Capítulo 16




—¿Qué haces aquí?— pregunté de brazos cruzados.

Después de mi charla en el cine con Taylor esperaba pasar una tarde tranquila y llena de capítulos de Teen Wolf, pero observando a la persona delante de mí, eso iba a ser poco probable a que sucediera.

—Tenemos que hablar.

¿Por qué todo el mundo tenía que hablar conmigo? ¿Es qué era la única con cara de mema que estaba dispuesta a escucharlos?

—¿Sobre qué?— intenté hacerme la loca.

—Lo sabes de sobra.

—¿Se lo has dicho a Taylor?

—No.

Una parte de mí se alegró de eso, ya que al menos esta mañana Taylor no fingía, la otra quería contárselo ella misma.

—He hablado con ella esta mañana.

Se tensó.

—¿Qué le has dicho?

—Nada que no necesite saber. Está preocupada por vuestra relación— una serie de tacos salió de su boca. Se estaba enfadando, pero siendo la cotilla que soy, decidí empujar el tema. —¿Tenéis problemas?

—¿Podemos no hablar de esto aquí fuera?

Suspiré y abrí la puerta para que pasara. De repente, un pensamiento pasó por mi cabeza. Me volví hacia Blake.

—¿Cómo has conseguido mi dirección?

—Conozco a tu hermano, ¿recuerdas? —rodé mis ojos. —Por cierto, ¿dónde está?

—Ha salido. Tienes suerte de que mis padres estén más tiempo en la oficina que en casa, si no ya estarías muerto.

—Me considero un chico con suerte.

Lo llevé a la sala de estar, donde la televisión estaba pausada con Dylan O'Brien en primer plano y mis mantas se encontraban enrolladas en el sofá. Blake soltó una carcajada.

—Se parece a Tyler— bromeó apuntando a la pantalla.

Lo miré sorprendida.

—¡No se parece en nada! Dylan es muchísimo más guapo que mi hermano. No puedes compararlos. Es... Es... ¡Inaceptable!— dije asqueada.

—Vale, vale, guarda las garras.

—Perdón. ¿Ahora vas a explicarme tus problemas con Taylor?

—¿Por qué tengo que explicártelos a ti?

—Porque es mi amiga y me preocupo por ella.

—No he venido a hablar de eso— frunció el ceño.

—Quizá me ayude a entender porqué hiciste lo que hiciste.

—Eso no...

—¿Qué ha pasado entre vosotros? ¿Tenéis problemas? — decidí ir al grano.

—No tenemos problemas. Solo falta de comunicación.

—¿A qué te refieres?

—Supongo que te habrá contado algo... — asentí, y suspirando, continuó. —Bien, entonces sabrás lo que algunos idiotas piensas sobre ella y lo que yo opino al respecto. ¿Qué tiene de malo querer encargarme del asunto? Soy su novio, debería poder protegerla sin tener que llegar a una discusión cada vez que intento hacer algo.

—¿Y no has llegado a la conclusión de que, a lo mejor, ella no quiere que te entrometas en esto? — cuestioné con las cejas alzadas. —¿Has considerado por un momento que quizá se trata de una cosa suya y quiera solucionarlo ella misma? O aún mejor, ¿te has parado a pensar que prefiere pasar el tiempo contigo en vez que perderlo con gente que no sabe lo que dice?

Permaneció callado durante unos segundos antes de mirar hacia el suelo y pasarse una mano por su pelo.

—No exactamente— murmuró confundido. —Estás intentando decirme que la escuche, ¿verdad?

—Sí, idiota. Frena durante un minuto y escúchala. Tiene mucho que decir.

Soltó una risa sardónica y enterró su rostro entre sus manos.

—¿Y si esconde algo más?

—¿Qué quieres decir con eso?

—Desde hace unos días está más distante de lo normal, y no es por nuestras discusiones. Creo que me oculta algo.

—Eso es normal. Es prácticamente imposible que coincidáis en todo. Las parejas siempre tienen desacuerdos— intenté consolarlo. Me recordó a lo mismo que le había dicho a Taylor hace unas horas. —Todo el mundo esconde secretos. Es algo natural en los humanos.

—Pero ella sabe todo acerca de mí.

—A veces es más fácil guardarse los secretos que decirlos,— comencé en lo que esperaba que fuera un discurso esperanzador. — A veces son dolorosos o a veces solo quieres tener una parte de ti que no haya sido tocada por los demás. La cuestión es que si no te lo ha dicho es porque no quiere hacerte daño o porque no quiere cambiar tu opinión sobre ella. O porque simplemente no está lista o quiere guardárselo para ella. Tienes que darle tiempo, porque si la presionas entonces lo habrás arruinado todo.

Miré a Blake, que tenía los ojos cerrados y una estúpida sonrisa en sus labios. La verdad es que había estado bien para ser mi primer discurso.

—¿De qué libro lo has sacado?— preguntó.

—De ninguno. Este me lo he inventado yo.

—Pues se te da genial esto de ser filosófica.

—Gracias. Me he esforzado mucho.

Soltó una risa vacía y volvió a mirarme con esos ojos avellana que me dejaban tocada.

—Entonces, ¿tengo que esperar a que ella me diga lo que le pasa?

¡Y por fin lo entendió!

—Exacto.

—¿Y si nunca lo hace?—puse una mano en su hombro.

—Lo hará. Y quizás antes de lo que esperas— dije recordando mi conversación con Taylor.

—¿Cómo lo sabes?

—Instinto femenino— sonreí.

—Lo que tú digas.

—Blake, ¿puedo preguntarte algo?

Me miró dubitativo, suponiendo el tipo de pregunta que iba a hacerle.

—No sé si deberías— contestó.

—Sabes que voy a hacerlo de todas maneras.

—Entonces, ¿para qué preguntas?— esbozo una sonrisa débilmente.

—Por educación— bromeé. —Ayer, en la cocina, ibas a decirme algo. ¿Que era?

Blake se puso rígido al instante y su expresión cambió a una realmente seria.

—Nada importante— contestó en un intento de despistarme.

—Blake...

—En serio, Aria, no es nada de lo que debas preocuparte. Olvídalo. Es más, creo que debería irme. Ya te he molestado demasiado. Gracias por todo, Calahan.

—¡Espera!— llamé, pero, repitiendo mis mismas acciones de ayer, Blake ni siquiera se giró. Simplemente desapareció por la puerta.

Durante el resto de la tarde no pude quitarme de la cabeza las palabras de Blake.

«En serio, Aria, no es nada de lo que debas preocuparte. Olvídalo.»

Quizás no era nada y yo simplemente era una paranoica que había leído demasiados libros para adolescentes. Le estaba dando demasiada importancia a algo que ni siquiera lo merecía.

Aun así, algo en mi cabeza no me dejaba estar tranquila al respecto, porque aunque Blake hubiera dicho que no era nada importante, me daba la impresión de que sí lo era.

♥️

Después de su memorable visita lo que quedaba de fin de semana pasó en un abrir y cerrar de ojos. No me apetecía nada volver a clase el lunes, así que fingí estar enferma el domingo. Para mi buena suerte, no funcionó. Es más, mi madre me aconsejó aprender a mentir. Patético.

—¡Tierra a Aria! Te necesito de vuelta al mundo real— chasqueó Leah mientras movía su mano enfrente de mi cara.

—Estoy aquí.

—Pero tu cabeza está a años luz. Así no me sirves de nada.

—Yo también te quiero, Leah— comenté sarcásticamente.

—Sabes que te quiero como a una hermana, pero necesito que me escuches. ¿Acaso te quedaste leyendo hasta la madrugada?— me miró divertida.

Un rubor subió hasta mis mejillas, Leah me conocía bien. Aunque claro, tampoco era muy difícil adivinarlo.

—Puede.

En mi defensa diré que el libro era uno de los mejores que jamás había leído y que la única razón por la que estuve hasta esas horas fue para saber si la protagonista acababa con quién debía o no. La respuesta es sí, por si os interesa. Y tampoco fue hasta tan tarde, quiero decir, a las dos de la madrugada todavía hay gente despierta. Si no que se lo digan a Facebook. Total, no me arrepentía. Para nada.

—No entiendo cómo puedes mantenerte en pie sin apenas haber dormido.

—Eso, amiga mía, son años de práctica.

Leah rio y encontró a Ethan entre las personas del pasillo. Una estúpida sonrisa se formó en su rostro.

—Ahora vuelvo, voy a saludar a Ethan— dicho eso, giró en sus talones y se encaminó hacia él.

Claro, a saludarle y montárselo como si nadie estuviera mirando.

Rodé mis ojos y abrí mi taquilla para sacar los libros de las dos primeras horas. Álgebra y Lengua. ¿Podía este día ir a peor?

—Aria, ¿tienes un momento?— preguntó una voz chillona.

Gruñí internamente.

No tenía tiempo ni ganas para hacer esto.

—¡Amber!— saludé con falsa emoción. —¿Cómo tú por aquí?

—Es el instituto, ¿recuerdas?

—No me refería a eso. Ya lo sabes— la corté. Si ella estaba hablando conmigo por algo sería, y apostaba mis libros a que no se trataba de nada bueno. —¿Qué quieres?

—Directa al grano, ¿eh?— se miró las uñas y después volvió a concentrarse en mí. — Voy a serte sincera, Aria, estoy hasta las narices de que Blake y tú estéis siempre juntos.

Me mordí la lengua para no reírme. Si no la conociera diría que estaba celosa. Quién lo iba a decir, ¿Amber celosa de mí?

Eso si que era gracioso.

—Sabes que Blake está saliendo con una de tus amigas, ¿verdad?— pregunté lentamente, esperando que entendiera mis palabras.

Amber frunció el ceño, como si detestara la idea. Aunque claro, ella detestaba todo lo que no tuviera que ver con ella.

Un quejido salió de sus labios y entrecerró los ojos, como si el mero pensamiento de ello le produjera jaqueca.

—No me lo recuerdes. Sé de sobras que tiene novia, lo veo cada día con mis propios ojos. De eso ya me ocuparé más tarde—murmuró en voz baja.

¿A qué se refería con eso?

»Pero primero tengo que encargarme de ti. Cuando me dijiste que eras su tutora en Historia pensaba que la cosa se quedaría ahí. Pero ahora me encuentro con tu amiga saliendo con Ethan y a ti comiendo con Blake y su novia en la cafetería. Podemos aceptar a Leah, ya que al menos tiene buen gusto en moda, pero tú, querida Aria, no perteneces a nuestro grupo. No encajas.

»Siento ser tan cruel, pero alguien tenía que decírtelo. Sabes muy bien que hay unas normas, y tenemos que cumplirlas. Porque si no, hay consecuencias, y créeme cuando digo que no son agradables. ¿Me sigues?

Asiento con la cabeza, incapaz de articular palabra.

—Bien. Como iba diciendo, aléjate de Blake. Estando con él en público solo empeora las cosas. Nuestro círculo está empezando a darse cuenta de la situación y lo último que Blake necesita es que sus propios amigos le den la espalda. Así que a partir de ahora espero que hagas lo correcto y te vayas con tus otros amigos frikis. Porque si no te apartas de su camino lo haré yo misma— su voz era fría y calculadora y a decir verdad consiguió asustarme. Quién sabe de lo que Amber era capaz. — ¿Entendido?

—Alto y claro—musité.

Me sentía impotente y con ganas de llorar. Mis ojos escocían y un ardor en el pecho subió hasta formar un nudo en mi garganta. ¿Qué iba a decirle? Acababa de humillarme, aunque nadie lo hubiera presenciado. No me había dado cuenta, pero estaba temblando.

Mis puños se morían de ganas por estrellarse en su preciosa cara de porcelana, pero eso me costaría una expulsión y una falta en mi expediente intacto, así que me tragué el nudo y respondí.

—¿Y si Blake no quiere que me aleje?— tanteé.

—¿Perdona?

—¿Y si a Blake no le importa lo que tú digas?

—Le importará, una vez que hable con él.

—¿Vas a llenarle la cabeza de ideas?

—No. Voy a abrirle los ojos.

—Él no te hará caso. Nunca lo ha hecho. ¿Crees que va a ser diferente esta vez?— no estaba del todo convencida, pero había que intentarlo.

—Pequeña ingenua, olvidas que conozco a Blake desde hace más tiempo que tú— eso era verdad. —Deberías escucharme cuando te digo que él nunca te llegaría a considerar una amiga y mucho menos algo más. No desde lo que pasó con Alisa.

»Si no fuera por ella quizás hubieras tenido una oportunidad, pero ahora... Nada. Así que demuéstrame que de verdad tienes cerebro y olvídate de él.

¿De qué me está hablando? ¿Quién demonios era Alisa? ¿A qué se refería con oportunidad?

—De todas formas, ¿quién eres tú para decirme qué hacer?

—Alguien que se preocupa por Blake.

—¿¡Esperas que me lo crea!? Tú nunca te has preocupado por nadie que no seas tú misma. Tiene que haber algo más— sus ojos chispeaban de ira. La estaba llevando al límite.

—Aunque te cueste creerlo estoy diciendo la verdad. Y aunque lo hubiera, no es asunto tuyo.

—La ingenua eres tú, si esperas que él te haga caso.

—¿Otra vez con eso? Tú dedícate a hacer lo que yo digo. Sé lo que te conviene.

—¿Igual que sabes lo que le conviene a Blake?

—No, él ya lo sabe.








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N/A: ¡Holaaa! He vuelto otra vez!

Espero que os haya gustado, ahora viene mi parte favorita de todas las historias... ¡DRAMA! *inserten risa malvada*

¿Pensabais que me olvidaría de Amber? Pues aquí la está otra vez. A decir verdad la odio. ¿Alguién más? Espero que sí. lol.

Puede que a partir de este capítulo salgan más interrogantes y se respondan otros.
¿Qué os parece?

GRACIAS POR VOTAR, COMENTAR Y LEER. OS LO AGRADEZCO MUCHO ❤️

Nos leemos pronto,

-A

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