Capítulo 23. Un paso en falso
La música suena a todo volumen, observo mi reloj y veo que marcan las 21:30. Hace mucho tiempo que no salía por una bebida a esta hora y aunque no es lo mismo ir a un bar en donde solo estamos miembros de la Colmena, la verdad es que me genera una sensación de libertad poder estar lejos de los mellizos sin preocupaciones al saber que están con su padre, ojalá se de más de seguido.
—Señor Gianti —saluda la bartender quien me conoce más que bien.
—Deli... tanto tiempo —digo tomando el vaso de whisky que me ofrece y rozando sus dedos mientras nos intercambiamos una sonrisa cómplice —. ¿Tienes planes para esta noche?
—La verdad no... pero sabrá usted que hay un decreto de la reina Gaia, todo miembro de La Colmena debe volver a su casa antes de la media noche a no ser que sea miembro de la guardia Originaria... o soldado, o de de esos que intentan atrapar a nuestro justiciero.
Bebo del whisky y levanto una ceja al oírla hablar con entusiasmo sobre el Justiciero, y más como hace énfasis en el "nuestro"
—Sí, sé lo del decreto señorita Deli, pensaba en justamente acompañarla a su casa, así me aseguro de que llegue a salvo.
—Siempre tan atento Mortel, pero usted y yo sabemos que tiene responsabilidades, y que no planea quedarse hasta el amanecer conmigo.
—Chica lista...
—Y sexy, no olvide mencionarlo. Pero hablando en serio, Gianti... —se apoya con los codos sobre la barra y me mira a los ojos, sus bucles caen sobre su rostro moreno y el rojo de su labial se ve más intenso bajo la luz del bar—. ¿Tú eres de los que persiguen al Justiciero?
—Lastimosamente, no... sabes bien que estoy de niñero casi las 24 horas...
—Mortel, Mortel, sabes a lo que me refiero. Tú eres uno de los más alabados por aquí, una vez salvaste a toda la Colmena de Carina.
—No, esa fue Elsa.
—No te quites el mérito Gianti... pero a lo que voy. Sabes que necesitamos a este alguien que nos defiende. Necesitamos saber si somos más los que estamos dispuestos a quemarnos por él o ella.
Bebo de nuevo de mi vaso, y miro a la mujer, quisiera emitir mi opinión, la sincera y verdadera, pero Orkias me quitaría la cabeza si sabe lo que pienso de todo esto y más si se entera o evidencia de que yo apoyo abiertamente a este personaje, por sobre todo porque mi hijo ya está metido en problemas por ello.
Lo que si, me sorprende ver que la gente se esté organizando para brindar apoyo a el justiciero en caso de que él lo necesite.
Imagino que debe ser parte de su campaña, y su estrategia. Lo cual es muy inteligente, obtener la gracia del pueblo no es fácil, pero el problema de esto es que no tiene abejas unidas, los ha dividido en 2 bandos. Los puristas, que está encontra suyo, y los seguidores de sus métodos.
—Lo siento señorita Dumont, pero no...
—Mortel, en serio, necesitamos creer en algo luego de tantas muertes y perdidas. Solei ya nos dio protección y el justiciero nos da paz. Sé que me entiendes. Solo espero que el día que esto reviente, no te unas a loa persecutores.
Aprieto los labios, porque sabía que era a eso a lo que ella quería llegar, no le importa mi opinión, solo quiere asegurar que ella va a estar del otro lado, y como buena amante espera que lo comprenda. Y lo hago, pero no puedo decirlo.
Lo único que me da miedo de esto, es que esté justiciero está polarizando tanto nuestro pueblo, que podemos llegar a ser enemigos, así que fácilmente podría ser considerado enemigo de la Colmena, a pesar de tener tantos simpatizantes.
—¡Hey! Gianti —saluda Franco quien acaba de llegar.
Deli ofrece una mirada de desagrado a Asturia y todo su lenguaje corporal se traduce en rechazo.
—Asturia... —digo apartando mi cuerpo de la barra. Él se sienta a mi lado y hace un gesto para que le sirvan whisky.
La bartender procede a pasarle el vaso y se aleja de nosotros. Imagino que tanto desagrado es porque Franco es uno de los referentes "antijusticiero" ha presionado tanto a la comisión directiva del internado y solicitado audiencias con la reina Originaria para actuar sin piedad contra todo aquel que apoye abiertamente al Justiciero, sin embargo no ha ganado más que respuestas evasivas de Gaia.
—¡Qué raro que estés fuera de tu cueva! —dice en lo que se bebe su whisky.
—Orkias me dio un respiro hoy.
—Ya era hora, debe ser agotador cuidar a los hijos ajenos, y más si son de tu ex mujer ¿Por cierto como están?
El comentario me parece desubicado, pero ante todo soy un diplomático, a así que cambio mi postura, y ni tono amigable, pero contesto con cortesía.
—Al contrario, muy a pesar de que Solei y yo terminamos, por mis descortesías con ella, la precio, la admiro y la respeto, es la madre de mis tres hijos, renunció a mucho por mi, lo mínimo que puedo hacer es cuidar a los mellizos.
—No debes fingir conmigo Mortel —dice volviendo a beber—. Sabes que puedes ser 100% honesto, aunque Orkias sea mi amigo, yo no sabría cuidar, ni querría hacerlo, a hijos de otros.
—¿Siquiera cuidaste a tus hijas alguna vez? —pregunté con un tono arrogante.
Franco bajó su vaso e hizo un gesto para que Deli le volviera a servir. La mujer lo hace, no sin ocultar su desprecio, pero eso a Franco parece resbalarle.
—Gianti, en serio, no me la creo tu papel de buen hombre... la gente rumorea que eres un verdadero hijo de puta.
—Y no se equivocan, yo tengo un carácter de mierda, y soy un hombre que gusta de visitar varias camas. Pero algo que siempre he disfrutado ha sido estar con mis hijos, no el tiempo que ellos hubieran merecido. Pero si el que el ínter me ha permitido. Así que si puedo dar algo a los pequeños Arikú en compensación a su enorme pérdida, lo haré... es eso o ir a buscar a nuestros verdugos.
Franco cambia su expresión, como si lo que acabara de decir no es lo que quiere que pase, su labio se tuerce y en verdad comienzo a ver que algo no me cuadra en él.
Aprieto mi mano derecha en un puño, y en un movimiento sigiloso llamo a Guasú, ella ya sabe que hacer. Mi instinto de supervivencia se activa al máximo, como advirtiéndome de que debería alejarme cuanto antes.
—Interesante Gianti, en verdad, ojalá que los Arikú te salgan mejor que Luriel e Hisa que se andan metiendo de pelea en pelea, y siendo casi, casi de ese enemigo público del justiciero... deberías ponerles límites.
—Hablas de tu yerno... —digo intentando apartarme de la barra, pero Franco me sostiene de la muñeca.
—Sí fuera por mi, haría que Iracema termine con él, pero al fin y al cabo, es la elección de mi hija, y me guste o no, el Cario es una buena opción entre todos los pretendientes de Ira.
—Pues... me alegra que dejes elegir a tu hija, ahora si me permites —digo soltandome de su agarre—. Debo retirarme.
—Sí, imagino que ser niñero es muy demandante...
—Seguro... —interviene Deli quien viene junto a mi con su cartera a cuestas—. Pero este galán va conmigo...
Asturia mira con desprecio, pues en verdad quería seguir burlándose de mi, o mejor dicho intentar burlarse de mi con sus comentarios estúpidos. ¡Vaya payaso resultó ser este tipejo! Si no fuera un caballero, ya tendría la nariz roja.
—¡Bien! —dice con altanería— Le hace falta salir de su mansión... mejor dicho prisión, a penas sale de ella y no deja entrar a nadie. A ver si te lleva.
—No... —Deli le sonríe —, a este galán me lo llevo a mi casa, porque no vamos a respetar el horario de protección a menores... ahora, con permiso señor Asturia, que aproveche su noche.
Franco levanta su vaso, se despide con un gesto, mientras que Deli y yo nos retiramos del bar. Yo volteo y ofrezco una mirada a Guazu, quien ya hizo un lazo de rastreo a Franco. Espero que mis sospechas no sean certeras, pero algo me huele mal en él. Es mejor no dar ningún paso en falso ahora.
—Te acabo de salvar el trasero Gianti —se jacta Deli mientras ze lleva un chicle a la boca—, ese Asturia suele ser un reverendo hijo de puta, más cuando bebe. No hubieras salido de allí tan rápido de no ser por mi.
—O sea ¿Mentiste y no me llevaras a tu casa?
—Ahhh, no, eso sí pasará, me debes pagar este favor, y usted señor Gianti es experto pagando con esa moneda.
—Dicen que soy muy bueno pagando deudas.
—Tanto, que ya quiero que lleguemos.
Aunque definitivamente estoy entusiasmado por como va a terminar esta noche, no puedo ignorar este presentimiento alrededor de Franco. Debería hablar con Maitena, estoy seguro que ella podrá despejarme dudas.
¿Le tenemos envidia a Deli?
¿Están disfrutando de estos capítulos?
¿Franco será expuesto o se va a librar?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top