Entre la luz y la oscuridad, tardo unos segundos hasta que mi vista se acostumbre a los cambios lumínicos. Una vez que recupero la visión, la vegetación vuelve a reinar. De esta manera, oir la voz de Aeval resulta ser la mejor compañía que puedo tener, ante tanta soledad. Ella me guía ante la hermosa casita de campo. Puede ser acogedora, a simple vista, pero para que viva una persona puede parecer hasta una mansión. Es increíble que Merrow tenga tantas cerraduras para evitar que cualquier ser, mortal o mágico, acceda fácilmente a su hogar. Además, admiro su pasión por la ciencia, no solo porque haya sido el mentor de Tangle, sino porque la electricidad funciona a base de agua. Amo la ecología. Apenas logro entrar a la casa, veo retratos y libros tirados en el piso por doquier. Siento que estoy visitando a un extraño pero Aeval me avisa que él es el único que sabe cómo llegar donde Lilith capturó a Fidget y Lyra. ¡Mi querida hija! Primero, mi esposo y ahora se mete con lo mas preciado de una madre. Si le hace algo, no creo que se lo perdone, sin importarme que sea mujer y que ella sea hada y yo, una simple mortal.