Esa noche, en la oscuridad silenciosa de su habitación en el orfanato, Erteyzen revisaba las instrucciones enviadas por su cliente. El Sector Quinto había estado manipulando partidos de fútbol durante años, y ahora, con la joya robada y el campeonato temporalmente suspendido, la presión sobre sus operaciones había alcanzado un punto álgido. La joya, que aparentemente solo tenía valor histórico, escondía algo mucho más importante: una llave simbólica para controlar las apuestas del torneo. Sin embargo, Erteyzen no estaba interesado en el destino de los partidos ni en los detalles de la corrupción del fútbol. Su misión era mucho más oscura.

Esa misma noche, en un callejón sombrío de la ciudad, Erteyzen se comunicaba mentalmente con su hermano gemelo, Danielle. Ambos sabían que, con Erteyzen recuperándose del colapso reciente, era el momento perfecto para hacer un movimiento en la sombra.

Erteyzen: "Al no poder entrenar, puedo hacer mi próximo movimiento. Quiero que me suplantes durante los entrenamientos. Nadie notará la diferencia. Yo me infiltraré en el Sector Quinto y seguiré la investigación. Debemos movernos rápido."

Danielle, conocedor de las capacidades y debilidades de su hermano, asintió mentalmente. Eran gemelos, prácticamente idénticos. Mientras uno jugaba su papel en el campo de fútbol, el otro se movería como un espectro entre las sombras de la ciudad.

La mañana siguiente, Erteyzen, con la capucha baja sobre su rostro, se acercaba al edificio del Sector Quinto. Las medidas de seguridad habían aumentado desde la desaparición de la joya, pero su infiltración no era solo una cuestión de habilidad; era personal. Usando su conocimiento de los sistemas de vigilancia, aprendidos durante años de trabajo encubierto, hackeó las cámaras de seguridad y desactivó las alarmas sin esfuerzo, pasando desapercibido entre los guardias que patrullaban las instalaciones. Dentro del edificio, el ambiente era tenso. Se habían reforzado las medidas de seguridad tras el robo, y los líderes del Sector Quinto estaban bajo una presión creciente. Sabían que la investigación en curso podría exponer toda su red de manipulación. Pero lo que no sabían era que Erteyzen, el ejecutor silencioso, estaba allí, observando desde las sombras.

Una vez dentro de la oficina del administrador principal, Erteyzen comenzó a recoger información. Documentos sobre las transacciones ilegales, sobornos a los equipos de fútbol y amenazas a los jugadores estaban repartidos por todo el despacho. Al mismo tiempo, su mente estaba en contacto con Danielle.

Erteyzen: "La información que tenemos es suficiente para hundirlos. Pero el cliente quiere algo más grande."

Danielle permaneció en silencio por un momento antes de responder.

Danielle: "¿Vas a hacerlo?"

Erteyzen dudó. No era su primera vez en una misión peligrosa, pero esto iba más allá de lo que solía hacer. No obstante, su propósito seguía claro: la misión debía cumplirse a cualquier costo.

Erteyzen: "Lo haré."

Mientras procesaba la información, Erteyzen envió un mensaje cifrado a su cliente.

Erteyzen (mensaje): "Todo listo. Preparando el siguiente movimiento."

La respuesta llegó rápidamente.

Cliente (mensaje): "Realiza el asesinato. Queremos que todo el país lo vea. Hazlo, y habremos terminado."

El objetivo era un alto cargo dentro del Sector Quinto, un hombre que había sido clave en la manipulación de los partidos. Su muerte no solo enviaría un mensaje claro a los involucrados, sino que también provocaría una ola de caos dentro de la organización. Un caos que, en última instancia, beneficiaría a los intereses de su cliente.

Esa noche, el clima era frío, y la oscuridad cubría la ciudad como un manto impenetrable. Erteyzen, con su capucha cubriendo el rostro, se dirigió a la mansión donde residía su objetivo. Con una precisión letal, burló a los guardias de seguridad y desactivó los sistemas de vigilancia. Su movimiento era tan calculado como silencioso. Subió por las escaleras hasta el despacho donde su objetivo estaba reunido con algunos de sus colegas. Desde las sombras, observó.

El momento fue rápido, casi imperceptible. Con un solo golpe, Erteyzen neutralizó a su objetivo, registrando cada momento en su cámara oculta. La transmisión estaba lista. Mientras las luces de la mansión parpadeaban por un momento, el cuerpo del hombre caía sin vida al suelo. Todo se había hecho en silencio, y antes de que nadie pudiera reaccionar, Erteyzen ya había desaparecido en la noche.

A la mañana siguiente, los medios de comunicación estallaron con la noticia. Un video había sido transmitido en las principales cadenas de televisión del país, mostrando el asesinato en detalle. La voz distorsionada de Erteyzen resonaba en las pantallas.

Erteyzen (mensaje en video): "Esto es solo el principio. Detengan la investigación, o el siguiente será el presidente del Sector Quinto."

El país entero estaba conmocionado. La organización estaba al borde del colapso, y el miedo se extendía como un incendio descontrolado. Mientras tanto, Erteyzen observaba todo desde la distancia. Había cumplido con su misión, y ahora, el destino del Sector Quinto estaba en manos de aquellos que habían intentado manipular todo desde las sombras.