Capítulo 18
Después de salir corriendo de la cafetería, creo que mi estatus social había caído todavía más bajo. Mucha gente había presenciado nuestra disputa, así que ahora cuando caminara por los pasillos la gente me recordaría como la patética chica que huyó de su ex-mejor amiga en una pelea.
Simplemente lo que necesitaba.
Varias cosas habían cambiado este último mes en el Wembly. Para empezar, la mesa de los fantásticos y populares no era tan maravillosa como parecía. La mayoría de veces veía a Blake y Taylor comer en un lado de la mesa y a Leah y Ethan en otro. Casi ni se dirigían la palabra. Se podría decir que la tensión andaba en el aire. Me gustaría saber porqué. A veces Amber aparecía y sentaba su culo de modelo entre medio, pero a pesar de todo se olía a distancia que las cosas no andaban bien.
A eso yo lo llamaba yo karma.
Por mi parte, pensaba que después de todo lo ocurrido acabaría estando sola durante lo que quedaba de semestre, pero me sorprendí al ver como Zak, Ava y mi hermano se quedaron conmigo como si fuera lo más natural del mundo. Sí, hasta mi insufrible hermano decidió apoyarme y permanecer a mi lado. Increíble, ¿verdad?
—Bueno, no puedo dejar sola a mi hermana pequeña— había sido su respuesta.
La verdad es que fue un acto muy bonito por parte de alguien a quien solo le importaba su deportivo, pero eso él no debía saberlo.
Se podría decir que tenía mi propio grupo, uno en el que no me sentía apartada ni diferente. Por mi primera vez me sentía yo misma en el instituto y eso me hacía feliz.
Solo deseaba compartirlo con Leah, pero por lo visto, seguía sin poder verme.
Aun aguardaba la esperanza de poder hablar con ella y solucionar las cosas. Habíamos sido amigas desde la infancia, no podíamos dejar que por culpa de una persona todo se fuera por la borda. Aunque, por otro lado, Leah parecía estar bien sin mí.
Quizá estemos mejor separadas.
Si tan solo supiera qué hacer.
—Aria, ¿me estás escuchando?— exclamó Ava moviendo una mano enfrente de mi cara.
—¡¿Qué?!— pregunté perpleja.
Ava suspiró y siguió mi mirada con la suya.
—Aria, sé que no hace mucho que tú y Leah tuvisteis problemas... Pero deberías dejar de preocuparte por ella.
Aparté la vista de mis antiguos amigos y la fijé en sus finos ojos grisáceos.
—No estoy preocupada. Simplemente quiero hablar con ella; arreglar las cosas.
—¿Acaso te parece que ella lo está pasando mal?— intervino Zak.
La volví a mirar. Estaba al lado de Ethan, riendo sobre algo mientras jugueteaba con su pelo.
—No— susurré.
—Creo que ya va siendo hora de que pases página. Ella ya lo ha hecho— sugirió mi hermano.
¡Ouch! Eso había dolido.
—¡Tyler!— recriminó Ava. —Te has pasado.
—Solo le he dicho la verdad. No puede estar sufriendo por una persona que ni siquiera la echa de menos. Lo siento, pero alguien tenía que decírselo.
—¡Podrías haber sido un poco más sensible, idiota!
—¿A quién estás llamando tú idiota, rubia de bote?— se defendió él.
Ava frunció el ceño.
—¿Qué acabas de decir, copia de Dylan O'Brien?
—¿Otra vez con eso? ¡No sé quién demonios ese ese tal Dylan!— exclamó Tyler.
A partir de ahí se entablaron en una pelea que me pareció muy lejana. Estaba demasiado ocupada pensando en otras cosas. De repente una mano se posó en mi hombro.
—¿Estás bien?— la mirada cálida de Zak hizo que un escalofrío me recorriera la columna. Extrañamente, me reconfortó un poco.
—No. Pero lo estaré.
Me levanté de la silla y recogí mi mochila.
—¿A dónde vas?— preguntó Zak.
—A tomar el aire. Necesito aclarar algunas cosas.
Caminé hacia la parte sur del instituto, donde había un pequeño jardín perteneciente al club de jardinería. No era muy grande, pero era perfecto para desaparecer un rato. Me apoyé en una de las paredes y me deslicé hacia abajo, acabando sentada en la tierra.
El olor a hierba y flores me golpeó fuertemente. Era como estar rodeada de diferentes perfumes y aromas exóticas. En cierto modo agradecí la distracción. Sabía que debía pensar en cómo acercarme a Leah, pero ¿y si era verdad que ya había pasado página?
Volvería a quedar yo como la tonta que vuelve arrastrándose una y otra vez.
—¡No!— grité a la nada. —Se acabó eso de llorar por los rincones. Si Leah quiere dejar de hablar conmigo, pues adelante, ella sabrá lo que hace. No voy a pasarme el día esperando a que vuelva. A partir de hoy, todo cambiará.
Decirlo sonaba más fácil que hacerlo. Yo seguía siendo invisible para el resto mientras que ella tenía admiradores por todos lados.
A veces me preguntaba como acabamos siendo amigas. Éramos totalmente diferentes. ¿En algún momento fue ella misma? ¿O simplemente se quedó conmigo por pena?
No paré de preguntarme eso a lo largo de la mañana. Tampoco pude evitar ese dolor en el pecho cada vez que la veía por el pasillo y me dirigía una sonrisa de suficiencia, porque en el fondo todavía la consideraba mi mejor amiga, y Leah lo sabía.
♥️
—¿Estás segura de que esto es lo que necesito?— pregunté insegura.
Ava hizo un ademán con la mano, dando a entender que me estaba preocupando demasiado. Pero la verdad, ¡si era para tanto! Hacía años que no pisaba un salón de belleza y ahora estaba en una lista para hacerme un pequeño arreglo en el pelo.
—Por Dios, Aria. No es como si fueras a teñirlo de azul o rosa, simplemente vas a darle otro estilo— contestó felizmente, jugueteando con uno de mis mechones. La amplia sonrisa que me proporcionó me inquietó todavía más.
—Está todo listo para empezar— anunció la chica que nos había atendido antes. —Seguidme, por favor.
Nos levantamos de los mullidos asientos que adornaban la sala y la seguimos por el largo pasillo.
—¿Estás segura de esto? Probablemente nos cueste un dineral— comenté aprensiva. Una cosa era acceder a un cambio de imagen, otra completamente diferente era dejar que Ava la pagara.
—¡No digas tonterías! Considéralo como un regalo de cumpleaños adelantado.
Rodé mis ojos.
—Si tú lo dices...
Llegamos a una habitación en la cual había otras chicas enfrente de un amplio espejo. Me senté en el único sillón libre que había y empecé a pensar en otro tipo de cosas, como por ejemplo la fiesta a la íbamos a asistir Ava y yo esta noche, razón por la cual nos encontrábamos aquí.
Por el espejo vi a mi nueva amiga hablar con una chica mientras me señalaba. Quería salir corriendo de allí. Pero no lo hice, no quería desilusionarla.
Las dos mujeres se acercaron y comenzaron a tocar mi pelo.
—No te preocupes, Aria. Alison va a dejarte un pelo digno de pasarela. Incluso mejor que el de Amber.
Miré mi reflejo en el espejo, en definitiva, necesitaba un cambio. Ahora solo tenía que esperar para ver los resultados. Y rezar para que no fueran a peor.
♥️
—¡Aria! Estás...— comenzó Ava. —¡Estás increíble! Sabía que esto había sido una idea genial.
Después de una hora sentada en el mismo sillón, por fin podré ver mi nuevo look. Estaba nerviosa, ¿y si no me gustaba? Me mordí el interior de mi mejilla, insegura por las palabras de Ava. Su gusto y el mío no eran del todo similares.
—Bueno, ¿estás lista?— preguntó Alison con una pequeña sonrisa que rebosaba emoción.
Asentí con la cabeza mientras me giraban para poder por fin verme en el espejo.
La chica que me devolvía la mirada era... Diferente. Muy diferente. Pero no me desagradaba. Casi parecía más madura y con más años de los que verdaderamente tenía. Ahora el pelo me llegaba por debajo del pecho y no por la cintura, y las puntas tenían un toque más claro que el resto de cabello. Sin duda, mi aspecto había mejorado bastante. Al igual que mi autoestima, aunque solo fuera un poco.
—¿Te gusta?
—¡Me encanta!— me abalancé sobre Ava para darle un abrazo. —Muchas gracias, Ava.
—No hay de qué. Sabía que te gustaría. Ahora levanta, tenemos que arreglarnos ya si queremos llegar a tiempo.
♥️
—¿Te importaría repetirme a la fiesta de quién vamos?
—Te lo he dicho mil veces, Aria. Se llama Cory y va conmigo a clase de Trigonometría. No tienes de que preocuparte— dijo mirándome por el espejo retrovisor del coche.
—Es verdad, enana. Además, si alguien intenta acercarse a ti estaré encantado de patearle el culo de la misma forma en la que lo hice con Zak— explicó desde el asiento del copiloto.
Zak, que estaba a mi lado, enrojeció rápidamente.
—Ya pedí perdón por mis actos... ¿Cuántas veces más vais a tener que recordármelo?
—Las que a mí me parezcan bien.
Tuve que morderme el labio ante la cara de Zak para evitar que se me escapara la risa. El chico de verdad parecía avergonzado.
—¿Falta mucho para llegar?—pregunté para cambiar de tema.
—De hecho...— comenzó Ava entrando a lo que parecía un parking. —Ya estamos aquí.
Bajamos del vehículo y nos adentramos en la lujosa casa de Cory. No había tanta gente como en mi anterior fiesta, pero eso no significaba que el aire no oliera a sudor y alcohol. Por lo que a mí respecta, ni Leah ni Blake ni Amber estaban invitados a venir, así que la noche no pintaba tan mal.
Nos adentramos entre la masa de gente que había aglomerada en lo que era una pista de baile improvisada hasta llegar a la otra punta, donde al menos se podía respirar.
—¿De verdad hay tanta gente en el instituto?
Ava me miró con una sonrisa en los labios antes de tirar de mi brazo y acercarme a ella.
—No lo sé, pero ¿ves a esas chicas de allí?— señaló a un trío de chicas cerca de la barra.— Es la primera vez que las veo. Será mejor que vaya a presentarme.
Con eso, desapareció entre la gente dejándome sola con Zak y mi hermano. Rectifico, solo con Zak.
—¿No irás a dejarme sola tú también, ¿verdad?— inquirí alzando una ceja.
—No, no pienso perderte de vista. Donde tú vayas, yo voy. Con quien tú hables, yo hablo. Voy a ser tú guardaespaldas. El mejor que hayas tenido en tu vida— me guiñó el ojo y nos llevó hacia lo que me parecía que era la cocina.
Como era de esperar, estaba a rebosar de gente. Un montón de vasos y comida basura se encontraba amontonada en las encimeras y había gente cocinando con sartenes y ollas. Alguno también estaba ya echando fuera lo que había cenado o incluso desayunado.
Suspirando, me di la vuelta para encontrarme a Zak sujetando dos vasos con un líquido transparente. Bueno, uno iba lleno. El otro estaba vacío.
—¿Se supone que vamos a emborracharnos con agua del grifo?— pregunté señalando a los dos vasos.
Zak echó su cabeza para atrás en una carcajada antes de sonreír pícaramente.
—Pequeña lectora, tu inexperiencia en este mundo me sorprende más y más cada día .
—¿Qué quieres decir con eso?
—Que lees demasiado. La Tierra también tiene cosas buenas, ¿sabes? — se señaló a sí mismo antes de darle un trago al otro vaso. —Yo, por ejemplo.
—Lo siento, pero debo preguntar. ¿Te has fumado algo? Estás diciendo más tonterías de lo normal. Y en pocos segundos, de hecho.
—Estoy perfectamente, pequeña mariposa.
Tuve que morderme el labio para no empezar a reír. ¿Pequeña mariposa? Ahora si estaba convencida. Se había tomado algo quisiera admitirlo o no.
—Lo que tú digas, Zak. Deberíamos salir de aquí. Necesitas tomar el aire.
—¡No! Antes tienes que beber tú también.
—¿Cómo dices?— pregunté perpleja.
—No voy a moverme de aquí hasta que te hayas acabado este vaso— dijo adamante.
—No voy a beber, ya lo sabes. ¿Podemos salir ahora?
—¡No!— gritó haciendo un mohín.
No sabía lo que le pasaba. Él mismo dijo que el alcohol le hacía actuar de una forma más agresiva de lo normal, pero ahora se estaba comportando como un niño de tres años.
—¿Lo dices en serio?
—Muy en serio— para marcar su punto, se sentó en el suelo de brazos cruzados.
—¡No quiero beber!
—Pues entonces aquí nos quedamos.
—¡No!— espeté.
—¡Sí!
—No tengo paciencia para esto— gruñí.
No me lo podía creer. De verdad estaba actuando como un niño pequeño. Grité internamente. Si había algo que enfadara más a los niños era gritarles o llevarles la contraria. Tyler era la prueba viviente de ello. Solo tenía que jugar a su juego. Aunque claro, si hubiera querido cuidar de un crío me habría ido con mi hermano.
—De acuerdo— comencé. —Voy a bebérmelo. Espero que después de eso podamos actuar de una manera más adulta.
—Como quieras.
Le cogí el vaso de la mano y me lo llevé a los labios. Apoyé el borde en mi boca e incliné la cabeza hacia atrás, simulando que bebía. Con un poco de suerte se lo tragaría y podría, de una vez por todas, ir fuera.
Lo que no me esperaba era que Zak se levantara y empujara mi mano hacia adelante, haciendo que por la sorpresa mi boca se abriera y dejara pasar el líquido por mi garganta. No. Eso no me lo esperaba. Y ahora, gracias a él, había bebido por primera vez. No había sido demasiado conmemorativo.
—Ahora ya podemos salir— dijo alegremente.
Rezaba para que el alcohol no hiciera efecto, o que al menos se tratara de algo fácil de llevar. La verdad es que no me veía con fuerzas para explicarle a mis padres la futura resaca que podría tener. Ni a ellos ni a nadie.
Mientras Zak me guiaba por la muñeca hacia el jardín trasero, la garganta me abrasaba por dentro. Tenía unas ganas tremendas de toser y toser, pero desgraciadamente no gozaba de ese lujo. Estaba demasiado ocupada siendo arrastrada hasta los confines del jardín como para pararme y ocuparme de eso.
Llegamos a un área bastante alejada de los demás, por lo que me permití desplomarme en el suelo junto a Zak para reponerme un poco. La cabeza me daba vueltas al igual que todos mis alrededores y sentidos. Estaba empezando a marearme un poco.
—Zak, creo que esa bebida que me has dado no me está sentando bien. Deberías haberme dicho que tipo de licor era. ¿Y si soy alérgica? ¿Y si no me sienta bien? Zak... ¿Zak?— miré a mi amigo, que yacía en el suelo.
Su respiración era profunda. Me acerqué a él para ver que era lo que le pasaba cuando escuché un sonido ronco. Volví a escucharlo otra vez, dos veces más hasta que caí en la cuenta de que estaba durmiendo y esos sonidos eran ronquidos. ¡Tendrá cara! Primero me obligaba a beber y ahora me dejaba tirada en medio de una fiesta dónde no conocía a nadie.
—Menudo guardaespaldas estás hecho, amigo.
Decidí dejarlo dormir y me levanté con cuidado de suelo. El mundo todavía giraba, pero ahora podía diferenciar las manchas y sombras por personas.
Un avance era un avance.
El siguiente paso era encontrar a Ava. La última vez que la vi estaba cerca de la pista de baile. Con un poco de suerte todavía seguiría allí. Atravesé una puerta corredera que separaba el jardín del salón principal y en seguida me vi en la misma habitación de hace media hora. La mayor parte de la gente está bailando al ritmo de la música que sonaba por los altavoces. Aunque no me gustaran las aglomeraciones, debía decir que al menos la música era buena.
Entrecerré los ojos a medida que barría la habitación con la mirada en busca de mi salvaje y peligrosa amiga. Después de recorrerla varias veces la encontré apoyada en la pared con expresión aburrida. Decidida, me encaminé hacia ella.
—¿Dónde estabas? Llevo un buen rato buscándote— exclamó en cuanto me vio.
—Zak me arrastró hacia la cocina donde me obligó a beber un vaso de no-se-qué— expliqué sin darle mucha importancia.
—Así que por fin la pequeña Aria se hace mayor. Dime, ¿cómo te sientes después de tu primera copa?— dijo sonriendo ampliamente. Si no la conociera diría que hasta se sentía orgullosa.
—Igual que antes— confesé.
—¡Eso es imposible! ¿No te sientes más ligera? ¿Menos preocupada por las cosas?
Me quedé callada y quieta durante unos segundos, esperando a ver si mi cuerpo se sentía tal y como lo describía.
Nada.
—No. Lo único que siento es un leve dolor de cabeza.
—Bueno, solo hay un remedio para eso— levantó su dedo índice a modo de explicación.
—¿El qué?
—¡Seguir bebiendo! — gritó eufórica.
Sin avisar, puso otro de los vasos en mis manos y empujó mi brazo hacia mis labios, haciendo que el líquido se derramara por varios lugares antes de que me decidiera de una vez por todas y tragara el líquido restante de una sola vez. Ahora sí noté como un fuego se propagaba por todo mi cuerpo hasta mi cabeza.
Una estúpida sonrisa se formó en rostro.
—Ahora está mucho mejor... ¡Vamos a bailar! — unió su brazo con el mío y me llevó hacia la pista de baile.
Otra canción comenzó a sonar, esta vez una de mis favoritas. De repente, unas ganas tremendas de bailar recorrieron cada célula de mi interior. Ava y yo comenzamos a movernos al ritmo de la música entre la gente, ajenas de a los demás. Estábamos en nuestra propia burbuja de risa y diversión de la cual nadie podía sacarnos. Por primera vez en mucho tiempo me lo estaba pasando en grande con algo completamente diferente a los libros.
Y se sentía igual de bien que un chute de adrenalina.
Ahora mi cabeza estaba más ligera, era como si alguien hubiera cogido todos mis problemas y los hubieran apartado a un lado. No me preocupaban Leah ni Blake ni cualquier otra cosa que no fuera este momento. Me gustaría quedarme así para siempre. Llena de alegría y despreocupación, eufórica y burbujeante.
De alguna forma, Ava y yo acabamos bailando la una frente a la otra, riéndonos de los movimientos que hacíamos. Me atrevía a decir que ella había tomado muchas más bebidas que yo.
Sus movimientos comenzaron a ser torpes y descoordinados a medida que avanzaba la canción. Sin saber cómo, los míos también acabaron siendo menos y menos rítmicos y más torpes y ridículos. Se podría decir que era un espectáculo digno de ver.
—Aria— gritó Ava por encima de la música.
—¡¿Qué?!
—Tengo que decirte algo— se acercó más a mí hasta que estábamos prácticamente pegadas.
—¿Es importante?
—Es un secreto— soltó a carcajadas.
—¿Y a qué estás esperando? Dímelo— contesté riendo yo también.
—Prométeme que no lo contarás.
—Lo prometo— dije impaciente.
—¿Seguro?
—¡Sí!
—Está bien...— permaneció callada unos segundos antes de fruncir el ceño. —Será mejor que te lo enseñe.
—¿Enseñarme qué?
—Esto.
Y sin más vacilación dio un paso hacia adelante, haciendo que sus labios se juntaran con los míos en un rápido y casto beso inesperado.
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N/A: ¡Holaaaa a todos! ¿Cómo estáis? Sé que hace muchísmo tiempo que no actualizo pero si vais al instiuto sabréis que entre exámenes, exámenes y más exámenes es imposible tener un poco de tiempo libre para sentarse y escribir. Sé que es una excusa terrible pero desgraciadamente es la única que hay :(
Aun así espero que os haya gustado. +3000 palabras, extra largo para que me perdonéis por la tardanza. ¿Qué os ha parecido? ¿Os esperábais esa acción por parte de Ava? Y Aria, ¿cómo creéis que reaccionará?
Espero vuestras opiniones y teorías en los comentarios!!
Gracias por las 30K lecturas, votos y todos los comentarios que dejáis. Leo cada uno de ellos y he de decir que me encantan. Creo que puedo decir que tengo mucha suerte al tener unos lectores tan geniales como vosotros. Os amo demasiado <3
Una vez más gracias por todo! Os espero en los comentarios.
Nos leemos pronto.
-A
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