Grecia bajo la nieve.
Unos ojos marrones se abrían lentamente mientras la leve luz del sol los penetraban, ante aquel contacto, se arrugaron cerrándose, mientras la dueña de aquella mirada frágil se ocultaba bajo la manta soltando un quejido, abrazó sus piernas e intentó volver a conciliar el sueño, mientras la bella ciudad mitológica se vestía de blanco.
La joven morena disfrutaba de un lindo sueño de su niñez, un juego junto a su amigo más fiel, aquel rubio qué le causaba mariposas en el estómago.
De pronto, la nieve comenzó a caer, como un suspiro helado Atenas se vistió se blanco para recibir la navidad, cosa poco común, pues no solía nevar tanto en esas zonas.
Una voz se escuchaba levemente fuera de la cama, que poco a poco se acercaba a las cobijas, haciendo que su voz llegara a los oídos de la joven, a lo cual ella respondió con un gruñido quejándose, definitivamente, no quería levantarse de la cama.
-Mabel... Mabel, no seas tan perezosa- Decía aquella voz intentando levantarla, soltando risitas ante las respuestas que conseguía. -El día es hermoso... Está pasando algo sumamente bello-
De nuevo, la joven sólo se limitó a darle la espalda al joven rubio que intentaba separarla de la cama, sólo se veía la silueta de ella, por lo que se encogió más de lo que ya estaba y negó.
-Mabel, me vas a hacer levantarte a la fuerza... Te voy a contar a la de tres, uno...- El rubio gateó con sigilo acercándose, con intenciones de ir a la cintura de su compañera -Dos...- Su voz se hizo más amenazante.
La morena soltó una risita cubriendo su cintura como podía, tomó la sábana y esperó a que se acercara más.
-Tre...- En un abrir y cerrar de ojos el peli rubio estaba tumbado en el suelo, siendo abrazado por la chica fuertemente, con las cobijas hechas bola a su alrededor.
-Feliz navidad, Hyoga- Sonrió la joven con el cabello revuelto, una pijama de panda y totalmente desarreglada.
El joven se sorprendió, aunque rió por el comportamiento infantil de la chica, correspondió por fin el abrazo y miró a la ventana sonriendo -Feliz navidad, Meibel-
La joven sonrió abrazándolo con fuerza, sin intenciones de soltarlo y miró hacia el cielo, con la esperanza de que todo siguiera de esa forma, llena de paz, felicidad, y...
Un poco de locura.
-¡Milo eres un idiota!- Decía un hombre de piel bronceada. -No puedes pensar en algo que no sea sexo, ¿Cierto?-
-Tsk, no es mi culpa que las amazonas tengan tales cuerpos- Respondió aquel chico peli azul sentado viendo un combate de práctica en el coliseo.
-No sólo veas la belleza externa, ve la interna Milo- Sugería un joven de cabello lila.
El peli azul guardó silencio, pensando viendo a las chicas, sonrió con malicia, y exclamó.
-Bueno, bueno, la interna es aún más bella... Si así se ven con ropa me preguntó cómo será sin ella- Dijo terminando con una carcajada.
-AGH, ¡MILO!- Dijeron al unisono ambos jóvenes molestos, pero por el fondo escondiendo una risa.
Rato después, una amazona salió a la arena con su armadura deslumbrante como las gemas de una corona, y su cosmos tan brillante como las auroras boreales.
Stefania, de corona boreal.
-Corona Boreal se enfrentará a Ofiuco, es un combate de entrenamiento, por lo que el vencedor tendrá un par de días de descanso, ¿Están listas?- Hablaba el patriarca, aquel de cabello naranja y ojos púrpura brillantes.
La chica peli verde con su respectiva máscara entró a la arena preparándose, estirando un poco viendo fijamente a su oponente. La joven peli oscuro hizo la misma azaña, cubriendose el rostro con una máscara reflejando la luz del intenso sol.
-Inicien-
Ambas soltaron un grito desahogando la presión intentando intimidar a la contraria, Shaina atacó primero llendo directo a su rostro con su puño firme, Stefania estaba lista para ese acto, por lo cuál no tuvo problema para esquivarlo.
Shaina tomó la iniciativa y logró darle una fuerte patada en el abdomen, corona no pudo responder y no le quedó más que recibirla, tosió sangre manchando su máscara y lentamente fueron cayendo gotas carmesí de ésta.
Tras varios golpes y una presentación digna de lo que son capaces las amazonas, era momento de dar el punto final a ese encuentro, así, corona boreal se levantaba del suelo después de ser la receptora del inmenso poder de ofiuco, la miró exhausta con heridas leves en sus brazos y piernas, mientras la peli verde respiraba cansada viendola con un toque de sorpresa, normalmente nadie soportaba algo tan fuerte... Pero hablamos de la capitana del ejército de Athena, no sería fácil derrotarla. Stefania cerró su puño derecho con fuerza, concentró todo su cosmos ahí y se impulsó.
El caballero de Leo simplemente se quedó sin palabras ante el combate que presenciaba, no había duda de que el poder de las mujeres era tan imponente que incluso los seres inmortales se quedaron cortos al ponerles imperfecciones al crearlas. El amor de su vida era increíblemente fuerte, así como frágil, poder admirar sus combates lo inspiraba para algún día, poder ser como ella.
Stefy, dió un grito de guerrera que hizo estremecer todo el coliseo, se movió igualando la velocidad de la luz dejando a su paso una aurora boreal, hasta que impactó contra su contrincante dando fin al encuentro.
A pesar de llevarse un golpe que nunca olvidaría, Shaina se encontraba en buen estado, enterrada en la arena mientras una nube de tierra las envolvía.
-Hey, buen encuentro- Dijo Stefy acercándose a ella ayudándola a levantarse. -Feliz navidad-
La peli verde aceptó la ayuda y soltó una leve risa. -Gracias, capitana... Feliz navidad-
Todo el público presente enloqueció, aplaudía y alababa a la ganadora, y como se había prometido, la capitana tendría sus merecidas vacaciones.
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La nieve caía, los diminutos copos claros llenaban los templos dorados del santuario de Palas Athena, el reloj, la estatua e incluso el coliseo se iban tornando de blanco mientras las nubes cubrían el ardiente sol. Comenzó una brisa calando los huesos a cualquiera que no estuviera acostumbrado a ese clima, por lo cuál, el caballero de cisne y la amazona mariposa no tenían problemas.
-Señorita Stefania- Decía el joven de piel bronceada, con su rostro muy bien dotado y cuerpo musculoso -Disfrutamos mucho del enfrentamiento de hoy, es usted... Simplemente increíble- Dijo con su voz suave, como dándole una caricia a su corazón, tomó su mano suave y la besó tierno agachándose, pues la diferencia de altura era muy notoria.
Stefy sólo se limitó a sonrojarse bajo su máscara, soltó una risa, la cuál hizo estremecerse al caballero y lo miró entrelazando sus dedos, se quitó un momento la máscara y le dió un beso tierno, mientras los cubría de la vista de los demás con la misma máscara. El león se sonrojó intensamente, sonrió viendo el hermoso rostro de su chica y correspondió el beso cerrando los ojos, hundiendose en los labios suaves y dulces de la contraria.
-Ay el amor- Dijo el caballero dorado de Aries.
-Tsk, presuman- Dijo molesto el escorpión.
El beso terminó, cruzaron miradas sonrientes con sus ojos reluciendo de amor y la amazona se acomodó la máscara.
-Gracias, joven caballero... Y felíz navidad-
-No se preocupe, más tarde yo me encargo de darle su noche buena- Y culminó la frase con un guiño coqueto, mientras ella solo reía tierna como siempre lo hacía.
-Y luego el caliente soy yo- Comentó Milo, cruzando los brazos y viendo feliz a su amigo.
-¿Puedes callarte? Arruinas todos los momentos así- Habló Mu dándole un golpe en el brazo.
Todos reían, despreocupados de todo, pues esas fiestas le daban vida al santuario, a sus caballeros... E incluso a los dioses.
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-Porque... ¿Está nevando?- La mariposa salía de su templo, viendo al cielo preocupada recibiendo en su mano copos de nieve, los cuáles, le hacía recordar su querida Siberia.
-Es diciembre, es 24 linda, quizás sea normal- Respondió el cisne junto a ella, viendo la nieve caer con los mismos sentimientos de nostalgia.
-No... Hyoga, ésto no creo que sea normal- Bajó su mano soltando la nieve y lo miró preocupada, no dijo nada y corrió al coliseo, no sin antes ponerse su máscara.
El joven de ojos azules solo la miró confundido, pero sabía que cuando ella actuaba así no era normal, estaba loca, pero con cosas así nunca jugaba.
-¡Chicos!- Llegó corriendo la morena haciéndose una coleta.
-¡Hey! Feliz navidad polilla- Sonreía Aioria con Stefy sentada en sus piernas.
-¡Loca! Feliz navidad- Le decía la joven mientras rodeaba el cuello de Aioria con sus brazos.
-Feliz navidad... Hey, ¿No se les hace raro que esté nevando?- Habló preocupada sentandose con ellos.
-Ella tiene razón, no debería hacer tal clima aquí, no es común en Atenas- Dijo Mu.
-Es un frío diferente... Te hace sentir una rara sensación, no es un frío similar al de Siberia- Dijo Hyoga llegando con ellos.
-Quizás mi abuela tenga algo que ver... Después de todo no encuentro otra responsable- Habló Stefy intentando calmarlos.
-Eso quiere decir que... No, olvidenlo- Dijo Mabel.
-Sueltalo, no nos dejes con la duda- Dijo Milo.
-Una...- Suspiró la morena tensa. -Declaración de guerra, de parte de la diosa Deméter-
Hubo un gran silencio, todos se miraron entre sí... Temerosos de que ésto, pudiera ser verdad.
Fin Del Capítulo.
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