《Capitulo 1: Mi vida》
María tiene 16 años; una chica de cabello lasio y negro que le llegaba a los hombros, con unos apagados ojos café, de una estatura promedio, no era gorda pero tampoco era delgada y su piel era un poco bronceada.
Mantenía una buena relación "amistosa" con algunos compañeros y compañeras de su curso. Aunque la persona mas cercana a ella es Pablo , su único amigo, se conocían desde quinto grado de primaria y se hicieron muy unidos con el pasar del tiempo.
Pablo tiene 16 años; un chico alto, con profundos ojos negros, su cabello era un poco largo y de un color castaño oscuro; es delgado y con una piel blanca que hace resaltar su cabello.
Aunque no se lleva bien con nadie además de María; siempre dice que todos son muy falsos y que la unica persona con corazón era María, que siempre le levantaba el ánimo cuando se sentía mal. Pero era conciente de lo que ella pasaba desde que su madre se fue y la apoya en todo momento.
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Estaba nublado y caían pequeñas gotas desde el hermoso cielo.
Ella adora los días lluviosos, esos dias en los que escuchar música mirando por la ventana es magico y te ayuda a reflexionar sobre lo que pasa en la vida o simplemente la ayuda a dormir sabiendo que las gotas de agua son sus compañeras en sus días más tristes.
Caminando bajo su paraguas negro con la mirada en el piso mojado, ella suspira gracias a los pensamientos felices de su pasado, un pasado al que ella le gustaría volver y cambiarlo todo para volver a ser feliz. Quería volver a ser como esa niña risueña que se la pasaba jugando y riendo como si los problemas no existiesen
Se muerde el labio tratando de evitar que esa pequeña lagrima rebelde no caiga y recorra su mejilla
Suelta un suspiro, odiaba cuando alguien le decía que le gustaría ser igual de alegre que ella, cuando ni siquiera ella sabía lo que realmente era ser alegre.
Le dolía sonreír y le asqueaba reir fingiendo ser alguien sin problemas.
Sus muñecas, al igual que sus piernas, limpias y sin ningun corte en ellas. A pesar de todo lo que siente, nunca se atrevió a tomar algo para lastimarse, no podía, le daba miedo.
- Hola Mari - esa voz la reconocería donde sea, era su mejor amigo, Pablo
- Hola Pablo - dijo con un hilo de voz mientras se limpiaba las pequeñas lagrimas que bajaban lentamente por sus mejilas para luego sonreír como si lo de hace tan solo unos segundos no hubiese pasado
- Otra vez estás pensando en eso, cierto?? - lo miró algo desconcertada, el la conocía más que bien y sabía como se sentía con solo mirar sus ojos
Ella tragó para tratar de deshacer el nudo que se había formado en su garganta - A... a que te refieres?? -
- Vamos, sabes perfectamente a que me refiero, puedes engañar a los demás pero a mi no - la detuvo y la obligó a mirarlo - sabes que puedes confiar en mi - dijo con un tono suave y pausado
Ella suspiró y desvío la mirada, el tenía razón, ella se estaba atormentado nuevamente, pero ¿con qué?
Pues, desde que su madre decidió divorciarse e irse y dejarla sola, ella tiene que quedarse con su padre. No le molesta, al contrario, su padre no es malo, nunca la ha tratado mal.
Entonces, se preguntaran, ¿que sucede?
La razón por la que ella comenzó a sentirse tan mal consigo misma, era su prima
Ella, desde que eran pequeñas, la convenció de que no servía y de que no debería haber vivido. Hasta el día de hoy, siempre se lo recuerda y logra que María se sienta cada vez peor.
Su madre junto a su padre eran un gran apoyo emocional para ella pero.... al separarse ella comenzó a alejarse cada vez más de las personas que quería y, de todas esas personas, el único que insistió con ella fue Pablo, desde ese entonces el está en todo momento con ella
Suspiró mirando nuevamente al suelo. Pablo tenía razón, estaba pensando en eso y no puedo dejar de hacerlo
- Tienes razón - Dijo sin despegar su mirada del mojado suelo
La lluvia ya estaba parando un poco, ya no se veían tantas gotas caer y eso poco a poco la relajaba
- Siempre la tengo cariño - Dijo su querido amigo.
Ella sonrío levemente y lo miró - Y, como está tu hermano?? - preguntó su amiga
- ¿Sebastián? Sigue enfermo, no puede salir de la cama, no deja de estornudar, veo pañuelos por todas partes en su habitación y todavía no entiendo como hace para poder dejarlos a metros de su cama - suelta una pequeña risa
- Creo que no le hizo muy bien salir con pantalones cortos y sin remera en pleno invierno - Dijo recordando ese momento
FLASHBACK
- No pienso hacerlo - todos reían de una forma escandalosa
Estaban jugando a verdad o reto y le tocó reto a Sebastián, lo retaron a salir a la nieve en ropa interior pero el no aceptaba
- O vamos Sebastián, no seas miedoso - decía Samuel, uno de sus amigos de la escuela
- Ya les dije que no, no pienso salir en ropa interior - dijo cruzandome de brazos
- Mira, hagamos esto:
Tu sales afuera, pero puedes ponerte sólo una prenda para usar -
Resopló cansado - No dejarás de insistir, cierto? - Samuel negó frenético - Está bien, pero me quedo con los pantalones -
FIN DEL FLASHBACK
Pobre, ahora está postrado en su cama sin poder moverse y con 40 grados de fiebre
- No puedo creer que haya aceptado hacer eso - Decía Pablo arrepentido de no haber detenido a su hermano cuando tuvo la oportunidad
María soltó una pequeña risa - Oye, me tengo que ir, mi papá me espera en casa - le da un fuerte abrazo y comienza a caminar a su casa mientras escucha como su amigo le grita un "Hasta luego"
Ella mira la hora en su teléfono, habré los ojos como si fuesen platos y comienza a correr a su casa, si no se apuraba su padre se preocuparía y ella no quería que él tuviese un ataque de nervios
Al ver que ya no llovía más cerró, el paraguas y comenzó a detenerse y caminar mientras recuperaba el aliento, tan sólo le faltaban unas 6 calles para poder llegar a la comodidad de su hogar junto a su padre
Sólo faltaba una calle y a lo lejos podía ver una casa de un piso color blanco con algunos ladrillos amarillos en ella, en el piso de la entrada había mosaicos negros y frente a la puerta había una alfombra que no tenía nada escrito. Sacó su llave y la introdujo en la puerta para luego poder abrirla y entrar.
Su hogar no era grande, pero a ella le gustaba tal y como era.
- ¿Papá? ¿Donde estás? - preguntó alzando la voz para que su progenitor la escuchara
- ¡Estoy en la habitación! - gritó y apareció por el umbral de la puerta para ver a su hija - Hola cariño - dijo sonriendo mientras caminaba hacia su hija y le daba un abrazo
- Hola pa - dijo correspondiendo al abrazo y se separaron
- Y dime, como te fue en la prepa? - preguntó tratando de entablar una conversación con ella.
Desde hace ya un tiempo su padre nota a su hija ida y siente que necesita prestarle un poco más de atención.
- Ho, bueno, me fue bien - debía admitirlo, no pensó que su padre le preguntaría eso, usualmente le pregunta si iba a almorzar o si lo quería acompañar a la casa de sus abuelos o tíos
- Me alegro mi niña - dijo con una enorme sonrisa
Su padre era Carlos, un hombre que aparentaba 45 años, de ojos verdes, alto, con una barba que lo hacía lucir aún más viejo
Su pelo rojizo con algunas canas rebeldes en las patillas, se veía bien.
No tenía un trabajo que lo mantuviese ocupado, pero era despistado y a veces no se daba cuenta de la mirada triste de su hija
[...◇...]
La habitación de María era un lugar que tenía buena iluminación, las paredes eran blancas lo que provocaba que sus cortinas bordó resalten. Y, en una esquina, a un costado de su escritorio, se encontraba una estantería con algo de polvo pero llena de libros de distintos autores que a ella le gustaban.
Tiró la mochila en la silla del escritorio, se acostó en su cama y apoyó su cabeza sobre la almohada que tenía una funda de color verde oscuro. La suave manta de color negro la relajaba y, si quererlo, poco a poco fue cerrando los ojos, cayendo así en un profundo sueño.
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Bueno, primer capítulo
Espero que les guste y lo disfruten
Si les gusta díganme en los comentarios para que la pueda seguir
Sin más que decir, me despido
Atte: L.A♤
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