Parte 2
Shouto era un Omega defectuoso, o así le dijo su padre que era. La inoculación servía para que sus impulsos de Omega no salieran a flote y hasta el momento había funcionado. O eso fue hasta que los villanos se las ingeniaron para entrar a su vehículo de transporte y secuestrarlos.
Ahora, dónde estaba, colgado de algo con su recién descubierto hermano no muerto masajeándole el culo y que para variar, era su pareja destinada, por no olvidar que la inoculación perdió su efecto hace unos minutos, se metió en serios problemas.
Él solo, nadie más que él lo metió donde estaba. Sabía que pudo negarse, pero la sensación que le recorría el cuerpo debía ser detenida de alguna forma. Rebajarse al grado de decirle Oni-chan a su hermano Touya, más conocido como el villano Dabi, para recibir un mísero toque que aliviara el ardor en su vientre era patético.
Pero si era honesto con su mente, el aroma de Dabi no era malo, era embriagante, fuerte, lo que se esperaría de un alfa de alta genética y que se supone no debía influir en sus parientes sanguíneos. Pero por alguna razón, en Shouto sí. Lo mojaba, le inducía el celo, le hacía desearlo u Shouto odiaba eso. O pensaba odiarlo.
Cómo cualquiera, Todoroki se imaginaba que llegaría su alfa destinado. Alguien que lo protegería y le brindaría calor cuando lo necesitara. Pero nunca pensó que tal alma gemela fuera mayor que él a un punto extremo, mucho menos que fuera un villano y para variar de su propia familia. ¿Acaso él destino sería tan cruel para ocasionar que tantas coincidencias cayeran en una sola cosa?
No sabía qué sentir, estaba tan confundido, tan desorientado. Si bien nunca convivió con su hermano Touya hasta su supuesta muerte, eso no quería decir que no le doliera. Un poco menos que a Natsuo y Fuyumi, pero igual lo hacía. Saber que en realidad estaba vivo era un alivio, pero el alivio duró poco cuando se enteró de que además de la sangre, los unía otra cosa.
– Eso es, Shouto, estás recibiéndome muy bien – Apretó los dientes mientras los dedos de Dabi se retorcían dentro de él para abrir espacio.
Quizá este fue el plan desde el principio, gracias a la posición en la que estaba colgado, Dabi podría hacer lo que quería con su cuerpo y él no se podía mover. Lo que molestaba a Shouto de todo esto fue saber que en realidad fue él quien hizo que Dabi hiciera lo que ahora está haciendo.
Porque el alfa esperó, fue paciente. La paciencia era algo que caracterizaba a Dabi si podemos hablar de cómo pasaron más de 10 años a qué planeara su venganza contra su familia, así que esperar 10 minutos para él no eran nada. Esperó a que Shouto estuviera lo suficiente débil de voluntad para preguntarle si podía hacerlo, y Shouto ya casi al borde del llanto por su celo, cedió.
Así que si Dabi tenía 2 dedos dentro de él y haciendo movimientos de tijera era porque fue Shouto quién le dio el permiso de hacerlo. Cuando le suplicó a su Oni-chan que hiciera que la sensación se detuviera, ya sabía en qué se estaba metiendo. Dabi rápidamente le bajó los pantalones y la ropa interior y aprovechando la posición y su lubricante natural, comenzó a prepararlo.
Primero metió un dedo, esperando a que las paredes estrechas que lo envolvieron se amoldaran y relajaran lo suficiente para poder meter otro. Los gemidos de Shouto intentaban ser lo más recatados que se pudieran dado a que, bueno, él de por si era de naturaleza tranquila, pero de que lo disfrutaba, lo disfrutaba.
Cuando Dabi metió el segundo con facilidad de nuevo el cuerpo de Todoroki regresó a aquel estado de rigidez en el que estaba hace un principio. Ahora las paredes internas intentaban aprisionar los dos dedos apretándolos de forma exquisita según Dabi. Solo era cuestión de tiempo para que Shouto volviera a relajarse y el tercero entrara.
En medio de ello, Dabi intentando apurar las cosas, usó su mano libre y la guió hacia la polla de Shouto que hasta el momento solo temblaba ante el toque y se sacudía para intentar llamar la atención, pero no lo había logrado. Apenas la tocó su hermano soltó un chillido y Dabi se rió de que intentaba mantenerse sereno pero no podía negar las sensaciones que su cuerpo recibía.
– Buen Omega, deja que Oni-chan se encargue de tu bonita polla – Le dijo, burlándose de él ante el hecho de que los elogios lo volvían loco.
La mano de Dabi lo envolvió y comenzó a bombearlo hacía abajo, dado que a esa dirección estaba posicionada la polla. Permutó los movimientos en el miembro junto con los dedos dentro de Shouto, haciéndolo de forma lenta pero segura y eficaz, robándole suspiros, jadeos y gemidos al Omega que poco pudo soportar tanta atención y se corrió directo en el suelo.
Su orgasmo permitió que se aflojara más aunque sea por unos momentos, los suficientes para que Dabi lograra meter el tercer dedo dentro de Shouto con facilidad, disfrutando del apretón de las entrañas y cómo lo recibían de forma cálida. El interior de su hermanito era sin duda el mejor y eso que no le había metido la polla.
– ¿Qué dices? ¿Puedes manejar tres dedos? – Preguntó sin esperar realmente una respuesta, y comenzó a moverse con lentitud pero con profundidad sacándole más gemidos ahogados a Todoroki. Cómo su cuerpo aceptaba todo lo que su alfa le diera era sorprendente incluso para el propio Shouto.
Dabi aumentó la velocidad de aquellas penetraciones solo un poco, y después salió para observar cómo la entrada de Shouto se retorcía por la falta de sus dedos, dejando que estuviera abierto y listo para él. Miró hipnotizado por unos segundos más y los jadeos de Shouto le trajeron de nueva cuenta a la realidad.
– ¿Qué tal? – Dabi no lo hizo con intención malvada, ni pervertida, ni cruel ni nada, pero cuando le dio una palmada al trasero de Shouto con fuerza moderada para felicitarlo de lo bien que lo tomó, el omega soltó un gemido alto y agudo que fácilmente se confundiría por un chillido. Entonces sí, una sonrisa socarrona se formó en sus labios pese a que Shouto no pudo verlo – Vaya, vaya...
Aquel tono de voz solo logró que Todoroki se tensara más, no fue su intención hacer tan patético ruido cuando Dabi le dio una nalgada, pero el solo simple tacto de la palma en su trasero envió cosquillas directo al punto de su vientre que no había dejado de arder desde que su celo comenzó a presentarse. Su gemido fue involuntario y créanlo, si pudiera lo hubiera detenido.
Como Dabi no quitó su mano del trasero de Shouto, volvió a hacer la misma acción pero ahora aplicando un poco más de fuerza. Otro gemido, esta vez ahogado, se escuchó en la habitación. Todoroki intentó que no sonara esta vez por lo que apretó los labios esperando que aquello fuera suficiente, pero como es algo obvio, no lo fue.
– Hey, deja salir tu voz, Shouto. ¿No quieres que Oni-chan la escuche? – Dabi continuó jugando con su mente repitiendo el proceso de nalguearlo de forma lenta pero constante, hasta el punto que al pegar la misma nalga una y otra vez, esta terminó con un color rojizo. De cualquier forma, Todoroki se aguantó lo que pudo hasta que – Tch, si estabas siendo un omega tan bueno.
Los elogios otra vez le jugaron una mala pasada y ahora con la siguiente nalgada de su hermano, Shouto no pudo evitarlo y dejó que de sus labios saliera el más bello gemido a los oídos de Dabi. Se escuchaba tan necesitado, tan lleno de placer, tan patético incluso. La polla de Shouto e algún momento entre las nalgadas volvió a ponerse erecta, pero ahora se descargó casi de inmediato.
Era como si ante la mención de que no era un buen omega, la mente de Shouto de inmediato quisiera ser asociado con lo contrario. Quería ser bueno, para todos en general; un buen hijo, buen hermano, buen amigo, buen héroe y por sobretodo, quería ser un buen omega para su alfa. Cada vez que Dabi lo halagaba, su cuerpo respondía por él.
Su rostro estaba rojo, gotas de sudor se deslizaban de su rostro hasta el suelo, el cabello lo tenía pegado a la cara y su respiración dificultosa junto a sus ojos cristalizados lo hacían parecer como si hubiera comido mucho picante. Pero los gemidos que soltaba ante cada cosa que Dabi le hacía a su cuerpo avergonzarían a la persona más pervertida del mundo.
– Ya, ya – Tranquilizó su hermano dando ligeras palmadas en su nalga, que si bien fueron palmadas superficiales, como su trasero estaba maltratado para este punto en parte si le dolió el toque; o más bien le ardió, justo como su vientre – Eres un buen omega, Shouto. ¿Qué hacen los buenos omegas a sus alfas? Dejaré que respondas eso por tu cuenta.
Todoroki apretó los labios intentando no hablar, ¿qué podía responder? Había tantas respuestas a esa simple pregunta que así como cualquiera podía ser válida, también podía no serlo. Lo poco que sabía de Dabi hasta el momento era que le gustaba jugar y para ser honestos, no quería que su pobre culo siguiera recibiendo nalgadas por el momento. Si podía lo evitaría, pero ¿cómo?
– Vamos, Shouto, ¿No quieres hacer feliz a Oni-chan? – Shouto se fijó en los zapatos de Dabi frente a él para darse cuenta de que dejó su posición en su trasero.
Al levantar la vista vio con claridad el bulto duro en los pantalones y supo qué debía contestar. Tragó saliva antes de reunir la fuerza para levantar todavía más la mirada y hacer contacto visual con Dabi y entreabriendo los labios para que algo saliera de su boca pudo decir en un susurro casi inaudible lo que quería. De no ser por el silencio, no se hubiera escuchado.
– Quiero... chupar a...
– ¿Uhm? ¿Qué dices, Shouto? – Dabi se hizo el sordo y desentendido pidiéndole que lo repita. Todoroki apretó los labios pero la sensación de calor era tanta que en ese momento no le importó que su voluntad se resquebrajara a lo más bajo posible en la sociedad.
– Quiero chuparle la polla a Oni-chan... – Dijo con la voz ronca de deseo mientras su mirada recaía en la sonrisa que Dabi había puesto.
– ¿Y por qué no lo dijiste antes, Shouto? – Casi fue burlesca la forma en que lo dijo, mientras se desabrochaba sus pantalones y los dejaba caer al suelo junto con su ropa interior, dejando al aire y libre la virilidad alfa que se levantaba sin vergüenza – Aquí, haz que Oni-chan se sienta bien con tu linda y pequeña boca.
Dabi se acercó con cuidado de no caerse con los pantalones en los pies, con una mano en su polla para guiarla hasta la boca de Shouto pero sin presionar, la mantuvo ahí, lo suficientemente cerca para que Todoroki empezara cuando se sintiera listo. Todo lo que pasó, fue sin presionar, a final de cuentas si era el omega quien cedía, la sensación de culpa en los alfas era mínima.
Sí, no estaba bien aprovecharse de la vulnerabilidad de un omega en celo, pero eran villanos y además estaban con sus parejas destinadas, realmente no pueden culparlos por lo que pasaba. Tal vez sí por lo del secuestro y el atentado contra el autobús de la academia de héroes UA, y quizá también por los heridos que ocasionaron debido a ello, pero nunca por aparearse con su alma gemela.
Shouto sacó la lengua para darle una probada experimental al glande, aprovechando y metiendo la lengua por el prepucio haciendo movimientos circulares. Para Dabi no era una mamada estrella, pero debía darle crédito a su hermanito por hacer el intento. El empeño que ponía para hacerlo sentir bien era adorable y merecía un reconocimiento.
– Bien hecho, ¿no eres un buen omega? – Felicitó mientras una de sus manos se enredaba en los mechones de cabello bicolor de Shouto y le daba caricias reconfortantes.
La sensación de euforia provocó que Todoroki se estremeciera y abriera los labios para suplantar el toque que hacía con su lengua con una chupada de glande. Como él no podía impulsarse hacia abajo debido a la posición en la que estaba y que además, sus manos seguían en aquella jaula de concreto, no había manera que se lo metiera a la boca a menos que fuera Dabi el que lo hiciera.
El jadeo de Dabi ante la repentina acción provocó que su cuerpo vibraba y por consecuencia, el de Shouto también. Necesitó unos segundos para estabilizarse y mirar a su hermanito con lujuria.
– ¿Y bien? ¿No eres codicioso con Oni-chan? – Dijo mientras continuaba con las caricias en el cabello para después bajar por las mejillas y acariciarlas delicadamente con el pulgar – Deja que yo me haga cargo, solo mantén abierta tu linda boquita para que pueda jugar con ella.
Todoroki obedeció casi de inmediato, abriendo más sus labios dejando más espacio para más que el glande, Dabi entonces aprovechó y guiando su miembro en la dirección correcta, dio una embestida que pudiera haber sido para penetración, pero fue para una mamada.
Shouto gimió por la sensación de ahogamiento y el choque en su garganta que impedía el paso del aire, pero eso no evitó que aquello lo volviera loco. Más allá de las náuseas que aquello le provocó, fue como si en su boca existiera algún estímulo que fuera directo a su entrepierna porque Shouto se corrió como loco ante ello.
– Joder, qué bien se siente – Gimió Dabi mientras se mantenía en la posición más por su propio placer que el del omega. Fue hasta que escuchó las quejas ahogadas del otro que cayó en cuenta de lo que pasaba y se salió de su boca. Un hilo de saliva unía su polla a la lengua de Todoroki – Lo siento, me dejé llevar. Ahora sí.
Todoroki mantuvo la boca abierta tanto para jadear por aire así como para recibir otra vez el miembro en su boca. Sus ojos estaban llorosos, incluso su nariz comenzó a moquear debido a cómo pasó a ahogarse y además, le quemaba la garganta. Pero cuando el alfa volvió a entrar en su boca no lo detuvo.
Fue más como si Shouto fuera un juguete para placer que un ser viviente, dado a cómo Dabi comenzó a impulsarse para follarle la boca. Pero el alfa fue cuidadoso y Shouto en ningún momento sintió que estaba siendo abusado por él. El aroma lo hacía sentir seguro, deseado, las embestidas en su cara también le provocaban placer a él.
– Joder – Logró pronunciar Dabi muy bajo, cuando la sintió la punta de su miembro golpear la garganta de su hermano.
Volvió a tomarle de los cabellos rojos y blancos pero ahora con intención de agarre más que de caricias, para aumentar la rapidez de la mamada, logrando que sin querer el menor levantara la cabeza; pudo ver aquel rostro sonrojado con los ojos apenas abiertos, donde se veían gruesas lágrimas en las comisuras de estos. Sintió que su pene endurecía más si era posible.
Todoroki decidió ignorar la penetrante mirada que Dabi le daba mientras le observaba haciéndole un oral. Sentía que ni podía respirar con aquella cosa casi en su garganta, pero no podía quitarse, su hermano lo disfrutaba tanto y si era honesto, él también. Hacía de su parte para meter aquel pedazo de carne en su boca.
Cuando Dabi sintió su vientre vibrar y supo que estaba por correrse, se obligó a separarse de la boca de Todoroki. La visión fue espectacular pero no quería que aquello parara aquí, por lo que dándole una última caricia en las mejillas y con cuidado de no tropezarse, le dio la vuelta nuevamente para estar cara a cara aquella pequeña entrada al paraíso que se retorcía ansiosa.
– Está bien, Shouto, voy a meterme. Si te duele, no me importa, pero no te va a doler – Se burló dando una pequeña risita y también una pequeña nalgada. Shouto se estremeció de placer y gimió – Con lo abierto que estás para mí ni vas a sentirlo, ¿verdad?
No esperó a que Todoroki le respondiera, se acomodó y se impulsó, metiendo la punta del glande en el interior que le apretó y atrajo hacia sí como si quisiera mantenerlo ahí. Dabi soltó un gemido grave de satisfacción y se metió poco a poco hasta estar por completo dentro del omega.
– Ah... – Un pequeño gemido cuando por fin la punta había logrado a llegar a aquel punto sensible en su interior. Shouto suspiró profundo intentando relajarse, porque sabía lo que pronto vendría. Dabi salió de él pero entonces abrió los ojos con sorpresa y un fuerte gemido resonó en todo el lugar – ¡A-AHG!
Dabi volvió a meter su polla en una fuerte y profunda estocada de su miembro dentro de él y de inmediato comenzó a moverse. No había que esperar a que se acostumbrara, estaba tan abierto y suelto para su alfa que no sintió ningún dolor. Sus fuertes gemidos inundaban la habitación mientras era embestido bestialmente y de paso calmando la sensación de ardor en su vientre.
Shouto se removía con incomodidad pero al mismo tiempo también con placer. De sus labios se escapaban jadeos y gemidos agudos que se camuflaron con el sonido de palmadas cuando el alfa comenzó a embestirlo. Sus nalgas sentían el choque de la pelvis y como efecto en cadena, producía una sacudida en todo su cuerpo hasta su cabeza que se movía desenfrenada.
Las estocadas se volvieron más profundas, el tacto de la pelvis ajena chocando con él cada vez con más fuerza y velocidad era exquisito. Sin saberlo Dabi había encontrado ese punto suyo el cual le hacía perder la cabeza, haciendo que soltara gemidos tan fuertes que por más que intentara ocultar no podía.
El sudor aperlado se resbalaba por todo el cuerpo de Todoroki, provocando que los cabellos bicolores se adhirieran a su piel, provocando que fuese de un color más oscuro que del que en realidad eran. Dabi siguió con esa labor con resistencia increíble en aquel trasero expuesto para él, disfrutando las entrañas que se apretaban contra su polla.
Dabi estaba tan absorto en lo que pasaba que casi sin ser consciente le dio un par de nalgadas a Todoroki, las cuales hicieron eco y dejaron roja la zona golpeada. No solo eso, Shouto soltó un gemido tan alto y agudo de placer que estimuló los oídos de Dabi para que fuera con más fuerza en aquel toque y volviera a nalguearle repetidas veces.
Shouto quiso quejarse pero las penetraciones tan satisfactorias más esa sensación exquisita en su punto G le impidieron pensar en otra cosa. Sonrió sin querer mientras abría la boca dejando escapar una mezcla de gruñidos, jadeos y gemidos. No debía estar disfrutando esto, no debía sentirse tan bien, menos que fuera su hermano y para variar, alguien del bando contrario.
Mierda, aquello se sentía jodidamente increíble para ambos. Mientras que Dabi se olvidaba de todo ahogándose en el placer, solo se concentraba únicamente en follarse a su hermano, y tenía que admitir que era un jodido afortunado al ser el primero en follárselo. En el plano sexual, Shouto era realmente tan apretado y húmedo, perfecto para él.
¿Cuánto tiempo pasó mientras se apareaban como animales en celo? ¿5, 10 minutos? Ninguno de los dos lo sabía, y tampoco les interesaba en lo más mínimo. Shouto sintió que con fuerza, como Dabi lo perforaba con su miembro como si del movimiento de una máquina de coser habláramos.
A tal punto que cuando casi salía de él, dejando la punta de su polla en su interior, se impulsaba hacia adelante con rapidez y sintiera clavarse la polla donde estaba aquel punto dulce que le hacía gemir y rogar por más; casi haciendo que pusiera los ojos en blanco mientras abría la boca desesperado en busca del aire perdido además de soltar más gemidos y jadeos de placer.
– Oni-chan, Oni-chan – Logró pronunciar Shouto en un perfecto tono vulgar mientras intentaba que su pobre mente no quedara tan desgastada y hecha papilla.
Dabi no pudo más ante su dulce hermanito llamándolo con ese tono de voz, suplicando por él y deseando que se volvieran uno. Cuánto desearía estampar su boca con la contraria en un beso, pero por cómo estaban, se conformó con la vista del culo de piel clara que ya estaba roja por sus nalgadas. Lo siguió penetrando como una bestia tratando de que ambos llegasen al orgasmo.
El ritmo de las embestidas y las sensaciones que ellas provocaban, ocasionaban que Shouto se apretara más y como consecuencia, la polla de Dabi sentía también más presión sobre ella, haciendo que el villano casi perdiera la cabeza.
– ¡O-Oni-chan! ¡Voy a-agh! – Cuando las sensaciones de la punta del glande del pene de su hermano le hicieron sentirse sobre las nubes, Shouto supo que no aguantaría.
– ¡Shouto! ¡Y-Yo también, a-ah! – Jadeó el otro cuando su miembro fue apretado con tanta fuerza.
Dabi no pudo aguantar más al sentir al ser su polla siendo estrujada tan deliciosamente por aquellas paredes internas del omega, por lo que apresuró aún más sus penetraciones al sentir que el nudo se inflaba en la base. Sus movimientos fueron suficientes para que Shouto se volviera a correr directo al suelo gimiendo con fuerza.
Aquellas contracciones producto del orgasmo ajeno, hicieron que Dabi no pudiese aguantar mucho más tiempo, por lo que con una estocada final se adentró todo lo que podía forzando su nudo a entrar aprovechando la flacidez que el orgasmo le dejó a su hermanito y de pasó, vertió su caliente esperma dentro de él.
Se vino en el interior del omega de forma bastante abundante mientras escuchaba los cuchicheos de querer bebés de parte del contrario que Shouto había estado murmurando muy pero muy bajito y parecía que en contra se du voluntad por lo que evitó decirle algo al respecto.
Todoroki sintió que su cuerpo quedaba devastado cuando el semen llenó sus entrañas, y cuando sintió una presión en la nuca casi tembló y chilló. Dolía, bastante, pero se sentía tan bien para el omega que tenía dentro de él. Se sentía cálido, agradable, querido. Aun sin que Dabi saliera de él y de paso tuviera que soportar su peso encima, fue una sensación estupenda.
Los dientes que se clavaron en la nuca no solo le dejaron fuera de combate, sino que además le dieron el alivio que buscaba desde que su celo comenzó a presentarse. Dolía, claro que sí, pero no se comparaba a la felicidad que lo inundó debido a ello. Que fuera mordido en aquella zona tan vulnerable e íntima para un omega por su pareja destinada, era indescriptible.
Dabi reemplazó su mordida con la lengua, ya que la saliva de los alfas tenía propiedades para cicatrizar específicamente para el caso de morder a un omega y enlazarse. Saboreó el sabor de la sangre con gusto mientras lo limpiaba feliz de que él y su hermanito se hubieran unido de forma todavía más íntima para ellos 2.
Las respiraciones de ambos estaban irregulares, por fin habían excedido su límite y ahora estaban por completo cansados, después de entregarse por completo durante tanto. Lo único que querían era dormir, más que nada Todoroki por todo el cúmulo de sensaciones debido a su repentino celo, su pareja destinada, el recienta lazo por mordida, etcétera.
Después de que el nudo se deshiciera, Dabi salió del interior del bicolor y sonrió al ver cómo el semen se deslizaba fuera pasando por el trasero y escurriéndose por entre las piernas hasta que se detenía en la ropa de los pies de Todoroki. El olor de las feromonas disminuyó y pasó a ser reemplazado por el del alfa lentamente, señal de que estaba aceptándolo como pareja.
El cuerpo de Shouto quedó flácido y si no fuera porque estaba en suspensión estaría en el suelo tirado. Se quitó los pantalones y los pateó a un lado para tener mayor movilidad y volver a caminar para ver la cara destrozada de Todoroki después de follar. Lo encontró bellísimo.
Se acercó a besar los labios del chico antes de separarse para poder quitarle las cosas y dejarlo en el suelo con cuidado debido al concreto que aprisionaba sus brazos. Lo acomodó como pudo antes de dejarlo porque se había dormido, saliendo momentáneamente por la llave de esa cosa y regresando para quitársela.
Shouto ya estaba dormido cuando regresó, por lo que fue sencillo hacer todo y limpiarlo. Dabi después se recostó a su lado más para verlo y acariciar sus cabellos suaves que para dormir con él. Todavía quedaban cosas pendientes por hacer y no quería dormirse y después despertar cuando Shouto lo hiciera. Sobre todo con el lazo que ahora los unía. Sonrió, valió la pena por completo.
–
Cuando Midoriya abrió los ojos lentamente para desperezarse e incorporarse, notó que no tenía las cosas que le estaban restringiendo las manos; también que le dolía la espalda por haber dormido en el suelo y sus caderas estaban hechas puré. Al enfocar su vista se percató de Todoroki, que otra vez estaba con él en esa fea habitación.
Los recuerdos de lo que sucedió antes le vinieron de golpe, ocasionando que respirara con dificultad y mirara sus manos temblorosas con miedo. No podía ser cierto, de seguro aquello fue un tonto mal sueño y todavía estaba inconsciente después del incidente del transporte, pero entonces ¿por qué sus manos no estaban atrapadas?
Tragó saliva sintiendo su garganta rasposa y un dolor agudo en el área del cuello. Se supone que ahí tenía los collares inhibidores de quirk, razón por la cual no podía escapar usando el one for all, que ahora le doliera sin que usara su poder era raro, pero guió su mano temblorosa hasta la zona porque tenía una corazonada de lo que era.
Sus dedos pasaron gentilmente por un costado de su cuello, siseando se dolor porque aquella herida era reciente. No pasó el tiempo adecuado de curación para formar una costra fuerte, por lo que cualquier toque o roce bastaría para darle dolor a Midoriya. Pero ese dolor no era nada comparado con la desesperación en su cabeza.
Todoroki seguía durmiendo, ajeno a lo que su compañero había experimentado con un villano de alta categoría en peligro; ¿cómo lo miraría el bicolor? ¿Lo consideraría un traidor por meterse con Shigaraki? Midoriya sabía que tenía responsabilidad en ese asunto, pero no era fácil decirle a tu mejor amigo que tu alma gemela y pareja predestinada era de hecho un villano.
Se apretó el cuello con ambas manos sintiendo una especie de satisfacción cuando el dolor de su cuello se volvió insoportable. El collar le asfixiaba en ese momento, necesitaba respirar de forma inmediata porque sentía que se quedaba sin aire pero de cualquier forma no quitó sus manos. ¿Así es cómo terminaría todo? ¿Se suicidaría ahí mismo?
– ¡Midoriya, basta! – Su nombre dicho con una voz alfa detuvo su apretón, pero no por eso quitó las manos de ahí. Sintió ganas de llorar, porque de alguna manera, el lazo que unía su alma con la de Tomura, informaba que el alfa estaba preocupado de su bienestar.
Abrió los ojos, que no supo en que momento cerró, para ver los pies de alguien. Su mirada se levantó del suelo y, casi como si fuera cámara lenta, siguió la dirección para arriba y así encontrarse con los ojos de Shigaraki que estaban viéndolo fijamente.
Izuku no supo en qué momento el alfa entró, ni por donde, creyó que él y Todoroki estaban solos, dejados a su suerte como bolsas de basura. Nunca esperó que Shigaraki viniera por él, a su rescate, al menos no consciente, ya que su omega interno había estado chillando por la presencia del alfa y como respuesta, se auto-infligía daño buscando su rastro.
Tomura se agachó lentamente y con las manos, enguantadas, claro, abiertas para que los ojos esmeraldas de Midoriya notaran que no había mala intención en eso. Su respiración fue lenta y audible, respirando por la nariz y soltándolo por la boca; a Izuku le pareció algo raro hasta que se dio cuenta que su mismo cuerpo hacía lo mismo, como si Shigaraki fuera una guía para relajarse.
– Deja caer tus manos – Pidió el villano con una voz tan dulce y suplicante, que Midoriya pensó que su oído se había vuelto loco. No usó la voz de alfa en él, pero si guió sus manos a las del peliverde que todavía estaban envueltas en su cuello.
Como respuesta casi inmediata, Midoriya se alejó, y no dejó caer las manos. Era como si el simple hecho de saber que Shigaraki podía tocarlo y por ende matarlo, le produjera miedo. Y no era algo bueno aquello, ya que si estaban enlazados, que tu alfa destinado te produjera tal sensación horrible solo significaba que el omega podía enfermarse.
– Midoriya, deja caer tus manos – Volvió a insistir Tomura, esta vez con un tono de voz más gruñón pero evitando parecer una amenaza – No te voy a lastimar, no lastimaría a mi alma gemela – Aquello no dejó convencido a Izuku, así que Shigaraki le mostró la parte interna de su muñeca donde los kanjis de Midoriya Izuku estaban tallados en su piel – ¿Ves? Eres mío y yo soy tuyo.
Los ojos de Midoriya observaban con estupefacción las letras grabadas. Casi fue inmediato que dejara caer sus manos, más para observar su propia muñeca que por obedecer al alfa respecto a no hacerse daño. Casi con desesperación, Izuku bajó la manga de su brazo derecho para ver que estaba escrito el nombre de su alfa.
Lo cual era extraño, porque sí tenía un nombre, lo que significaba que se había apareado con la persona correcta y que esta lo había mordido. Pero no estaba escrito Shigaraki Tomura, al contrario, ahí tenía un nombre extraño y que no pensó que estuviera relacionado con la heroína que All Might tantas veces mencionó.
– Shimura Tenko... – Susurró casi en un hilo de voz mirando los kanji con genuina curiosidad. Shigaraki soltó un suspiro de alivio ante ello, porque fue lo suficiente para alejar a Midoriya la tonta idea del suicidio que de seguro le pasó por la cabeza sin que fuera consciente.
– Tendrás dudas – No lo preguntó, lo afirmó, atrayendo para él los ojos esmeraldas – Te las responderé todas, pero debes obedecerme en lo que yo te diga.
La manera en como aquel ceño adorable se fruncía provocó que Tomura casi se riera. Era tierno que en cierta parte Midoriya todavía conservara sus ideales de héroe y eso solo demostraba que su voluntad era fuerte y difícil de derribar. No tenía pensado hacerlo, simplemente quería estar con él, como su pareja destinada.
– No te atrevas a dirigirme la palabra – Le gruñó con molestia. Shigaraki se alejó solo un poco para que hubiera la suficiente distancia entre ambos y que el omega no le catalogara como amenaza.
– Sé lo que piensas – Dijo lamiéndose los labios resecos antes de seguir hablando – Y no me refiero a lo que sucedió entre nosotros – Aquello llamó la atención de Midoriya pero hizo de todo para que no pareciera que lo hizo – Piensas que si esperas lo suficiente y colaboras, tarde o temprano alguien vendrá por ustedes.
Shigaraki se hizo a un lado para que Izuku pudiera ver el cuerpo de Todoroki todavía en el suelo, descansando e ignorando la plática que tenían ambos. Si el bicolor no se había despertado por los gritos, sonidos y golpes que pasaron en ese corto periodo de tiempo, solo quería decir que realmente estaba noqueado, ya que Todoroki era de sueño ligero.
– Aunque fuera el caso de que un rescate fuera exitoso – Siguió hablando el alfa – Lo cual, no funcionará porque no cometeré el mismo error 2 veces. Tanto tú como yo sabemos que no puedes alejarte de mí. Te encontraré donde estés y tú mismo me buscarás.
– ¡No! – Rápidamente intentó reclamar el omega – ¡Eso no es cierto! ¡Yo...!
– Estamos enlazados ahora – Cortó, interrumpiéndole los reclamos – Unidos como alfa y como omega, nuestros sentimientos estarán a flor de piel para cada uno, y además, me necesitas a mí por tu celo. Ya no ningún alfa podrá satisfacerte a menos que sea yo, ya nadie podrá tocarte si no soy yo. Y sobre todo, no puedes irte porque morirías sin mí.
– ¡NO!
– ¡Midoriya, entiéndelo! – No fue una buena idea gritarle de regreso, eso era algo obvio, pero tenía que haber una manera de que aquello se le instalara en la mente al peliverde porque este era su futuro.
Una vez que alfa y omega se enlazan no pueden separarse, peor aún si son una pareja destinada. Se necesitaban, se complementaban, no podía existir uno sin el otro. Al Shigaraki morder a Midoriya selló el acuerdo. No importaba el resultado, siempre sería el mismo; y si por alguna razón uno de los 2 moría, el otro no tardaría en hacerlo.
– Espera, no llores, ¿está bien? – Pedirle a Izuku aquello era un caso sin remedio, pero Shigaraki no lo sabía. Midoriya comenzó a llorar de impotencia y frustración sin poder detenerse, el lazo que los unía servía como un puente de conexión para que ambos sintieran lo del otro.
Fuera lo noqueado y cansado que Todoroki estuviera, era obvio que pronto comenzaría a despertarse. Se movió para acomodarse en el suelo pero sin levantarse aún, lo que hizo que Tomura casi contuviera la respiración.
Podía tranquilizar a su omega, pero el otro, el otro lo mataría apenas se despertara. No sería problema deshacerse de él, se quitaría el guante y listo, pero eso solo le causaría más problemas con su propio omega así como también con Dabi.
– Midoriya – Le llamó para atraer su atención, fuerte para que le obedeciera pero no al punto de usar su voz alfa contra él – Ven conmigo, ahora – Le extendió la mano mientras se ponía de pie, incitando a que el omega hiciera lo mismo.
No fue sorpresa que no lo hiciera. Izuku desvió la mirada y negó con la cabeza, cerrando los ojos por un largo momento para evitar que las lágrimas siguieran deslizándose por su mejilla pero no escondió para nada el llanto.
– Midoriya – Está vez sí usó su voz alfa y como supuso, atrajo de nuevo la atención del mencionado hacia su persona.
– ¿Q-Qué...? – Fue un susurro de voz tan bajo que Shigaraki en verdad no lo escuchó. Izuku tragó saliva para poder hablar respecto a su compañero – ¿Qué pasará con Todoroki-kun? – Preguntó con voz temblorosa, como si tuviera miedo.
Tomura le dio un vistazo al cuerpo de Todoroki en el suelo, realmente no le importaba pero a Midoriya sí, y si para su omega era importante, tendría que aceptarlo y hacerle ver que no había nada de malo en dejarlo aquí. O sea, no tenía la opción de quedarse, pero si se iba tranquilo todo sería más fácil para ambos.
– Dabi viene por él, lo llevará a una habitación especial – Explicó, sonando lo bastante confiable para que el peliverde le tomara de su mano y se parara del suelo con ayuda de esta – Lo mismo aplica para ti – Observó el miedo en aquellos ojos esmeraldas y rápidamente lo aclaró – Es para descansar, lamento no haberte llevado antes ahí, no estaba listo.
Midoriya no contestó, bajó la cabeza al asentir sin mirarlo a los ojos. Shigaraki chasqueó la lengua pero como todavía estaban tomados de las manos, comenzó a caminar y tirar del omega para que lo siguiera. Hubo un poco de forcejeo porque Izuku se resistía a estar con él y de paso dejar a Todoroki, pero se detuvo cuando la puerta se abrió antes de que salieran y por ella entró Dabi.
– Hey, ¿qué tal bellos durmientes? – Dijo con burla sonriendo de forma pícara a Midoriya – ¿Cómo durmieron? ¿Les duele el culo? – Preguntó sin vergüenza en absoluto, logrando sonrojar las mejillas pecosas de Izuku. Shigaraki gruñó.
– ¿No tienes otra cosa qué hacer, imbécil?
– A eso iba – Dabi se encogió de hombros quitándose del camino para que ellos pudieran pasar – ¿Shouto está despierto? Le traje algo de tomar – Mostró una botella de agua y Midoriya no se había percatado antes de cuán seca estaba se garganta. Se la humedeció de forma discreta pero fue notado por la mirada azul – Cosa que tú debiste hacer.
Tomura entonces fijó la vista en omega y en los gestos que hacía. Su lazo servía para sentimientos y deseos, por lo que la petición de agua estaba clara, solo que no había aparecido hasta que Dabi entró con ello. Como sea, Shigaraki fue un mal alfa al no traerle nada para calmar la sed que de seguro sentiría al despertar.
– Vamos, te llevaré – Tomura ignoró a Dabi y se dirigió a hablar directamente con Midoriya – Cuando lleguemos te daré agua, solo intenta no tener mucho miedo – Tiró otra vez de su mano y se alejó, saliendo de la habitación por completo dejando a Dabi solo con Todoroki.
Midoriya fue obediente, mantuvo la cabeza gacha para ver su camino y sus pies y no levantó la vista para nada, ni cuando escuchó voces distintas ni sintió aromas nuevos. Shigaraki aumentaba la velocidad de su caminata pero ni eso pudo evitar el encuentro con Toga Himiko.
– ¿A dónde llevas a Izuku-kun? – La voz chillona de la chica produjo escalofríos en el cuerpo de Midoriya. La mano que le sostenía aumentó la fuerza de su apretón – ¡¿Me dejas jugar con él, sí?! – La forma con la que habló de su persona como si solo fuera un simple juguete le dio una sensación de tristeza que viajó por el lazo hasta que Shigaraki la sintió.
– Lárgate de aquí – Prácticamente gruñó Tomura, mostrando los dientes. Toga se alejó unos pasos al notar la agresividad – Midoriya es mío, no tienes ningún derecho a decir su nombre, más te vale quitártelo de la boca si no quieres que yo la desparezca cuando aplaste tu cara con mi palma desnuda.
– ¡Yo vi a Izuku-kun primero! – Pero una mirada de advertencia después de sus palabras la mandó a callar. Toga tragó saliva, nunca había visto a Tomura tan enfadado, generalmente la amenazaba de broma pero ahora, ahora hablaba muy en serio y no quiso tentar a su suerte.
– No me importa, él es mío y no dejaré que nadie se atreva a tocarlo – Volvió a recalcar, solo en caso de que la idea no le hubiera entrado en la cabeza de la chica. Chasqueó la lengua sintiendo que la sien le palpitaba ante el rumbo de la conversación – Como sea, dile a Kurogiri que debo hablar con él después de esto.
El esto hablaba claro de las manos entrelazadas entre Midoriya y él. Toga se dio cuenta y asintió, despidiéndose sin decir nada mientras saludaba a Spinner y Mr. Compress en el camino respecto a lo que pasó con ellos, ya que nadie habló de nada el tiempo en que Shigaraki y Dabi estuvieron ausentes del grupo.
Con aquello resuelto volvió a continuar caminando, ya que Toga le robó bastante tiempo mientras comenzaba a decir tantas estupideces. Guió a Izuku por los pasillos lúgubres y húmedos hasta un lugar que él mismo había preparado con la idea de hacerlo sentir más cómodo pero sin hacerle olvidar que todavía era un rehén.
– Puedes levantar la vista – Indicó cuando abrió una puerta, haciendo que Midoriya obedeciera por curiosidad cuando algo de luz llegó a sus ojos, debido al ambiente oscuro.
Fue adorable, en un sentido espantoso si consideramos la situación de que estaba secuestrado. Era una especie de bodega debido al reducido tamaño, pero con luz clara para que se sintiera como si el sol le diera pese a que no había ninguna ventana. Tenía calefacción y un colchón que, bueno, estaba bien.
– Después de lo que pasó, querrás anidar, ¿cierto? – Ante la mención de aquel acto tan íntimo Midoriya se abrazó a sí mismo pero asintió, pero no le volvió a mirar a los ojos.
Un nido era un lugar donde un omega se sentía seguro, generalmente estaba lleno de su ropa, de su familia, amigos, etc. Ahora no tenía nada salvo unas mantas sobre el colchón y unas cuantas sudaderas que de seguro pertenecían a Shigaraki. Tragó saliva mientras entraba y se sentaba dándole la espalda al alfa.
Se quedaron en silencio, obviamente. Ninguno sabía cómo hacer la situación menos incómoda, o en el caso de Izuku, como verle el lado positivo a algo que parecía lo peor que le sucedió en la vida. Se quitó su chaqueta de la academia para comenzar, oliéndola más al ser el único soporte cuerdo que le quedaba, solo para encontrarse que también olía a Tomura.
– Iré por agua – Dijo el alfa para salir de ahí cuanto antes, saliendo y cerrando la habitación por fuera solo en caso de que a Midoriya se le ocurriera la brillante idea de escapar.
Sintió su tristeza por estar alejado de todo, pero era mejor así. Eran destinados, almas gemelas, Midoriya poco a poco se daría cuenta de eso y entonces caería en la realidad de que solo se necesitaban uno al otro; solo debía ser paciente con él.
–
Todoroki se despertó sintiendo que le dolía todo el cuerpo, pero movió sus manos para estirarlas debido a que extrañamente las sentía más cansadas que lo demás. Bueno no, su pelvis estaba destrozada junto con sus caderas pero nada que no pudiera reponerse con reposo.
Poco a poco abrió los ojos para darse cuenta de que no estaba solo, si bien no volvió a ver a Midoriya, Dabi se encontraba sentado a su lado mirándolo fijamente. Aquello le produjo una sensación de incomodidad por lo que se incorporó hasta estar sentado. Se talló los ojos y bostezó, claramente cansado.
– Buenos días – Fue el saludo de su hermano.
Shouto no respondió, no le miró, simplemente tenía una pelea consigo mismo respecto a lo que estaba pasando, lo que había pasado. Ayer, o no sabe si ya pasó todo un día, pero antes de volver a caer dormido, su hermano lo folló y si el dolor en su cuello significaba algo, lo marcó.
Se llevó la mano a ese lugar en la nuca siseando de dolor cuando la tocó con más fuerza de la necesaria. Pasó delicadamente sus yemas de los dedos sintiendo la cicatrización formarse, los bultitos dejaban en claro que se trataba de una mordida perfecta, con colmillos muy filosos.
– ¿Agua? – Preguntó Dabi simplemente, tendiéndole la botella y así atrayendo la atención de Shouto sobre él. Los ojos heterocromáticos miraron la botella, después a los de Dabi y luego nuevamente a la botella.
Tenía la mano temblorosa cuando la levantó para tomar lo que le ofrecían, y cuando finalmente Dabi la soltó, pesó tanto que tuvo que usar su otra mano para sostenerla. Quizá su fuerza disminuyó por todo lo que había pasado, como el celo y el reciente lazo, así como mucho descanso injustificado. No se creía tan débil para no levantar una botella de agua de 1 litro.
Con algo de dificultad abrió la tapa, no queriendo tener que pedirle ayuda al bobo alfa que se notaba divertido con sus acciones. Finalmente logró abrir la botella con ayuda de sus dientes y pudo tomar un poco del líquido fresco que casi lo hace gemir cuando tocó su garganta y pasó por todo su esófago, dándole una sensación de alivio inmediato.
Se bebió casi más de media botella antes de dejar de tomar y volver a colocarle la tapa. Dabi lo observó atentamente mientras lo hacía, logrando que Shouto soltara un gruñido de molestia porque no sabía qué sentir. Su omega estaba confundido y el alfa de Dabi divertido, la situación era tan oscura como incomprensible.
– ¿Qué tanto me miras? – Decidió atacar primero mirando a su hermano con la más pura mirada de odio y rencor que un ser humano pudiera experimentar. Su voz ronca salió amenazante, ni porque tomó agua antes de hablar dejó oportunidad de sonar chillona.
La sonrisa de Dabi se amplió con satisfacción ante ello, como si el hecho de ganarse el odio de su pareja destinada no le importara. Pero secretamente, entre ellos, gracias al lazo, sabía que ese odio era inexistente, el omega de Shouto brincaba feliz, confundido, pero feliz de ser uno con su alfa finalmente, eso no podía negarlo su hermanito ni aunque quisiera.
– Nada, es que finalmente eres mío... – Respondió con superioridad. Shouto se estremeció pero no evitó chasquear la lengua. Aquello le produjo mareos ante el hecho de haberse apareado con su hermano. Debía odiarlo, ¿por qué no lo odiaba? – No te comportes así conmigo.
– ¿Y cómo debo comportarme? – Reclamó, mirándolo con furia y con lágrimas en los ojos heterocromáticos – Lo que hicimos fue la cosa más horrible, grotesca y asquerosa que alguien pudiera haber imaginado. Todo lo que has hecho por tu estúpida venganza al viejo ya me tiene harto...
Dabi se mantuvo en silencio, mirándolo con curiosidad cómo se desahogaba respecto a sus sentimientos y comenzaba a llorar. Su omega interior estaba triste, Dabi lo sabía, pero fue prudente en darle su pequeño espacio en solitario antes de decir algo que podría empeorar las cosas para los sentimientos del bicolor.
Esperó y fue paciente, hasta que los sollozos de Shouto bajaron la intensidad y se calmó, solo dejando un pequeño rastro de lo que hizo con el movimiento de sus hombros mientras se abrazaba a sí mismo. Dabi entonces hizo lo que quería, atrayendo el cuerpo de su hermano para él mientras lo abrazaba, transmitiendo su calidez y esparciendo su feromonas alfas en el lugar.
Shouto estaba en shock por ello pero no se alejó ni se movió. Se mantuvo quieto con los ojos abiertos de sorpresa, con las lágrimas gruesas deslizándose todavía entre sus mejillas. Dabi le dijo unas cosas al oído, que al estar tan cerca, las susurró como si fuera el más oculto secreto que no quería que ni el viento se llevara.
– ¿En serio crees que hago esto por Enji? – Preguntó con voz seria y aumentando el apretón de su abrazo – ¿Qué todo lo que hago es por el simple deseo de venganza? – Dabi no dejó que respondiera y siguió hablando – Shouto, eres mi pareja destinada, te amo. Que seas mi hermano no me es un impedimento, no me molesta.
– Pero me molesta a mí... – Contestó Shouto con el mismo tono de voz distante, obligando a su cuerpo a no dirigirle la mirada a Dabi, porque sabía que sí lo hacía, entonces todo estaría perdido.
– ¿Sí? No parecía molestarte ayer... – Dabi mordisqueó su oreja sacándole un gemido que Todoroki rápidamente camufló con el sonido de un suspiro cansado – Decías que querías a Oni-chan, ¿recuerdas? – Se burló mientras pasaba ahora la lengua por la piel.
Todoroki se estremeció y se mordió los labios para no soltar ningún otro ruidito vergonzoso. Cerró los ojos intentando encontrar de esa manera la fuerza para detenerlo pero un jadeo involuntario se escapó de él cuando las heladas manos de Dabi se colaron bajo su camisa e hicieron contacto directo con su piel. El toque ardió y hormigueó.
– Y-Yo...
– Está bien, no te presiono – De la nada, tan rápido y misterioso como su toque vino, también se fue, dejando a Shouto confundido al no saber qué esperaba respecto a eso. Sus mejillas se tiñeron de rojo ante sus pensamientos y Dabi sonrió más cuando sintió la emoción burbujeante del omega a través del lazo.
El mayor se levantó con un poco de dificultad, bromeando con que la vejez estaba haciendo de las suyas. Se estiró la espalda y cuando dejó de bobear le dio una mano a Shouto para ayudarlo a levantarse. Este le miró, intentando regresar al odio que quería transmitirle pero sus ojitos de diferente color solo reflejaron la impotencia por andar confundido.
– Si te paras solo te irá peor – Advirtió Dabi. Shouto pensó que jugaba con él pero cuando lo intentó cayó en la cuenta de que era verdad. Sus caderas dolían y a su mente le regresaron los bochornosos recuerdos de la noche anterior.
De mala gana aceptó la mano que estaba extendida hacia él y Dabi hizo fuerza para levantarlo del piso. Quizá demasiada porque Shouto salió volando directo a su pecho y se estampó. Quedaron cerca, mucho, Shouto sintió el palpitar del corazón de su hermano y casi de forma inconsciente se acurrucó al sonido. Solo por un momento porque reaccionó y se alejó aparentando desinterés.
Dabi se rio mientras caminaba a donde la puerta de entrada, abriéndola para salir de aquel lugar tan horrible. Shouto esperaba luz al final del túnel pero lo cierto era que todo fue insípido y oscuro como donde había estado. Como si un mismo decorador de interior se encargara de todo, ¿había decoradores de interiores que fueran villanos? Tal vez quienes tenían mal gusto.
– Shouto, sé que a menudo te distraes con facilidad, pero intenta concentrarte. Tu omega se siente tan fuera de lugar en tu interior debido a quién sabe qué cosas estás pensando – Dabi se rio de él mientras continuaba la caminata. Todoroki hizo un puchero.
No supo con exactitud qué le esperaba, después de todo Dabi solo salió y él comenzó a seguirlo. Creía que era obvio que eso quería pero no evitó echar una mirada a todo el lugar solo en busca de alguna vía de escape o en todo caso un rastro de su amigo Midoriya.
Pasaron por un área concurrida donde Todoroki pudo ver a los villanos con los que luchó en el pasado. Ellos no lo vieron a él o si lo hicieron, no le prestaron atención. El grupo se divertía charlando de forma animada, riendo sonoramente como cualquier grupo de amigos. A Todoroki le recordó su academia y de inmediato sintió nostalgia.
Su alfa la sintió gracias por el lazo compartido y aceleró el paso con Shouto siguiéndole de cerca. Era como si Todoroki realmente supiera que es lo que quería, porque nunca usó su voz alfa ni amenazas o palabras razonables para que cooperara, como notó que Shigaraki sí hizo con Midoriya, que de hecho el pobre peliverde iba a suicidarse.
Quizá Shouto conservaba sin saberlo la idea en su interior de que su hermano era un lugar seguro, además de su alfa predestinado. Por eso le obedecía en un ambiente donde todo era desconocido para él, a Dabi lo hizo sentir bien, necesitado, que le querían. Daría la vida por su hermoso omega.
– Llegamos – Avisó cuando se detuvo frente a una habitación, Shouto salió de sus espaldas para ver también lo que estaba al frente – Tu nuevo hogar – Dabi aclaró y vio perfectamente el ceño fruncido de forma adorable en el entrecejo de su hermanito – No lo odies hasta que lo veas – Bromeó con él, abriendo la puerta.
Dentro lo que había era exactamente lo mismo que en el de Midoriya. Espacio pequeño, luz cálida semejante al sol, un calentador eléctrico y un colchón con mantas y algunos trapos viejos que Dabi hacía llamar ropa. Shouto entró de forma cautelosa mientras Dabi entraba con él.
– Aquí estarás en lo que... – Dabi se rascó la nuca pensando en qué diría para no cagarla. ¿Qué se supone que esperaba? ¿El Armagedón? ¿El Ragnarok? – No importa, todavía eres mi prisionero, Shouto, pero quiero que tengas lo mejor que hay – Un vistazo rápido a la habitación dio a entender que no estaba conforme – Lo mejor que hay en este chiquero – Terminó aclarando.
– ¿Qué se supone que haga? – Preguntó el omega con cautela, tomando las mantas en sus manos para inspeccionarlas y de paso olerlas.
– Anidar, duh. El celo que experimentaste fue el primero de muchos, ya no recibirás la inoculación por lo que es obvio que comenzará una sincronización para un celo periódico. Ya que soy tu alfa, me necesitarás para ello. Así que no seas terco y comienza a hacerlo, debo dejarte por unos asuntos, volveré pronto.
– Espera – Lo detuvo antes de que saliera y le encerrara de nuevo. Shouto estaba molesto pero la confusión no se iba de su cabeza, además de cierto paradero de su mejor amigo – ¿Dónde está Midoriya? – Exigió saber. Su tono decidido hizo que Dabi esbozara una sonrisa.
– En la habitación de al lado, también está anidando. ¿No te contó que Shigaraki es su alma gemela? Que mal mejor amigo es entonces – Dijo casi con burla, disfrutando el rostro en shock de Shouto ante ello – Pero supongo que tú tampoco le dijiste de nosotros. Al parecer ya no eres el único que tiene como pareja a un villano, bien por ti.
Dabi no estuvo dispuesto a seguir contestando más preguntas por lo que salió de la habitación y cerró con llave para evitar huidas. Decidió darle un pequeño incentivo a su hermano para que se portara bien en lo que regresaba para dormir. Dio 2 toques en la puerta.
– Si te portas como un buen omega podrás ver al niño brócoli, ¿de acuerdo? – No recibió respuesta, pero supuso que Shouto le había escuchado porque no lo dijo precisamente bajo. Ahora sí, asintió y estiró el pie para irse cuando la voz del omega lo detuvo.
– ¿Qué hago si quiero ir al baño? – Se escuchó la pregunta ahogada por el tema de hablar con una puerta en medio. Dabi meditó ese asunto, ni a él ni a Shigaraki se les pasó por alto cuando planeaban esta misión. Se acarició la barbilla, pensativo, hasta que sin más opción dio su respuesta.
– Solo grita – Se encogió de hombros y se retiró, hubo más preguntas y palabras pero Dabi ya estaba lo suficientemente lejos como para entenderlas.
Ya tendría tiempo para hablar con Shouto sobre lo que quisiera, volverse más cercanos y finalmente que entienda que el lazo que los une era más poderoso que cualquier relación sanguínea que tuvieran y los uniera con Enji Todoroki.
–
Shigaraki estaba hablando con Kurogiri, o algo así. Su mente estaba distraída pensando en el omega, en qué hacía, cómo se encontraba, si acaso intentaba infligirse daño a sí mismo otra vez. Se supone que la junta que se llevaría a cabo era de suma importancia y que para variar él organizó, pero no se podía concentrar para nada.
Kurogiri era paciente, dándole su espacio cuando se detenía en sus palabras o cuando de plano, no le estaba poniendo atención. Shigaraki estaba enfocado en Midoriya, y no había nada ni nadie que pudiera hacer algo para distraerlo de aquella nube de pensamiento.
El lazo que une a alfa y omega es sagrado, pero no indestructible; la mayoría de villanos alfas, y también algunos omegas, utilizaban ese método para condenar la vida de un héroe de la casta opuesta. En la sociedad, cualquier persona que estuviera enlazada con un villano, sería repudiada e incluso usada como cebo para atraer a la pareja.
Rara vez funcionaba eso, dado que pese al llamado fuerte a través del lazo, los villanos terminaban haciendo de todo para ignorarlo y continuar con su vida. En el caso de los alfas, mordían a otro omega reemplazando el anterior y como consecuencia, los héroes omegas enfermaban y morían. En cuanto a los héroes alfa y villanos omega, realmente no hay información que Kurogiri sepa.
Pero lo que Shigaraki tenía escondido en un pequeño y secreto rincón en donde vivían, era su más preciado tesoro. Porque no solo era un omega, era EL omega, su pareja predestinada, su alma gemela, aquella persona que lo complementaría y con la que sería feliz, o alguna cosa cursi como esa. Aunque quisiera, no podía olvidarse de él y tirar todo por el lado fácil.
Se mantuvo callado, esperando el momento propicio para interrumpir. No faltaría mucho para que el resto de la liga apareciera y se incorporara a la discusión, esperaba que pare ese momento Tomura finalmente recobrara el sentido y pudiera hablar.
Por el rabillo del ojo miró a Dabi aparecer, caminando a donde se encontraban. Venía de dejar a Todoroki en otra habitación como la de Midoriya, para que se acomodaran y pudieran anidar.
Todos sabían que se aparearon debido al celo repentino de los omegas por la pérdida de efecto de la inoculación y posteriormente se enlazaron, pero nadie comentó nada al respecto ya sea por vergüenza, desinterés o educación. La única que lo intentó fue Toga pero nada bueno salió de ello.
Los alfas eran sumamente territoriales, Kurogiri esperaba un enfrentamiento entre Dabi y Shigaraki más violento y agresivo. Ambos tenían a sus omegas en el mismo sitio, sus omegas todavía en celo; con otros alfas alrededor, los considerarían una amenaza y no dudarían en atacarlos. Sobre todo entre ellos.
– Habla ya, que no tengo tiempo para esto – Comentó Dabi cuando llegó hasta ellos y jaló una silla para poder usarla. Kurogiri le dio un asentimiento con la cabeza como saludo educado y parecía que la voz del otro alfa sacó a Shigaraki de su pequeño tren de pensamientos.
– No comiences a ser una molestia ahora – Gruñó Shigaraki mirando a Dabi con los ojos entrecerrados, juzgándolo e intentando intimidarlo. Como respuesta, el pelinegro se acomodó mejor en su silla y subió los pies a la mesa.
– Por favor, compórtense – Pidió Kurogiri con voz seria, pero no participando directamente en la disputa de poder. Aquello fue rápido, esperaba que no escalara muy pronto antes de detenerlos, no quería lidiar con ellos peleando.
Cuando Shigaraki abrió la boca para volver a hablar otra voz le interrumpió. Seguida de otras más que se acercaban peligrosamente a su dirección y que al comprobar que pasaron demasiado tiempo pensando y haciendo otras cosas, ya era hora de la junta grupal sobre qué pasaría ahora que tenían secuestrados a Midoriya y Todoroki.
– ¿Puedo dormir con Izuku-chan? – Preguntó Toga con un tono de voz cantarín y soñador. Aquello hizo a Shigaraki gruñir y apretar los dientes. Dabi rio nasalmente pensando en lo afortunado que era porque ninguna persona de la liga gustara de Shouto.
– Eso no es por lo que los cité aquí, así que cállense – Tomura expresó su molestia y el resto no tardó en obedecer mientras se sentaba.
Esperaron pacientes, a que pensara sus palabras antes de hablar porque sabían que lo que hablarían determinaría el futuro de la organización. Algunos hicieron ruidos molestos con partes del cuerpo como Dabi y Toga, otros se removían incómodos como Spinner y Twice, el resto esperaba de forma educada a que el plan sea revelado, pero moviendo los pies con impaciencia.
– Los héroes han iniciado ya con sus búsquedas de rescate. La última vez, con el mocoso rubio, nos encontraron de forma muy fácil. Si no tenemos cuidado nos hallarán de nuevo y con todo lo que hemos avanzado hasta el momento, una evacuación sería desastrosa.
El resto del grupo lo miró y asintió, pensando sus palabras y estando de acuerdo. Shigaraki fijó la vista en cada miembro por cortos lapsos de tiempo, mirándolos con seriedad. No había tiempo para juegos en ese momento, debían estar alertas a todo lo que pasaría.
– ¿Qué sugieres que hagamos con ellos hasta entonces? – Preguntó Spinner, siendo muy obvio para todos que se refería a los 2 omegas en la guarida.
– Yo personalmente me ocuparé de Midoriya...
– Y yo de Shouto – Interrumpió Dabi con voz burlón, divertido de la mirada enojada que Tomura le mandó por cortarle su discurso. Los ojos rojos le miraron entrecerrados juzgándolo y retándolo a decir algo más, pero por el momento se calló.
– Como decía – Continuó Shigaraki – Cada uno de ellos tiene designado a un cuidador. Los vigilaremos de cerca y nos prepararemos para cualquier cosa. Esta vez no vamos a dejarnos engañar – Dijo seriamente, respecto a lo que sucedió con Bakugou la última vez – Mantenerlos como rehenes es el punto principal, lo siguiente está todavía en discusión.
– ¿Y en dónde entramos nosotros en todo esto? – Se obligó a preguntar Mr. Compress, pues todavía no le hallaba su participación en el plan.
– Es simple, ya que los omegas están bajo cuidado y supervisión las 24 horas, ustedes intentarán despistar a los héroes respecto a su paradero. Intenten que nadie les siga, porque si llegan a aparecer por aquí no solo ellos tendrán qué preocuparse de morir, ustedes también.
La amenaza sonó bastante comprensible pese a que ninguno de los ahí presente demostró en su rostro miedo. Dabi incluso se dignó a bostezar, como si aquella junta fuera más algo aburrido e innecesario que realmente una reunión importante del futuro de la liga.
– ¿Hablé lo suficientemente claro? – Preguntó Tomura dado que no escuchó respuestas de parte del grupo respecto a su amenaza de matarlos.
– Sí – Contestaron al unísono, con voz más cansada que realmente asustados o motivados. Shigaraki chasqueó la lengua, pero se puso de pie dando por finalizada la junta.
– Respecto a los omegas, no se atrevan a acercarse – Dijo su última advertencia – Están atravesando una etapa frágil y sencilla de manipular, pero si atacamos en grupo se sentirán amenazados. Será breve al respecto; no se metan.
Ahora sí, dejó de hablar dio media vuelta y comenzó a caminar para alejarse de ahí y salir en dirección a donde dejó a Midoriya. Dabi también se levantó, rodando los ojos y bajando los pies de la mesa antes de hacerlo, sin importarle menos el resto de gente que dejó ahí. Siguió la misma dirección que Shigaraki, presumiblemente para ver a su hermano.
Los que se quedaron ahí no se levantaron, esperaron a que los 2 alfas se fueran y desparecieran del campo de visión para poder discutir las cosas que de estar Dabi y Tomura ahí, solo provocarían gritos de enojo y ninguna respuesta. Todos los pares de ojos se dirigieron a la figura de Kurogiri esperando que la voz de la razón los ilumine o los elimine, lo que suceda primero.
– ¿Y bien? – Habló Twice cuando fue obvio que nadie más iba a decir algo. Kurogiri se tomó su tiempo antes de responderse al resto que seguían esperando.
– Los han marcado – Aclaró, solo por si alguien no se había enterado – Les comenté que no planearon esto solamente para atacar a la sociedad de héroes secuestrando a 2 de los estudiantes más fuertes; en realidad la razón es que son sus parejas predestinadas.
– El destino es tan romántico algunas veces... – Comentó Toga con voz soñadora, cosa que no venía ni al caso y de paso interrumpió una importante explicación.
– Ahora ellos también están atados; si los héroes logran otro rescate fructífero, las 2 partes podrían morir. Por eso es muy importante que no nos encuentren, y estoy de acuerdo con el plan de distraerlos con lugares falsos.
– Es fácil para ti decirlo, no serás el que ande escabulléndose de aquí para allá – Se quejó Spinner, soltando un bufido y recargando los brazos en la mesa.
– Procuren darles su espacio – Continuó Kurogiri como si no le hubiese oído – Un alfa territorial es mil veces peor que un villano rencoroso. Estarán de más mal humor que de costumbre, por lo que no quiero ningún truco hasta que el asunto de la estancia de los 2 omegas se solucione. ¿Entendido?
– Sí – Volvieron a contestar al unísono, ahora con un asentimiento de cabeza y con tono de voz decidido. Kurogiri estuvo satisfecho con la respuesta – Ahora vuelvan a ocuparse de sus asuntos – Dijo echándolos lejos de la mesa.
Todos se fueron y Kurogiri se quedó solo, pensando una y otra vez en su mente en cómo iban a salir de este problema. No existían muchas opciones viables pero más valía que todo fuera en orden si no querían que los omegas murieran, y por ende, sus compañeros también.
Se levantó, se sacudió la ropa y caminó con porte elegante lejos de ahí para también hacer lo que le correspondía y revisar que todo respecto a sus próximas misiones estuviera correcto.
–
La habitación fue ordenada conforme Todoroki quiso. Decidió matar el tiempo haciendo algo de provecho en lo que pensaba cómo salir de aquí. Después de todo, Shouto era un firme creyente de que el ambiente tiene que estar en armonía para que así la mente funcione.
Lo peor de todo, era que Todoroki no se sentía en peligro, y eso era lo que más le molestaba. Dabi era su hermano, ahora también su alfa, pero seguía siendo un villano que asesinó múltiples personas. Construyó su pequeño nido con lo que pudo y pese a no estar del todo satisfecho, no hizo nada.
Quería ver a Midoriya, preguntarle si estaba bien, qué pasó. Tragó saliva con dificultad mientras se acariciaba con la yema de los dedos el collar que tenía, la marca de dientes y la piel roja debido a la presión del aparato. Era para suprimir su quirk, lo cual fue un movimiento astuto y acertado de parte de los villanos.
Si era honesto, no quería ver a Touya, o Dabi, o quién sea que era este tipo. Si lo hacía, solo provocaría más confusión en su mente y dolor en el corazón. Pero tampoco podía mantenerlo alejado, era su alfa, lo necesitaba; para bien o para mal debía de tenerlo consigo, pero eso no significaba que estuviera a gusto con la idea.
Su estómago rugió con hambre, se llevó la mano hasta ahí. Estaba sentado en el suelo mirando un punto específico en el piso como si fuera lo más interesante, aunque por dentro se estuviera ahogando y perdiendo en sus pensamientos. Sus oídos captaron sonidos a sus espaldas y la puerta se abrió para que Dabi pudiera pasar.
– Hey, Shouto ¿cómo te va? Oni-chan te trajo algo para comer y que puedas cambiarte – Bromeó con él antes de volver a cerrar la puerta con lo que presumiblemente fue una patada.
Shouto no se movió, pero escuchó todos los movimientos que Dabi hizo a sus espaldas. Moviendo las cosas de aquí para allá, dejándolas en algún sitio, o qué sabía. Reunió toda la fuerza de voluntad que pudo y después de una larga respiración pudo hablar.
– No quiero nada de ti – Dijo muy seguro, levantando la cabeza con el mentón en alto, para que notara que pese a todo lo que le había hecho, aún conservaba su orgullo de omega. Hubo silencio unos segundos hasta que su hermano volvió a hablar.
– No hagas berrinches, me costó mucho conseguir esto – De cualquier forma Todoroki no se volteó, pero al estar en un lugar cerrado, el aroma de las cosas flotaba en el aire en un círculo infinito que Shouto estaba obligado a oler una y otra vez – Anda, no seas necio, come algo.
Como si de un niño pequeño se tratara, Shouto negó con la cabeza, manteniéndose de rodillas dándole la espalda. A Dabi le generó nauseas, aquello solo hacía que lo asociara con lo que pasó respecto a Enji y ese tema no era algo que quisieran hablar, al menos no todavía.
– Escucho el rugido de tu estómago desde afuera – No era cierto, pero por la forma en la que Shouto dio un pequeño respingo supo que el otro creyó su pequeña mentira. Bastaría para convencerlo y evitar que muriera de inanición.
– No me importa – Dabi no soportó más, pero no iba a hacer nada tampoco. Dejó las cosas y se dispuso a irse, ya volvería más al rato para ver cómo continuaba aquel numerito del omega.
– Está bien, como quieras – Le restó importancia al asunto encogiéndose de hombros, pese a que Shouto no le podía ver y su acción no tenía caso. Se aseguró de abrir la puerta muy ruidosamente para captar la atención de su hermano – Nos vemos, que pases buenas noches – Fingió despedirse, así el otro no sospecharía un regreso.
Salió y cerró para evitar escapes, soltando un bufido de exasperación y fastidio. ¿Por qué Shouto no podía ser siempre como en el celo? Durante ese tiempo se volvía tan honesto y cariñoso que lo único que Dabi quería era conservarlo para sí en una bola de nieve de cristal para que nadie pudiera dañarlo.
– Pero juro que si no ha comido nada... – Masculló hablando consigo mismo con frustración. Dejó sus palabras al aire pero dado al gesto que hizo en su cara y el ademán en las manos, fue claro que de no ser así, él mismo obligaría a Shouto a tragarse la maldita pizza que le había llevado.
– ¿Problemas en el paraíso? ¿Tan pronto? – Dijo Twice, burlándose. Casualmente pasaba por ahí y no perdió la oportunidad de poder comentar algo. La mirada azul de Dabi le heló la sangre y quiso desear no haber dicho nada.
Dabi se fue de ahí hecho una furia dejando a Twice estático y pensando qué hizo mal. Alternó su mirada entre la dirección en la que Dabi se fue y la habitación donde sabía que Todoroki estaba, negando con la cabeza y suspirando mientras se alejaba murmurando que ese no era su problema.
Dentro, Shouto mantenía su posición inicial. De espaldas a la puerta, brazos cruzados e hincado. Pero su estómago gruñó cuando el olor de la pizza llegó a su nariz y su omega interno casi llora cuando el olor de alfa de Dabi se fue desvaneciendo.
Shouto no quería aceptarlo, pero sus instintos le pedían aceptar. Dabi, su alfa, le estaba trayendo comida, y le dio una habitación privada para que esté. Lo estaba alimentando y dando cobijo como un buen alfa haría, no tenía razón para despreciar sus intentos. Pero los sentimientos de omega estaban muy separados de los de Shouto.
Pero eso no quitaba que seguía teniendo hambre, y no quería morir de inanición aquí. Su mente racional le pedía seguir el juego, mostrarse calmado y tranquilo antes de ir por Midoriya y escapar de aquí cuanto antes, eso si nadie los venía a rescatar pronto.
Dejó su postura hincada y se incorporó, al mismo tiempo que relajaba todo su cuerpo que todavía estaba duro y con los vellos de punta debido a la situación. Se acercó a donde Dabi dejó las cosas, un plato con 2 rebanadas de pizza y una botella de agua. Shouto se preguntó a qué pobre repartidor le quitaron el pedido. Si es que sobrevivió, claro.
Con algo de dudas tomó la primera rebana de pizza y la examinó cuidadosamente. Debía tener cuidado, mucho cuidado. No sabía si quizá algo estaba en la comida que le provocara un efecto secundario u otro celo igual de fuerte. Lo olió y probó un bocado pequeño, que pronto se convirtió en un animal devorando alimento dado lo hambriento que estaba.
No sabe desde qué día, hora, fecha, o como quieran decirle no ha comido, pero tiene mucha hambre, sed, sueño. Lo único que quería era regresar a la UA y estar rodeado de sus amigos, no de villanos y sobre todo, menos de Dabi. Sus ojos heterocromáticos se fijaron en las ropas de Dabi que cuidadosamente apiló en algunas áreas del colchón.
Odiaba tener que hacer eso, pero él tenía que aceptar que Dabi, un villano, su hermano, era su alfa. No podía cambiar eso, estaba predestinado y era sagrado. Así que no le quedaba de otra que atenerse a las consecuencias. Una de sus manos fue a donde tenía la marca de apareamiento y después de intentar quitarse el tonto collar que obstruía los quirks, decidió dejarlo, por ahora.
Shouto terminó de comer los 2 rebanadas de pizza y de beber el litro de agua que Dabi le llevó. No estaba fresca, si tuviera sus poderes eso sería juego de niños. Pero por el pequeño charco de agua que tenía la botella donde estaba asentada, supuso que de hecho Dabi si la llevó fría, pero él se tomó tanto tiempo que terminó calentándose. Lo mismo pasó con la pizza pero al revés.
Se preguntó si el beber tanto líquido sería un problema, puesto que en ese pequeño espacio no había baños y no quería gritar por ello. Como fuera, Shouto no sabía qué hacer respecto a su hermano, pero sí sabía que el olor de Dabi ponía sus pies a temblar y aceleraba su corazón. Tragó saliva, nervioso, y mirando a todos lados como si alguien fuera a verle, tomó una camisa de Dabi.
Fuera del aspecto ligeramente sucio que tenía la prenda –parecía que los villanos no conocían el terminó lavandería o no tenían tiempo para ello–, y de olores que pasarían por mugre y tierra, todavía podía distinguirse el aroma de alfa de Dabi en ella, incluso más para la sensible nariz de Shouto.
No es como si pudiera elegir, todas las prendas lucían igual y si quería el olor del alfa a limpio, tendría que llamar a Dabi, cosa que claro, no iba a hacer para nada porque no quería verlo ni en pintura.
De cualquier forma y haciendo caso a sus instintos primarios omegas, Shouto tomó la camisa y la apretó contra su nariz, gimiendo de satisfacción y cerrando los ojos porque su cuerpo se relajó al sentir el aroma. Fuerte, seguro, varonil, todo lo que un alfa debía ser para cuidar a su omega. Soltó un gemido atrapado por la prenda.
– Demonios... – Murmuró frunciendo el ceño, cayendo en la cuenta de qué hacía. Igual, no quitó la ropa de su cara – ¿Qué estoy haciendo? – Volvió a regañarse pero otra vez, no se hizo caso.
Olía tan bien, tan delicioso. Shouto se acomodó en el colchón y acercó más a sí todas las prendas que había, formando un nido nuevo más estrecho que el anterior; pero no quedó satisfecho hasta que decidió que se pondría una camisa de las de Dabi para dormir.
Fue una decisión difícil para Todoroki, pero su omega interno lloraba tanto que quería callarlo para dormir de una vez. Se abotonó la camisa blanca y después se volvió a acomodar en el colchón con las demás prendas y finalmente pudo conciliar el sueño por primera vez tranquilo desde que fue secuestrado.
–
Cuando Shigaraki entró en la habitación de Midoriya, lo encontró hecho un ovillo en una esquina de la habitación. No había hecho ningún arreglo en el lugar y por sobre todo, mantenía la ropa del alfa lo más lejos que se pudiera de él. Shigaraki se mordió el labio.
– Omega – Lo llamó, y aunque observó que el cuerpo del chico sí se tensaba al escuchar su voz, no sacó la cara de las rodillas que tenía abrazado. Intentó ser más suave y comprensible – Midoriya.
Entró en la habitación y cerró detrás de sí. Trajo una bandeja con 2 rebanadas de pizza y agua, no era la cena más nutritiva del mundo pero bastaría para que su omega se alimentara. Esta vez, Izuku sí levantó la vista, un poco, dejando apreciar sus ojos esmeraldas llenos de lágrimas por haber estado llorando. Aquello le dio una punzada al corazón de Shigaraki.
– ¿Cómo te encuentras? – Preguntó intentando hallar alguna plática entre ambos. Fue entonces que se dio cuenta que Midoriya se aferraba a una única prenda, su uniforme.
Le dolía a Shigaraki verlo rechazarlo de tal forma, pero no quería presionar antes de tiempo. Dejó la bandeja con comida por ahí y se sentó en el colchón, procurando no estar muy cerca del omega y no incomodarlo. Respiró hondo y suspiró, y por el lazo le comunicó a Izuku que todo iba a estar bien.
– Déjame empezar por el principio... – Tomura miró al techo reuniendo el coraje para hablar de su pasado – Mi padre era hijo de Nana Shimura, supongo que sabrás quién es. Ella lo abandonó, o es lo que decía él; yo quería ser un héroe pero esa palabra estaba prohibida para mi familia. Pasé años de dolor solo por un sueño, todavía no tenía mi quirk ni siquiera.
Los sentidos de Tomura se agudizaron cuando sintió a Midoriya moverse para acercarse un poco, pero no hizo nada que delatara que se dio cuenta. Se hizo al tonto, tragó saliva para continuar hablando de algo tan duro para él.
– A los 5 años ya me estaba resignando a ser un quirkless, no presenté nada todavía más que una extraña alergia a mi cara que se volvió asquerosa de tanto que la rascaba. Un día, mi hermana, Hana....
Tomura dejó una pausa breve antes de volver a decir algo, tomando un largo suspiro y exhalando por la boca para soltar el aire retenido, como si fuera algo necesario. Midoriya le miró de pies a cabeza, por el lazo sintió que era un tema que no le gustaba recordar a su alfa.
– Entré con ella al despacho de mi padre y me mostró una fotografía en la que aparecía Nana. Según sus palabras, dijo que todo cambiaría y que siempre me apoyaría para que en el futuro ambos nos convirtiéramos en heroes. No pensé que más tarde, mi padre llegaría a reclamarme por hurgar en sus cosas, diciéndome que los héroes no eran más que demonios que abandonaban a su familia con tal de jugar y que los que se convierten en héroes solo lastiman a sus familiares con tal de salvar las vidas de otras personas.
– E-Eso... – Shigaraki miró por el rabillo del ojo hacia el lado donde Midoriya estaba sentado. Era la primera vez que lo escuchó hablar o dirigirle la palabra sin estar tan agitado – Eso no es cierto.
– ¿No? – Dijo casi con burla – Dabi no piensa lo mismo – Hizo una pausa antes de continuar con su propia historia – Mi padre me terminó golpeando. En la noche me estaba quejando con mi perro... – Chasqueó la lengua – Diciendo cuánto odiaba a todos, no pensé que activaría mi don.
Ambos sabían muy bien en qué consistía ese don. Desintegrar cualquier cosa que tocara con los 5 dedos, o incluso a veces con 4, todavía existía mucho que ese don tenía por dar. Shigaraki estaba siendo testigo de primera mano de ello, lo que sería genial para alguien como Midoriya que le encantaba aprendes de los quirks, pero por cómo va la cosa, sentía que era más una maldición con la que no se debía de jugar.
– Terminé matando a mi mascota – Dijo tragando saliva – No supe qué hacer, eso fue nuevo. Mi perro desapareció de la nada y todo lo que quedó de él fue... Fue partes de su cuerpo en charcos de sangre...
Midoriya sintió que le recorrían escalofríos ante la imagen mental. Su Omega interno estaba llorando por reconfortar a su alfa en un momento tan vulnerable pero Izuku seguía teniendo miedo, combinado con un poco de ira. Pero tal vez, si escuchaba y entendía, habría alguna posibilidad de salvar a aquel niño herido que Tomura tenía dentro.
– Mi hermana llegó en el momento para disculparse ya que fue ella la maldita que me culpó. Cómo era obvio, vio a nuestro perro en tal estado y corrió. Quise detenerla para explicarle lo que había pasado pero al tomarla de la mano le terminé haciendo lo mismo que a mi perro. Fue un accidente, pero creo que no me arrepiento de ello.
La forma en cómo Shigaraki se encogió de hombros ante eso produjo un pequeño sentimiento de escalofríos en Midoriya. Era como si no le importara el asunto de haber matado a su hermana, que incluso le había importado más cuando sucedió con su perro.
– Los gritos de Hana llamaron la atención del resto, mi madre y mis abuelos vieron tanto a ella como a mi perro muertos. Yo era un niño, no sabía qué estaba pasando y como un idiota fui corriendo a abrazar a mi madre. No sé cómo funciona mi quirk exactamente, pero destruí lo que me rodeaba y la distancia fue tan grande que los alcanzó a ellos. En mi mente, pensaba que un villano nos estaba atacando... O quería creer que era eso.
La forma tan calmada en qué Tomura hablaba sobre eso, sobre su pasado a tal punto de que pareciera que se lo decía a sí mismo, hacía a Midoriya entender que aunque viera en él un niño que pedía ayuda, tal vez ya recibió toda la ayuda que quería, más no la que necesitaba.
– Mi padre llegó por el ruido y al ver todo el lugar destruido repleto de sangre y manos, tomó un palo y comenzó a golpearme – Se rió nasalmente cuando dijo lo siguiente – Todavía lo llamaba por ayuda antes de eso, creyendo que me querría lo suficiente para al menos responder a mi llamado de auxilio. No creí que me golpearía cómo si fuera un animal rabioso, atreviéndose a estar enojado preguntándome qué fue lo que hice, como si lo supiera.
La marca del enlace comenzó a picar en el cuello de Midoriya, sintiendo enseguida las ganas de rascarse. Era como si Shigaraki y él de alguna forma entendieran el sentir de cada uno, ambos despreciados por la sociedad que se supone debió protegerlos y entenderlos cuando eran solo unos niños indefensos.
– Tenía tanto odio e ira que me abalancé sobre él con todas las intenciones de tocarlo – Dijo Shigaraki con toda la frialdad y crueldad posible en solo esa frase, apretando los puños hasta que los nudillos se volvieron blancos – En ese momento actúe con la intención de matarlo. Un placer indescriptible recorrió todo mi cuerpo. Una parte de mí siempre quiso que eso pasara.
Shigaraki se mantuvo callado luego de eso, mirando al suelo. Dejó de apretar con furia sus manos para que una pudiera irse a su cabello tomando uno de los mechones pálidos que se miró con detenimiento, tragó saliva antes de volver a hablar.
– Esa vez mi cabello y mis ojos cambiaron de color, consecuencia de mi don. Originalmente eran negros, ambos, pero mis ojos se volvieron rojos y mi cabello perdió el color – Tomó una larga respiración como había estado haciendo desde hace tiempo cuando comenzó a contar la historia – Ningún héroe vino a salvarme.
Midoriya tuvo que reprimir decir cualquier cosa. Él desde pequeño fue fan de los héroes, como Tomura, y aunque también tuvo sus obstáculos por el camino, siempre hubo personas ahí para él. Cosa que el alfa nunca tuvo, se sintió tan mal. Él era su omega, debería hacer algo pero, seguía estando muy asustado y confundido para decir algo.
– Las personas que pasaban por allí nunca se ofrecieron a ayudarme, tal vez porque suponían que un héroe se encargaría de mí. Me ignoraron como si de una basura se tratara. Creí que todo lo que me sucedió era un castigo, y poco a poco hice que esos recuerdos desaparecieran de mi mente. Claro, hasta ahora.
Shigaraki se detuvo en su explicación y giró el rostro hacia Midoriya, el omega de inmediato se puso rígido y miró hacia otro lado, evitando el contacto visual. De cualquier manera Tomura ya sabía que estaba siendo escuchado, se sintió feliz por ello, de sacar eso de su sistema y de que hubiera alguien ahí para compartirlo.
Volvió a su posición inicial, con una sonrisa en su rostro. Miró al techo con los ojos entrecerrados para que la luz de la lámpara no le lastime y continuó hablando. Algún momento Izuku tenía que decir algo, después de todo estudio bien al chico y sabía que tendía a murmurar. Ahora estaba inusualmente callado pero eso no duraría.
– All For One me salvó. Me hizo entender que la culpa no era mía, sino de la sociedad por no haberme salvado antes. Él me terminó dando un hogar donde vivir y luego, de parte de un amigo, recibiría como un regalo las manos que fueron lo único que me quedó de mi familia.
Ahí Midoriya se fijó más en la apariencia del alfa, dándose cuenta que desde que se acostó con él y le llevó comida, no tenía esas manos que siempre le cubrían el cuerpo y especialmente el rostro. No mentirá, saber que eran de su anterior familia le dio algo de escalofríos.
– Ahora he aprendido a abrazar mis impulsos cuando sintiera necesidad de hacerlo; All For One fue quien me dio el nombre de Tomura Shigaraki, como un nuevo comienzo y también para ocultar mi identidad. Todo lo que viví, solo funcionó para estimular mi odio hacia los héroes profesionales y esta estúpida sociedad.
Volvió a ver a Midoriya y atrapó su mirada. Ambos se vieron fijamente a los ojos de forma hipnótica como si aquello en realidad no fuera una plática del pasado trágico de uno de ellos.
– All For One comenzó a prepararme para que me convierta en su sucesor – Observó que Midoriya dio un respingo ante ello y añadió – Algo que supongo, también pasa contigo con respecto a All Might, ¿cierto?
Izuku se mantuvo callado, no sabía qué decir. Escuchar la historia de Tomura, no perdón, de Tenko, le desgarró el alma. No solo por el hecho de que ya era triste en sí, sino porque también podía sentir todas las emociones a través del lazo y aquello no estaba matando. Le hacía ver que lo que Tenko decía podría no estar equivocado de todo.
– Soy actual portador del One For All – Terminó soltando incluso antes de que su mente procesara las palabras. Se sorprendió de ello y de inmediato se tapó la boca con ambas manos, mirando con asombro y miedo al alfa – ¡O-Olvida que dije eso!
No se suponía que algo tan delicado fuera a salir tan fácilmente. Era un secreto que Midoriya prometió llevar a la tumba, solo Kacchan sabía de ello en su grupo de amigos, ni siquiera Todoroki-kun. All Might iba a darle un sermón horrible cuando saliera de ahí. Es decir, si es que salía.
– No somos tan diferentes – Respondió Tomura con voz calmada, sonriendo de saber aquello respecto a lo que los unía más allá del destino – Guardaré tu secreto si también guardas el mío – Dijo mientras se incorporaba y se ponía de pie.
El alfa comenzó a tomar las prendas de ropa que eran de él para irlas poniendo en el colchón. Midoriya lo veía atentamente con sus ojos esmeralda, con precaución y también con curiosidad. Después de eso, Shigaraki tomó un suspiro recargando sus manos en las caderas, como si el trabajo fuera agotador.
– Descansa – Fue lo último que dijo, como si fuera una despedida, luego salió de la habitación dejando a Midoriya todavía confundido.
Miró la ropa en el colchón, con el deseo anhelante de algo que sabía no podía obtener. Se relamió los labios y se movió, pendiente de la puerta en caso de que alguien osara entrar en su pequeño espacio privado que no fuera Tomura. De ese modo, acomodó la ropa en puntos estratégicos hasta que se sintió satisfecho con ello.
Después pudo comer lo que Shigaraki le trajo porque en serio se estaba muriendo de hambre. Se tragó los 2 pedazos de pizza lentamente para saborearlos lo mejor que pudiera, ya que no sabía hasta cuando iba a volver a tener comida. Después bebió el agua como si fuera ambrosía, incluso algunas gotas se derramaron por su barbilla y garganta.
Se secó la cara con su manga, dejando las cosas sucias en un lado antes de regresar al colchón y acomodarse para dormir. Pero Midoriya sentía que algo faltaba, que su omega anhelaba y lloriqueaba algo en específico pero que no sabía qué era. Como fuera, se tiró en medio de colchón y se acurrucó en sí mismo, cerrando los ojos y esperando conciliar el sueño.
Tardó unos minutos así, los suficientes para escuchar que la puerta se abría de nuevo. Se tensó pero no se movió, se mantuvo así. Tragó saliva esperando que no se escuchara tan fuerte y fingió estar dormido. Poco a poco sintió el peso de alguien hundirse en un lado del colchón. Sabía quién era, el olor extrañamente embriagador se lo dijo, por ello no intentó moverse.
– Buenas noches, Midoriya – Le dijo la voz de forma suave y baja. Su cuerpo se volvió en un estado de relajación agradable y finamente se durmió.
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