Capítulo 62. La chica equivocada

Abro mis ojos, mi cuerpo se siente azotado, como si Orkias me hubiese puesto a correr en la pista.

Aún veo borroso, pero distingo una cabellera rubia por un lado y rizos por el otro lado. Me siento en la camilla, y comienzo a distinguir que estoy en la enfermería.

—Juanjo... —me habla la rubia y al fin diviso a Mónica —. Atria, despertó Juanjo —avisa y se pone de pie para buscarla.

Sin embargo me quedo mirando a la chica de rizos, ella me sonríe, y yo estoy confundido, ¿quién es?

—¡Oh! Del Valle —dice Atria y se pone a lado de la morena, ella no la ve, yo solo atino a parpadear cuando ella lleva su dedo índice a sus labios y me pide que no diga nada.

Respiro profundo, mientras Atria me coloca la pulsera para medir mi presión arterial.

Por la puerta veo a mi madre y a mi padre entrar, con ellos mi hermano mayor, Rodrigo.

De nuevo Mónica entra a la sala y me entrega un vaso de agua, de manera torpe me la ofrece, pero acepto, la verdad no tengo sed, así que solo la sostengo por amabilidad.

Ella parece incómoda, no sabe si quedarse o irse, mi madre la sostiene del hombro y la invita a tomar asiento.

—¡Uff! Un poco arriba la presión —dice Atria y mira a mi madre—Le voy a dar una mezcla de hierbas, para estabilizar, básicamente menta, tilo...

—Confío en ti Atria —la interrumpe mamá —. Sé que estás muy cuidadosa y con miles de protecciones.

—Gracias Martina —Atria dice esto y sale de la habitación.

—¿Cómo estás hijo? —pregunta papá y me da un golpecito en el hombro.

—Cansado... —digo

—¿Por? —se burla Rodrigo y pongo lo ojos en blanco—. Como si fuera que te rompiste alguna costilla.

—Sí se rompió —habla Mónica y yo intento no reír—. ¿Dije una tontería verdad?

—Tranquila querida, este par es insufrible —Mamá le sonríe a la chica, pero yo ahora estoy mirando a la joven que está estudiando a mi hermano—. Hacen comentarios estúpidos, son ellos los que dicen tonterías. Y dime ¿eres novia de mi hijo?

—Los noviazgos están prohibidos —respondemos al mismo tiempo Mónica y yo.

—Sí, sí... eso decíamos tu mamá y yo... y éramos novios desde los 16—Papá habla mientras se coloca los anteojos y mira mi reporte médico—. La pareja más envidiable.

—¡Ay! No, ya van a empezar con sus cirsilerias —Rodrigo pone los ojos en blanco y me señala —¿Tú le preguntaste? No, ¿Yo lo hice? Menos ¿Tú novia? Tampoco...

—No somos novios —aclaramos de nuevo en unísono.

—Para no ser novios están muy sincronizados —dice mamá, me sonríe y acaricia mi cabeza— ¿Estás bien?

La pregunta no hace que separe mi vista de la rizada, en verdad estoy intrigado, ¿es un alma en pena? ¿Por qué se muestra ante mí? ¿Qué es lo que desea? ¿En qué momento me hablará?

—Sí, solo estoy cansado, quiero dormir... —digo y la rizada sonríe, eso hace que el lunar que lleva sobre el labio resalte y muestre se belleza. Definitivamente esa chica fue de La Colmena o no se explicaría tanta perfección.

—Sí mi amor, vas a dormir en seguida, pero primero esperemos el brebaje de Atria, y come alguito ¿sí?

—Sí, madre —logro decir.

La rizada hace un gesto como dándome a entender que le gusta mi hermano, intento evitar que me salga la expresión de asco, pero es evidente que no puedo, porque en seguida Mónica me habla.

—¿De verdad estás bien? ¿No te duele algo? Quizás haya pasado el efecto de la anestesia...

—Estoy bien Moni —respondo viendo a la rubia—. En serio...

Ella mira el vaso de agua en mi mano, así que le doy un sorbo para que no se sienta mal o inútil.

Esto provoca que en su rostro se dibuje una sonrisa y me da alivio.

—¿Y, qué se supone que estabas haciendo como para romperte ña costilla? —pregunta Rodrigo interrumpiendo la mirada que nos estábamos dando Mónica y yo.

—Salvado al Cario... —digo con tono arrogante.

—Siendo un Del Valle —dice papá con Orgullo—. Tú hermano es el primero de la familia con la marca del 7mo, y está haciendo un muy buen trabajo, deja de burlarte.

—Mmmm —Rodrigo suena harto—. En fin, ¿Lo salvaste en serio? Escuché que está aún inconsciente.

—Eso creo, la verdad es que acabo de despertar, no tengo idea.

—Sí, Mortel contó en el grupo de padres —habla mamá mientras me peina con sus dedos—: que de no ser por Juanjo no hubieran descubierto el origen de lo que estaba viviendo... por suerte.

>>Hiciste un muy buen trabajo Hijo, en verdad estas haciendo un buen papel.

—Es un héroe —dice Mónica mirando a mi hermano, ella de inmediato se sonroja cuando Rodrigo le devuelve la mirada.

—Bien hecho Juanjo —habla hermano—. No esperaba menos de ti, para ser honesto. Pero  no por eso te voy a dejar de fastidiar ¿Cómo es que te desmayas luego de una tontería como esa?

—Ven a ser un soldado del Cario tú, perro. —digo apenas por que me duelen las costillas.

—Ah, claro, puedo hacerlo mejor.

—¡Ay! Ya empezamos —dice mamá y bordea los ojos—. Disculpa esta tontería, hija, te prometo que tu Cuñado es un excelente aprendiz de hechicero y estudiante de Ingeniería en inteligencia artificial.

—No somos novios —volvemos a decir al mismo tiempo, en ello ingresa Atria, y tras ella Jose, mi corazón se detiene y el vaso de agua se me cae en el regazo.

—¡Y así, disque es el mejor soldado, lo ves papá! —se burla Rodrigo, hasta que también ve a Jose y queda con la boca abierta.

Atria me pasa el brebaje que acaba de preparar y prácticamente me obliga a beberlo, y una vez que acabo, Jose me pasa un plato que tiene bocadillos.

—Gracias...Jo...—No me deja terminar, ella voltea y sale de la habitación debió haber escuchado lo de Mónica y yo ¿Por qué me preocupa?

—¿Es la prima de Gianti?—pregunta Rodrigo.

—Sí —contesta Mónica por mi.

—Buenos, amor —habla mamá, come esto y luego vas a poder dormir ¿sí?

—Sí... ma —es todo lo que logro decir.

Miro el plato sin ganas, con un nudo en en estómago y una preocupación más.

Alzo la vista y la morena rizada me observa divertida.

¡Debe ser una broma! Estoy enamorado de Jose... estoy perdidamente enamorado de la chica equivocada.

¿Por qué me pasa esto a mi?

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