-26 En la Mira / Especial-

Nota: Helloooo daaa muchos aquí de nuevo Vegitto y yo para traerles al fin CAP!! Estas fechas nos han consumido horrible, pero claro también los disfrutamos con todos nuestros seres queridos. :')

Sin más , y algo atrasado este cap será un especial de año nuevo !! Y como no antes de seguir desearles un buen inicio, las buenas vibras y amor a cada uno de ustedes 😍😍.

Ya ahora sí, continuemos con ello!!!!!




Pov Hiro

Ya había pasado una semana de lo ocurrido con aquel lobo negro, Tía Cass no recuerda mucho de esa vez. Leo aseguro que no recordara nada de hombres lobos, para ella se la hecho una simple mal sueño que tuvo.

Sin embargo, la estadía de Héctor en el café ha hecho que las cosas estén un poco más relajadas. Mi hermano aún estaba recuperándose de sus heridas, pero, lo que ahora le molesta es como lo trata el nuevo miembro de Lucky Cat. Sinceramente me da mucha gracia el ver cómo intenta acercarse a Tadashi y él solo refunfuña porque no le cae muy bien.

-¡Ey Ey ey! ¡¿A dónde lleva eso mi chinito?!- habló Héctor quién se acerco rápidamente a mi hermano quién intentaba levantar una bandeja de platos sucios.

- Ahhh...déjame solo. Yo puedo hacerlo. Y deja de decirme "mi" que no te pertenezco.- respondió Tadashi volviendo a levantar la charola.

-Ya te dije que aún no estás rebueno para esto. Además tu estás en semana sabática no puedes hacer nada bien aún.

- jajajaa creo que a alguien lo están tratando como un bebé- burle desde la caja registradora.

- ¡No soy un bebé! Y tú deja que las haga, puedo hacerlo no hay necesidad- sin más levantó la charola con algo de brusquedad, pero su mano que no estás yesada comenzó a tambalear. Cuándo los platos estuvieron de salir volando, Héctor tomo a mi hermano por la cintura y con la otra ayudó a no tirar los cubiertos. Pude notar perfectamente, como las mejillas se le tornaban rojas y su mirada se cruzaba con la de Héctor.

Me quedé asombrado por la escena que estaba sucediendo en ese momento, no tardó demasiado cuando Tadashi me miró y se separó como pudo. Se quedó callado y siguió con sus cosas , Héctor y yo nos quedamos viéndo irse.

-Vaya...que trae unos buenos corajes tu hermano chinito chiquito...

-No está acostumbrado a tu forma de coquetearle.

-Woo, ¿Sabes que le estoy echando los perros?.

-Claro que si. Siempre Miguel lo hacía antes de pedirme ser su novio, son muy atrevidos.

-Bueno, es que si se la piensa uno, ya no se puede después. Además así me gusta de renegones, ¿Así es él?- se acercó al mostrados y se recargo un poco.

-No es así. De hecho es una persona muy amable y accesible, pero como te digo no le gusta que sean tan atrevidos de esa forma.

-Ya veo, ya veo.

-Disculpa Héctor, ¿Podría preguntarte algunas cosas?.

-Claro que si mi Hirito. Dígame para que soy bueno.

- Verás...es más sobre ti.  Habías dicho que has convivido con lo humanos por años...pero...¿Qué piensa tu tribu? ¿Por eso te sacaron de ello?- Héctor estaba a punto de tomar una taza usada que estaba en el mostrador pero se detuvo en seco. Su mirada estaba perdida y parecía dolorosa.- Héctor...

- Hiro, jamás habló de ello pero...solo te diré una sola cosa. No fue por el motivo que haya convivido con los humanos pero, a veces, defender algo con todo y pasión...puede desatarse un sin fin de caos.

-¿Qué fue lo que sucedió?- tomó la charola de nuevo y suspiró.

- Tranquilo pronto te lo diré , cuando sea si debido tiempo. Además no quiero espantarse con ello. Bueno debo continuar.- me dio una leve sonrisa y continuó sus labores. Yo me quedé algo confundido por su respuesta, ¿Qué fue lo que había sucedido?, ¿Porqué tenía una expresión tan triste?.

Sacudí un poco mi cabeza para no estar pensando en ello, no quería intrometerme en sus asuntos, que tal era algo incómodo o muy personal. Cuando estuve a punto de entrar a la cocina, la campanilla de la puerta sonó, miré para decir los buenos días pero me quedé en silencio al ver quién era a la entrada.

Un hombre alto, algo mayor, con ropas muy elegantes, su piel era blanca y podía ver qué para la edad que tenía se veía muy rejuvenecido. Observaba con mucha atención el lugar, de arriba hacia abajo como si buscará algo en específico. De inmediato sus ojos se enfocaron en mí, pude notar que en su rostro se había formado una sonrisa, poco a poco fue acercandose a dónde estaba.

Un escalofrío intenso recorrió en mi cuerpo, como si algo tenebroso estuviera pasando en ese momento. Sentía como mi corazón comenzaba a latir como loca, si supiera que aquél hombre lo había visto y tenido un horrible encuentro. Me quedé inmóvil viendo como llegaba y tomaba uno de lo banquillos del mostrador.

- Me puede servir un chocolate caliente, por favor.- habló aquél hombre sin dejar de sonreírme tan sinicamente.

-Si en un momento se lo preparo.- me di media vuelta para tomar la tetera caliente, podía sentir como su mirada permanecía clavada en mí

-¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí?- dijo aquél hombre.

-Yo vivo aquí señor. Soy miembro de la familia de la dueña.

-Ya veo. Es nuevo verte por aquí, casi siempre veo a tu...¿Tía?- lo miré extrañado por como empezaba a hablar conmigo. Le serví su café y solo le dio un sorbo sin esperar si estaba demasiado caliente o no.- Parece que dirás como es que sé de tu tía . Tranquilo ya he venido antes por aquí, ella me hablado de lo encantandores que son sus sobrinos.

- Con que por eso...

-Si lamento dirigirme tan descortés.

-No se preocupe a veces cometemos errores...- respondí para volver a colocar la tetera en su lugar.

-Si es error meterse en asuntos ...ajenos...

-¡Hiro!- oí la voz de Kubo quien entraba emocionado al café.-  ¿Ya sabes que día es hoy? ¡Es fantástico!- cuando se acercó al mostrador de inmediato su expresión se torno sería al ver aquél hombre que estaba hablándome. El tipo sonrió levemente y dejó el dinero en el mostrador.

-Bueno, fue un gusto desayunar aquí. Nos vemos pronto. - el tipo se levantó y se retiró. Kubo no dejo de mirarle, de pronto solo suspiro y volvió a mirarme con alegría. Me sentí extrañado por aquel comportamiento que hizo, jamás lo había visto de esa forma.

-¿Qué es lo qué querías decirme?...- hablé para romper un poco la tensión.

-¿Qué acaso no sabes que día es hoy?

- ¿Martes?

-Hiro, ¿En serio no lo sabes?- negué con la cabeza, Kubo de inmediato sacó una pequeña invitación, quién no tardó en darmelo.- ¿En qué mundo vives? ¡Hoy es fin de año! Mi abuelo y yo los invitamos a la cena en nuestra casa.

-Espera....¡¿Hoy es 31?!

-Sip.

-Kubo...lo siento pero hoy me quedé de ver con...

-Shh shhh shh, se que verás a Miguel así que lo invite también.

-¿Pero y su familia? No creo...

-Hiro,calma. Leo me explicó que los hombres lobos no celebran el año nuevo como nosotros, ellos su año nuevo comienza el segundo día de Enero. Así que no hubo problema en que vinieran. También Héctor puede venir.

- Ah...pero..yo..

-¡Vamos Hiro!- salió mi Tía Cass estrujandome por las espaldas.- ¡Este año no vendrán los abuelos y tu tío Ben!¡Aprovechemos la invitación!

-¿Verdad que si Tía Cass? Vamos Hiro - se acercó un poco para susurrarme- además puedo ayudarte a que estén solos ustedes dos.

-Shh Kubo.- sentí cómo mis mejillas subían de temperatura.- Está bien ...nunca he ido a conocer a tu abuelo también.

-¡Ya está dicho! ¿A qué hora será mi pequeño Kubo?

- Pueden ir a la hora que gusten Tía Cass, mi abuelo estará muy agradecido con ello.

-Muy bien entonces, iré a decirle a Kyle y a tu hermano mi niño.- dijo mi tía para volver a ir atrás en la cocina. Suspiré buen poco al intentar digerir toda la información, sin embargo había algo qué quería hablar con Kubo. Ese tipo tampoco me dio muy buena espina y por lo visto él también lo conocía.

-Oye Kubo...sobre el tipo de hace un rato. ¿Lo conoces?

-¿Mmm? No exactamente...pero- suspiro y tomó asiento en una de los bancos.- hace un par de días, había hecho un pedido a Tía Casa. Cuándo había llegado en el supermercado ese hombre se acercó a mí de una manera algo extraña. Pensé que solo era un cliente de la tienda pero esa sonrisa que tenía en su rostro, me hizo desconfiar de inmediato. Después de eso, siempre me lo topaba camino a casa. Por eso cuando lo vi aquí me hizo extrañarme más.

-Sabes, también cuando llegó no dejaba de observarme...

-¿Será algún acosador?

-No lo sé. Mandaré a minibaymax para que cuide la casa está noche, también a Baymax...no quiero que vuelva a pasar algo malo de nuevo.

-¡Mi chinito va a venir a la cena!- la voz de Héctor resonó desde la cocina, no tardó unos segundos oírse tambien un grito de mariachi. Tadashi salió totalmente sonrojado y evitando las miradas de los comensales.

-Ni se les ocurra decir algo sobre esto.- nos apunto a ambos y subió a la habitación. Kubo y yo nos miramos y comenzamos a reír, al parecer también los lobos van tras mi hermano mayor. Sin embargo, está vez sería la primera que la pasaré con alguien con quién amo con todo mi corazón. ¿Cómo reaccionara Miguel a esto?.

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-¡Bienvenido familia Hamada!- nos abrió un Kubo alegre, en su cabeza llevaba una especie de diadema con el año que venía. Habíamos decidido ir a las 9 de la noche para pasar un poco más de tiempo, bueno en realidad Tadashi ya quería venir lo antes posible, Héctor no había dejado de molestarlo con lo bien parecido que se veía. Tía Cass había preparado un delicioso panque de mantequilla para compartir con los demás, no tardó en encontrarnos un hombre mayor, cómo podía se acercó a nosotros. Uno de sus ojos estaba de color griseaseo, recuerdo que Kubo había mencionado que su abuelo tenía ceguera en uno de sus ojos y en ocasiones no podía andar de manera normal por su hogar.

-Sean bienvenidos.- habló su abuelo- Esperemos que está noche sea de su agrado, mi nieto me ha hablado demasiado de ustedes. Es agradable conocer a su jefa y amigos.

- También es un gusto. Ellos son mi hijo Kyle y mis sobrinos. Tadashi y Hiro. También nos acompaña otro joven trabajador del café, aunque también es parte de la familia, Héctor.

-Ay patroncita.- habló Héctor haciendo un ademán de ternura.- es gusto conocerle señor.

-Igualmente. Pasen y sientanse- sonrió y nos dio permiso de entrar. Cuando entramos ya en la sala se encontraba Miguel, Marco, Leo y la pequeña Coco quien no dudo en correr y abrazarme con fuerza.

-Mi chinito que bueno que llegas- se acercó Miguel para darme un pequeño abrazo.- Coco quería venir a ver la ciudad, lo bueno es que mi papá no está si no, ni la dejaba.

-Le dijimos a mamá Elena que veníamos de caza. ¡Vives en un lugar maravilloso Hiro!- exclamó Coco.

-¿Te gusta? Bueno puedes venir cuando quieras...solo que no levanten sospechas.

-¡Claro que no!

-Oye Coquito, ¿Quieres un poco de pastel?- preguntó Kubo quien se acercó.

-¡Si si!- dio unos pequeños saltos y lo tomó de la mano, Leo sonrió y no tardó en acompañarlos.

-Vaya y que, ¿Tú no me vas a saludar cariño?- dijo Marco dirigiéndose a Kyle quien apenas estaba tomando asiento.

-¿Y porqué debería, "cariño"?- sonrió maliciosamente. A estás alturas no puedo creer que a ambos les guste molestarse entre sí, parece una muestra de cariño algo extraña.

Las horas estaban pasando de manera muy rápida en casa de Kubo. No tardaron también en acompañarnos Honey Lemon, Gogo y Wasabi, ya hacía mucho tiempo que no trataba con ellos, Fred no había podido ir por razones familiares, tenía que ir a un viaje con sus padres a Tokyo. Era un sueño que Fred había tenido desde hace un tiempo, pues aparte de celebrar el año nuevo, iba a ver una gran convención de cómics en aquel lugar.

Para ellos les había sido una sorpresa de que estuviera saliendo con un chico, Gogó ya había supuesto que terminaría casándome con la robótica y jamás tener una cita. Sin embargo, Miguel pareció agradarles a todos, Honey congenio con él de inmediato pues, comenzó a platicar que había visitado años atrás Santa Cecilia a una reunión familiar.

El ambiente me había relajado bastante, jamás había estado en este tipo de festividades cerca de amigos y familia. El año pasado lo había pasado en cama por una fractura de brazo y pierna que los idiotas de Nick me habían hecho. Hablando de ellos, desde aquella vez que los enfrente, no habían vuelto a dirigirme la palabra, ni mucho menos a acercarse a mí. La directora Grandville había visto las grabaciones de las cámaras de seguridad, no se levantó sospecha de mis habilidades, supuso que era un "método de defensa" y me dejó fuera de castigo. Honey Lemon había ido hablar conmigo pero, tampoco levantó sospecha alguna, solo estaba sorprendida de que haya reaccionado de esa forma.

Para ser franco, este año estuvo lleno de sorpresas. Nunca creí que me enamoraría de un chico que guardaba un gran secreto, el descubrir que la ficción puede superar la realidad. Sin embargo, también lleno de terror y peligro, el haberme unido a él, muchos lobos llenos de ambición estuvieron detrás de mí. Mi familia, amigos, pero el saber que puedo contar con ellos puedo superarlo de cualquier forma.

Suspiré y bebí un poco de ponche, miré de nuevo a mi alrededor y vi cómo la alegría estaba en cada uno de nosotros. Olvidando lo malo que había pasado hasta este momento,en verdad amaba tener a alguien quien pudiera contar, cuando más lo necesitaba ahora.

-Hiro...- la voz de Miguel me llamó haciendo romper mi pensamientos.- Ven acompañame.

-¿A dónde? Ya casi es media noche y...

-No tardaremos. Ya le dije a tu Tía sobre tu ausencia.- miré en dirección a donde estaba mi tía y ella solo me guiño el ojo. Reí un poco y asentí, Miguel me tomó la mano sacándome de allí sigilosamente. Al salir al calle comenzamos a correr a mitad de la calle riendo con fuerza. Agradecía de que no hubiera autos a esta hora, podía detectar levemente el perfume de Miguel en el viento era algo nuevo en mi jamás había percibido tan claramente el aroma de alguien. Mi corazón palpitaba con fuerza, llenándose de adrenalina, mis piernas pedían más velocidad, el calor desbordante ya estaba rodeando todo mi cuerpo.

Sin decir nada, Miguel me jaló hacia él, me tomó y me llevó a su espalda. En segundos su cuerpo se transformó, me llené de sorpresa aún estábamos en medio de la ciudad.

-¡¿Miguel?!

"Tranquilo Hiro, nadie está fuera de sus casas. Así que podremos correr sin necesidad de escondernos"

-¡¿Pero si alguien nos ve?!

"Lo dudo mucho. Así lo hice una vez cuando tenía 12 años. Los humanos están totalmente enfocados en sus casas que no ven qué sucede en las calles, además ya estamos cerca de dónde te llevaré"

Su velocidad comenzó a aumentar, me sujete con fuerza el viento golpeaba en mi rostro. No me molestaba en absoluto, me sentía libre, una nueva sensación adictiva. La última vez que me había llevado así no lo había sentido de esa forma. Noté que no estábamos yendo en dirección al bosque donde vivía Miguel, está vez tomamos una ruta que llevaba al mirador público de San Fransokyo. Recuerdo que cuando tenía 6 años, Tía Cass nos había llevado para mirar los fuegos artificiales, ya que decía que era una hermosa imagen para recordar. Pero por mala suerte, enferme y estaba hirviendo en fiebre, así que tuvimos que regresar a casa.
Jamás regresamos allí.

Miguel comenzó a bajar su velocidad para llegar a ese lugar. Primero estuvimos caminando sigilosos por los arbustos, buscando que otras personas estuvieran allí, por suerte, no había ninguna por allí. Me baje con cuidado de él y miré con asombro aquella imagen que había captado. La ciudad se veía tan hermosa, la luna llena estaba haciendo presencia en los cielos adornando todo. Si lo miraba más se parecía como aquellas fotografías que subían a internet, pero está vez no eran un montón tomó de píxeles frente de mí.

-Woow....es fascinante...

-¿Verdad?- se acercó Miguel ya en su forma humana. - ya había venido antes aquí. Aún no te conocía, pero, recuerdo que fue la segunda vez que logré ver a gigantesco robot rojo pasar por la ciudad. Pensé que se trataba de un avión o algo pero, descubrí que no.- me quedé en seco cuando hablo sobre ese robot. Sabía perfectamente que hablaba de mí en mis patrullajes. Pero a estás alturas él no sabe nada de Big Hero 6.

-Pero sabes...- continuó- eso fue lo que más me hizo llenar de valentía para ir hacia ti. Sentí que eso era una gran conexión con el color rojo...

-¿Y por eso me trajiste aquí?...

- No solo por eso. Tía Cass me había platicado sobre lo sucedido cuando eras pequeño...así que quise cumplirte está noche ver los fuegos artificiales juntos...

-Miguel...-me sonroje al oír lo último. ¿Por eso arriesgó su identidad para traerme aquí?

-Y cómo me explico Kubo sobre año nuevo en los humanos, supuse que esté lugar es perfecto para terminar esta etapa.

-Miguel yo...

-Shh...ya es media noche- me miró y sonrió tiernamente. De inmediato el sonido de los fuegos artificiales comenzaron a sonar. Los hermosos colores pintaban los cielos oscuros, los reflejos de la luz coloreaban cada edificio de la ciudad. Las lágrimas de mis ojos comenzaron a caer por las mejillas, lo que me hacía sentir culpable por aquella vez, el haber no podido de ver en aquellos años, lo había hecho ahora que podría recordar para siempre. La mano de Miguel se entrelazó con la mía, lo miré y podía ver aquella hermosa sonrisa llena de aquellas luces, me había dado cuenta en ese momento que no estaba solo. Mi destino desde ahora estaba junto a él y no importaba nada desde ahora.

-Feliz año Hiro.

-Feliz año Miguel.- sonreí limpiando mis lágrimas. Sin embargo sentí como Miguel levantaba mi mano. Me extrañe un poco al ver qué estaba buscando algo en su bolsillo.- ¿Miguel?...¿Qué haces...?

- Sé que los humanos hacen este tipo de cosas para unirse para siempre, pero, esto lo hice para hacerte una gran promesa.- ví cómo sus ojos estaba aquella determinación. Mi corazón latía como loco al ver qué intentaba hacer, sin embargo, no podía hacer nada ahora por las emociones en lo cabeza.- Hiro Hamada...

-¿S-si...?

-Este anillo que he hecho para ti. Prometo que haré todo lo posible para estar siempre juntos y que algún día poder hacer una familia...

-Pero ...tu familia..me...- no logré terminar de hablar cuándo sentí sus labios sellarlo con los míos. Cuando se separó colocó su frente contra la mía.

-No importa lo que pase Hiro. Te protegeré con mi vida si sucede algo con ellos, pero, no estamos solos. Te amo mi chinito y sé que lo podremos lograr.

-Miguel...también te amo.- sonreí mientras envolvía mis brazos en su cuello, su aroma me daba paz, me envolvía en un mundo en el que sólo existiamos. No me importa lo que venga desde hoy, lucharé por estar siempre a su lado, igual es mi promesa.

Nos quedamos aún unos momentos más allí, pasaba mi mano en el aquél anillo de color azul, tenía detalles hechos a mano. Recosté mi cabeza en su hombro aún observando aquél hermoso paisaje, una noche en que el mal no nos observaba.

Sin embargo, aquél tipo de la mañana yacía observandonos desde la oscuridad. Tenía razón Kubo, ese hombre tenía malas intenciones...y una de esas era acercar más a los Colmillos de Plata....


Continuará.........










De parte de Vegitto y yo:

¡Les deseamos un feliz año nuevo! ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

¡Nos vemos en la siguiente!❤️❤️❤️😍😍











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