=13 Protección=
Pov Marco
Miguel y yo fuimos invitados al desayuno con la familia del chino, nunca me imaginé estar en un lugar dónde humanos llegan para alimentarse de paso.
Después de un tiempo llegó la señora Cass, primera vez que me presenté con ella, pues la última vez que estuve aquí, entré golpeando a mi primo y asustando a todo mundo. Lo bueno, es que la señora Cass no se molestó por aquél día, es muy amable y atenta, tenía razón mi primo, la idea sobre los humanos esta muy equivocada.
-Bueno ya que estamos todos aquí, ¿qué tal si desayunamos todos juntos?- dijo la señora Cass quién ya estaba tomando sus cosas del mandado.
- No habría ningún problema- respondió Miguel.
-¡Se ha dicho!, Hijo, ¿puedes ir calentando una tetera de café?- con que ella es su madre, para ser exactos si lo hizo con demasiado amor suegrita, para que saliera ese chinito tan interesante.
- Claro que sí- respondió Kyle, mientras entraba a la cocina del café, la señora Cass sonrió y caminó hacía la planta de arriba. El olor penetrante del café inundaba mis sentidos, jamás había estado tan cerca a estos aromas, ahora entiendo por qué mi primo tenía curiosidad en conocer su mundo.
Miraba a mi alrededor, viendo cómo la gente que apenas llegaba tomaba de sus alimentos, hablan de sus trabajos, relaciones, metas, estudios, bueno, un sin fin de cosas. Todo eso, nunca lo veíamos en nuestra familia, si somos muy unidos pero, todos estamos en nuestro propio mundo, nuestras reuniones familiares siempre eran temas de caza, órdenes de los de Plata, migración y trabajo en casa. Después de que en Santa Cecilia nos descubrieron, todos esos temas de conversación se terminaron y se volvieron serias.
Nunca dudé en darme una escapada a espaldas de Miguel, pero cuándo estaba a punto de cruzar la calle, el temor de que nos descubrieron me inundaron, y no lo hice. Sin embargo, por el coraje que me hizo pasar cuándo huyó de casa y se vino a meter aquí, hasta el temor se me fue y lo único que quería hacer es darle una paliza.
-¡Por todos los cafés del universo!¿¡Qué pasó aquí!?- oímos cómo los gritos de la señora Cass venían de arriba, Kyle salió espantado de la cocina para dirigirse a la cocina. Hiro se puso demasiado rojo acompañado de mi primo, ya sabía más o menos que dejaron allá arriba, el chinito se fue corriendo cómo si lo estuvieran siguiendo. Miguel y yo no tardamos en llegar arriba, pero cuándo llegamos me llevé una gran sorpresa, todo estaba desordenado cómo si un tornado hubiera pasado.
-¿Qué estabas haciendo enano?- preguntó Kyle al chino que estaba a punto de morirse de vergüenza. Mientras veía todo el desorden pude notar leves rasguños en la pared, me llevé inmediatamente mi mano a mi boca para no soltar la risa. Este par de culecos andaban cómo fieras.
- Es que.. estaba enseñándole a Miguel...un...proyecto pero este...se..
-Se salió de control porque Mochi emm...-termino mi primo la oración del otro.
- ¡Las paredes! ¡Dios bendito...!- exclamaba la señora Cass- ¿¡Pero de qué especie de proyecto!?
- Uno dónde se descontrola la calentura- respondíu con una sonrisa ladina, sin embargo, Miguel me dió un codazo en la costilla.
-Es un simple proyecto Tía, pero cómo dijo Miguel ammm batallamos un poco con Mochi.- siguió excusándose Hiro, a mí esas ni me las comería mamá Elena.
-Y...¿Dónde está Mochi?- preguntó Kyle mirándole sin expresión alguna.
-Oh quién sabe si ese gato no se llamé Mochi...- dije mirando a Miguel, él solo me miraba con odio al ver que estaba intentando dar mis señales de que ese "proyecto" fue símbolo de su descarriladas hormonas.
- Sea lo que haya sido, ayúdenme a recoger todo esto...- dijo la señora Cass masajeando sus clientes, Miguel y Hiro se veían mutuamente, lo más seguro eran mensajes de muerte por no haber limpiado sus desórdenes desde hace rato. Después de un buen tiempo, terminamos de desayunar con la familia Hamada, son muy amables excepto por el chino con cara de mamón que ni yo podía hacerle cambiar. En todo el desayuno solo dejaba salir un simple comentario pero nunca decía más allá, cuándo al fin terminamos Miguel y yo decidimos regresar a la tribu, pues lo más seguro ya deberían estarnos buscando.
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- Con qué...ya te echaste al chinito ¿Eh, primo?.- le dije a Migue mientras lo acercaba a mí por un abrazo por su cuello.
- No se de que hablas Marco...
- Ay ajá, si bien reconocí tus rasguños por la pared, y más a parte que salieras con la ropa al revés era más que obvio.
- ¿Y porqué debo de contarte si tuve o no cosas con Hiro?- respondió con el rostro completamente rojo.
- Porqué ya me debes muchas de que te cubro. Al menos deberías pagarme por todo lo que he hecho para que no salgas mal.
- Agh, pero eso no tiene que ver que te cuente.
- Además, ¿Cuántos años tiene el chino?
- Hiro acaba de cumplir los 24 hace unos meses...
-No, de él no. El otro chino.- Miguel me miró extrañado.
- ¿Kyle? ...mmm, me dijo Hiro que tenía 28, ¿Porqué preguntas por él?
- Curiosidad primo querido, curiosidad...¿Cuándo irás a ver a Hiro? Quiero acompañarte.
- Woo, parale a la carreta.- dijo Miguel quién me empujó un poco para salirse de mi agarre- ¿Porqué ahora quieres acompañarme?
- Bueno, sinceramente, conocer la vida de los Hamada me hizo tener cierto interés en conocer la ciudad.
- ¿Seguro que es eso?.
- Oye...¿De qué me crees?- hice un especie de además cómo ofendido, pero la verdad no quería decirle a Miguel que tengo curiosidad del primo del chinito - Si te digo que tengo curiosidad es porque tengo curiosidad.
-Pues...- Miguel hizo un leve silencio, tal vez no está muy convencido de lo que estaba diciendo, pero al final sólo cedió- No lo podré ver hasta mañana en la noche, tiene proyectos y demás pero...si tú "curiosidad" por ir a la ciudad, pues, te haré la balona.
- Mmm me interesa, es un trato primo, vete inventando algo para era noche. Dile a la San Juana que te ayude.- dije mientras me adelantaba un poco.
- Espera, ¿Y hasta que hora piensas volver?.
- ¡Después de la media noche!- grité un poco ya que me estaba alejando de él, debía hacer unas cosas antes de mi hora de salida. Vamos a ver qué andadas se anda el chinito esté.
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La noche había caído por completó, Miguel, Leo y yo corrimos a la orilla del bosque para entrar de vuelta a la ciudad, pero está vez, yo era él que iba ir solo a este paseo por ella. La luna estaba a todo su esplendor y era fácil que alguien nos viéra en nuestra forma, sin embargo, los humanos de por aquí siempre van muy distraídos con sus celulares o perdidos en cualquier charla.
-Bien, ya estamos aquí- dijo Miguel mirando el camino, para que pudiera seguir sin levantar sospecha.
-¿Estás seguro de esto Marco?- preguntó Leo mirando con algo de miedo.- ir sólo es muy diferente que los tres vayamos sin problema.
- Tranquilos, se defenderme si pasa algo.
- Si pero, no intentes darte el lujo de transformarte para intimidar.
- Ya sé, tranquilos sólo, andaré por lugares cercas de por aquí.
-Agh, está bien. Les dije a la familia que tardarías un poco por que ibas a vigilar este lado del bosque. Así que tienes todo tu tiempo libre, Coco también nos ayudará a ocultar tu paseada.- dijo Miguel.
- Ándale así si baila mi hija - tomé los cachetes regordetes de mi primo y los apreté un poco, sólo el se quejó. Sin más, salí de los arbustos y comencé a caminar por la calle, miré por última vez a aquellos dos para despedirme. Seguía mi camino y miraba a mucha gente estando de noche, había grupos de jóvenes, parejas, otras que ni sé que eran, algunos chicos malos cómo diría mamá Elena por usar ropas oscuras y motos. Para mí era algo nuevo, una nueva cara de San Fransokyo diferente a la que vemos Miguel y yo por el día.
Llegué a la calle del café de los Hamada, me coloqué mi capucha de mi chaqueta azul, para que al menos no pudieran reconocerme de inmediato. Me asomé un poco por la gran ventana, ya no había muchos clientes en el lugar, ya veía a la señora Cass levantando tasas y acomodando mesas, seguí buscando a la persona que quería ver, de la cocina salió Kyle ya quitándose el mandil.
Ví que algo le decía la señora Cass a su hijo, quién esté no se opuso, tomó al parecer unas llaves y se dirigió a otro lado. Seguí buscándolo para de dónde estaría sin embargo, un sonido de motocicleta llamó mi atención, rápidamente, me oculte en unos botes de basura que estaban cerca asomándose para ver quién era. Para mí sorpresa, en una moto color negro de aquellas que solían salir en las películas que tiene mamá Elena en su caja privada, qué bueno nunca fue privada, totalmente intacta y muy bien cuidada.
De pronto un leve olor a café llegó a mi olfato, ese aroma que me encantaba provenía del conductor, que pude reconocer de inmediato. Ese era Kyle, podía ver sus ojos que aún no eran cubiertos por el protector del casco, volvió de nuevo arrancar sue moto. Salí de mi escondite y ví cómo iba alejándose de mí, al menos supe cómo es su aroma así que no lo perdería en seguirle.
Después de unos minutos de correr tras de él, ví que llegó a un supermercado, pero el problema allí es que había un grupo de tipos que no dejaban de era a Kyle desde que llegó. Yo aún estaba ocultó para que no supieran que lo estaba siguiendo, los susurros de los tipos de dirigían en especial al chino, no creo que les deba algo si por lo que me contó Miguel, él vino de visita a aquí, dudo que ya tenía pendientes aquí.
Seguí esperando a que saliera, los tipos no se movían de la motocicleta de Kyle, miré a mi alrededor y la calle ya se había hecho menos transitada, cosa que me estaba dando mal espina. La tienda dónde había entrado, ya estaba comenzando a bajar sus cortinas, así que no tardó Kyle en salir, ví que no traía ningún cosa es sus manos, tal vez sólo fue a un simple mandado.
En cuánto la cortina bajó y ahora el lugar se quedó por completo sólo, Kyle ya estaba a punto de subirse cuándo los tipos le empezaron a hablarle.
-Mira, mira que tenemos aquí- dijo uno de los tipos que era mucho más alto que Kyle, su cuerpo se notaba que tenía mucha fuerza que el de el chino mamón.- Mis amigos y yo queremos algo, que tú nos podrías dar.- los demás tipos que le acompañaban se reían junto con él.
Eran 6 contra uno y Kyle no decía nada sólo los miraba en unos segundos y continuaba preparándose para irse. No inventes chino, te la están cantando estos weyes y tú ni en cuenta. Pero el líder de ellos parecía que le molestaba que no le contestará, así que tomó a Kyle para que le mirara a los ojos, pero éste le soltó un puñetazo.
El tipo lo soltó y se llevó su mano a su rostro, de pronto el olor a sangre me llegó a mi nariz, ese golpe le vino con todo y premio. Sin más, el tipo le devolvió el golpe tirando a Kyle al suelo, los demás no duraron en meterse para golpearlo también. Yo comencé a molestarme de que no pudiera ser nada, no podría ir delatar que estaba siguiéndolo, pero los gritos de dolor de Kyle me hacían quedarme quieto sin saber cómo reaccionar. Debía hacer algo de inmediatamente.
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Pov Kyle
-¿Crees que con golpearme te irías así? ¡Dame todo el maldito dinero!- gritó el líder quién no dejaba de golpearme.
-¡Ya te dije que no!- respondí molestó y adolorido.
- ¿Así?...con que no...¡Te vas a morir!- gritó y ví que su puño se levantó, cerré mis ojos esperando su intención de hacerlo sin embargo, el grito de dolor por parte del líder me hizo abrirlos de vuelta. Ví que este chocó hasta la cortina de la tienda que había venido para hacer un pedido, me sorprendí al ver que un chico no tan alto con chaqueta azul, pantalones de mezclilla y una botas cafés, estaba frente a mí sacudiendo sus manos por el golpe que hizo.
-¡Maldito mocoso!- gritó uno de los torpes que estaban en el grupo quién se dejó ir contra él, pero con un solo movimiento golpeó el rostro de éste mandando lo a volar. Parecía una típica película de acción cuándo el superhéroe mandaba a todos lados a los malos.
Los demás no duraron en ir para golpearle también, hasta los que me estaban sosteniendo me dejaron en caer al suelo. Algo a dolorido intenté levantarme, miraba cómo y cada uno caía al suelo, uno de ellos lo golpeó, pensé que ya había llegado a su fin, pero este chico sólo sonrió y le devolvió el favor haciendo que el tipo se sofocara cayendo al suelo.
Cuándo todo acabó, el chico se acercó a mí para levantarme, me dolian los golpes pero intentaba ponerme de pie,sin embargo, al ver a mi salvador me sorprendí al ver de quién se trataba. Aquellos ojos afelinados eran los únicos que he conocido y que jamás me olvidaría de ellos: el mocoso de Marco se había convertido en mi salvador.
CONTINUARÁ.......
HELLLOOO gente volvimos con más de lazo, de mi parte si me disculpó por retrasar la historia e igual me disculpó con Vegitto, por dejar atrás de subirlo.
Pero tal cómo lo prometimos aquí está! :D!!!!
¿Qué le depara a Kyle?¿MOCHI culpable? ¿Los de plata se enteraran de que ya están rompiendo sus reglas?
Sin más nos vemos en el siguiente cap.😋😋😋
Los amamos!!!
Beka-san~
=Vegitto=
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