Capítulo 42. Casi

—Hey, Luriel —me dice Gus en lo que me arroja una lata de Coca-Cola en el aire, la sostengo justo antes de que caiga al suelo.

—Gracias —respondo mientras me seco el sudor de mi frente.

Abro la lata y la bebo mientras veo la hora en mi reloj, el cual marca 19:46 hoy Zunú nos soltó rápido del entrenamiento y es porque esta noche tenemos cacería.

Obviamente con dobles, porque debo mostrarme ante Orkias y Cariem, mis principales jueces, aunque ahora está esa mujer con quien no he cruzado más que el saludo, porque siento que si me acerco mucho me va a descubrir.

Mantener el show ha sido agotador, más sin los favores de pombero. Sin embargo los Pora han sido de gran ayuda. Y de paso me ayudaron a acercarme de nuevo a Iracema.

Ahora solo creen que soy parte del informante, y con eso estoy tranquilo, que ellos crean que mi vendeta y mal humor se expresa en críticas contra el sistema y alentando al Justiciero es creíble para todos.

Pero decepcionante para mi, porque lo más divertido de todo este montaje es la cacería.

Nada se compara a la sensación de ver a nuestros enemigos sumirse en la desesperación, suplicando por piedad.

Cuando irrumpimos en la fiesta profana de el sacerdote y su séquito de pecadores, que haya visto mi rostro al quitarme la máscara y haya intentado correr me daba satisfacción absoluta. Y no sólo porque llegamos a tiempo antes de que pongan sus sucias y asquerosas manos sobre esas chicas, si no porque en verdad esperaba con ganas atraparlo.

Lo correteamos un rato mientras nos divertíamos, él intentaba llamar a sus brujas malditas, a las gotas pero nada aparecía, porque el Nole me tangere se encargaba de bloquear su magia. Ni sus tatuajes de vínculo con Carina o los intentos de Possessionem en nuestra contra funcionaban.

Finalmente, Cenit se cansó de jugar al gato y al ratón, para acorralarlo y llevarlo de reserva hasta la noche de mi cumpleaños.

Araresá, se encargó de ocultarlo y torturarlo para nosotros... pero el maldito no soltó ni una mísera palabra.

Ingresamos al bloque de las habitaciones y subimos las escaleras, Juanjo va en silencio por delante nuestro, sé que está algo incómodo porque Gus aún no sabe nada, pero Ara ha sido muy explícita en cómo debemos avanzar. Ahora necesitamos el libro, y una vez que lo tenga recién podré iniciar a mi amigo y a una persona más.

Y aún no sé quien será esa persona. A veces quisiera que fuera Ira, pero cada que puede me deja en claro que no está de acuerdo y que piensa igual que su padre. Una opinión impopular en estos tiempos, por sobre todo porque hace meses no ha muerto ni una sola abeja.

Pensamos muy distinto en cuanto definimos la palabra: Justicia.

Tanto que hemos peleado en clases de Diplomacia y política se sectas y organizaciones esta mañana cuando la profesora planteó un caso, en realidad describió al Justiciero y su proceder. Debíamos justificar si el mismo debía o no ser desterrado del panal. Por supuesto que la pelea fue apasionante, tanto que la profesora de Posiciones y brebajes de pohã ñaná tuvo que suspender su clase para que nos tranquilizaramos un poco.

Pero a pesar de que estemos en polos opuestos creo que eso es lo que hace que nuestra relación sea interesante... pero no sé hasta qué punto la cuerda se pueda tensar. El miedo me invade por las noches imaginando que ella me descubre.

Arrojo la lata de Coca-Cola en el basurero y al fin me atrevo a hablar a mis compañeros.

—¿Van a salir este fin de semana? —pregunto.

—No... —dice Gus

—Tampoco —agrega Juanjo —. Florencia si sale, por si se te antoja ir a nuestra habitación el finde... y jugamos unas partidas de fútbol en la play.

—Suena bien —digo mientras me quito los guantes y las vendas de las manos.

—Y de paso hacemos la tarea de Magia ancestral —agrega Gus—. No entiendo un huevo esas invocación nuevas.

—Solo si nos enseñas sobre inscripciones de pueblos originarios —respondo.

—Trato hecho.

—¡Por los 7! Quisiera un fin de semana sin tareas —se queja Juanjo.

—¡Qué el 7mo te oiga! Por cierto ¿Hicieron sus brebajes de medicina natural? —pregunto llegando a mi puerta.

—Aún no —dice Gus—. Aprovecho para decirle a Yara que debemos reunirnos ¿Puedo?

—Adelante —digo y le hago un gesto para que pase a mi habitación.

—¿Y tú ya hablaste con José? —le pregunto a Juanjo.

—Le dije que haré la tarea solo... —responde mirando a Gus quien está hablando con Yara.

—Ha pasado algo más con Jose...

—No, apenas y le hablo... la estoy evitando al máximo, ya le estoy ocultando muchas cosas a Gus... ¿Cuando voy a borrar una de las cosas de mi lista Luriel?

—Dame tiempo Juanjo, no es fácil... las cosas se complicaron con la llegada de esa mujer que trajeron.

—La sexy hechicera?

—Sí... es una bruja Mbyjá —digo— .No estuve en esa clase de Orkias, pero según las antonaciones de mi clon, son brujas casi casi tan poderosas como las Bruja Guasú, casi, casi al nivel de Carina.

—Tremendo...

—Sí, lo sé da miedo...

—No, lo Tremendo es que tengas un clon y no me hayas dicho Luriel, ¿Cómo sé que eres el verdadero? Y no un puto clon.

—Tócame las bolas, perro, y ahí sabrás.

—Pero claroooo si las tienes eres el clon.

Le saco el dedo del medio y ríe, en lo que Gus se acopla a nosotros.

—Listo, gracias perro. —me dice mi amigo.

—Vamos Juanjo, deja de fastidiar  al Cario, dejemos que se aliste. Hasta mañana.

—Chao —digo y ambos van en dirección a su cuarto.

Ingreso a la habitación y veo a Yara sentada en el suelo con su laptop en el regazo.

—Holi —dice.

—Hola, ¿Ira? —pregunto mientras arrojo mi guante a la cesta de ropa sucia.

—Salió... o sea, vino, abrió su cajón y se fue... hace como 10 minutos.

Arrugo la frente, Ira ya suele entrar a bañarse en este horario, y me parece muy raro que haya salido sin decir a dónde iría. Hoy ya no hay entrenamientos extra.

—Mmm ¿No dijo nada?

—Noup...

—Ok, voy a buscarla. —digo mientras voy hasta mi mesita de luz y tomo mi celular para ver si no hay mensajes de ella.

—¿Hoy no sales de... cacería? —pregunta.

—No...

Comienzo a escribir a Ira, a ver si me contesta, pero ya veo que no está en línea.

Luriel 20:10
¿Dónde estás amor?

—¿Y cuando me vas a invitar a ser parte? —pregunta.

—No sé si te invitaré Yara... —respondo mirando la pantalla, esperando que me conteste.

—Puedo ser de mucha utilidad.

—No lo dudo, eres una buena soldado, he visto como decapitas enemigos.

—¿Y porque no sabes si me llevas o no?

—Por qué es peligroso Yara.

Chemorena❤️ 20:11
Bajo las escaleras de los cuartos del primer año. ¿Vienes?

Luriel 20:11
Voy ❤️

Estoy por salir, pero la voz de Yara me detiene.

—Ella sabe que eres el Justiciero.

Me volteo de inmediato hacia ella y la miro desafiante.

—No... ¿Me vas a amenazar, Yara? No me gusta el tono con el que preguntas.

—¡Jamás! Yo te soy leal Luriel, seria incapaz, eres mi líder  dentro y fuera del panal.

—¿Entonces?

Ella calla, se pone de pie y se acerca a mi, sus mejillas están rojas y puedo escuchar como su corazón late con fuerza.

—¿Por qué me confiaste a mi tu secreto y no a Ira?

—Porque ella no está de acuerdo...

—¿Y tienes miedo de perderla?

—Al grano Yara, no me gustan los juegos de niños.

—Es solo... que me sentí especial Luriel, porque me lo contaste a mi... y no a ella, y yo pensé que...

—Pensaste mal... —digo sin titubear—. No te di ni una sola señal para que mal pienses Yara. Si confie en ti, es porque creo que vas a ser una aliada en mi lucha.

—Y lo soy —se apresura en decir.

—Bien... me voy...

—¡Espera! Por favor, necesito sacarme esto Luriel...

—Habla... —digo tomando aire y soltandolo con cansancio.

—De verdad pensé que era algo especial, pero evidentemente Ira es tu amor, es solo que me dio ppr sorpresa que aquien dices amar no sabe de tu más grande secreto y yo sí... y hace 2 años me tengo que tragar verlos juntos... cuando se supone que yo era el amor de ti vida.

—Yara...

—¿No era lo que le decías a José? ¿Qué estabas enamorado de mi?

—Sí... —respondo.

—Pero luego te fuiste con  Ira...

—Porque evidentemente, no eras el amor de mi vida Yara... Ira lo es.

—Pero tampoco se lo has dicho... escucho conversaciones —dice y sus ojos brillan —. Ella dice que nunca le has dicho que la amas... ¿la amas, Luriel?

Trago fuerte, porque no me gusta que Yara me cuestione, sin embargo, no voy a dejar la respuesta en el aire.

—Con toda mi alma, y con cada una de mis heridas.

—¿Por qué no se lo has dicho?

—Eso ya no es de tu incumbencia... Yara, no arruines nuestra relación.

—Lo siento... lo siento, pero solo quiero saber algo más.

—Sin vueltas... dilo

—¿De verdad te gustaba Luriel?

—Mucho...

—¿Entonces? Yo deje a Gerardo por ti...

—Y quizás ese fue el problema... Yara, de todas maneras esa relación te estaba haciendo mal.

—Sí... pero eso me da igual... ¿Crees que soy hermosa?

—Lo eres Yara... claro que lo eres.

—¿Más que Ira?

Le sonrío, me acerco a ella y cuando estoy cerca de su oreja derecha, aparto un mechón de cabello y con seguridad le digo.

—No.

Me aparto de ella y sus ojos están brillosos, veo que lo que le dije le rompió el alma, pero soy honesto.

—No te voy a mentir Yara, para mi Ira lo es todo. Tienes mi secreto en tus manos, ya sabrás tu si tu lealtad es más fuerte que tu corazón roto... pero me cancé de ser diplomático. Y la verdad es que Ira lo es todo para mi.

>>Sí ella me deja al saber que soy el justiciero mi alma será pedazos... pero eso no va a impedir me nada. Mientras pueda mantener la ilusión, lo haré, mientras pueda cuidar mi corazón del dolor que me va a causar su odio, lo haré... pero no te voy a impedir nada, Yara.

Ella se seca las lágrimas que caen de sus ojos y asiente para luego decir:

—Desearía odiarte, Luriel... pero no y créeme cuando te digo que te soy leal. Con esto estoy bien, gracias por ser honesto.

Solo asiento y salgo de la habitación. Escucho sus sollozos, pero yo no soy un pañuelo, y no voy a quedarme a acrecentar su ilusión.

Chemorena❤️ 20:20
¿Amor?

Luriel 20:20
Perdón, ahora voy.

No dije ni una mentira... yo sé que Ira me va a dejar al saber que soy el justiciero, y que me va a doler un mundo, pero mientras lo pueda evitar... lo haré.

Y si toda nuestra relación va a quedar en un casi me descubre o un casi nos amamos hasta la eternidad, haré hasta lo imposible por sostenerlo.

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