Confesiones y sentimientos
Los murmullos de la gente que transitaban con calma por la aldea golpearon con fuerza los oídos de cierta rubia de Suna, que solo hacia una mueca de molestia, coloco una almohada sobre su cabeza, con el fin de no seguir escuchando el ruido tan molesto proveniente de fuera del hotel donde se estaba quedando, pero ya era demasiado tarde, ya estaba lo suficientemente despierta como para volver a quedarse dormida y con un resoplido, hizo a un lado la almohada que tenía en su cabeza y poso su mirada en un reloj de pared que estaba en su habitación, ya era medido día, con pesadez se levantó de su cama, su cabello normalmente atado en cuatro coletas, estaba suelto y hecho un caos total, vestía una piyama blanca afelpada que se vio forzada a comprar, ya que las noches en Konoha eran demasiado frías en comparación con Suna, donde solo tenía que usar un short corto y una camisa holgada, con paso lento fue a tomar un baño para despejarse.
Temari solo disfrutaba del agua caliente recorriendo su cuerpo, la sensación era simplemente magnifica, por lo cual procedió a disfrutar de su baño todo el tiempo que ella considerara necesario, una agradable ventaja de su viaje la Aldea de la Hoja, es que puede tomar baños largos, sin preocuparse de nada, ya que en su Aldea, el agua era escasa y aunque nunca les faltaba tampoco les sobraba, por lo cual no la podía desperdiciar como estaba haciéndolo en estos momentos.
Después de casi una hora, ella salió del baño, procedió a cambiarse y luego salió del hotel para estirar un poco las piernas, por un momento pensó en dejar su abanico en su cuarto, pero se sentía más segura con él, por lo cual decidido llevarlo, caminando por las calles de la Aldea fue a conseguir algo de comida, por lo cual empezó a buscar un lugar donde pudiera comer castañas o algo de sopa.
Mientras comía no podía evitar ver a la gente pasar a su alrededor, felices y despreocupados, sin saber lo que ocurriría en tan solo un mes, el pensamiento le producía una extraña mezcla entre molestia y nauseas, después de pagar se dirigió a los campos de entrenamiento de los cuales había escuchado hablar, para despejar su mente, mientras recordaba como la noche anterior, se la paso en vela, ideando una estrategia con el fin de detener la invasión o probarle a los demás que el plan era simplemente ridículo, pero todos acababan en un fracaso, si su padre, el Kazekage no daba una orden directa, todo seguirá como ya estaba establecido.
- ¿Acaso nadie ve que esto está mal? – se dijo a si misma mientras llegaba al campo de entrenamiento, pero algo llamo su atención oh mejor dicho alguien, era el rubio que le conto la verdad detrás del sellado de su hermano y consoló cuando no pudo contener más sus lágrimas, el chico se encontraba de pie en medio del campo con los ojos cerrados sin hacer nada - ¿Estará meditando?
No entendiendo bien que estaba haciendo su rubio amigo, estaba por caminar en su dirección, cuando ve que este junta sus manos a la altura de su pecho y una esfera celeste aparece entre sus palmas, luego separa ambas manos y la esfera se parte en dos, el rubio solo empieza a moverse en poses de pelea, mientras con sus dedos índice y medio controlan las esferas que empiezan a moverse a su alrededor, luego desaparece esas extrañas esferas y empieza a saltar de un lado a otro mientras lanza una enorme cantidad de patas y golpes, dejando impresionada a la rubia.
Naruto después de una serie de patas rápidas, da varios saltos hacia atrás a gran velocidad, para aterrizar e impulsarse de nuevo hacia adelante mientras daba una serie de golpes a gran velocidad, iba a continuar, pero se da cuenta de que cierta persona está a sus espaldas y sonríe.
- ¡Hola, Temari-chan! – dijo Naruto con una sonrisa marca Son, dándose media vuelta y empezando a caminar en dirección a la rubia.
- Eh, ah sí, hola, Naruto – respondió Temari el saludo algo sorprendida por el repentino saludo.
- ¿Cómo has estado? ¿Viniste a entrenar? – pregunto Naruto, viendo que la rubia llevaba su abanico.
- Bien, gracias por preguntar y de hecho venia solo a despejar mi mente – contesto Temari.
- ¿Entonces que te parece si entrenamos juntos? Sería un buen entrenamiento para ambos – sugirió Naruto con su típica sonrisa.
- No estoy segura ¿quién me dice que no estas tratando de que te enseñe mi repertorio de Jutsus para que se los cuentes a tu amigo con cara de perezoso? No creas que caeré tan fácil por esa sonrisa tan encantadora tuya – cuestiono Temari con una sonrisa.
- No... no, no, yo nunca haría eso, te lo juro – dijo Naruto sintiéndose nervioso.
- Jeje lo sé no te preocupes – dijo Temari con una sonrisa tranquilizadora – entonces ¿Qué clase de entrenamiento tenías en mente?
- Pues algo liguero, quizás un pequeño encuentro entre nosotros – propuso Naruto, ya un poco más calmado.
- Eso me parece bien, solo espero que puedas seguirme el paso – dijo Temari retirando su abanico de su espalda y clavándolo un poco en la tierra para que se quedara de pie, se colocó en guardia para empezar con algo de Taijutsu, quería comprobar si lo que acaba de ver era habilidad o solo golpes lanzados a diestra y siniestra.
- Me parece muy bien – respondió Naruto, dando un pequeño salto hacia atrás y colocándose en pose de pelea.
El par de rubios se miraban con sonrisas retadoras, mientras analizaban la posición del otro, Temari fue la primera que se lanzó al ataque, lanzo una serie de golpes que el rubio bloqueo con facilidad, apenas moviéndose de su lugar, la rubia molesta por eso, pensando en una nueva estrategia, salta y lanza varias patadas rectas que el rubio detiene con sus palmas, cuando vuelve a poner sus pies en la tierra, lanza un fuerte golpe con su brazo derecho que es detenido con la mano derecha de Naruto, el rubio aun sosteniendo su puño, lo jalo hacia abajo, haciendo que Temari chocara de espaldas con el pecho del rubio, de inmediato lanzo un codazo con brazo izquierdo, que también fue detenido y en un movimiento rápido fue bajado y colocado en su costado.
- No es bueno perder el control en una pelea podrías acabar perdiendo muy rápido – dijo Naruto con una sonrisa burlona, acercando su rostro al lado derecho de la rubia.
- ¡Aun no pierdo, no te cre... - Temari no pudo terminar de quejarse ya que cuando giro su rostro a su derecha y se dio cuenta de que estaba demasiado cerca del rubio y no solo eso, ella estaba siendo sujetada por él de una forma bastante comprometedora, si alguien los viera, pensaría que son pareja, pero antes de poder procesar esa información, no pudo evitar perderse en esos profundos ojos azules que la miraban con cuidado, mientras un fuerte rubor cubría sus mejillas.
- Temari-chan ¿Estas bien? Estas algo roja – dijo Naruto preocupado viendo a la rubia, el soltó su agarre y se puso frente a ella, con su mano derecha le descubría la frente de su flequillo, mientras juntaba su frente con la de ella, para sentir su temperatura.
Temari de inmediato se puso aún más roja, ya que si antes el rubio estaba cerca, ahora podía sentir su respiración, nunca había estado así de cerca de algún chico antes, de hecho, ningún chico se había preocupado tanto por ella antes, le pareció tierno que se preocupara solo por un simple sonrojo, si bien no pudo evitar sentirse avergonzada por la cercanía, ella pudo mirar en sus ojos la preocupación, cosa que le pareció muy dulce, de forma inconsciente llevo sus manos y las coloco en el pecho del rubio, mientras su mirada intercalaba entre mirar esos ojos tan azules como el cielo y luego mirar sus labios.
- ¿Temari-chan? – dijo Naruto sonrojado, ya que sintió como la rubia ponía sus manos en su pecho, mientras el intentaba no perderse en esos ojos verdes tan hermosos que no había notado antes.
La voz del rubio saco del trance en el que estaba Temari, que al fin se dio cuenta de sus acciones, intensificando su sonrojo, si es que eso es posible, de forma brusca, empujo al rubio lejos de ella, haciéndolo caer al suelo por la repentina acción, mientras ella se daba la vuelta y caminaba a su abanico de forma robótica, ya que sus piernas le temblaban.
- Cre... cre... creo que... es mejor que... el combate... sea de larga... distancia – dijo Temari tomando su abanico, intentando sonar lo más tranquila posible, lo cual era algo difícil ya que el latido de su corazón yendo a mil por hora no ayudaba mucho.
- Esta... está bien – dijo Naruto mientras se levantaba del piso – empieza cuando quieras.
Temari no necesito que se lo dijeran dos veces, de inmediato, abrió su abanico y lanzo una poderosa onda de viento contra el rubio, quien pudo esquivarlo a duras penas, saltando a un lado, ella en verdad estaba sorprendida de que pudiera esquivar su ataque con esa rapidez, pero eso no le importaba, ganaría este enfrentamiento y se vengaría con el rubio por como la hizo ponerse hace unos momentos, ella es una de las kunoichi más respetadas de su aldea y de ninguna manera iba a permitirse ser vista como una chica que a primera cercanía con un chico, se sonroja y pierde el control, claro que no, ella demostraría, porque fue la mejor de su generación.
Naruto lanzo dos esferas de Ki en dirección a la rubia, que rápidamente tomo su abanico y se cubrió con un remolino de viento, haciendo que las esferas se desviaran de su trayectoria estrellándose justo detrás de la rubia.
- "Ya veo, conque así funciona ese ataque, bien, aun puedo ganar" – pensó Temari con una sonrisa orgullosa.
Naruto que vio esa sonrisa de inmediato supo que en ella en verdad quería ganar, así que decidió no pelear en serio, dando la victoria a la rubia en este entrenamiento, pero no se lo dejaría nada fácil.
Con Haku y Sasuke
Los pelinegros se encontraban saliendo de un restaurante al cual Sasuke fue vestido con una camisa estilo chino de color blanco con mangas largas y pantalones negros, Haku que tenía el cabello suelto y llevaba un kimono azul claro, con bordes de color negro y una faja roja, la pelinegra muy feliz acepto una invitación a cenar por parte del pelinegro, ambos iban caminando con tranquilidad por las calles de Konoha, en un agradable silencio.
Desde hace unos días Haku estaba realmente feliz, ya que el pelinegro la ah estado invitando a salir con más frecuencia, aun con su duro entrenamiento, él se tomaba el tiempo para invitarla a salir, en cuento ella salía del hospital él ya estaba afuera esperándola, con una sonrisa, ella en verdad disfrutaba pasar tiempo con él, era siempre muy atento y siempre la llevaba a los lugares que ella quería, podrían no estar en una relación formal, pero no podía evitar pensar que ya estaban en una, la idea ponía una sonrisa brillante en su rostro.
Sasuke tenía toda la intención de al fin declarársele a la pelinegra, el problema era que no tenía ni la más mínima idea de cómo hacerlo, él pensó en varias opciones, pero realmente ninguna idea que le llegaba a su cabeza era lo suficientemente buena, luego vio la mano de Haku y pensó en que tal vez un buen paso sería tomarla de la mano, con mucho nerviosismo y controlando su sonrojo, acerco su mano lentamente a la de la pelinegra, pero cuando la iba a tomar, está la quita, levantando la mirada, ve como la pelinegra, estaba saludando a un hombre que se dirigía hacia ellos.
- Hola, Haku-chan – dijo un hombre castaño más alto y grande que Sasuke, vestía de forma casual y le estaba regalando una sonrisa cariñosa a la pelinegra.
- Hola, Kouki-san – saludo Haku con amabilidad.
- Hace tiempo que no te veo en el hospital – dijo Kouki.
- Lo que pasa es que termino rápido los tratamientos de los pacientes y me queda tiempo libre para poder salir – respondió Haku, notando cierta hostilidad a su alrededor, viendo de reojo pudo ver como los ojos de Sasuke cambian de negro a un azul intenso, para luego regresar a la normalidad.
Sasuke solo escuchaba la conversación con molestia, no disimulando en lo más mínimo su rostro enojado, sabía que ese sujeto era un amigo que hizo Haku en el hospital, pero eso no evitaba que odiara que le hablara tan cariñosamente y aún más cuando él estaba presente y ese sujeto simplemente lo ignoraba, como si fuera una clase de estorbo, no sabiendo que hacer para que ese sujeto se fuera lejos y sabiendo que mandarlo a volar con una ráfaga de Ki no era la mejor opción o al menos no con la pelinegra cerca, hizo lo más sensato que se le ocurrió en ese momento.
- Haku-chan, debemos irnos, nuestra cita aun no acaba – dijo Sasuke con una sonrisa mientras tomaba a la pelinegra de la mano, entrelazando sus dedos con los de ella, cambiando su sonrisa por una mueca de disgusto cuando miro al castaño – nos vemos – fue lo que le dijo justo antes de colocar sus dedos en su frente y desaparecer, dejando a un castaño con una mueca de disgusto.
Ambos aparecieron al otro extremo de la ciudad en medio de las personas que iban caminando, Haku estaba sonrojada por ser tomada por la mano del pelinegro, pero feliz de que lo hiciera y más cuando dijo que estaban en una cita.
-Sasuke-kun, me hubieras dicho que esto era una cita, me hubiera arreglado un poco más – comento Haku un poco apenada, mientras pasaba un mechón de cabello detrás de su oreja.
- Jeje es que no quería presionarte Haku-chan – dijo Sasuke con una risa nerviosa – "al menos ese inútil sirvió de algo, ahora, tengo que aprovechar esta oportunidad" – pensó en la ironía de la situación – ahora, quiero llevarte a un lugar muy importante para mí, queda un poco lejos ¿te gustaría acompañarme?
- Me encantaría Sasuke-kun – respondió Haku con una sonrisa, luego siente como es jalada por el pelinegro llevándola lejos de las demás personas, cuando ya no vio a nadie decidió preguntar - ¿Por qué nos alejamos de todos?
- Es que no quiero que la gente se asuste cuando me vean volar – respondió Sasuke, para luego tomar a la pelinegra por la cintura y cargarla al estilo nupcial.
El rostro de Haku empezó a brillar de un rojo muy intenso, ya que nunca vio venir esa acción por parte del pelinegro, aun así, ella rodeo el cuello de Sasuke con sus brazos acercándose más a él. Sasuke solo flexiono un poco las rodillas para tomar un poco de impulso y salir volando a una velocidad que la pelinegra disfrutara, tanto de la brisa como de la vista debajo de ellos.
La pelinegra miraba maravillada todo a su alrededor, estaban tan alto que podía ver las nubes a unos cuantos metros de ella y la Aldea que ahora estaba posada debajo suyo, sintiendo como el pelinegro tomaba una dirección hacia el norte, sintió la brisa del viento golpeando su rostro, retiro una de las manos del cuello del pelinegro y la extendió para poder tocar una nube, se sentía húmeda y fría, algo curioso para algo que parecía tan esponjoso, sacudiendo un poco su mano, la regreso donde estaba en un principio, solo para ver el hermoso paisaje debajo de ella, se sentía tan pequeña, nunca antes había tenido la oportunidad de ver el mundo desde esta perspectiva, era algo tan pacífico, en las alturas todo parecía tan tranquilo, un sueño para cualquiera, recargando su cabeza en el hombro del pelinegro, sentía tal calidez que las brizas tan frescas que había a esas alturas, no parecían afectarle, se sentía igual que esa noche en la que el pelinegro le dijo que siempre estaría a su lado, un pensamiento que la hizo sonreír.
Sasuke estaba muerto de los nervios, desde que dejaron atrás al inútil de Kouki, todo lo que ha dicho y hecho ha sido completamente improvisado, pero viendo las reacciones de la chica en sus brazos, se tranquilizaba un poco, ya que hasta ahora todo ha salido bien.
Campo de entrenamiento
Los rubios se encontraban debajo de un árbol descansado de su enfrentamiento, donde la rubia tenía una sonrisa de orgullo enorme en su rostro, ya que después de muchos intentos al final logro acorralar al rubio en una trampa y ganar.
- Jeje fue un buen encuentro, en especial cuando te gane – dijo Temari con orgullo en su voz, ya que recordaba perfectamente como el rubio le gano a esa arrogante de Iwa, así que ganadle a alguien como él, en verdad la hacía sentir orgullosa.
- Lo sé, no has parado de presumirlo desde que me derribaste – dijo Naruto fingiendo estar molesto, pero su pequeña sonrisa lo delataba, él ya había decidió dejarse ganar, pero aun así, la rubia en verdad lo atrapo con una buena estrategia, recibiendo una fuerte ráfaga de viento que lo mando a estrellarse contra un árbol.
- Solo me estaba cerciorando de que no lo habías olvidado – menciono Temari con una sonrisa juguetona, luego miro al frente y vio los rostros esculpidos en piedra de los antiguos Hokages – ¿no crees que exageraron con poner esas enormes caras en una montaña?
- A mí me agradan, ver la Aldea desde esa altura, es algo que siempre me tranquiliza – respondió Naruto con calma.
- Lo que a mí me tranquiliza, es ver el atardecer en Suna, cuando el sol esta por ponerse, es como si toda la arena que rodea mi hogar fuera un mar de fuego, que no lastima, sino que ofrece protección y calor – comento Temari viendo el que ya estaba atardeciendo, recordando su lugar favorito en toda su Aldea, donde siempre iba para meditar.
- Suena genial, tal vez un día de estos puedas llevarme a verlo – dijo Naruto con una sonrisa zorruna.
- Si eso... eso estaría... bien – contesto triste Temari, sin querer mirar al rubio – ya es tarde, debería irme – dijo levantándose de su lugar.
Naruto sintió la tristeza en la rubia y pensó que tal vez se debía a su hermano menor, no sabiendo que hacer para animarla, vio el atardecer y sonrió por la idea que le vino a la mente, poniéndose de pie, puso una mano en el gran abanico para evitar que la rubia lo colgara en su cintura, ganándose una mirada confundida por parte de esta.
- Temari-chan, tengo algo que estoy seguro de que te animara – dijo con una sonrisa marca Son, sin perder tiempo, se acercó a ella y coloco ambas manos en la su cintura.
Temari se sonrojo fuertemente por eso, pensando en que el rubio quería besarla, ella no sabía que hacer en ese momento, nunca había besado a un chico antes, cerro lo ojos, para no ver esos ojos azules y perderse de nuevo en ellos, coloco sus manos en su pecho intentando calmar su corazón que una vez más latía con fuerza y poder pensar con calma ¿cómo debía hacerlo? ¿Acaso debía rechazarlo? No es como si no se hubiera dado cuenta de que se sentía atraída por el rubio, pero lo que estaba a punto de pasar era demasiado pronto, no sentía mentalmente preparada para eso, quería golpearlo en el rostro tan fuerte que lo mandaría al hospital por lo menos un mes ¿Cómo diablos se atrevía a tomarse tantas libertades? Ella no era como esas idiotas kunoichis que pelearon en las preliminares, ella era una de las kunoichis más fuertes, inteligentes y respetadas de Suna, logros que gano por méritos propios y ese idiota quería animarla, besándola, como si eso fuera lo único que necesitara, el enojo lentamente se apodero de su ser y con lentitud abrió los ojos, lista para golpear al rubio en cuanto viera su rostro acercarse al suyo.
Pero grande fue sorpresa cuando vio al rubio sonriéndole, no estaba acercando sus labios con los suyos, ahora definitivamente Temari estaba confundida y algo desilusionada, lo golpearía por intentar besarlo, de eso no había duda, pero al menos pudo hacer el intento y si no ¿Cuál era el punto de tomarla por la cintura entonces?
- Se pu... puede saber... ¿Q... que estas... estás haciendo? – pregunto apenada, ya que aún estaba demasiado cerca del rubio.
Cuando vio que en vez de responderle solo amplio su sonrisa y miro hacia abajo, ella decidió ver que rayos era tan divertido y porque miraba el suelo, cuando bajo la mirada, pudo ver que estaba flotando sobre toda Konoha, por el susto, ella abrazo con fuerza del cuello del rubio y escondiendo su rostro en su cuello. Naruto que se estaba sonrojando, ya que ahora que la rubia acorto la distancia entre ellos, tuvo que abrazarla por la cintura, podía oler el cabello de la rubia, era un olor bastante dulce, parecido al de una flor.
- S... sé que no es el hermoso mar de fuego que tu conoces, pero estoy seguro de que igual te gustara la vista – dijo Naruto usando toda su fuerza de voluntad para no tartamudea, ya que se sentía bastante apenado.
Temari que aún tenía su rostro enterrado en el cuello del rubio, poco a poco se fue separando de él y lo vio, el sol ocultándose entre los bosques en el horizonte, era una vista hermosa, no se comparaba a la vista que ella estaba acostumbrada en su Aldea, pero aun así era muy hermoso, ambos se quedaron viendo el ocaso hasta que la noche tomo lugar, con cuidado el rubio empezó a descender, cuando tocaron el suelo, la rubia separo sus brazos del cuello del rubio, mientras se daba la vuelta y tomaba su abanico.
- Muchas gracias por eso, fue una vista hermosa – agradeció Temari con una pequeña sonrisa y un rubor en sus mejillas.
- No fue nada, deveras – dijo Naruto rascándose una mejilla.
- Me gustaría quedarme pero me tengo que ir, nos vemos – se despidió mientras empezaba a caminar para salir de campo de entrenamiento y dirigirse a su hotel.
- Disculpa Temari-chan – dijo deteniendo el caminar de la rubia que ahora lo miraba curiosa – me preguntaba, bueno, si acoso, tu, pues... ¿Te gustaría tener una cita conmigo? – pregunto con un fuerte rubor en su rostro.
Esa pregunta en verdad sorprendió a Temari, todo a su alrededor se volvió silencioso, solo escuchando los latidos de su corazón, ella quería decir que si, ese chico la había tratado como a alguien normal, como a una amiga, no como la hija de un Kage, nunca juzgo a su hermano y prometió ayudarlo, en verdad quería tener una cita con él, pero cuando estaba por aceptar con una gran sonrisa, se detuvo y recordó las palabras de su sensei y el plan de destruir Konoha, si el plan funcionaba el rubio probablemente moriría y si sobrevivía, él la odiaría, y si Konoha ganaba, igualmente la odiaría, no importaba el escenario, ella terminaría alejando al rubio, no podía traicionar a su familia, no lo soportaría, no podía perder a sus hermanos, eran lo único que le quedaba, tomando una decisión, apretó los puños con enojo, respiro profundo y hablo.
- Lo siento Naruto, pero creo que estas confundiendo las cosas, yo no te veo de esa forma, lamento si te di esa impresión – dijo con un tono serio – yo ya... ya me voy... por favor... ya no... me hables... - finalizo mientras se daba la vuelta y se retiraba a paso rápido.
Naruto solo se quedó quieto en su lugar, mirando la figura de la rubia mientras se alejaba y perdía de la vista, le dolía el pecho, pero no estaba herido, no sabía porque le pasaba eso, en verdad él pensó que la rubia también sentía lo mismo, al parecer estaba equivocado.
- Creo que lo arruine – dijo Naruto en voz baja y con una sonrisa triste mientras se rascaba la cabeza.
Playa cerca de Takigakure
Era de noche y la luna se alzaba en cielo acompañado de las estrellas, las olas golpeaban la orilla del mar débilmente, del cielo aterrizaba Sasuke con Haku en sus brazos, todo a su alrededor era iluminado por la brillante luz de la luna llena, mirando a su alrededor la pelinegra pudo ver el mar reflejando débilmente los rayos de la luna, detrás, la enorme vegetación, pero lo que le llamo la atención fue una casa bastante pequeña con un diseño muy particular.
- Sasuke-kun ¿Dónde estamos? ¿De quién es casa? – pregunto Haku mientras se baja con cuidado de los brazos del pelinegro.
- Aquí es donde viví por cuatro años con mi hermano y padre, esa es nuestra casa, de niño me parecía inmensa – contesto Sasuke con una sonrisa nostálgica, viendo su antigua casa – Naruto y yo venimos aquí dos veces al mes para limpiarla y mantenerla a salvo de la naturaleza.
- Gracias por compartir esto conmigo, en verdad lo aprecio – dijo ella tomando la mano del pelinegro.
- Me alegra mucho que te guste – dijo con una sonrisa.
- Pero dime ¿Por qué me has traído aquí? No me digas que Naruto no quiso venir y ahora yo soy su remplazo para limpiar su antigua casa – se burló, intentando poner nervioso al pelinegro.
- Cla... claro que no, te juro... que yo nunca... pensaría – contesto nervioso ya que no quería estropear las cosas.
- Jeje no te preocupes, solo estoy jugando – dijo entre pequeñas risas, viendo que el pelinegro se calmaba un poco, hablo de nuevo – pero fuera de bromas ¿Qué hacemos aquí?
La pregunta de la pelinegra no tuvo respuesta, de hecho veía como el pelinegro, parecía tensarse mucho cuando soltó esa pregunta, confundida, decidió hablar de nuevo, pero ve como Sasuke respira hondo y empieza a hablar.
- Ha... Haku-chan, yo quiero... quiero decirte... quiero pedirte – tartamudeo mientras un fuerte sonrojo se apoderaba de sus mejillas, él retiro su mano de la de la pelinegra y daba unos pasos hacia adelante y la miraba de frente – yo... hemos salido... por... mucho tiempo y... la... la verdad...
- Tranquilo, respira, no te presiones – dijo con una voz tranquilizadora, mientras daba un paso más cerca del pelinegro.
Sasuke solo respiro profundo, lo más profundo que sus pulmones se lo permitieran, para luego soltar todo en un fuerte suspiro.
- Haku... yo siempre... pensé que era completamente feliz... que no me faltaba nada... pero cuando estoy contigo, no sé cómo describirlo me haces sentir tan especial, que hasta el hablar llego a olvidar – dijo mientras dejaba de pensar y usaba su corazón para transmitir todo lo que sentía, al mirar esos ojos de color castaño oscuro, en los cuales tantas veces se había perdido.
El corazón de Haku estaba latiendo tan fuerte que sentía que en cualquier momento se saldría de su pecho, sus mejillas le ardían y sentía que el aire le faltaba, no podía articular una palabra y aunque pudiera, no quería, ella quería escuchar lo que el pelinegro frente a ella quería decirle, miro como el dio un paso más cerca de ella y tomaba sus manos, ella solo pudo sujetar sus manos con fuerza, no queriendo que esto acabara, sus manos eran mas grandes que las suyas, mas fuertes pero a la vez tan cálidas.
- Mi sueño... mi... deseo... de fundar mi clan... de ser el más fuerte... cambiaria todo eso... por poder encontrar las palabras... correctas... yo quiero... yo... yo... voy... voy a hablar y te diré... diré lo que siento... lo diré... lo que quiero decirte... - tartamudeo con una sonrisa tonta en su rostro, sintiendo como perdía las fuerzas, reuniendo todas su coraje y las fuerzas que aún le quedaban, hablo sin rodeos – poco a poco estar contigo me ha llenado de confianza, prometo buscar contigo la felicidad si tú me lo permites, prometo amarte para toda la vida si tú me aceptas... ¿Haku quisieras buscar esa felicidad conmigo? ¿Quisieras ser mi novia? – pregunto sintiendo como el miedo y nerviosismo lo invadían.
De los ojos de Haku salían lágrimas, que preocuparon mucho al pelinegro que pensó que hizo algo incorrecto, pero lo que no sabía era que esas lagrimas eran de una felicidad absoluta. Para la pelinegra, todas esas palabas, incluso con los tartamudeos, le trasmitieron todo el amor que el pelinegro sentía por ella, su timidez no era por falsas emociones o porque no estuviera seguro de lo que sentía, ella lo sabía bien, sabía que se debía a que tenía miedo, miedo de que no dijera las palabras correctas para ella, pero lo fueron, fueron perfectas, no necesitaba un lugar lujoso, un regalo caro o ser impresionada con cosas materiales, ya que todo esto era perfecto, una noche hermosa, con la luna llena brillando en lo alto como testigo, un lugar que significa mucho para él, prueba de que en verdad confía en ella para mostrarle algo que le importa en verdad y sobre todo, las palabras que ella escucho, tan llenas de amor y decisión, que demostraban que en verdad sentía todo lo que decía.
- Oh no, si no... si no quieres está bien... no quiero presionarte... - Sasuke fue interrumpido ya que la pelinegra le tapó la boca con su mano.
- Si, si quiero – dijo Haku con una sonrisa cálida mientras seguía llorando de la felicidad – quiero estar contigo, quiero ser feliz contigo – lentamente llevo sus brazos alrededor del cuello del pelinegro y acercándose a él, dándole un beso, su primer beso.
La preocupación, el nerviosismo y el miedo, se desvanecían del cuerpo de Sasuke, cuando escucho las palabras de la pelinegra, sustituida por una enorme felicidad y emoción, cuando sintió los labios de Haku sobre los suyos, con cuidado la abrazo por la cintura y la atrajo más hacia él.
El beso fue torpe y tímido, pero aun así, transmitía todo el cariño que sentían el uno por el otro, después de unos minutos, donde la pelinegra podía jurar que sus pies ya no estaban tocando el piso, ambos se separaron por falta de oxígeno, aun envueltos en un abrazo, juntaron sus frentes mientras se miraban a los ojos con un brillo que jurarían que antes no estaba ahí, ambos estaban sonrojados, pero con una sonrisa en sus rostros. Los pelinegros continuaron así por un tiempo, hasta el punto en que sus mejillas les ardían, Sasuke con cuidado limpio las mejillas de ahora su novia, mientras ella se acurrucaba su mejilla en su toque.
- Estoy tan feliz – dijo Sasuke con una sonrisa.
- Jeje yo igual – dijo Haku aun con su mejilla en la mano de su novio, mirando hacia abajo, se dio cuenta de que estaban flotando, donde solo pudo soltar una risita por la acción tan linda de su novio – ya puedes hacerlo, no tienes por qué contenerte.
- ¿Hacer qué? – pregunto Sasuke realmente confundido.
- Salir volando y gritar de felicidad, como cuando te bese la mejilla – respondió divertida, viendo como la cara de su novio se volvía roja de vergüenza.
- No... yo estaba... yo vi un... lo que pasa fue que... - tartamudeo intentando buscar una buena excusa.
- Jeje está bien, podrás hacerlo cuando estés solo – dijo mientras envolviéndolo en un abrazo, mientras colocaba su cabeza en su hombro – ¿podemos quedarnos así un tiempo?
- Claro que si – respondió mientras también la abrazaba – "¿Cómo diablos se enteró de eso?" – pensó enojando, de que su pequeño arrebato de felicidad fuera descubierto – "Bueno no importa, cuando la deje en casa volare más lejos para que nadie me escuche".
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