La felicidad tras una derrota


Hospital de Konoha

Después de que Sasuke y Satsuki, dejaran a Itachi, ambos aparecieron frente a Guy y Asuma, los cuales, lucharon con todo lo que tenían contra el Espadachín de la Niebla, con el fin de retenerlo, pero en un movimiento astuto de su enemigo, este logro escapar, el par de Jonin estaban recorriendo la Aldea de extremo a extremo, buscando al par de pelinegros, pues estaban demasiado preocupados por estos y de lo que ese lunático traidor les pudiera hacer si no los encontraban a tiempo, pero cuando ambos aparecieron frente a ellos, de inmediato se tranquilizaron, pues aunque el Son pelinegro, no podía ni ponerse de pie por cuenta propia y tener varias heridas y sangre en su rostro, parecía estar fuera de peligro, por lo cual decidieron llevarlo al hospital.

Sasuke se encontraba recostado en la cama de la habitación del hospital, su rostro estaba lleno de vendas y gasas, su cuerpo, aunque ausente de heridas graves, también estaba vendado, más que nada por órdenes de su novia, que en cuanto fue notificada que estaba en el hospital de inmediato se adueñó de su estado médico, y cuando vio que todo su cuerpo presentaba una enorme tención en cada musculo, ordeno las vendas para limitarle el movimiento. A su lado, se encontraba Satsuki con algunas vendas en sus brazos, sentada en una silla mientras comía una manzana con tranquilidad.

- Oye hermanita, ¿crees que me puedas compartir un poco? – pregunto Sasuke con voz suplicante refiriéndose a la manzana, pues tenía hambre y su novia, les prohibió a las enfermeras que lo alimentaran, pues era su castigo por hacer algo tan imprudente.

- Me encantaría Oniichan, pero sabes cuales fueron las palabras de tu novia – respondió Satsuki con los ojos cerrados, mientras que tenía una enorme sonrisa en su rostro y procedió a darle un mordisco a su fruta.

- ¿Desde cuándo es sano no alimentar a un herido? – cuestión Sasuke con un tic en el ojo.

- Haku es la medico encargada aquí, quéjate con ella – dijo Satsuki viendo a su gemelo con una sonrisa burlona.

El Son pelinegro se sonrojo un poco por las burlas de su gemela, pero cuando estaba por responderle, los gemelos escuchan como la puerta de la habitación se abre, al dirigir su mirada a la puerta, ven a su madre respirando con cansancio, en su rostro se reflejaba la preocupación, pues cuando un Guy le conto lo ocurrido y que sus hijos estaban en el hospital, salió corriendo a toda velocidad a buscarlos, sin esperar a escuchar al Jonin de spandex verde, que quería decirle que ambos se encontraban fuera de peligro.

- Okasan... - fue todo lo que pudo decir Satsuki antes de ser abrazada con fuerza por su madre.

Mikoto arrastro a su hija y procedió a abrazar su otro hijo, los sujetaba a ambos con fuerza y con miedo de si llegaba a soltarlos, los perdería para siempre, los gemelos, pudieron escuchar como su madre comenzó a llorar a lagrima viva, donde ambos solo le regresaron el abrazo e intentaron calmarla, después de varios minutos, Mikoto se tranquilizó y pidió una explicación de todo lo ocurrido, donde solo escucho con calma el relato de sus hijos, y el cómo se enfrentaron a su hermano mayor, sin ninguna ayuda.

- Entonces... me están diciendo... que tú atacaste sin ayuda de nadie a Itachi – dijo Mikoto con voz calmada, viendo a su hijo, que asentía - ... para que luego tú, lo atacaras de frente sin ningún plan – continuo ahora viendo a su hija, que también asentía – para que luego ambos lucharan contra este, a las afueras de la Aldea – finalizo con una dulce voz y un aura oscura rodeándola, pues estaba sumonte molesta con sus hijos por hacer tal estupidez.

- En su momento parecía una muy buena idea – comento Sasuke con nerviosismo pues su madre le daba mucho miedo.

- En realidad Oniichan fue quien nos teletransporto lejos, yo solo fui arrastrada con él – dijo Satsuki con miedo, intentando poder evitar la dura mirada de su madre.

- Traidora – murmuro Sasuke viendo a su gemela con el ceño fruncido.

- Por favor... por favor... - hablo Mikoto entre sollozos, ganándose la mirada confundida de sus hijos – sé que... ustedes son fuertes... pero Itachi los venció como si nada... por favor prométanme, que no lo buscaran para vengarse, si algo les llegara a pasar... yo no... ya no podría... - intento decir, pero un nudo en la garganta se lo impidió al imaginar por un segundo que perdía a sus hijos.

- Okasan, te prometo que eso nunca pasara – hablo Satsuki llamando la atención de su madre –nosotros entrenaremos duro, nos volveremos más fuertes y solo atacaremos a Itachi si vuelve a la Aldea o ataca a quienes nos importan – dijo con seguridad en su voz, acompañada de un asentimiento de su gemelo.

- Solo eso pido – dijo Mikoto con una sonrisa, al ver que a su hija ya no la motivaba la venganza – aun así hay algo que deben de saber, lo que dijo Itachi es una mentira, el Mangekyo Sharingan no se obtiene al tomar la vida de su mejor amigo – informo, molesta de que su primogénito envenenara la mente de su hija con esa absurda mentira.

- Espera, ¿tú sabes del Mangekyo Sharingan? – pregunto Satsuki impresionada - ¿Por qué nunca me contaste nada?

- Porque nunca preguntaste – respondió Mikoto con normalidad, viendo como su hija tenía un tic en el ojo.

- Jeje que torpe – se burló Sasuke de su gemela.

- Miren – hablo Mikoto cerrando sus ojos, para luego abrirlos, revelando su Mangekyo Sharingan, impresionando de sobre manera a sus hijos – yo obtuve estos ojos durante la tercera gran guerra ninja, al ver morir a mi mejor amiga frente a mis ojos, ella se sacrificó para salvar mi vida, estos ojos se obtienen al presenciar la muerte de alguien valioso – explico con una sonrisa melancólica al recordar a su siempre feliz amiga Mira a la vez que sus ojos volvían a la normalidad.

- Lo siento mucho Okasan – dijo Sasuke, viendo como su madre decaía de ánimo.

- No te preocupes hijo, fue hace ya mucho tiempo – dijo con Mikoto con una sonrisa, para luego mirar a su hija – cariño, la razón por la cual nunca te conté esto, es porque ni tu padre lo sabía, desde que lo obtuve, lo mantuve oculto ya que los miembros de nuestro clan siempre fueron propensos a solo llevarse por el poder, si alguien descubría que yo poseía más poder que el jefe de clan, las cosas se hubieran tornado muy complicas en el clan – explico Mikoto ganando un asentimiento de sus hijos – además, tu siempre parecías tan metida en tu venganza que tenía miedo de que cometieras una locura, espero me perdones.

- No tienes que disculparte Okasan, sé muy bien porque lo hiciste, para ser honesta, no estoy muy contenta con mi antigua actitud – dijo Satsuki comprendiendo los motivos de su madre para ocultarle esa información.

- Cof... cof... loca vengadora... cof... cof... - dijo Sasuke fingiendo toser, ocasionando que su gemela se sonroje un poco.

Los tres pelinegros comenzaron a reír entre dientes, pues la tensión que se había formado desapareció con el comentario del pelinegro, aunque la matriarca Uchiha, estaba feliz de que su hija al fin eliminara esa maldad que había en su corazón, pues antes era claro que aun quería ser fuerte para matar a su hermano mayor, pero ahora, ahora solo quería ser fuerte para cuidar lo que ella amaba. Mikoto procedió a contarles las nuevas habilidades que conllevaban sus ojos, como el Amaterasu de su ojo derecho, el cual era capaz de quemar cualquier cosa, con el izquierdo no sabía muy bien que era capaz de hacer, ya que solo podía ver los movimientos del enemigo con mayor fluidez, casi como si supiera que iban hacer justo antes de que lo pensaran, sus hijos parecían realmente impresionados ante la información, que rápidamente se esfumo cuando les conto que después de usar esas habilidades, su vista comenzaba a nublarse, por lo cual decidido nunca más usar esos ojos.

Los gemelos estaban impresionados por las habilidades de su madre, pero felices de que ella rechazara esa clase de poder, los pelinegros estaban felices de tenerse el uno al otro, hasta que un grito los hace mirar a la puerta de la habitación.

- ¡¿Cómo diablos se te ocurre ir a pelear sin nosotros?! – grito Anko molesta y preocupada por su alumno pelinegro, mientras sujetaba a su alumno pelinegro pálido por el cuello de su camisa, el cual solo saludo con una sonrisa avergonzada a la familia de pelinegros.

Anko se encontraba viendo muy molesta a su alumno, los rumores de que uno de los hermanos Son fue herido al proteger de nuevo la Aldea por parte de los ninjas y aldeanos, no tardaron mucho en llegar a sus oídos y de inmediato busco a Sai, para llevárselo arrastrando al hospital, para poner en cintura a su alumno por luchar contra el lunático de Itachi, que por lo que sabía, era catalogado como un ninja clase S.

- Todo fue demasiado rápido y no tuve tiempo de buscar... - Sasuke no pudo terminar de hablar ya que se detuvo al ver como su sensei le lanzo un kunai que le corto la mejilla.

- No hay excusas, recibirás tu castigo como es debido, ¿cierto Sai? – dijo Anko caminado hasta llegar al borde de la cama, mientras arrastraba a su alumno.

- En realidad, creo que está exagerando demasiado las cosas Anko-sensei – respondió Sai con su clásica sonrisa.

- Me alegra que me apoyes, sabía que pensabas igual que yo – dijo Anko ignorando por completo la respuesta del pelinegro pálido.

- Anko, tu no harás tal cosa – dijo Mikoto con seriedad, ganándose la mirada de todos, en especial la de su hijo que la miraba como a su salvadora – deja que primero se cure, para que así puedas reprenderlo como es debido – agrego con una pequeña sonrisa.

Anko puso una sonrisa sádica dirigida a su alumno, el cual estaba con los ojos abiertos y con la mandíbula en el suelo por la declaración de su madre para luego ver como este, comienza a derramar lágrimas estilo anime. Sai solo sonrió un poco divertido por la escena, al igual que Satsuki, que no paraba de reír en burla por lo que le ocurriría a su gemelo.

- "A pesar de la situación, todos parecen estar felices, si entiendo bien, aunque preocupados el uno por el otro, todos intentan manifestar su alegría de diferentes maneras" – pensó Sai, viendo como todos sonreían, para luego el mismo hacerlo, pues realmente estaba feliz de que su amigo estuviera fuera de peligro.

Afueras del País del Fuego

Itachi y Kizame se encontraban descansando en lo profundo de un bosque, ya que el pelinegro se vio forzado a usar su Tsukuyomi en más de una ocasión, donde solo pudo funcionar contra el ninja que copia, pues contra sus hermanos fue inútil, por no mencionar que el usar su Susanoo para protegerse de esa increíble técnica combinada, en verdad lo dejo exhausto, Kisame más que cansado estaba furioso, pues luchar contra dos Jonin en verdad fue difícil, pero viendo que lentamente estaba siendo superado, en especial por ese hombre de vestimentas ridículas, se vio forzado a emprender la huida y buscar a su compañero, gracias a su espada, pudo encontrarlo fácilmente, pero esa era otra cuestión que no comprendía, en un principio la puso a buscar al mocoso pelinegro que lo golpeo en el rostro con esa extraña energía, para cortarle los brazos, pero esta se rehusó, ya habían dos ocasiones en que su fiel espada se negaba a cooperar y al no comprender el porqué, lo ponía de los nervios.

- Sera mejor que te expliques Itachi, ese mocoso de tu hermano claramente es fuerte, ¿Por qué lo dejaste vivir? – cuestiono Kizame con molestia.

- Sasuke huyo de Konoha un año antes de que masacrara al clan Uchiha, y desde ese momento no eh sabido nada de él – respondió Itachi sin interés, pero fue honesto – pero si estas deseoso de hacer preguntas ¿Por qué tu espada se negó a atacarlo cuando ya lo tenías listo para acabarlo?

- Eso mismo quiero saber yo, Piel de Tiburón puede devorar cualquier tipo de Chakra, pero la energía de ese mocoso pareciera causarle repulsión – respondió con un notable enojo en su voz – ¿pudiste ver algo con ese ojo loco tuyo?

- Por lo que entiendo, Sasuke no usa Chakra, es una energía muy diferente a cualquiera que allá visto antes – respondió de forma estoica, pero por dentro estaba más que impresionado.

- Sabes, si tanto tiempo tuviste para descubrir eso, debiste acabar con él – cuestiono con enojo.

- Las cosas no fueron tan fáciles como crees, de serlo tú mismo hubieras podido acabar con él desde el inicio – comento, ignorando las molestias de su compañero.

- ¿No me digas que tuviste sentimientos al ver a tus hermanos de nuevo y por eso los dejaste vivir? – pregunto con desconfianza y listo para obtener las respuestas que quería.

- Te equivocas Kisame – hablo una voz que provenía del suelo.

Los Akatsuki miraron el punto especifico del suelo de donde provino esa voz, para luego ver como una figura comenzar a salir, parecía una enorme planta carnívora, la cual abrirse se podía ver la cabeza humanoide, con la mitad izquierda de color blanco, tenía el pelo corto de color verde y un ojo color amarillo, la mitad derecha era completamente negra, con un ojo de color amarillo.

- ¿Quieres explicarte mejor Zetsu? – pregunto Kisame confundido de que ese sujeto apareciera de la nada.

- Viene a supervisar lo ocurrido con la captura de los Jinchuurikis del Kyubi, y seguí a Itachi cuando Sasuke lo teletransporto lejos, el en verdad intento matarlos, pero el par de gemelos eran muy hábiles, en especial Sasuke, ya que este al parecer no puede caer en Genjutsu – respondió Zetsu con calma.

- Ah ya veo, conque no solo fui yo a quien ese mocoso tomo por sorpresa – dijo Kisame con algo de burla.

- "Así que tenía razón, nos estaban vigilando, si no fuera por él, hubiera podido explicarme con mis hermanitos" – pensó Itachi con furia que logro ocultar muy bien – Dudo que vinieras solo para decirnos eso – comento de forma estoica.

- Exacto, vine para informales que dejaremos al Kyubi para otro momento, Konoha cuenta con mucho poder en este momento como para hacer nuestros movimientos, por lo cual esperaremos – informo Zetsu.

- Pero que fastidio y justo cuando las cosas se estaban poniendo divertidas – se quejó Kisame con clara molestia.

- Recuerda que nosotros solo seguimos ordenes, Zetsu, regresaremos a la base en cuanto estemos de nuevo recuperados – informo Itachi sin dirigir la mirada a la extraña forma humanoide.

Zentsu simplemente se limitó a asentir para luego comenzar a desaparecer en el suelo, dejando a Itachi y Kisame solos de nuevo, donde el pelinegro de ojeras, estaba realmente molesto por dentro, pues si no hubiera sido por ese sujeto, las circunstancias hubieran sido perfectas para contarles a sus hermanos lo ocurrido hace ya tanto tiempo y advertirles de lo que ocurriría en los años venideros.

Hotel de Tanzaku

En la habitación que compartían la Sannin y su aprendiz, se encontraba el Son rubio recostado en la cama en un profundo sueño, su herida del hombro ya había sido curada por Tsunade, la cual estaba también en la habitación sentada en una silla justo al lado del rubio, la Sannin daba gracias a Kami de que el rubio, respirara una cantidad muy pequeña de veneno, que su cuerpo mismo se encargó de eliminar, pero si hubiera respirado un poco más, aunque hubiera sido por un misero segundo, ya estaría muerto.

Tsunade aún estaba muy feliz de que ese mocoso rubio la viera como a una madre, pues aunque siempre tuvo a su aprendiz Shizune a su lado, el vacío que dejaron Nawaki y Dan en su corazón, aún no había sido llenado, y por primera vez desde sus muertes, se sentía completa, se sentía realmente feliz y todo por un par de simples palabras que significaron todo para ella. Sus pensamientos fueron interrumpidos al ver como su, ahora hijo, comenzaba a despertarse.

Naruto comenzó a abrir los ojos lentamente, se sentía cansado y algo adolorido, coloco una mano sobre sus ojos, al sentir como los rayos del sol le molestaban, comenzó a moverse hasta poder sentarse en la cama, retiro la mano de su rostro y miro hacia abajo, dándose cuenta de que no tenía ni su camisa china roja o sus muñequeras negras, solo unas vendas que sabrían su abdomen y su hombro derecho, lo que sí reconoció fue el collar que había apostado con la Sannin, el cual ahora estaba colgando en su cuello.

- Veo que te curas rápido, aunque eso puede ser gracias a mis Jutsus médicos – comento Tsunade con una voz y sonrisa cariñosa.

El rubio abrió los ojos en sorpresa, pues no se había dado cuenta que no estaba solo en la habitación, cuando miro a la Sannin, seguía siendo la misma mujer rubia que ya conocía, pero algo era diferente, algo era completamente diferente y como si un interruptor se hubiera encendido en su cabeza, recordó todo lo ocurrido hace un par de horas, se comenzó a sonrojar de la vergüenza, ya que pensaba que la Sannin se burlaría o no le tomaría importancia a sus palabras.

- Gra... gracias po... por curarme – dijo Naruto entre tartamudeos y algo apenado.

- No hay nada que agradecer – dijo Tsunade con una sonrisa - ¿Quieres hablar de lo que me dijiste? – pregunto con calma, viendo como el rubio parecía tensarse por la pregunta.

La Sannin miro confundida esa reacción, pues no sabía a qué se debía, pero quería escuchar que tenía que decir el rubio, por lo cual espero pacientemente a que este le diera una respuesta.

- Yo... desde niño soñé que mi Okasan, seria... seria rubia como yo y que se preocuparía por mi... por eso... cuando la vi llorar... pensé que al fin había encontrado a alguien a quien llamar Okasan – respondió Naruto entre tartamudeos mientras apretaba las sabanas de la cama con fuerza, tenía la cabeza baja y su flequillo oscurecía sus ojos, pero las lágrimas que caían de sus ojos fue algo que no pudo esconder – me volví fuerte, entrene muy duro, hice muchos amigos y cumplo misiones importantes, yo... yo... ¡yo solo quería a una Okasan a quien poder contarle todo eso, para hacerla sentir orgullosa! – dijo con fuerza intentando sofocar su propio llanto.

Eso fue todo lo que pudo soportar Tsunade, pues en menos de un segundo ya había envuelto sus brazos alrededor del rubio, el cual comenzó a llorar en su pecho, Naruto con timidez devolvió el abrazo aun no muy seguro de lo que la Sannin haría en respuesta a sus palabras, pero aunque el abrazo fuera solo por lastima, lo tomaría, pues se sentía tan cálido y reconfortante, las únicas veces que sentía ese calor en un abrazo, fue cuando su padre lo abrazaba antes de que regresara al otro mundo.

- Ya no tienes por qué seguir buscando Naruto, si me lo permites, yo seré tu madre – dijo Tsunade con cariño, escuchando como el rubio dejaba de llorar – sé que tengo pésimos hábitos y me enojo con facilidad, pero quiero ser tu madre y quiero que tu seas mi hijo – agrego sintiendo como las lágrimas comenzaban a acularse en sus ojos.

- ¿De verdad? ¿Lo dice en serio? – pregunto Naruto con un hilo de esperanza en su voz.

- De verdad, eso es lo que quiero con todo mi corazón – respondió Tsunade separándose un poco del abrazo de su hijo para regalarle una sonrisa llena de amor, amor que solo una madre puede dar.

Naruto al ver la sonrisa de la Sannin, lo hizo sonreír de felicidad, para luego abrazar a su madre con fuerza. El par de rubios, pudieron no tener el mejor comienzo de todos, pero aun así, aun en el dolor que siempre intentaron ocultar, ambos lograron encontrar la felicidad que tanto habían deseado y que ninguno sabía que buscaba.

Suna - residencia de los hermanos del desierto

Después de que Temari se tranquilizara un poco, comenzó a preparar las cosas que se llevaría en su viaje a la Aldea de Konoha en algunos rollos de almacenamiento, donde para su enorme molestia y vergüenza, se tardó más de lo que le gustaría admitir, pues no estaba segura de que ropa llevar o que debería ponerse para causar una buena impresión en el Son rubio, decidido que no se preocuparía por cosas tan insignificantes como esas, para inmediatamente después sentirse enojada consigo misma por no encontrar ni un lápiz labial o alguna otro cosmético en su cuarto que la hicieran parecer un poco más femenina, no era particularmente fan de eso, ya que nunca le dio mucha importancia a usar maquillaje, pero justo ahora, cuando deseaba impresionar al Son rubio, se dio cuenta de que tal vez buscar algunos artículos no le haría daño.

- Temari, sé que estas ocupada, pero Gaara quiere hablar con nosotros – dijo Kankuro golpeando la puerta de la habitación de su hermana mayor.

- Entiendo, salgo en un momento – respondió Temari con calma.

Una vez que la rubia salió de su habitación se dirigió a la sala, para ver a su hermano marionetista sentado en el sofá y a su hermanito de pie frente a este de forma estoica como siempre, la rubia con calma se sentó junto a su hermano en el sofá esperando saber que tenía que informar el pelirrojo.

- Por cierto, antes de que lo olvide, Baki-sensei dijo que tu grupo se irán en un par de horas y que te estarán esperando en la entrada de la Aldea – informo Kankuro, ganándose un asentimiento de su hermana mayor, quería burlarse de ella una vez más, pero no podía pues realmente estaba preocupado de que algo malo le pudiera pasar.

- Temari – hablo Gaara ganándose la atención de sus hermanos – tanto Kankuro y yo estamos preocupados de lo que pueda pasarte si las cosas se complican en Konoha, pero como dije antes, cuento con que Son Naruto te protegerá si eso llega a pasar – comento provocando que su hermana mayor se sonroje.

- Pero Gaara, sé que ese chico fue tan fuerte para vencerte, ¿pero crees que pueda ir en contra de su propia aldea por Temari? – cuestiono Kankuro, dejando sus bromas de lado y tomando un semblante serio.

- Así es – respondió Gaara de forma estoica pero segura – él me dijo que podía confiar en el cómo un amigo, por lo cual confiare en que protegerá a nuestros camaradas y a Temari – agrego, comenzando a relatar lo que ocurrió en su mente durante la invasión.

Flashback

El pelirrojo en un parpadeo ya no se encontraba en el palco de participantes del estadio de Konoha, pues ahora estaba en un inmenso desierto que se extendía hasta donde la vista alcanza, el cielo se encontraba despejado y con el sol brillando en lo alto, pero curiosamente no sentía ni una pizca de calor, confundido, pensó que había sido puesto en alguna clase de Genjutsu, pero cuando intento dispersarlo, nada pasaba, fue hasta que escucho un silbido a su derecha, donde al girar la cabeza pudo mirar a la fusión de los Son, que tenía los puños en su cadera y mirando todo a su alrededor con sorpresa en su rostro.

- Al menos es mejor que una sucia alcantarilla – comento Naruke viendo al pelirrojo con una sonrisa marca Son.

- ¿Dónde estamos? ¿Es alguna clase de Genjutsu? – pregunto Gaara desconcertado por no saber que ocurría.

- Nada de eso, estamos en tu espacio mental, te traje aquí para arreglar los problemas con tu compañero – respondió Naruke con calma apuntando con su pulgar hacia atrás por encima de su hombro.

Gaara al mirar hacia atrás, abrió los ojos de par en par al ver a su Biju, era enorme, de color arena oscura y líneas azules por todo el cuerpo, además de su única cola la cual es gigantesca y que al aparecer está formada por varias colas más pequeñas, tenía una boca cóncava irregular, la esclerótica de sus ojos son negros con un iris de color amarillo y una pupila en forma de shuriken con un punto en cada esquina. De forma inconsciente el Jinchuuriki dio un paso hacia atrás, pero rápidamente se dio cuenta de que la inmensa bestia, no hacía ningún movimiento peligroso, simplemente estaba sentado viéndolo a él y a la fusión sin decir nada.

- Si mal no recuerdo tu nombre es Shukaku – hablo Naruke con algo de diversión en su voz.

- Así es maldito mocoso – respondió Shukaku con una voz sumamente aguda.

- Muy bien, por lo que veo si hiciste caso a mi advertencia y ya no molestaste a Gaara, pero aun desconfió de ti, ya que puedes intentar tomar control cuando este lejos – dijo Naruke de forma seria mientras se cruzaba de brazos – sé que no puedes morir, pues si te mato, tu Chakra simplemente se formara en otro lado, pero dime, ¿Cómo te sentirías si tus demás hermanos se enteraran que fuiste asesinado por un humano, con un simple dedo? – cuestiono con una sonrisa de burla en su rostro.

- ¡No te creas tan superior estúpido humano! ¡Aquí en la mente de mi Jinchuuriki puedo acabarte con todo mi poder! – exclamo Shukaku furioso, mientras levantaba una de sus garras para aplastar a la fusión.

El Biju detiene su ataque al sentir una enorme cantidad de energía ser liberada, para luego ver como el cuerpo de la fusión era rodeado por un aura rojiza, mientras le dedicaba una mirada y sonrisa de superioridad, Shukaku estaba más que impresionado, pues no podía creer que un simple humano pudiera ser tan poderoso. Gaara que estaba al lado de la fusión, estaba haciendo uso de todas sus fuerzas para no caer de rodillas por tal cantidad de energía liberada de golpe.

- Por si no te diste cuenta, soy mucho más poderoso que un Biju de cuatro colas, en pocas palabras puedo matarte en un segundo si me lo propongo – comento Naruke con una sonrisa burlona y dejando caer su Kaioken – pero no lo hare, Kyubi confió en mi para que lo ayudara, y ahora yo confiare en ti para que dejes en paz a Gaara... oh mejor a un, para que colabores con él, ayudándolo al prestarle tu poder sin volverlo loco en el proceso.

- ¿Crees que me importa en quien confié ese estúpido zorro con orejas de conejo? – cuestiono Shukaku con molestia.

- Eso no me interesa, es tu decisión si apoyas a Gaara, lo que no es opción es que lo sigas atormentándolo, ya que si siento aunque sea una mínima pisca de intensiones lunáticas de tu parte, regresare, te reduciré a menos que arena y lo hare con un solo dedo – respondió Naruke con seriedad pero sin perder su sonrisa burlona – por lo cual me harás caso quieras o no, como te dije antes, creo que son más que armas, que son seres con conciencia, pero eso no quiere decir que necesariamente sean buenos, toma esto como mi advertencia, si eres alguien malvado, solo tú lo sabrás y vivirás con el miedo de que venga y te pulverice un día, pero si no lo eres, estarás tranquilo.

Shukaku no dijo nada más en replica, pues no era estúpido como su hermano zorruno, no había ninguna posibilidad de ganarle a esa fusión, sus habilidades iban más allá de lo que alguna vez presencio en todos su años de vida, por no decir que si lo atacaba y perdía, sería la burla de todos su hermanos, pero había algo más, aun en sus amenazas, seguía repitiendo el hecho de que confiaba en que no era alguien malvado, solo su padre le mostro esa generosidad, por lo cual, pensando en que decidiría confiar por primera vez en un humano, asintió con la cabeza, pues ya no atormentaría a su Jinchuuriki, pero si este quería su poder, debería probarle que era digno.

- Naruto... Naruke... ¿porque me ayudas? – pregunto Gaara aun en shock por la conversación que acaba de escuchar.

- No eres una mala persona – respondió Naruke desactivando su Kaioken, causando que Gaara se impresione por la respuesta – tu vida no ha sido fácil, lo que veo, es lo mejor que pudo salir a flote tras todo lo que has sufrido, ya es hora de que alguien te de brinde una mano amiga y ese soy yo – dijo extendiendo su mano hacia el pelirrojo – sé que tu Aldea fue engañada, prometo no lastimar mucho a tus camaradas y no ponerles una mano encima a tus hermanos.

- Muchas gracias... - dijo Gaara estrechando la mano de la fusión - ... amigo.

Fin flashback

Temari y Kankuro estaban más que impresionados con la historia que le conto Gaara, por el poco conocimiento que tenían de los Bijus, se supone que eran bestias indomables que solo causaban destrucción y los Son ya habían logrado someter a una y otra la pusieron de su lado, ahora entendían porque su hermanito ya ni se preocupaba por dormir, pues la amenaza que recibió su Biju, debió dejarlo con una correa bien atada al cuello, eso o en verdad nunca fue un ser malvado, Temari no pudo evitar sonreír, pues el rubio logro que su hermanito nunca más tuviera que preocuparse por ser atormentado de nuevo, ahora, más que nunca, estaba dispuesta a enmendar las cosas sin importar el costo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top