= 09 Asesina=

Pov Hiro

Hoy era sábado, éste día la pasaría ayudando en el café de tía Cass junto a Kyle mi primo. Era todo era normal, el lugar lleno del olor del café recién hecho que a Kyle le encantaba hacer cuándo venía y a la clientela la amaba.

En está ocasión me iba encargar de tomar y llevar pedidos a las mesas, sin embargo, de pronto en la televisión se hizo un boletín especial. Toda la gente comenzaba a susurrar por las imágenes que estaban pasando, habían encontrado cuerpos de un grupo de chicos a las afueras de la ciudad. Era escalofriante ver cómo estaban destazados por completos, anoche no me había percatado de lo sucedido que no patrulle. Al parecer este nuevo criminal le encantaba llevar a sus presas a las afueras alejados de la ciudad, el conductor del noticiero comenzó a hablar de que se registraron señales de un ataque de un animal. De nuevo estaban mis sospechas de que algo estaba ocurriendo, el lugar del crimen no estaba muy lejos de dónde siempre suelo toparme a Miguel. Pensándolo mucho mejor creo que debería vigilar más de cerca ese lugar y en especial a la tribu, ¿Cómo lograría acercarme tanto a su hogar?.

-Ay no que horribles escenas- dijo Tía Cass tomando el control de los televisores y cambiar de canal- no quiero incomodar más a nuestros clientes con está tranquila mañana.

- Vaya nunca imaginé que las cosas estarían muy mal por acá- dijo Kyle saliendo de la cocina con dos teteras de café.

-Ay mi niño, últimamente éstos asesinatos ya son muy concurridos. Si salen por favor de llevar sus teléfono a la mano, no quiero que sean los siguientes.

-Tranquila Tía Cass, se que éso no pasará.- respondí mientras colocoba tazas y platos a la charola para la entrega

-No estés tan confiado Hiro- dijo mi Tía- debes cuidarte más ahora que sales con amigos...espera hablando de ellos. ¿Cómo está Miguel?

-Bien parece.

-También dile que se cuide demasiado, no quiero que cuándo se vaya sólo peligre por allí.

-Lo haré- si tan solo supiera que puede cuidarse sólo. De pronto la canpanilla del café tocó, miramos que Kubo había llegado de visita, hoy era su día de descanso, pero o siempre le encantaba ir a vernos.

- Buenos días.- dijo sonriente y tomando asiento a la bar.- vaya ajetreo que hay por el camino. Mucha gente no sale por lo de los asesinatos de esta mañana.

-Es muy terrible, les decía que deben tomar mucho cuidado cuándo salgan.

-No se preocupe señora Cass. Lo tomaremos en cuenta. -dijo Kubo.- Por cierto Hiro...¿Que haces mucho con ese chico moreno?

-¿Con Miguel? Bueno, solo salimos por allí.

-Sabes, te he visto un poco más relajado. Me alegra que tengas con alguien con quién abrirte.

-¿Verdad que sí?- responde Kyle com una sonrisa ladina- yo sabía que esas miradas perdidas y las sonrisas que das al aire, no son por mera coincidencia.

-Basta Kyle- comencé a verle con molestia, pero podía sentir como mis mejillas se tornaban rojas. El calor poco a poco iba subiendo. ¿Tan evidente era? Si algo puedo admitir que estando con Miguel, me he sentido muy distinto. Con alguien a quién contarle, que me escuche y que me muestre más allá de lo que conozco. En pocas palabras, en verdad Miguel me había llegado muy profundo.

De pronto, las campanillas sonaron haciendo que nuestras miradas se ubicaran a la puerta. Una mujer alta de buen parecer, cabello largo y oscuro, piel canela similar a la de Miguel y Marco. Sus labios estaban pintados de color carmesí, sus ojos eran tan brillantes de color azul que se podían confundir con un par de piedras preciosas. Miró a todos lados del café, algunos hombres que estaban en su desayuno miraban con detalle a aquélla mujer que había entrado. En su cuello llevaba un collar de oro con una especie de piedra roja cómo conjunto, a parte de su físico aquél collar llamaba la atención.

-Buenos días- dijo aquella mujer mirándonos con una leve sonrisa.

-Bienvenida al Lucky Cat señorita- respondí- ¿Puedo ayudarle?

-Oh, que joven tan dulce y guapo- dijo al acercarse más a dónde estaba la barra- soy nueva en la ciudad y vi este singular café...

-Pues sea bienvenida a la ciudad. ¿Qué le gustaría tomar?- saque mi pequeño cuaderno para anitar su pedido. Sin embargo, sentí que aquella mujer no dejaba de mirarme.-¿Todo bien?

-Oh si. Dame lo mejor de tu casa.

- Un café de la suerte a la orden- mencionó Kyle quién regreso a la cocina sin decir nada. Kubo no.dejaba de mirarla, al parecer algo no estaba bien. Yo seguí con mi rutina pero, aún sentía como su mirada penetraba hacía mi dirección. ¿Qué quedra esa mujer conmigo?

-oh es cierto disculpen mi intromisión, me llamo Renesme Black. Me a encantador su ciudad.

-Me alegro que le encante su estadía aquí- respondí de nuevo. Tomé una carta de l barra y se lo entregué- aquí tiene la tarjeta para ver si le antoja otto platillo.

-Ay que lindo, pero no te preocupes ya encontré el platillo perfecto.-me miró con una leve sonrisa ladina, su mirada había cambiado por unos segundos, un extraño escalofrío recorrió por mi cuerpo cómo si se tratara de alguien muy raro y misterioso.

-Hiro, ¡Hey Hiro!- me llamó Kyle haciéndome sacar de mis pensamientos- Ya está el café.

- Oh, si disculpe.- tomé la taza y se lo coloqué en su mesa.

- Esa mujer no me da buena espina- susurro Kubo.

-Tampoco a mí...¿Crees que oculte algo?

-No lo sé, ocultar no. Pero si me da muy mala espina.-siguió susurrando Kubo, cuándo iba yo tomar las demás órdenes de las otras mesas, mi corazón se detuvo y mis mejillas comenzaron a acalorarse. Fuera del establecimiento, se encontraba Miguel sonriendome y haciéndome señas de que saliera afuera. Yo respondía con un no con mi cabeza haciendole señas a la bandeja que traía en mano. Seguí con mis actividades para ignorarle un poco, mi corazón latía cómo loco, en mi mente venía el recuerdo de sus labios en los míos.  No podía controlarme de alguna forma.

Sin embargo, la campanilla sonó, sabía que si volvía mi mirada me llevaría tremenda sorpresa. De pronto, sentí cómo unos brazos pasaban por mi espalda y se entrelazaban en mi cintura. Mis pies comenzaron a no tocar el suelo, di unas cuántas vueltas en el aire y después la presión contra aquél cuerpo que me había atrapado.

-Buenos días chinito- era Miguel, sabía que no iba aguantar ñas ganas de entrar.- hubieras salido solo unos minutos tengo que hablar de algo muy importante...pero creo que tenía que entrar.

-¿Qué no viste que te decía que estaba trabajando?- intentaba desviar un poco la mirada para que no me viera tan sonrojado.

-Ay pero sólo son unos minutos. Es algo muy importante, en serio.- hizo una especie de mirada de perrito tierno, aghhh, a veces no se si sus instintos de cachorro hace que se vea tant tierno. ¡¿Pero qué estoy diciendo?!

-Aghh, está bien solo déjame decirle a mi Tía. Cinco minutos ¿Entendido?

-¡Si son más que suficientes!- dijo con una gran sonrisa mostrando aquél oyuelo en su mejilla. Sin más regresé con mi Tía para decirle que sólo hablaría con Miguel.

Miguel estaba allí parado a mitad del café, saludo a Kubo quién después le presentó a mi primo Kyle. Sin embargo, si mirada alegre cambió a una extraña, miró sutilmente a aquella nueva mujer que llegó. Cuándo salí me miró de vuelta, aún que noté que el ambiente se había puesto algo incómodo.

-Oye Hiro, ¿Porqué huele a san..?

-Vamos, no huele a nada. Salgamos a fuera entonces- interrumpí la pregunta que Miguel iba a decirme, pero de algo estaba seguro que aquella mujer no dejaba de vernos.

-Bien, ya salimos. ¿De qué querías hablar?- respondí.

-Uy, que genio. Al menos pregunta cómo estoy.

-Miguel...

-Ya, ya. Está bien, basta de bromas. Hiro tengo que mencionarte que tal vez, voy a dejar de venir por unos días a verte.

-¿Qué? ¿Pero porqué?- dije algo triste, justo cuándo estaba sintiéndome tan bien con un nuevo amigo.

-Verás, anoche llegaron miembros de la tribu del colmillo de plata. Ya tienen sospechas de que hemos estado viéndote...

-Entonces...¿Se irán?- bajé mi mirada, pero la mano de Miguel hizo que lo viera directamente.

-No, no nos iremos. Es sólo que, dejaron a un agente de otra ttibu para investigarnos. Marco y yo etamos intentando convencerle de que los humanos no es lo que parecen. Y lo estamos preparando para traerlo aquí. Tranquilo, solo serán unos días.

-¿Lo prometes?.

-Claro que si, Hiro.- me sonrío tiernamente. Hice lo mismo, al parecer aún seguiría viendo a Miguel. Pero a la vez estaba preocupado por esos del colmillo de plata. En mi mente hizo un clic, si no vería a Miguel eso no significaría que no me comunicara con él.

-Espera Miguel, no tardó. No te muevas.-salí corriendo a habitación. Abrí algunos cajones del mueble que tenía, tomé lo que había buscado. Bajé de vuelta hacía dónde estaba Miguel, él me miró algo confundido. Agitado e intentando recuperar el aire. Tomé su mano y dejé lo que había pensado.

-¿Un teléfono?-me preguntó algo curioso.

-Si, era mío hace unos meses, pero cambié de modelo por cosas nuevas. Si no te voy a ver al menos deberías tener esto para poder charlar.

- Hiro, no puedo aceptar esto. Es demasiado.

-No, no es nada. No...- mis mejillas se volvieron a tornar rojas por lo que iba decir.- no quiero sentirme sólo.- Miguel me miró un poco sorprendido, sin embargo, una sonrisa tierna obtuve cómo respuesta.

-Está bien, lo haré. Aún qué...sinceramente no se cómo manejarlo bien.

-Te enseño, es fácil.- comencé a eneseñarle un poco a Miguel a cómo usarlo. Los cinco minutos se habian convertido en media hora, Tía Cass no mandó a hablarme ya que nos había visto perdidos en nuestro mundo. Después de eso Miguel tuvo que retirarse al bosque, mientras que yo volví de nuevo a la cafetería a continuar con mi trabajo.

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En la noche, Kubo y yo salimos a hacer algunas compras al supermercado que estaba cerca a las orillas de la ciudad. Mi Tía Cass había pedido un salmón extraño a la tienda de pescadería que estaba cerca a nuestra casa, pero para mala suerte ese pescado jamás llegó. Después supimos que lo tenía ese único supermercado, así que fuimos ambos allá. Mientras Kubo hablaba con el gerente, yo seguía con los demás pedidos de mi Tía, estaba tan concentrado que no sentí que alguien estaba detrás de mí.

-Ay eres el chico del café...¡Qué alegría!- era Renesme la mujer de la mañana, podía notar que estaba agitada y temerosa.

-¿Pasa algo?...

-Mi perrita... mi perrita acaba de escapar y no la encuentro por ninguna parte...nadie a querido ayudarme a buscarla. Me siento sola sin contar a nadie de por aquí...

- Bueno...- miré a Kubo quién aún seguía hablando con el gerente, al parecer tomaría su tiempo.- le ayudaré a buscarla, pero no solo por unos minutos tenemos cosas por hacer.

-Oh muchas gracias.- me abrazó fuertemente- bien no te quitaré más tiempo ven ven...-tomó mi brazo y me jaló afuera. Ambos comenzamos a buscar por esa misma calle, ya que no quería separarme de Kubo y darle un susto por no encontrarme allí. Pasaba por callejones y no había nada, solo húmedad y soledad.

-¡Allá va!- gritó Renesme y corrió en dirección al bosque. Comencé a alertarme por qué Miguel me había hablado spbre los peligros que ay en el bosque, no por su tribu sino alguna otra criatura que no se apiada en dejarte vivir. Grité el nombre de Renesme pero no me hizo caso, corrí en su dirección , evitando todo obstáculo en la oscuridad.

Seguía caminando y gritando a Renesme para ver si podía encontrarla más no obtuve ninguna respuesta. Busqué entre mis bolsillos mi linterna de llavero que había construido para cuándo se fuera la luz en el café. Al sacarlo, comencé a alumbrar por mi alrededor, el silencio era bastante incómodo, sentía que de alguna parte me observaban. De pronto, comenzaron a escucharse algunas ramas que se estaban rompiendo, alguien estaba acercándose.

-¿Renesme?¿Estás allí?- pregunté con algo de miedo por qué no sabía qué era realmente lo que estaba caminando a mi dirección. Di unos cuántos pasos atrás para alejarme y volver a la ciudad, ya esto no me estaba dando muy buena espina. Sin embargo, mi cuerpo se topó con algo, rápido di media vuelta y me di cuenta que era Renesme, tranquila mirándome algo... ¿alegre?.

-¿Qué está pasando? Debemos regresar...

-¿Porqué? Si aún no empieza lo mejor de esta búsqueda...

-El bosque es demasiado peligroso...tal vez buscar de nuevo en la ciudad ayudaría.

-No Hiro. Mi búsqueda aún no termina...pero de algo puedo decir. Qué encontré el mejor platillo principal.

-¿De qué estás hablando, Renesme?- retrocedía a unos pasos de ella, pero entonces comenzó a reír a carcajadas y sin más su cuerpo de pronto se convirtió en un gran lobo oscuro. El tamaño era más grande que Miguel estando en ése estado, sus ojos podía ver el deseo de la sangre. Ya había descartado las posibilidades de que asesino era el qué había llegado a la ciudad.

No era un humano...era una mujer Lobo....

CONTINUARÁ......



Esperemos que les haya gustado este capítulo hecho con amors ❤❤❤❤😍😍

Nos alegra demasiado que nos apoyen en está loca aventura con nuestra OTP ❤❤❤ sin más los vemos en el siguiente ❤❤❤

Los amamos ❤❤❤

Beka-san~
=Vegitto=


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