Capítulo 81. ¿Así?
Jugueteo con mis dedos, no puedo creer que ha pasado casi una semana sin saber de Luriel.
En los últimos días han ido y venido la policía, intentado hacer investigaciones, pero Mortel y los padres de Gerardo han puesto tantas chicanas que nadie se ha podido acercar a Orkias, ni mucho menos a Luri, con quien también han solicitado una reunión.
Eso sí, se ha vuelto imposible que se acerquen a la familia Gianti, Luriel e Hisa por ser menores de edad y junto a Thalia por estar protegida por las garras de su padre.
He visto como la abuela de Luriel ha entrado y salido del pabellón de profesores, pero nada más.
Entre la tensión de los artilugios legales, las amenazas del jefe del departamentos de antinarcotraficos, Harvey y esa periodista que ha estado sacando artículos falsos al 2x3 no he tenido chance alguna de saber algo más de mi novio.
Y ni hablar de los mensajes de texto, no hay llamadas, ni videollamadas. Pero si hay algo que ha estado haciendo, por lo que mi ansiedad se ha disparado al 100... ha estado publicando capítulos en su novela de wattpad.
Me siento terrible, porque lo odio por hacer eso y no ser capaz de contestarme un mensaje aunque sea. Para ser honesta, tampoco me atrevo a comentarle su novela.
—Hola amor —saluda mamá y me da un beso en la frente.
—Mami —la abrazo y me refugio en sus brazos mientras huelo su delicado perfume.
—Sigues mirando al pabellón de profesores como una acosadora... —dice riendo.
—No sé nada de él mami —digo casi a punto de llorar.
Incluso casi confesando que siento que mis protecciones no tienen efecto alguno sobre él.
A veces quisiera volver a ver a Verena, y preguntarle sobre si estoy haciéndolo bien o no.
—Mi amor, Luriel está expuesto, cansado y frustrado, no debe ser fácil estar en su posición, dale tiempo, los hombres necesitan a veces ese tiempo de procesar emociones.
—Él no es así... —respondo apretando mi abrazo —. Él suele ser más... abierto.
—Mi amor, solo, dale tiempo ¿sí?
Afirmo con la cabeza y me separo de mamá cuando veo a Jose caminar hacia nosotras, tras ella, veo a Yara y Vega hablando, me ofrecen una mirada cargada de algo extraño y continúan su caminar. ¿Desde cuando son amigas ellas?
—Tía —saluda Jose, mamá se pone un poco nerviosa, pero al final la saluda—. Justo mi madre dijo que te iba a buscar.
—¿De verdad?—pregunta mamá y la veo ponerse roja como un tomate.
La miro con extrañeza, pero de inmediato mi atención se desvía en la compañera de Hisa, quien me saluda desde lejos, siempre olvido su nombre, solo devuelvo el saludo por amabilidad y tras ella quien levanta la mano y de forma efusiva es Ndusú.
—¡Ay, no! —susurra Jose.
Mamá se despide de ambas y se va hacia el pabellón de profesores.
—Por lo menos no viene para acá —le digo sonriendo a mi amiga.
—Quiero escribirle un cartel gigante que diga: NO TIENES CHANCE. Todo en mayúsculas —hace el recorrido en el aire con las manos como si estuviera analizando el cartel.
—No seas mala, Jose...
—No soy mala, soy realista.
Ella se cuelga de mi brazo u comenzamos a caminar a la clase de magia ancestral y recursos de payé.
—Me late que andas sensible Ira...
—Estoy... tu primo no me contesta los mensajes. Mirena no me dice nada de él... estoy por volverme loca.
—Tampoco sé nada de él... Hisa menos, su abuela se ha mantenido hermética. ¿Sabes?
—Quisiera preguntarle a mi suegro, pero lo veo muy ocupado con el tema del seguimiento a Orkias y que a toda costa quieren encontrar en huevo para interrogar a su familia, es una mierda todo esto.
Jose solo afirma. La veo levantar la mano en dirección a Juanjo y Gus, Juanjo la ignora y Gustavo la saluda de forma efusiva.
—Auch —digo en los que entramos al aula.
—Cada vez que me hace eso Juan José me dan ganas de ir a besarle el amigo en sus narices, pero Gustavo es demasiado bueno, y no sé merece que lo trate de muñeco.
—Me alegra que tengas esa madurez... —contesto.
—Oye, Jose, dejando a loa chicos de lado...
Mi amiga y yo nos sentamos en nuestro lugar y yo saco un cuaderno, lo pongo en la mesa y se lo paso.
—He estado haciendo estos estudios sobre algo que Anastasia me encargó, debido a que quiero alcanzar el poder de las estrellas.
—Mbyja Mbaretékue... —dice ella en Guaraní—. Y con ese poder... pretenden acercarse al Jasuká?
Jose abre el cuaderno y observa mis ilustraciones.
He estudiado bastante sobre las regencias, las constelaciones, y sus poderes, como ellas se mueven en el cielo, he visto la marca de la Ninfa, de el Cario y la mía.
Encontré información sobre los dioses guaranies y comencé a estudiarlos uno a uno describiendo sus fortalezas, y entre ellos he realizado la división entre espíritus, dioses y semidioses.
También clasifique espíritus del bosque, plantas medicinales y lugares de la región que aportan algo importante a nuestros dioses.
—La idea es esa —respondo—. Encontrar la forma de obtener la energía de el Jasuká.
—Bastante interesante... —afirma—. Pero bueno ¿Cómo te ayudo?
—Necesito más datos del Tapekué y tú como Ninfa me puedes dar esa información...
—Claro, tú dime y yo...
Jose queda con la boca abierta, mirando a la puerta, yo tambien lo hago y me percato que está observando a Luriel. Quedo helada, mi estómago es invadido por una corriente eléctrica. Gianti se ve mucho más atractivo de lo que ya era.
Trae la camisa del uniforme bien estirada, sus músculos se marcan bajo la tela, pero lo que de verdad termina sorprendiendo no es su ropa bien elegante, es que en su cuello es totalmente observable las líneas de los tatuajes que se ha hecho en este tiempo.
En su labio inferior lleva un pequeño piercing negro, por lo que se percibe de metal y en los dedos tiene anillos también negros.
Sus ojos cafés, me miran con frialdad, y cuando se recuesta en el marco de la pared me quedo observando como tonta la escena.
—Asturia... necesito hablar contigo —dice.
Yo no pienso, ni le aviso a mi amiga que voy junto a mi novio, yo solo camino en su dirección como mosca a la luz uv.
Él se aparta del marco de la puerta y me invita a seguirlo, mientras caminamos, mis demás compañeros entran a la clase.
¡Mierda! Nunca me he saltado una clase.
Vamos hasta bajo una escalera, él me sostiene de los hombros, yo lo miro fijo y tengo una mezcla de emociones inmensas, desde enojo hasta un enamoramiento. ¿Por qué se ve más irresistible?
—Te queda bien el piercing —sigo cuando quedamos bajo la escalera.
—Más allá de eso, es una protección... —dice aún viéndome con frialdad.
—Sé lo que es un tembetá —me apresuró a decir.
Estoy por reclamarle su silencio, su indiferencia y el hecho de que haya desaparecido tanto tiempo...
—Luriel...
—Asturia, quiero que terminemos
Parpadeo con rapidez, mi cerebro aún no ha procesado la oración, mi cuerpo está temblando y mis lágrimas se empiezan a acumular en los ojos.
—Sí es una broma ... —Intento decir, pero lo veo negar con la cabeza —¿Por qué?—me sale la voz temblorosa.
—Me di cuenta que ya no te quiero, y que nuestra relación es monótona... a penas y compartimos...
—Luriel ¿lo dices en serio?
Mi corazón está hecho polvo, no quiero sonar insensible, por eso me callo, pero tanto he insistido de que hablemos de que profundicemos y me sale con esto, estoy enojada, furiosa y frustrada, quiero gritar, pero primero está mi control emocional.
—Bien —digo evitando que las lágrimas caiga... —¿algo más? —pregunto indignada.
—No, solo eso...
—Solo eso... —repito furiosa, cierro los ojos, siento resbalar una lágrima, pero la seco de inmediato y me pongo erguida—. Bien... permiso.
Él se aparta, ni siquiera me intenta detener, yo camino con rabia, enojada, molesta y con el alma arrastrada en el suelo. ¿Así? 2 años de noviazgo y él decide terminar así?
Solo necesito ir a llorar, o en lo posible despertar de esta terrible pesadilla.
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