pudo directamente de la botella, está de más decir que la fiesta se animó mucho después de eso, pues la pelinegra aunque escupió la mayor parte y vomito aún más, se emborracho por completo y su actitud amable y tranquila se convirtió en una bastante risueña y muy gritona, que pasaba a llorar sobre el hombro de su novio implorándole que no la abandone aunque este no haya dicho nada relacionado a eso.

- Jaja no digo que te tomes toda la botella, pequeños tragos de vez en cuando puede ayudar más de lo que crees – dijo Tsunade con una sonrisa mientras fingía tomar un poco de sake.

- Lo tendré en cuenta, ¿Aún conserva algo de eso? – pregunto con curiosidad, los consejos de su maestra siempre resultaron acertados, por lo cual no estaba de más intentarlo.

- Sabes que solo tomo en ocasiones especiales – respondió con un movimiento de su mano en negativa.

La Senju desde que regreso a Konoha con su amado hijo, dejo muy en el pasado el alcohol, aun disfrutaba de una buena botella en compañía de amigos o fiestas de cumpleaños u ocasiones especiales, pues la dependencia que tuvo en el pasado por el alcohol fue debido a su profunda tristeza de perder a sus dos personas más importantes, fue un medio para olvidar todo el dolor que sentía tras su perdida, pero con la llegada de su amado rubio alegre a su vida, ya no necesitaba nada para olvidarse del dolor, pues ahora lo único que sentía en su corazón era una infinita felicidad que jamás creyó posible.

- ¿Pero estas segura que es todo solo por tu paciente? ¿No tendrá nada que ver con que el equipo regreso de Kiri? – cuestiono Tsunade poniéndose seria de repente, tanto que tomó por sorpresa a su alumna.

- No es que no quiera oírlo, sé que sigue en una guerra civil, Sasuke-kun intento no tocar mucho el tema por mí, pero sé que hizo algo en Kiri y quiere contármelo, pero yo no quiero oírlo – respondió Haku con tristeza y abrazando su portapapeles.

El tema sobre su Aldea natal no era algo que le agradara mucho discutir, no porque lo extrañara o le recordara su triste pasado, sino por el hecho de que un miedo surgía en su ser cada vez que se tocaba el tema, pues sentía como si de alguna manera que no pudiera comprender esa Aldea sangrienta regresara para intentar quitarle todo lo que ahora amaba y protegía, tanto que cuando su novio le dijo que iría a las fronteras de Kiri para acabar con una nueva base, entro en pánico y lo encerró en su domo hecho de espejos de hielo con la intención de impediré que fuera, igualmente cuando regreso, aunque solo presentaba algunos raspones y un gran desgaste de Ki, lo sofoco en un abrazo con todas sus fuerzas por tenerla tan preocupada, aunque después de eso, lo había estado evitando ya que no quería escucharlo hablar de lo ocurrido en Kiri.

- El regreso a salvo y estoy segura de que hizo algo bueno, sé que el tema de tu Aldea natal es muy duro teniendo en cuenta lo que viviste en ella, pero eso está en el pasado, tu vida está aquí ahora, no dejes que eso distancie tu relación del hombre que amas, confía en él, así como él confía en ti – aconsejo con una cálida sonrisa – además recuerda, el hizo una promesa, jamás te dejaría sola, eres lo más importante para ese chico, ten fe en que lo que hizo fue por una razón.

- Muchas gracias por sus palabras Lady Tsunade, en verdad siempre sabe que decir y en verdad necesitaba escuchar esas palabras – agradeció con una enorme sonrisa, no permitiría que sus miedos se entrometieran en su relación y confiaría plenamente en su amado pelinegro.

- Bueno aquí esta tu paciente – dijo Tsunade deteniéndose frente a la habitación del paciente de la pelinegra – solo recuerda lo que te dije y no pierdas los estribos.

- Claro que sí, tenga por seguro que intentare tomarme las cosas con más calma Lady Tsunade, hasta luego y nos vemos en casa más tarde – dijo Haku con una sonrisa agradecida mientras entraba a la habitación.

Tsunade solo miro con orgullo como su alumna entraba a la habitación y actuaba tan profesionalmente, esa chica al lado de Shizune eran las mejores aprendices que pudo haber conseguido, aunque Haku tenía un talento enorme, eso junto con su buen control de Chakra, la hacían una excelente aprendiz de todo lo que tenía para enseñar, con una sonrisa orgullosa, se retiró para encargarse de sus propios asuntos, mientras se preguntaba con algo de curiosidad por que su hijo y hermano abran terminado su sesión de entrenamiento tan temprano.

Calles de Konoha

El equipo 7 caminaba con tranquilidad por las calles de la Aldea, Minato les informo que el equipo podría comenzar a realizar misiones después de que se enfrentaran a Kakashi para medir las habilidades de todos de forma individual y como equipo. Aunque Menma pensó que se enfrentarían a Shikamaru y Tayuya, ya que llegaron exactamente cuándo se les informo que serían puestos a prueba. El par estaba caminando detrás del equipo 7, mientras que aún mas atrás se centraban los gemelos pelinegros conversando en voz baja.

- Entonces, ¿Kaiosama lo sabe todo? – pregunto Satsuki con genuina curiosidad, aun le costaba trabajo asimilar todo eso de los dioses y del otro mundo, pero cuando vio en los recuerdos de su gemelo a ese ser azul con antenas, supo que era verdad, pero seguía siendo difícil de creer, aunque su duda fue una que le surgió hace algunos días y ya no pudo contenerse más.

- En realidad no, sabe la historia y todo lo que quiera saber de un mundo cuando lo busca, pero antes de eso no – respondió Sasuke con calma haciendo memoria de las habilidades de su segundo maestro – aunque tampoco puede saber el futuro o que motiva a una persona en específico para hacer algo, solo lo que ya ha ocurrido es lo que puede saber, bueno eso creo, nunca le pregunte mucho sobre esa habilidad, ya sabes, los dioses son complicados.

- Entonces ¿Él podría decirte porque Itachi hizo lo que hizo? – cuestiono Satsuki poniéndose sumamente seria de repente, ya que saberlo la ayudaría a encontrar una debilidad si es que llegaran a enfrentarse de nuevo.

- Si y no – respondió Sasuke con tranquilidad, no esperaba esa pregunta pero sabía que solo sería cuestión de tiempo para que su gemela preguntara, viendo su rostro confundido, continuo para aclarar sus dudas – veras el sí sabe porque Itachi masacro al clan y también se lo pregunte, pero se reúso a decirme, ya que en nuestro mundo, la información es lo más importante y el arma más poderosa, dijo que no puede facilitarnos tanto las cosas, no puede resolver el problema de los mortales que nosotros mismos debemos resolver, así mismo también dijo que sabe quién controlo al Kyubi hace diez y seis años, pero jamás nos lo dirá ya que nosotros debemos descubrirlo.

- Si algo así pensé que sería – dijo Satsuki soltando un suspiro de derrota, sabía que se estaba metiendo en temas muy complicados cuando, literalmente, estaba hablando de los motivos de los dioses para decir o hacer cosas, aunque eso le genero otra duda – bueno eso ya quedo claro, pero ahora queda otra cuestión – hablo ganando una mirada curiosa de su gemelo cuando su tono de voz se suavizo – ¿En algún momento llevaras a los de tu clan y a mí a entrenar con él? – pregunto con una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos brillando de emoción por poder ser entrenada por una deidad.

Sasuke se detuvo en su lugar y miro perplejo a su gemela por preguntar tal cosa, cosa que hizo que Satsuki se detuviera un paso delante de él y lo mirara expectante a lo que diría, pero casi de inmediato se recompuso y comenzó a reír entre dientes y darle un par de palmaditas en la cabeza a su gemela, cosa que la hizo enojar y que tuviera un tic en el ojo.

- Lo siento, pero no, para poder entrenar con Kaiosama tienes que cumplir con al menos dos requisitos – dijo Sasuke aun riendo y palmeando la cabeza de su gemela.

- ¿Y cuáles son? Soy más que capaz de superar esas pruebas – afirmo Satsuki algo molesta mientras golpeaba con la palama de su gemelo para que dejara ese acto tan infantil.

- Jeje bueno, primero tienes que morir – respondió Sasuke como si nada, riendo un poco más al mirar el rostro en shock de su gemela.

- Estas mintiendo – murmuro completamente incrédula por lo que escucho.

- No, no lo estoy, tienes que morir para ir al otro mundo, junto con tu cuerpo y luego recorrer el Camino de la Serpiente que son un millón kilómetros para poder llegar a su planeta – informo como si nada, recordando lo que aprendió estando en el planeta de Kaiosama.

- Pe... pe... pe... pero tu estas vivo, ¿Moriste? ¿Te revivieron? ¿Por qué diablos todo es tan extraño? – balbuceo completamente anonadado por la información que acaba de recibir.

- No morí y la razón por la cual pude entrenar con él se debe a que mi Padre hizo mucho bien en vida y gano por así decirlo, ciertos privilegios – respondió con una sonrisa orgullosa, que solo hizo enojar a su gemela – entre ellos llevarnos al dobe y a mí a entrenar con el sin tener que morir o recorrer el Camino de la Serpiente.

- Presumido – murmuro con una mueca por los dichosos privilegios que tuvo al conocer a ese Son Goku.

- ¿Y ustedes dos, están saliendo? – pregunto Menma con una sonrisa pícara a la pelirroja y a su amigo flojo.

- ¿Tu eres retrasado? – contra pregunto Tayuya con una mueca de disgusto por la cercanía del idiota pelirrojo.

La pelirroja guardiana del clan Son, había dejado crecer aún más su larga cabellera, tanto que ahora le llegaba hasta los muslos, sobre su frente un protector de Konoha, aunque el protector no evitaba que tuviera su siempre presente mechón en medio de su rostro, bestia una blusa ajustada de color naranja-rojizo de mangas largas y una camisa azul debajo, pantalones negros, sandalias ninjas y muñequeras de cuero del mismo color, un cinturón negro sobre el cual colgaba una flauta metálica con el símbolo de Konoha grabado. La pelirroja seguía teniendo esos grandes ojos color marrones, los cuales eran adornados por lo general con una mueca molesta o una sonrisa complacida, media 1.64 cm., una completa bajita en su círculo de amigos más cercanos, cosa que resaltaba mucho cuando estaba con los hermanos Son, su paliducho amigo o el flojo del Nara.

- Tayuya está conmigo porque me está ayudando con algunos temas con respecto a los próximos exámenes Chunin – respondió Shikamaru con fastidio y rascándose la nuca.

Shikamaru creció notablemente, midiendo 1.70 cm., se volvió más alto e incluso su vestimenta cambio, aunque lleva el mismo corte de cabello. En cuanto a su vestuario, él, tiene una vestimenta parecida a un ninja estándar de la Konoha, ya que además de conservar su chaleco táctico, también comenzó a usar una camisa negra de manga larga con un par de pantalones y sandalias que le combina, y en las muñecas y tobillos tiene forrada unas mallas. Su banda está en el mismo lugar, pero según parece, está cosida en su camisa debido a que su parte metálica solamente es visible. Él también está equipado con un Tanto en la parte trasera de su chaleco a través de una correa marrón

- No fue eso lo que pregunte – dijo Menma sin perder su sonrisa pícara, pues ninguno de los dos estaba negando lo que preguntaba.

- Porque no te metes en tus propios asuntos en vez de vivir de los demás – recrimino Tayuya cansada de las insinuaciones del idiota.

- Que mal humorada – murmuro Menma con una mueca al ver el carácter de su pariente.

- Jeje con el tiempo te acostumbras – comento Sakura con diversión.

- Si tú lo dices – dijo Natsumi encogiéndose de hombros – entonces, ¿eres como nuestra prima como Karin o algo por el estilo? – pregunto viendo a la pelirroja con una sonrisa amigable.

- Soy una Uzumaki por la sangre, pero no tengo nada más que ver con tu clan, ya que me volveré una Son – afirmo Tayuya con una sonrisa confiada y sus manos sobre su cadera.

- Lo dejare en pariente lejano – dijo Natsumi con una sonrisa nerviosa.

- Por cierto, ¿Qué planean hacer ustedes dos? – cuestiono Shikamaru recordando algo importante.

- ¿Hacer de qué? – preguntaron Natsumi y Menma confundidos por la pregunta de su amigo perezoso.

- Sobre los exámenes Chunin, ustedes dos son los únicos de nuestra generación que siguen siendo Genin – respondió Shikamaru como si no fuera nada.

Los herederos pelirrojos se quedaron de piedra al escuchar esa respuesta, de repente todo a su alrededor se volvió silencioso, donde las palabras del Nara se repitieron en su cabeza una y otra vez.

- ¡¡¡¿¿¿Qué???!!! – gritaron los herederos en completo shock.

- ¿Como que seguimos siendo Genin? ¿Estás diciendo que todos ya son Chunin? – cuestiono Menma muy alarmando por lo que estaba ocurriendo.

- Así es, ustedes dos idiotas se fueron y jamás realizaron el examen para Chunin – respondió Tayuya con una sonrisa arrogante.

- ¿Sakura? ¿Satsuki? – pregunto Natsumi viendo a sus amigas con asombro, donde ambas solo se miraron entre sí y le regalaron una sonrisa aprobatoria.

- Y no solo eso, Naruto, Sasuke, Sai, Haku y Neji sobrepasaron las expectativas y ahora son Jonin – agrego Shikamaru no pudiendo evitar una pequeña sonrisa divertida cuando vio al par de pelirrojos abrir los ojos como platos y sus mandíbulas caer al suelo.

- Esto es humillante, aun soy Genin aun con todo lo que eh aprendido – murmuro Menma con un aura depresiva, mientras estaba de rodillas y abrazando sus piernas.

- Nadie me respetara por mi fuerza si sigo siendo una Genin – murmuro Natsumi con la cabeza apoyada contra una pared con un aura depresiva.

Suna – residencia de los hermanos del desierto

Sentados en el sofá de la sala del segundo piso se encontraba Temari curando algunas de los raspones que tenía Naruto, producto de luchar contra Gaara. Cuando el par termino su pelea a las afueras de Suna, ambos regresaron caminando con calma hacia la Aldea como si no hubieran causado todo un espectáculo de poder y dejado hecho un caos detrás de ellos.

- ¿Por qué ustedes dos no pueden controlarse? – pregunto Temari mientras pasaba un algodón con alcohol por la mejilla de su rubio para desinfectar el pequeño raspón que tenía.

- ¿Y dónde está lo divertido en eso?... – contra pregunto Naruto con una sonrisa zorruna aunque hizo una mueca de dolor cuando su rubia presiono más sobre fuerte sobre su herida - ¡Auch!

- No te quejes que tú te lo buscaste – advirtió con una mirada divertida en su rostro – ¿Cómo te fue en tu misión en las fronteras de Kiri?

- No fue fácil, pero logramos destruir la base en su totalidad, aunque tampoco pudimos obtener mucha información de esa serpiente – respondió con tranquilidad mientras le daba una sonrisa tranquilizadora a su rubia.

- Escuche rumores de que Kiri aún sigue en una guerra civil por las purgas de sangre, ¿Ustedes no...? – pregunto algo preocupada y dejando la pregunta en el aire esperando una respuesta.

- Solo destruimos algunas bases del Mizukage, no sabemos si fueron importantes o no, pero nadie murió y nos teletransportamos antes de que alguien nos viera – respondió un poco cabizbajo – sabes que Haku sufrió debido a esas purgas, ella es una miembro del clan y en Kiri las personas estas muriendo injustamente, ni el teme o yo pudimos evitarlo.

- Yo sé que no – dijo abrazando a su novio con fuerza, esa actitud bondadosa y desinteresada solo hacía que lo amara aún más – se lo mucho que quieres ayudar, pero no sabemos qué lado está ganando y si atacan de nuevo y alguien los ve, podrían poner al Mizukage en su contra, si bien pensamos que no los atacara directamente ya que tanto Suna y Konoha son aliadas, no lo podemos afirmar, ese sujeto ya está lo suficientemente loco como para ir en contra de su propio pueblo, posiblemente no le tema a enfrentarse a dos Aldeas aun sabiendo que perderá.

- Supongo que tienes razón – dijo soltando un fuerte suspiro y rompiendo el abrazo para mirar directamente a los ojos a su amada rubia y regalarle una cálida sonrisa – siempre sabes que decir, eres realmente impresionante.

- Pues en verdad lo soy y eso es porque soy la mejor en todo lo que hago – afirmo con una sonrisa orgullosa en su rostro mientras colocaba sus manos en su cintura e inflaba el pecho – recuerda que soy la mejor chica que pudiste haber encontrado y no solo eso, soy la Kunoichi más joven y talentosa que...

Naruto solo miro fijamente a su novia sin decir nada mientras ella seguía glorificándose como la mejor, hasta que después de unos minutos se cansó y se abalanzo sobre ella, tumbándola en el sofá y quedando sobre ella, donde comenzó a hacerle cosquillas en las costillas y besarle el cuello, donde también le daba muchas cosquillas. Temari que fue tomada por sorpresa no pudo contener las rizas que resonaban por toda su casa, le dolía el estómago por seguir riendo sin parar, algunas lágrimas se formaron en sus ojos y los músculos de su rostro le dolían por la enorme sonrisa que tenía.

- ¿Quién no ha dejado de ser una pequeña arrogante? – pregunto Naruto dejando de besar el cuello de su novia.

- N... no... no se... de... de... que... hablas – respondió Temari entre risas que apenas si pudo contener para responder.

- Oh bueno – murmuro Naruto y volvió a atacar a su novia con muchas más cosquillas que antes.

- ¡No! ¡JAJAJA! ¡Para... por favor! ¡JAJAJA! ¡No... puedo... res... respirar! ¡JAJAJA! – rogo como pudo mientras su rostro lentamente comenzaba a tornarse rojo por las constantes risas.

- Dilo – dijo sin parar las cosquillas.

- ¡No! – grito como pudo mientras seguía riendo.

- Entonces no me detendré – dijo aumentando las cosquillas.

Temari se estaba comenzando a desesperar, no quería admitir que aún era bastante arrogante, ya no lo era tanto, pues ya no se burlaba o menospreciaba tanto a sus oponentes cuando luchaba, pero seguía glorificándose cada vez que podía, no es que fuera algo malo, ya que era una orgullosa ninja de Suna cuyo carácter era uno dominante y aun algo explosivo, aunque cuando estaba con su amado rubio, dejaba mostrar un lado que muy pocos conocían, un lado amable, tierno y sumamente amoroso. Era su rubio al único con quien ella misma se permitía dejar de ser una kunoichi y ser solo una adolescente enamorada. Sabía que su ataque de cosquillas no era para hacerla cambiar, pues era consciente de como su rubio amaba ese lado tan fuerte de ella, por lo cual todo esto era algo así como un juego, que obviamente no quería perder, pero viendo sus nulas oportunidades de ganar, decidió que esta vez había perdido.

- ¡Yo soy tu pequeña arrogante! – grito con las pocas fuerzas que le quedaban y de inmediato sintió como su rubio dejaba de hacerle cosquillas, comenzó a inhalar grandes bocanadas de aire, ya que en verdad lo necesitaba mientras su rostro lentamente iba regresando a su tono normal de color.

- Jeje vez no era tan difícil – murmuro con una sonrisa marca Son mientras picoteaba los labios de su rubia.

- Oh cállate – ordeno mientras rodeaba el cuello de su rubio con sus brazos y le deba un apasionado beso.

Ambos rubios comenzaron a profundizar más y más sus besos, en lo único en lo que se concentraban era en saborear tan apasionado beso, la rubia sonrió internamente y soltó un gemido en la boca de su amado al sentir sus fuertes manos sujetándola con gentileza de sus caderas, aparto las manos del cuello de su amado, tocando y sintiendo su bien formado pecho y abdominales, hasta que llego a la faja de su gi y prosiguió a intentar quitarle su camisa, donde la palabra clave fue intento, pues esa maldita cosa pesaba una maldita tonelada y le era prácticamente imposible retirarla de su lugar. Temari que aun sumergida en su apasionado beso, hizo una mueca de disgusto ante su fracaso por desvestir a su amado, pero se reusaba a perder su oportunidad, pues tenían la casa sola para ellos dos, pues Gaara fue con su conejo y Kankuro a una misión, estaba completamente segura de entregarse por completo a quien sabia era el hombre de su vida, por lo cual envolvió sus piernas alrededor de la cintura de su amado y concentro tanto Chakra como pudo en sus brazos y con un fuerte tirón intento quitar una vez más el gi, pero Naruto que no se preparó para tan fuerte tirón fue jalado con fuerza hacia a un lado del sofá, cayendo de lleno en el suelo y con él su rubia a la cual tenía en brazos. Temari soltó un chillido cuando cayó sobre el pecho de su amado y se golpeó la cabeza. Cuando ambos se recompusieron se miraron a los ojos y notaron como cada uno se estaba sobando la cabeza, comenzaron a reír por lo ocurrido.

- Tenemos que ir a Konoha, aun tienes trabajo que hacer – comento Naruto acariciando la mejilla de su novia con su mano.

- Shikamaru puede encargarse de eso, además estoy segura de que está en buenas manos con Tayuya – dijo Temari acurrucándose en el pecho de su rubio donde podía escuchar su acelerado corazón – verificamos muchos asuntos hace dos meses y solo quedan los asuntos más simples, yo ya tengo mi parte del trabajo y solo tengo que verificar la parte de ese perezoso para comprobar que todo está en orden y es mucho más fácil ahora que Tayuya lo ayuda para que acabe más rápido.

- Pero entre más rápido acabes allá, más rápido podemos regresar y podemos ir a una cita – propuso acariciando el cabello de su rubia con cariño.

- Me tientas, me tientas – ronroneo con una sonrisa emocionada en su rostro, para luego separarse de su pecho quedar sentada sobre él – muy bien, vámonos, quiero aprovechar que regresaste de tu misión y que yo solo tengo que hacer esto, hace tiempo que no tenemos tanto tiempo para nosotros, así que lo aprovecharemos al máximo, ¿Quedo claro?

- ¡Si, señora! – afirmo Naruto como si le respondiera a un general.

Konoha – Casa Namikaze/Uzumaki

Kushina se encontraba en la concina preparando algo de su amado ramen de sal, tenía bastante hambre y sabía que aunque prefería ir a Ichiraku para obtener lo que quería tendría que ir a muchos más lugares para poder quedar completamente satisfecha, por lo cual prefirió quedarse en casa y prepáralo ella misma, ya que también estaba preparando algunas costillas, algunos dangos y de postre algo de helado que había comprado hace unos días. Aunque paro sus actividades al escuchar la puerta de su casa abrirse, era raro que su esposo regresara tan temprano, por lo que salió de la cocina para ver quien entro, aunque sonrió complacida al ver a sus dos pequeños bebes de regreso.

- ¡Oka...! – Natsumi se detuvo de golpe por un grito aún más fuerte.

- ¡¡¡Okasan!!! – grito Menma corriendo con todo lo que tenía para ir y abrazar a su madre.

Kushina antes de que pudiera decir algo, se vio envuelta en los brazos de su hijo y ambos comenzaron a saltar de la felicidad a la vez que gritaban de la felicidad por el rencuentro, todo bajo la mirada de Natsumi que hizo un puchero por ser puesta a un lado. Menma al estar saltando de un lado para otro con su madre, noto algo sumamente extraño, no podía abrazarla con tanta facilidad, había algo estorbando y fue ahí que el pelirrojo dejo de brincar en seco y parpadeo un par de veces en confusión, se separó del abrazo aun con sus manos sobre los hombros de su madre la cual la miraba con la cabeza inclinada y realmente confundida.

La mirada de Menma bajo lentamente de los ojos de su madre hasta llegar a su estómago, el cual estaba más grande de lo normal, no, quita eso, estaba enorme en comparación al estómago plano que recordaba que tenía su madre, sus ojos se abrieron como platos y de inmediato comenzó a imitar a un pez fuera del agua, ya que intentaba decir algo, lo que fuera, pero las palabras simplemente no le llegaban pues su cerebro se desconectó por completo.

Natsumi camino y se colocó a un lado de su hermano para ver porque se había quedado tan tranquilo de repente y cuando vio lo que su hermano, quedo en shock, casi de inmediato procedió a imitar todas las expresiones de su hermano, ya que igualmente no sabía ni que decir. Kushina solo rio entre dientes con diversión con los rostros anonadados de sus hijos, su hijo rubio también había quedado igual ante la noticia y ahora su esposo le debía 1000 Ryōs, ya que apostaron a cómo reaccionarían sus hijos ante las noticias y había ganado. Después de alrededor de 20 minutos el par de jóvenes pelirrojos salió del shock y al fin podían comenzar con las preguntas.

- ¿Q... q.... q.... que? ¿Cua... cuando? ¿Co... cómo? – balbuceo Menma en un intento de recobrar su compostura.

- ¿Cómo? – repitió Kushina mientras se sonrojaba un poco y colocaba una mano sobre su mejilla – mis niños, creo que nunca tuvimos esta charla, bueno ¿Por dónde empiezo? Bueno ya están muy grandes para que les diga lo de las flores y la abeja, así que será un poco más directa, cuando ustedes se fueron su Padre y yo...

- ¡¡¡No, escucho, no escucho!!! – gritaron Natsumi y Menma tan fuerte como pudieron y se taparon los oídos con la esperanza de no escuchar más, ya sabían a la perfección sobre esos temas, pero no necesitaban escuchar de su Madre como ella y su Padre concibieron una nueva vida.

- Jeje que llorones – se burló Kushina con fuerza mientras se sujetaba el estómago ya que no podía parar de reír.

- ¿Estas bien?, ¿necesitas algo?, ¿te duele? – pregunto Menma muy alterado y preocupado por el estado de su Madre.

- ¿Necesitas un doctor?, ¿Ah Otosan?, ¿Quieres que te lleve al hospital? – pregunto Natsumi igualmente preocupada mientras sacaba un kunai de tres picos lista para llevar a su Madre a donde fuera que ella lo necesitara.

- Estoy bien, no se alteren mis pequeños – respondió Kushina limpiándose una lagrima de su ojo, respiro para calmarse, para luego tomar las manos de sus hijos y colocarlas sobre su vientre en crecimiento – mis pequeños, estoy embarazada, saluden a su futura hermanita.

Los ojos de los pelirrojos se ensancharon una vez más, pero ahora tenían un brillo en sus ojos de asombro, sentían un liguero movimiento proveniente del vientre de su madre, lentamente una sonrisa de felicidad pura y emoción se formó en sus rostros, de inmediato abrazaron a su madre y comenzaron a gritar de felicidad.

- Me alegra que les haya emocionado tanto la noticia, pero están apretando mucho su hermanita – dijo Kushina un poco estrujada por el abrazo, donde no paso ni medio segundo y sus hijos ya la había soltado, pero como seguían felices vio cómo se abrazaron entre ellos para compensar – no saben cómo me alegra que estén aquí de regreso, en verdad han crecido mucho, en especial tu Menma-kun, eres idéntico a tu padre, pero ya sabes, con un toque de lo mío – elogio mientras acariciaba la cabeza de su hijo.

- Muchas gracias Okasan – dijo Menma con una enorme sonrisa que intentaba ocultar su sonrojo.

- Y tu mi niña, en verdad te has vuelto en toda una hermosa señorita y una muy fuerte por lo que puedo ver – elogio no olvidando a su pequeña.

- Gracias Okasan, eso significa mucho – dijo Natsumi con una sonrisa orgullosa.

- Dime mi pequeña, ¿ya tienes muchos pretendientes tras de ti? – pregunto Kushina con una sonrisa pícara.

- Jeje eso creo, no sé, no es que me interesen mucho los que están detrás de mí – murmuro Natsumi mientras desviaba la mirada, ganando miradas confundidas.

- Oh bueno, eso lo podemos discutir con una buena comida, estaba preparando algo para mí, pero puedo hacer para los tres y ponernos al día – sugirió Kushina regresando a la cocina con una radiante sonrisa.

Las sonrisas de los herederos pelirrojos se ensancho de oreja a oreja, después de tener que soportar tan horribles platillos por más de un año, les hizo valorar enormemente la comida de su madre. Los tres se sentaron y comenzaron a ponerse al corriente de todo lo que habían pasado en el viaje de entrenamiento, algunos sucesos importantes ocurridos en la Aldea o simplemente hablando de la futura miembro de la familia.

Tanto Natsumi y Menma no pudieron evitar quitar las sonrisas en sus rostros, tanto que parecía imposible quitárselas, una hermanita, tendrían una pequeña hermanita, eso ya los estaba volviendo hermanos mayores, las posibilidades de jugar, de criar y apoyar a su nueva hermanita los inundaba de completa felicidad, tanta que no pensaron que podían ser así de felices. Pero de inmediato recordaron como fue que trataron a su hermano mayor y se prometieron así mismos ser mejores que eso, mejor de lo que ya eran, pues definitivamente su hermanita no pasaría por ninguna tristeza y no permitirían que fueran como ellos cuando fueron más jóvenes.

Calles de Konoha

Naruto y Temari caminaban tomados de las manos mientras se dirigían a la casa de su amigo perezoso, podían aparecer justo a su lado, pero la rubia quería disfrutar un poco del aire tan fresco de Konoha por la mañana, un pequeño placer que no era posible obtener en Suna y otra cosa que quería disfrutar era de su amado, pues tenerlo a su lado la hacía sentir tan cómodamente plena, aunque la rubia hizo una pequeña mueca de disgusto cuando escucho varios pasos corriendo en su dirección.

- ¡Naruto-niichan! / ¡Jefe! – gritaron Konohamaru, Moegi y Udon al mismo tiempo y aterrizando frente al par de rubios.

El pequeño Sarutobi se había vuelto más alto midiendo 1.48 cm, ahora usaba un traje compuesto por pantalones marrones y una chaqueta verde de manga larga, la cual tiene una franja más oscura en el centro que divide la prenda. Lleva su protector ninja en la frente y sigue usando una bufanda azul, la cual es considerablemente más larga que la que usaba en el pasado.

La chica ahora una preadolescente no había cambiado mucho su apariencia, viste ahora con una falda amarilla, una camisa rosa oscura de mangas cortas, un chaleco púrpura y botas altas de color marrón. Sobre la frente lleva su protector ninja y ahora media 1.38 cm.

El chico de anteojos se ha vuelto más alto ahora midiendo 1.42 cm, aunque sus rasgos apenas han cambiado. Su vestimenta se parece mucho a la que llevaba antes, a excepción de que ahora, la chaqueta es negra y los pantalones de color gris claro. Además, lleva vendas en las piernas y el protector ninja sobre la frente

El trio de chicos se había vuelto Genin no hace mucho y para su gran suerte, quedaron en el mismo equipo, la admiración de los tres niños por el Son rubio solo había aumentado a lo largo de los años al escuchar de todo lo que era capaz y más cuando ya tenía una perspectiva más amplia de lo que podía hacer y de lo asombroso que eso era para su edad.

- Hola chicos, ¿Ya terminaron su entrenamiento? – pregunto Naruto con una sonrisa alegre que solo se ensancho cuando los tres asintieron, los tres eran sus discípulos por así decirlo y los había estado entrenando a lo largo de los años.

- Eso fue muy fácil, Naruto-niichan, estamos listos para que nos enseñes algo más avanzado – aseguro Konohamaru con confianza.

- Bueno, no le veo ningún problema, veamos tal vez ya están listos para... - Naruto se detiene cuando su rubia lo abraza del brazo y lo atrae más hacia ella, donde de inmediato se sonrojo porque ahora podía sentir sus pechos rodeándole el brazo.

- Naru-kun recuerda que tenemos que ir donde Shikamaru, luego puedes jugar con los niños – dijo Temari con una sonrisa cariñosa para su amado, que se volvió una molesta cuando vio al trio de mocosos – será para la próxima, estamos ocupados.

- ¡¿Quién diablos te crees para interrumpir nuestro entrenamiento?! – grito Konohamaru molesto, con los ojos en blanco y varias venas gigantes sobre su cabeza, todo mientras encaraba a la rubia.

- Pero que falta de respeto, mocoso, acaso quieres un escarmiento – advirtió Temari soltando el brazo de su rubio y encarando al enano mientras colocaba una mano sobre su gran abanico.

- Soy Konohamaru Sarutobi, el discípulo número uno de Naruto-niichan, no un mocoso – corrigió con seguridad sin retroceder un solo centímetro de la rubia.

Udon y Moegi solo se mantuvieron al marguen de la discusión viendo con liguera preocupación a su amigo, era cierto que ellos también eran discípulos del rubio, pero ninguno como su amigo Sarutobi, el cual dedicaba cuerpo y alma a poder igual e incluso superar al rubio. Naruto solo suspiro de forma cansada mientras se rascaba la nuca, esto era la misma historia de siempre, cada vez que esos dos entraban en contacto era imposible que no terminaran peleando, claro que su joven discípulo siempre perdía, pero no era como si eso lo fuera a detener.

Tanto Konohamaru como Temari desarrollaron una fuerte rivalidad por la atención del rubio, ninguno quería dejarlo a merced del otro por mucho tiempo si podían evitarlo, el pequeño Sarutobi porque quería recibir sus entrenamientos y demostrarle que se estaba volviendo fuerte con cada día que pasaba, aunque le molestaba cuando la rubia llegaba e intentaba acapararlo solo para ella y la rubia porque debido a que ambos eran de aldeas distintas y eran Jonin encargados de misiones importantes, no siempre tenía tiempo para verse con su amado rubio y quería aprovechar todo el tiempo que fuera necesario y le molestaba profundamente que ese mocoso no entendiera que en una relación de pareja necesitaban tiempo de calidad y quisiera quitárselo.

- Veo que no aprendes, dime, ¿Cuántas veces te eh derrotado ya? – pregunto Temari con una sonrisa arrogante.

- No me importa, si me derrotas diez veces, me levantare once más – respondió Konohamaru con determinación – además la que está ocupada eres tú, ¿Por qué no vas y resuelves tus propios asuntos y luego nos buscas?

- Pequeño renacuajo – siseo Temari con una mueca de molestia.

- Además, aun no te apruebo como la novia de Naruto-niichan – afirmo Konohamaru cruzándose de brazos con autoridad.

- ¿Y porque diablos crees que necesito tu aprobación? El me eligió porque soy el mejor partido que pudo haber encontrado, no hay nadie mejor que yo para ser su novia – afirmo Temari con una sonrisa de seguridad.

- Por favor, ni siquiera sabes porque Naruto-niichan se quiere volver Hokage, ¿cómo puedes ser su mejor partido si ni siquiera sabes eso? – cuestiono, sin despegar la vista de la rubia.

- Por favor, claro que lo sé, Naru-kun quiere volverse Hokage para que toda la Aldea lo respete, para que vean de lo que es capaz por sus seres queridos y de cómo llego a ser así de fuerte – respondió de inmediato y sin vacilaciones.

- Estas completamente equivocada, él quiere ser Hokage para proteger a toda la aldea, a todos, porque nos ve a todos como a su familia esa es la verdadera razón – corrigió completamente seguro de sus palabras.

Konohamaru se puso de puntillas para darle una mirada más firme a la rubia, mientras que Temari coloco sus manos en su cadera y se inclinó hacia abajo para mirar directamente a los ojos al mocoso. Ninguno de los dos retrocedía a las afirmaciones que habían dicho, estaban seguros de que esas eran las razones correctas, aunque comenzaron a ponerse nerviosos cuando el otro no decía nada, comenzaron a sudar por el nerviosismo ante la posibilidad de estar equivocados, por lo cual de forma casi sincronizada giraron en busca del causante de la discusión y lo vieron, a Naruto sentado en el suelo con las piernas cruzadas y a cada lado se encontraban Udon y Moegi sentados, los tres los estaban mirando con curiosidad y expectantes a lo que ocurría, eso le saco una gota de sudor a los dos rivales.

- ¡¿Y bien?! ¡¿Quién tiene razón?! – exclamaron Konohamaru y Temari ahora encarando al rubio que se sorprendió por la pregunta.

- ¿Qué nunca se los eh dicho? – pregunto Naruto confundido.

- No, oh al menos no concretamente – respondió Temari con una mueca de disgusto.

- Bueno, pues tampoco es como que lo estuviera gritando cada cinco minutos, eso sería cansado y me haría ver como un estúpido – comento Naruto rascándose la nuca con diversión.

- Pero aun así, responde, porque estoy seguro de conocerte bien y de saber que esa es tu motivación – dijo Konohamaru un poco impaciente por tener una respuesta.

Naruto se puso de pie y coloco una mano sobre su barbilla y cerró los ojos a medida de meditación, ajeno a las miradas completamente impacientes de su amada y de su discípulo, pero cuando lo vieron abrir los ojos, dieron un paso adelante para escuchar su respuesta.

- Ambos están equivocados, jajaja – respondió riendo mientras se rascaba la nuca, cosa que ocasiono que Temari y Konohamaru abrieran los ojos en incredulidad para luego caer de espalda sobre el suelo.

- ¡¿Entonces?! – rugieron ambos rivales con grandes venas sobre sus frentes.

- Temari-chan, ser fuerte por mis seres queridos es una ley para mí, no una forma para que la gente me reconozca – dijo Naruto viendo seriamente a su amada que desvió la mirada un poco apenada – Konohamaru, no necesito ser Hokage para proteger a toda la Aldea como a mi familia, lo hago aunque no lo sea – agrego y fue el turno de su discípulo de desviar la mirada apenado – quiero ser Hokage porque eh visto la crueldad del mundo ninja – continuo mientras miraba el cielo, atrayendo la mirada de los presentes – aun en nuestra Aldea, algunos ninjas son capaces de sacrificar o abandonar a sus camaradas por el éxito de una misión o el bienestar de un grupo, quiero cambiar eso, quiero que cada ninja bajo mi cargo cambie para bien, mis Jonin cuidaran a sus Chunin y estos cuidaran a sus Genin y en conjunto cuidaremos a la Aldea, cada ninja se encargara de proteger a sus camaradas hasta el último aliento, creare un nuevo régimen donde todos puedan cubrirse las espaldas y cuando lo logre, seguiré con las demás Aldeas, convenceré a cada Kage de mi ideal y así todos podremos vivir en un mundo que viva en paz, donde no excita el temor por la guerra, uno donde todos nos viéramos como amigos aun siendo de diferentes aldeas.

Temari, Konohamaru, Udon y Moegi estaban atónitos ante el discurso del rubio, el cual estaba cargado de esperanza y convicción, además de una poderosa seguridad de que lograría cumplir su sueño. La rubia solo pudo ver con ojos soñadores a su amado, sus motivaciones podían ser fantasiosos, podía ser un sueño difícil de cumplir, pero sabía que si había alguien en el mundo que lograría tal proeza era el hombre que había robado su corazón y el cual seguía enamorándola aun sin saberlo, su simple determinación y voluntad que jamás creyó ver con tanta fuerza en una sola persona, eran capaces de hacer incluso lo imposible. El trio de Genin miraban con estrellas en los ojos al rubio, era simplemente magnifico que existiera alguien como su jefe, era prácticamente un héroe, alguien que estuviera dispuesto a tanto, pero quien estaba más asombrado era el pequeño Sarutobi, sabía que cambiar toda la infraestructura de una Aldea era difícil, pero hacerlo con todas era simplemente una locura, pero ese era su jefe, alguien capaz de hacerle frente a todo el mundo.

- Es un sueño muy ingenuo, pero nada me haría más feliz de acompañarte y apoyarte, ya que ese sueño ingenuo es uno me encantaría verlo vuelto una realidad – dijo Temari con un profundo amor y respeto por su rubio.

- ¡Ahora lo se! – exclamo Konohamaru con una enorme sonrisa - ¡Cuando yo me vuelva Hokage después de ti! ¡Yo me encargare de cuidar a toda nuestra gente! ¡Protegeré la paz que tu dejaste! ¡Lo hare con toda mi determinación! – aseguro con completa determinación mientras extendía un puño a su jefe.

- Estoy seguro de que lo lograras – dijo Naruto con confianza mientras chocaba su puño contra el de su discípulo.

- Jefe díganos, ¿cuál será su primera orden para lograr su meta? – pregunto Udon con mucha emoción en su voz.

Naruto le regalo una sonrisa orgullosa al chico y comenzó a caminar al frente, para que todos solo vieran su espalda, ya todo se había puesto muy emocional de repente, así que decidió que no estaría mal aligerar las cosas con una pequeña broma.

- Cuando sea Hokage... ¡Mi primera orden será que todas las Kunoichi usen minifalda! – exclamo Naruto con un rostro completamente serio, mientras colocaba una mano sobre su cintura y flexionaba el otro brazo hacia arriba a la vez que flexionaba su pierna derecha al frente y estiraba la izquierda hacia atrás, quedando en una pose épica.

Konohamaru y Udon miraron asombrados al rubio a la vez que una pequeña línea de sangre salía de sus narices, pues esa si parecía una buena forma para que todo el mundo viviera en paz, lentamente gatearon hasta el rubio y lo abrazaron de su pierna derecha y comenzaron a acariciarla como si fuera alguna clase de Dios.

- ¡Jefe! ¡Lo seguiremos allá donde vaya! – exclamaron Konohamaru y Udon con una absoluta devoción.

- ¡Muy bien! – exclamo Naruto feliz de la lealtad de los niños.

Moegi tuvo un tic en su ojo a la vez que fulminaba con la mirada con furia a sus amigos, pero en especial a Udon, al cual jamás pensó que hiciera algo así. Temari tomo su abanico ignorando como todo su cuerpo comenzaba a temblar de la profunda rabia que la inundaba.

- ¡Eres un estúpido! – rugió como una leona furiosa blandiendo su abanico con fuerza y golpeando la cabeza de su amado.

El cuerpo de Naruto revoto un par de beses en el suelo para luego estrellarse contra un muro de roca, donde cayó al suelo, con la cabeza llena de sangre, todo mientras los leales Konohamaru y Udon corrían para comprobar el estado de su jefe, aunque se alarmaron visiblemente cuando vieron un ente fantasmal salir de la boca del rubio.

- ¡¡¡AHHHHA!!! ¡El alma del jefe! – exclamaron Konohamaru y Udon en pánico mientras tomaban el alma de su jefe y la empujaban de nuevo dentro de su boca.

Konoha – Casa Namikaze/Uzumaki – Ocho de la noche

En el dormitorio de la pareja que estaba tapizado hasta el último rincón con sellos que absorbían el ruido. Recostados en la cama matrimonial, se encontraban Minato y Kushina, ambos se encontraban abrigados con la sábana blanca de su cama, donde la pelirroja estaba durmiendo plácidamente sobre el pecho de su amado con una hermosa sonrisa, vestía una bata para dormir de color crema de encaje transparente, se sentía tan cómoda y revitalizada, donde solo se había dejado caer en un reconfortante y bien merecido sueño. Por otro lado, estaba el rubio, el cual estaba con los ojos bien abiertos, sudando a mares y con su cabello rebelde completamente revuelto sin ningún orden o forma en general, estaba respirando profundamente, en un intento de recobrar el aliento a la vez que intentaba no despertar a su esposa, pues de hacerlo sabía perfectamente lo que le iba a pasar.

- "Solo cuatro meses más, Minato, solo cuatro" "¡¡¡Tú puedes hacerlo!!!" – se gritó mentalmente en un intento de darse ánimos, pues había olvidado que su amada esposa se ponía muy energética y sumamente amorosa cuando entraba en el quinto mes de embarazo, y ella no lo dejaría hasta que estuviera completamente satisfecha.

- Mina-kun, ¿Estas aun estas despierto? – murmuro un poco somnolienta mientras rosaba su nariz contra el cuello de su amado para despertarlo si es que no lo estaba, pues una idea picara le vino a la mente cuando estaba por quedarse completamente dormida y quería poner en marcha dicha idea.

- "¡¡¡No siento las piernas!!!" – grito mentalmente de forma muy alarmada, necesitaba reponer fluidos, necesitaba tirar la toalla y darse por vencido, pero eso solo molestaría a su esposa e igualmente terminaría haciendo lo que ella quería.

Jejeje sean honestos y comenten, ¿Quién si creyó que dejaría lisiado a Minato cuando puse el avance en las conversaciones?

Les aclaro que Naruto aquí tiene diferentes motivaciones, no olvidemos que fue educado por nuestro todo poderoso Son Goku, ya que pienso que el diría lo mismo, no necesitaría ser Hokage para proteger a sus seres queridos, lo haría aunque no lo fuera, porque la aldea es importante para él, esa sería toda la motivación que necesita para protegerla y de ninguna manera necesita ser Hokage para ello.

Sobre Menma y Natsumi y sus nuevas actitudes, ellos nunca fueron malos, eso lo deje bien claro todo el tiempo, sé que muchos vienen con la idea de otros fic de que esos dos son unos monstruos y que no tienen alma, de hecho, leí un fic donde ponían a Menma como el responsable de que a Naruto le dieran palizas, el odio de todos y sufriera ya que les dijo a los aldeanos y al consejo que tenía el alma del zorro, todo eso solo para que maltrataran al rubio. Y yo de... "¿Como demonios un niño puede ser tan malvado?" Esos dos en este fic solo fueron arrogantes por cómo fueron criados, con ideas de ser los mejores y los futuros salvadores del mundo, pero ya con los pies sobre la tierra y lejos de la arrogancia, como dirían acá en mis tierras "Son chidos".

Y como ya notaron, Menma tiene un apego muy fuerte por su madre y Natsumi por su padre, es por eso que cada uno se esfuerza enormemente en parecerse a ellos. Natsumi al usar los kunai de Minato. Mientras que Menma se esfuerza en el sellado.

Otra cosa que quiero decir y lo dejare fuertemente claro desde aquí, Naruto y Sasuke, así como sus parejas, e igual que con la mayoría de los otros personajes... son adolescentes, las hormonas están en su pico de locura total. Así que si alguien considera que soy exagerado en cuanto a los actos que escribo sobre algunos, como lo fue el caso de Temari en este capítulo. Lo lamento pero no pienso escucharlos x3 ah y otra cosa, nada de lemon... no pienso meter ese tipo de contenido en esta historia, nel, nada, cero, jamás. No digo que no haya nada de relaciones sexuales, solo digo que no las pienso escribir. No queda con el fin de la trama y en mi opinión lo considero completamente innecesario. Si quieren que algo de eso en mi historia, vayan y lean mi segunda, esa sí tendrá... mas que nada porque la historia si gira un poco en torno a eso.

Bueno esas son las aclaraciones de momento pero antes de irme...

Así es damas y caballeros, hoy 29 de febrero, el día extra de este año bisiesto es mi cumpleaños!!! Fue debido a esto que decidí subir hoy capitulo, ya lo tenía desde hace como dos semanas, pero decidí esperarme hasta hoy, para que fuera mucho más especial! Y como regalo de cumpleaños les pido a todos que voten! Pero no solo que voten en este capítulo... como muchos hacen cuando me piden que actualice cuando no han votado ni una sola vez... ­y yo les digo que voten ._. Quiero que voten en este capítulo y en todos los demás, eso es lo que les pido hoy en mi cumpleaños. Y ya de paso, que vayan a mi segunda historia y también la inunden de votos. Recuerden que de esa manera apoyan la historia, la vuelven mas popular en las listas y mucha mas gente nueva puede conocerla, y también es una muy buena forma en la cual yo siento su apoyo.

Claro está que si alguien se siente generoso y quiere mandarme un inbox para que les pase mi número de tarje y así me puedan depositar algo de dinero... yo no me quejo x)

Bueno sin nada más que decir... disfruten de mi día que no siempre pueden hacerlo!!!

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