Capítulo 10
N/A: Zak arriba ⬆️🔝
Si había algo que había aprendido de mi hermano era que, cuando ibas de fiesta y bebías, era normal que al día siguiente estuvieras peor que Leah sin su conjunto favorito; pero lo que no era normal es que sin haber bebido apenas nada, me sintiera como si una apisonadora me hubiera pasado por encima. Ni siquiera me acabé la copa entera, solo fue un poco de ron, y ahora que lo pensaba, no esperaba que tuviera consecuencias tan irritantes. A no ser que no me hubieran dado realmente ron y sí otra bebida.
Ugh. Eso me pasaba por ir a donde no debía.
Lo último que recordaba de ayer por la noche era haber hablado con Taylor y después irme a casa con mi hermano. Ni siquiera tuve tiempo de avisar a Leah. Aunque tampoco creo que hubiese servido de mucho, fue ver a Ethan y desaparecer al instante, dejándome sola ante un mar de gente que no conocía y con un acosador borracho que intentó llevarme a la cama.
Iba a escucharme cuando la viera.
—¡Aria!— la oí gritar mientras se acercaba hacia mí —¿Dónde te metiste en la fiesta? Te busqué por todas partes.
Hablando de la reina de Roma...
—¿Me buscaste antes o después de haberte ido con Ethan?— pregunté mientras me ajustaba mis gafas.
Leah miró hacia arriba y se dio unos toques en su barbilla mientras pensaba.
—Después.
Suspiré.
—Estuve con Taylor, para...— la miré expectante. — Ya sabes...
Sus ojos se iluminaron con curiosidad.
—¿Y ha funcionado?
—Pues la verdad es que no tengo ni idea— un murmullo de voces se alzó de repente.
Por la entrada principal venían dos personas de la mano. No pude ver con certeza de quien se trataba dada la masa de gente que se aglomeró a su alrededor. Blake caminó hacia delante como si nada, agarrando la mano de Taylor, quien estaba un poco escondida detrás de él. No podía culparla, tener tanta atención dirigida a su persona era nuevo para ella. Blake era todo lo contrario. Caminaba con seguridad y con una estúpida sonrisa de felicidad.
Siguieron hacia delante como si nada mientras todos los demás los miraban como si se tratasen de súper modelos. Blake pasó por mi lado dedicándome una sonrisa cargada de arrogancia y suficiencia, su típica máscara. Pero sus ojos lo delataron. Estaba agradecido.
Continuaron andando hasta que doblaron una esquina y desaparecieron del pasillo principal. Dos segundos después, la gente comenzó a disiparse y a seguir por sus respectivos caminos.
Entre persona y persona vi a Amber roja de ira, clavándose sus perfectamente arregladas uñas en las palmas de sus manos. Que lástima, la princesita acababa de ser destronada.
Así aprenderá.
Por un segundo temí haber dicho eso en voz alta, ya que sus ojos se fijaron en mí. Sus cejas estaban fruncidas en un ceño que la hacía ver cómica, su cara en general era una mueca perfecta para haber subido en Facebook, pero, después de un minuto, volvió a dirigir su mirada al pasillo por el cual la parejita se había ido.
¿Qué iba a decirme? Ella no sabía la verdad detrás de todo esto.
—¿Qué narices acaba de pasar?
—¿De verdad quieres que te responda?— pregunté a Leah mientras me dirigía a la clase de física.
Sí, el examen seguía en pie.
—Mejor no.
Fuimos en silencio hasta la clase de la profesora Mills y nos sentamos en la parte de atrás. A medida que los minutos pasaban la clase se fue llenando de alumnos zombi.
Caras cansadas, hombros hacia delante, ojos rojos... Arrastraban sus pies lentamente por el pasillo hasta dirigirse a sus respectivos asientos. La mayoría olía a alcohol y hierba y apostaría lo que fuera a que más de la mitad seguía llevando la ropa de la fiesta. Las chicas, en cambio, caminaban con seguridad y tacones altamente atados a sus tobillos mientras continuaban restregándose maquillaje por la cara.
Blake entró por la puerta, escaneando la pequeña aula con su mirada. Ésta se posó en mí. Caminó hacia el final y ordenó a un chico de cabellos grasos y ojos grises que saliera del sitio que estaba a mi lado para después sentarse él.
—No tenías por que hacer eso.
—¿Cómo narices sino iba a sentarme aquí?— arqueó una ceja.
—A veces, con un 'por favor', la gente accede a según que cosas. Deberías probarlo— sugerí.
—No tengo tiempo para eso.
Rodé mis ojos ante sus acciones y observé el lugar. Las mesas estaban demasiado juntas y más de uno tenía los apuntes en la silla o en la mochila de la persona que estaba delante. Unos otros intentaban apuntar todo lo que podían en sus brazos o piernas. Los que quedaban estaban babeando el pupitre.
Esto no iba a salir bien.
Entendía que la señora Mills no fuera la persona más inteligente del mundo, ni tampoco la más atenta, pero creía que sí que se daría cuenta de varios alumnos intentando pasar este examen con los apuntes en la mesa. O eso me gustaba pensar...
Me aguanté la risa unos minutos más hasta que dicha profesora entró por la puerta con los exámenes en la mano. Se dirigió hacia nosotros y empezó a repartirlos.
—Tenéis toda la hora para hacer el examen. Rellenad todas las preguntas que sepáis y los que no hayáis estudiado, por favor, dormid. Buena suerte a aquellos que tienen interés por pasar la materia— me miró por el rabillo del ojo mientras le daba el examen a Blake.
Cuando acabó formuló un simple "podéis empezar" antes de dirigirse hacia al principio de la clase esquivando mochilas y otras cosas.
Llevábamos diez minutos de examen cuando Blake me dio en la espalda con su bolígrafo. Me recliné hacia atrás.
—Hey, Calahan, ¿entiendes algo de lo que pone aquí?— susurró perdido.
—¿Estás de coña?— sacudí mi cabeza y me concentré en el mío. —No tengo tiempo para esto, Blake.
—¿Acaso tengo pinta de estar de coña?
—No.
—Exacto. Tienes que ayudarme— dijo seriamente.
Miré alrededor y vi como toda la clase ojeaba hacia abajo o los lados. Observé durante cinco segundos a la profesora Mills, que se encontraba leyendo una revista de cotilleos, y volví a dirigir mi vista a Blake.
—No. Ya te he ayudado bastante.
—¿No?
—Sí, no.
—¿Entonces me ayudarás?
—¡No!
—¡Acabas de decir que sí!
—No te he dicho que sí— repliqué, intentando no levantar la voz.
Mi vista iba alternándose entre la profesora Mills, Blake y mi examen. No tenía tiempo para sus tonterías, si me llegaran a pillar así podría decir adiós al aprobado.
—Sí lo has dicho.
Estaba lista para hacer
—¡Cállate, Blake!— grité estresada a la vez que pasaba mis manos por mi pelo. Lo até en una cola de caballo e intenté concentrarme en mi examen.
—¡Silencio allí atrás!— bramó la señora Mills sin siquiera levantar la vista del artículo que estaba leyendo.
Lancé a Blake una mirada furiosa y seguí contestando el examen.
Pasó media hora sin ninguna interrupción. Cinco minutos más tarde, una bolita de papel cayó en mi pupitre. Suspiré y miré hacia Blake, quien estaba sonriendo triunfalmente.
Decidí acabar con eso y abrí el papel.
« Aria, pásame la 15 :) »
Ignoré el comentario y seguí respondiendo el examen. Otra bolita cayó en mi mesa. Y otra. Y otra más hasta que tuve un total de cinco bolitas de papel alrededor de mi mesa.
De verdad que iba a acabar matándolo antes de que el curso finalizara.
Abrí una por una.
« ¡Aria! No me ignores » « ¡Aria! » « Venga, dime la 15 » « Sé que quieres :) »
Miré mis 25 preguntas y leí la número 15.
No tenía ni idea de lo que me estaba preguntando, al igual que con la mitad del examen.
Se suponía que este tipo de exámenes estaban hechos para aprobar al alumno, no para suspenderle. Si había tardado más de quince minutos en hacer las primeras diez, ¿cómo narices iba yo a acabar? ¿Y cómo iba Blake más adelantado que yo?
Lo miré y sacudí mi cabeza, dando a entender que no tenía ni la más mínima idea de la respuesta. Blake resopló, e inclinado en la silla, comenzó a darle vueltas al bolígrafo, esperando que algún tipo de inspiración divina le diera fuerza para continuar.
Yo, mientras tanto, eché un vistazo rápido a las demás preguntas y empalidecí unos cuantos tonos.
Genial. ¿Es que acaso se me había olvidado estudiar la otra mitad del libro?
Miré a la ventana, deseando que sucediera algo para sacarnos de allí y tener otro día más para estudiar.
Pero no sucedió nada. No había nadie fuera y no corría ningún tipo de viento, así que la esperanza de que un incendio nos librara de esta era escasa.
Empecé a dar pequeños golpes a la mesa con el bolígrafo azul, deseando que por arte de magia se encendiera alguna bombilla en mi cabeza. Tampoco funcionó.
—Calahan— susurró Blake desde su sitio, arrastrando la palabra.
Le lancé una mirada llena de irritación y esperé a que dijera lo que sea que fuese.
—¿Qué?—espeté. —Déjame acabar esto de una vez por todas.
—Es que necesito tu ayuda.
—¿Y por qué iba yo a ayudarte más de lo que ya he hecho?— pregunté arqueando una ceja. —Todavía no he recibido ninguna nota de agradecimiento o un ramo de flores que exprese tu gratitud.
Blake tamborileó sus dedos contra su barbilla durante tres largos segundos antes de volver a mirarme a los ojos.
—¿Quieres flores? De acuerdo, las tendrás. Ahora, ¿podemos trabajar en equipo?
—Por favor— me mofé. —¿Desde cuándo sabes tú algo de equipo?
—No es tiempo para bromas. Sé cómo podemos salir de esta, pero necesito saber que estás dentro con el plan.
Suspiré por decimotercera vez en esta hora y bajé mi mirada a la hoja de papel medio escrita.
—¿Qué pregunta era?
—Quince.
—Está bien— miré las cuatro respuestas posibles y seleccioné una al azar. —La C.
—¿Has visto que sencillo ha sido?
—No hagas que me arrepienta— gruñí.
—¡Veinte minutos, chicos!— gritó la señora Mills por encima del suave murmullo de voces que se había alzado.
Mierda, mierda y mierda otra vez.
—¿Preparada para el examen más rápido de tu vida?
—¿Desde cuándo eres tan amable?
—Bueno, Taylor me dijo que tú le dijiste que...
—Vale, lo que sea, ¿cómo piensas ayudarme si estás incluso más perdido que yo, genio?— le corté mientras lo miraba expectante.
—Así.
Con cuidado, sacó un libro que tenía atrapado entre sus piernas y el pequeño cajón que había pegado debajo del pupitre. Cambió de posición varias veces hasta que logró cruzarse de piernas y recostar el libro entre ellas de manera que no se viera.
Supongo que esto demostraba cuánto podía pensar cuando quería... Si es que a eso lo podíamos llamar pensar, claro.
—¿Así piensas copiar?— pregunté boquiabierta.
Sería un milagro que no nos vieran.
—¿Qué le pasa?
—¿Y qué pasa si nos pillan? No me apetece quedarme castigada ordenando productos químicos.
—¿A caso has mirado a tu alrededor?— Blake señaló a toda el aula con su mano libre.
Me fijé realmente y vi como casi toda la clase, excepto el sector que babeaba las mesas de tanto dormir, tenía más de un papel en sus manos o regazos. Incluso había grupos de dos tres personas escribiendo a la vez. Miré a mi izquierda y vi a Leah abrir un trozo de papel sigilosamente. Estuvo cierto tiempo leyéndolo antes de contestar a unas cinco o seis preguntas. Después giró su cabeza hacia los lados, volvió a guardar dicho papel y siguió escribiendo como si nada.
—Vale, empecemos— decidí.
—Dime la 4, 9, 22, 13 y 1.
—B, A, no lo sé, D y ¿en serio?
—¡Aria!
—Vale, vale... Es la B— contesté rápidamente.
—¿D?
—No, B.
—¿C?
Solté un suspiro de agotamiento. Esto iba a ser más duro de lo que creía.
Durante los siguientes diez minutos Blake copió mis respuestas y yo copié del libro. Me sorprendió bastante ver que había acertado alguna que otra pregunta y me alegré al ver que nadie se daba cuenta de lo que estábamos haciendo.
Todo iba bastante bien... La gente se copiaba en silencio, Mills estaba leyendo otra revista del corazón y Blake y yo habíamos casi terminado el examen. Solo nos quedaba una pregunta.
—¿Dónde está la respuesta?— preguntó Blake más para si mismo.
—No lo sé. Sigue buscando, rápido. Tan solo quedan cinco minutos.
—¡No me metas más prisa!
—Venga, Sanders, he visto tortugas más rápidas.
—Cállate, dichosa sabelotodo— bufó mientras pasaba páginas.
—¡Sea acabó el tiempo! Dejad de escribir...— vociferó la señora Mills mientras miraba su reloj. — Ahora.
El ruido de bolígrafos cayendo en la mesa se escuchaba por toda el aula. La profesora empezó a recoger los exámenes fila por fila. Cada vez se iba acercando más al fondo y Blake iba pasando las páginas más y más rápido.
—¡Date prisa! — mascullé entre dientes.
—Estoy en ello.
Decidí dejarlo estar y revisar que las preguntas estuvieran bien contestadas. Estaba en medio de entregarle el examen a la señora Mills cuando algo cayó al suelo con un ruido sordo.
Miré hacia abajo y no pude evitar la exclamación ahogada que salió de mis labios.
El mismo libro de texto que Blake había tenido escondido durante toda la hora acababa de caer en medio de nuestros pupitres.
—Mierda— oí susurrar a Blake. —Estamos jodidos.
—¿Alguno de los dos puede explicar que es esto?— preguntó ella recogiéndolo del suelo.
—¿Un libro?— sugirió él.
—¿Puede decirme algo menos obvio, señor Sanders? — se ajustó las gafas en el puente de la nariz y empezó a golpear el suelo con su pie, impaciente por una respuesta.
Me erguí en el asiento, solo quería desaparecer de aquí.
Mi cara estaba ardiendo de vergüenza. Todo el mundo nos estaba mirando; algunos con humor, otros con pena... La cuestión era que ahora todo el mundo sabría lo que ha pasado.
—Los veré cuando finalicen las clases— con eso, dio media vuelta y siguió recogiendo exámenes.
—No me puedo creer que tenga que pasar más tiempo contigo—murmuré derrotada.
—Venga, no soy tan mala compañía. Además, tenemos mucho de que hablar.
Me estaba costando mucho verle algo positivo a todo esto. ¿Horas extra aquí? ¿Con Blake? ¿Qué tenía eso de bueno?
—¿Sobre qué tenemos que hablar?— indagué, un poco intrigada.
—Ya lo verás. Ahora mismo piensa en lo afortunada que deberías sentirte. No todas las chicas pueden pasar tanto tiempo conmigo como tú.
—¿Afortunada? Como si me gustara ver a todas las chicas clavándome dagas con su mirada— repliqué.
—Me ofendes, Calahan.
—Esa era mi intención, genio— contesté sarcásticamente.
—Bueno, nerd, piensa que ahora vas a ser la sensación del Wembly. De nada.
—¿Blake?
—¿Sí?
—Te odio.
-------------------------------
N/A: Holaaa!! Siento haber tardado tanto en subir otro cap y que sea un poco basura.
Sé que no ha pasado mucho, pero necesitaba que Aria y Blake se quedaran a solas de algún modo para poder hablar de ciertas cosas que veréis en el próximo capítulo, y esta ha sido la única idea que se me ha venido a la cabeza (por experiencia personal😂).
Aún así espero que este momento #Blaria os haya gustado :)
Comentad que os a parecido y de que creéis que hablarán. Ahora que estou casi de vacaciones creo que podré escribir más.
Gracias por votas, leer y comentar❤️💘
Os amo.
Nos leemos pronto,
-A
PD: Espero que este capítulo os haya sacado alguna que otra risa☺️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top