Capítulo 58. Indulgente
—¡Por las malditas brujas del añakua! —digo furioso mientras camino en dirección al bosque seguido de Juanjo, Zunú y Cenit—. Quiero matar a Coral, ¡Ya! Pero esa Irama me tiene entre ceja y ceja, si le pasa algo...
—No seas estúpido Luriel —dice Juanjo acercándose a mi —. Matar a la única fuente de información que tenemos, ¿estás loco?
—¿De verdad crees que vamos a conseguir información de esa chica Juanjo? Y en teoría eres el más lógico de todos.
—Luriel tiene un punto —dice Cenit mientras tira humo de su boca.
—¿Y si pido un favor a pombero? —pregunta Zunú —. O puedo enviar a Mainumby.
—No, no desperdiciemos recursos, mejor y dejamos que nos pase la rabia, aunque de verdad tengo unas ganas de entra a su celda y contarle el cuello. ¡Gran puta! Esa mujer tiene demasiada información.
—Deberíamos averiguar si son hermanos primero, digo, también sería información valiosa ¿no crees? —pregunta Juanjo.
La verdad es que no sé si saber que seamos hermanos pueda ser importante, sin embargo, creo que lo quiero saber.
Llegamos a nuestro escondite, que es una caballa diseñada por Mainumby, nadie más que nosotros la ve, ingresamos a ella, y sin dudar voy hasta la mesita que está frente a un espejo, saco mis utensilios para hacerme tatuajes y me tiro sobre la silla para empezar por mi muñeca izquierda.
Hoy pienso hacerme el diseño de una Jarará, para invocar protección de los dioses, porque presiento que una guerra se acerca.
—Te estás haciendo adicto a los tatuajes —dice Cenit en lo que agarra un hacha que hizo de hueso de Guasú y comienza a afilarla, esta noche saldrá de cacería.
—Adicto al dolor —recalca Zunú —. No es bueno Luriel, recuerda que debemos centrarnos en nuestra venganza.
—Sí, sí. —digo mientras sigo con mi diseño.
—A veces me pregunto porque no me tocó Iracema como pupila —dice quejándose
Le saco el dedo el medio y continúo con lo mío, Juanjo se pone a estudiar de un manual que nos envió Araresá y Zunú está en la misma que Cenit, afilando su arma.
—¡Mierda! —suelta Juanjo —. Escuchen esto: el takuara que convierte al Cario es el corazón de la magia cíclica Guaraní, simboliza la resistencia, el inicio y el fin de la vida.
>>Por siglos este takuara se ha usado como una especie de ancla para invocar espíritus, y es un canal de los dioses del Tatachiná.
—¿Y? —pregunto aún concentrado en mi dibujo.
—El enemigo te busca a ti —dice como si fuera un descubrimiento.
—Me busca a mi, busca a los Ario a los Arikú, la llave al Aregua, matarme para destruir el equilibrio de La Colmena, matar a Orkias para tener el corazón de Eirú y así obtener un trato con los 7... sí juanjo, ya lo sé.
Juanjo estira su brazo y le da un golpe seco, haciendo que me desvíe una línea.
—¡Cómo jodes cuando no entiendes! —dice y lo miro con confusión—. Quiere el takuara, porque no se va a guiar por ñas regencias...
Levanto las cejas sigo sin entender.
—Sí, hubiera sido mejor tener a Iracema aquí que a ti —dice dándome otro golpe—. De enero a febrero tenemos la regencia de Pleyades, de marzo a abril Pegaso, de mayo a Junio Tauro de de julio a agosto Orio, de septiembre a octubre escorpio noviembre Sagitario y diciembre a la cruz de sur como dominante aunque ella está siempre por eso tenemos el favor del 7mo los 12 meses del año.
—Esa lección ya la di en primer año... y saqué la mejor nota, para que te enteres ¿a dónde quieres llegar?
—Yo también quiero saber —acota Zunú.
—¡Qué el Takuara lleva la regencia de las 7 constelaciones! —dicen juanjo y Cenit al mismo tiempo.
—¿Quieres decir que yo podría invocar a los 7 si quiero porque llevo el Takuara? —pregunto más interesado.
—No.
—¿Entonces?
—Qué si tienes la marca de los 7 lo podrás hacer, tú ahora tienes la del 1ro, la del 6to y la del 7mo, si consigues las otras marcas sí podrás hacer lo que se te cante.
—¡Claro! Carina tienes las 7 marcas —digo—. Si tiene mi Takuara ella podría invocar a Dioses y a los 7. Así podría controlarlo todo.
Juanjo hace un gesto de triunfo porque al fin lo entiendo, y la verdad que tiene mucha lógica.
—Sí el objetivo soy yo, y solo yo ¿Por qué mataron a mamá?
Hago la pregunta en voz alta, no era la idea, pero se escabulló de mis pensamientos.
Cenit esta vez es la que contesta con rapidez.
—Porque llevar varias protecciones, la persona que está tras tuyo no te puede tocar directamente, pero quizás pensó que debilitando tu espíritu ibas a ser más dócil.
—Tremendo error —digo.
—Pero vamos a tener que andar atentos, quizás a este buscando como debilitar tus protecciones para tocarte... vamos a tener que posar sobre nubes —dice Zunú.
—Insisto en que el ejército debe crecer —Juanjo habla volviendo a leer el libro.
—Y lo hará —confirmo—. Juanjo será el próximo iniciado, pero antes es necesario que desviemos la atención de mi persona... Irama ve mis tatuajes, me lee... debo hacer que deje de considerarme El justiciero.
—Eso está difícil... todos saben que eres aliado. —Zunú le da una calada a su cigarrillo—. Ellos solo están esperando un vuelco de tu actuación para ponerte el título, apuesto que hay apuestas... —dice esto riendo.
Sí, yo también creo que hay apuestas sobre mi cabeza.
—¿Cómo convencer a un montón de gente que cree saber la verdad? —pregunta Juanjo llevándose ambas manos a la cabeza.
Miro por un momento al vacuo, analizo la situación y me quedo en silencio por un buen tiempo.
—Qué el justiciero ataque a alguien que quiero... —digo—, y yo me enoje, y me convierta en un detractor.
—¿Qué? —Cenit pregunta riendo—. ¿A quién Luriel? Los gianti son intocables, tu hermanita va a sospechar, Thalia es demasiado poderosa, solo tú podrías hacerle algo, y... ¡No!
—Sí... —digo con confianza.
—No —me dicen los tres.
—¿Estás dispuesto a arriesgar tu relación hasta ese punto? —pregunta Juanjo—. ¿De verdad, Luriel? Pensé que amabas a Iracema.
—Mucho, y es por eso que lo vamos a hacer...
—Luriel... —dice Cenit incrédula.
—Ella es la candidata perfecta, su padre es detractor, es ni novia, y por haberla secuestrado es más que obvio que voy a odiar al Justiciero.
—¿Sabes que si ella lo descubre te va a odiar mucho, verdad? —pregunta Juanjo.
—Lo sé... pero no me queda de otra... si no hacemos eso... jamás obtendré ese libro, e Irama no me quitará loa ojos de encima.
—¿Y a quien vamos a dirigir las sospechas, Luriel? —pregunta Juanjo.
—A Zunú —dice Cenit, yo afirmo, mi tutor hace lo mismo.
—Soy el candidato perfecto, supongo... pero debo primero móntate mi escena del crimen —dice calando profundo su cigarro.
—¿Qué harás? —pregunta Juanjo incrédulo.
—Pelear con Asturia... solo necesitamos que hable del tema frente a mucha gente y ya lo hacemos... en fin, estoy listo, lo que sea por lograr nuestros objetivos.
—Lo que sea —repetimos y quedamos con el plan.
Coral se salvo, y espero que agradezca que tengo prioridades, por eso soy indulgente.
Ahora, manos a la obra con el plan de locos.
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