Año 1989, 31 de octubre
3:25 horas

Iida junto a Uraraka y Tokoyami se encontraban caminando en el extenso jardín buscando a Sally o por lo menos una pista por parte de ella, los jardines eran extensos, los arbustos con formas de animales, las flores que simplemente se veían bien cuidadas, claro que ello no se veía gracias a la oscuridad de la madrugada.

—no hay nadie— replicó Uraraka con una voz un tanto chillona

—miren, al frente— dijo Tokoyami viendo en el horizonte una pequeña casita.

—debe ser donde se guardan los utensilios de jardinería— dijo Iida mientras movía sus manos de forma extraña.

Los chicos se acercaron y tocaron la puerta tres veces, no hubo respuesta dando a entender que nadie se encontraba allí, abrieron la puerta y se adentraron, era un lugar espaciosos, una estructura de madera donde se guardaban lo que había dicho Iida con anterioridad.

—oigan chicos, no creo que se encuentre aquí— indagó Uraraka viendo su alrededor.

— en ese caso, Vámonos y reunámonos con los demás— contesto Tokoyami dirigiéndose de nueva cuenta a la puerta.

PAM!, se escuchó en todo el lugar, la puerta se había azotado encerrándolos en aquel lugar, Tokoyami intento abrirla jalando de la perilla, lamentablemente no se podía.

—está cerrado— comentó Tokoyami alejándose de la puerta.

—¿Ahora qué hacemos?—pregunto un tanto nerviosa Uraraka.

—Dormir— se escuchó una voz espeluznante que llegó a oídos de los presentes.

Todos voltearon en dirección a donde se escuchó aquella voz, allí estaba ella, parada enfrente de ellos dirigiéndoles una sonrisa siniestra e implantando terror a los presentes viendo las cuencas vacías de sus ojos.

—Iida-kun—dijo Uraraka retrocediendo junto a ambos

Mientras ellos retrocedían ella avanzaba hacia ellos implantando un escalofrío en los presentes, con cada paso todo lo que tenía vida moría o se pudría, el crujir de la madera causaba aún más miedo en los tres chicos quienes ya habían chocado con la pared, sabían que no tendrían escapatoria, sabían que no podrían ver más a los chicos, sabían que probablemente. . . Morirían.

Un Aura negra que desprendía Sally se presentó como una sombra tomando forma humana, era tan alto, una silueta delgada que a simple vista marcaba sus huesos, negra como la noche, junto a aquellos largos dedos que tomaron el tobillo izquierdo de Uraraka y de un tirón jalarla en dirección a aquel ser oscuro. Ambos chicos se sorprendieron por la acción, Iida en un parpadeo tomo de la mano a Uraraka para evitar que se la llevaran, Tokoyami en su caso busco con la vista algo que le pueda servir encontrándose con un  machete, lo tomo y se lo quedo viendo unos segundos, por otro lado Iida con todas sus fuerzas intentaba evitar que aquel ser demoniaco se llevará a su amiga de la preparatoria, Uraraka hacia lo posible por intentar zafarse de aquel ser alto y espeluznante, no podía, sus fuerzas empezaron a desaparecer, se la llevaran, esas palabras rondaban en la cabeza de Tenya intentando ayudarla, acaso ¿perderían esta batalla?, se preguntó a sí mismo pero un sonido lo sacó de sus pensamientos, Tokoyami había cortado el brazo de aquel ser logrando liberar a su compañera.

Sally estaba enojada, por segunda vez todo salió mal, veía como los chicos corrían en dirección a unas escaleras para subir al segundo piso de aquel lugar parecido a un granero, otra vez se sentía enojada, quería matar, asesinar, quería mandarlos al infierno, pero sabia que si los mataba, al otorgar sus cuerpos sin un alma, no servirían. Aquella impotente aura negra se había expandido en todo el granero dejando a oscuras el lugar y sofocando la respiración de los estudiantes, los tres calleron al suelo para después cerrar los ojos y vagar en la eterna oscuridad, o eso es lo que deseaba ella.

Ya no faltaba mucho para finalizar el juego, solo faltaban 4 víctimas más antes de que aparezca el alba, estaba por ganar y poder tomar un cuerpo a cambio.

Por fin, obtendría lo que cualquier muerto desearía poder volver a tener. . . La vida

Año 1989, 31 de octubre
4:20 horas.

Se encontraba bajando las escaleras las cuales rechinaban con cada toque, el frío aumentaba mientras más descendían, la luz de la luna era menos visible en aquel lugar donde reinaba  la oscuridad, aquel olor húmedo inundaban sus fosas nasales obligándolos a causar una mueca de asco, cuando llegaron se encontraba una puerta de madera, Todoroki se acercó y tomo de la perilla oxidada para después abrirla y dejar ver el interior.

Su interior contaba de un lugar húmedo y oscuro, no se podía ver nada, solo las siluetas de los objetos que se hallaban ahí los cuales algunos eran grades y otros chicos, Bakugou fue el primero en adentrarse al lugar buscando el interruptor para prender la bombilla que se encontraba en frente del arco de la puerta, cuando la encontró la prendió, esta empezó a parpadear para después presentarse una tenue luz que fue intensificando su brillo y luego explotar dejándolos de nueva cuenta sin luz.

—¡maldita bombilla!— dijo con desdén Bakugou mientras sus facciones cambiaban a una de enojo.

—no te enojes bro, mira, encontré una linterna— dijo mientras alzaba su mano derecha y prendía la linterna.—¿vez? Ahora podemos andar sin ningún problema

—muy bien, andando—dijo con una expresión un tanto seria.

—¡si!—respondió Izuku mientras caminaba al lado de Todoroki.

Los 4 chicos se encaminaron más a fondo, mantenía un poco de lejanía y caminaban con cuidado entre las cosas ya que los pasillos eran muy estrechos por los objetos, veían a su alrededor buscando algo que les permitiera encontrar a Sally.

Bakugou junto a Todoroki se encontraban buscando entre los objetos más grandes, en si los estantes donde se encontraban libros y otras cosas, por otro lado los menores se encontraban buscando entre un escritorio alguna linterna u otra cosas que podrían ser de ayuda para encontrarla, hasta que a Kirishima se le cayo un libro donde salió una hoja en buen estado.

—oh?— dejo salir un sonido de sorpresa  y ver las hojas las cuales se habian desprendido del libro.

Algunas de ellas eran las facturas y el comprobante de venta de la casa hacia la familia de Momo, otros eran viejas noticias de un periódico que era publicado por los años 70 a 90

-¿por qué habría de haber comprobantes tan importantes aquí?- dijo mientras se agachaba y tomaba el libro junto a la hoja que la desdobló y empezó a leer.

Asesinan a la familia Anderson
Año de 1874 octubre.
"En la residencia Anderson el día 30 de octubre del año 1874 a las 5:20 am, la familia fue asesinada por uno de los asesinos más buscado en California, la familia había sido encontrada muertos, la madre Susan Anderson fue hallada en la cocina desangrada después de haber sido degollada, el padre Maximo Anderson se encontró acostado en la cama, los médicos dicen que fue asfixiado con una de las fundas pertenecientes a las almohadas, Emily Anderson la hermana mayor de la familia fue encontrada muerta en su cuarto después de haber sido violada y maltratada con cortes profundos de una navaja agujerando los pulmones junto a su hermana menor Sally Anderson quien sufrió los mismos tratos que su hermana, el único detalle fue que ella había sido encontrada sentada en una silla al lado de un muñeca de porcelana, atada de pies a cabeza y sin ambos ojos."

Caso de asesinato de la Familia Anderson .
Año de 1878 abril
"La investigación había dado inicio dos días después del incidente pero al no haber respuesta del paradero del asesino, el caso fue abandonado en el año 1876."

Cuando Kirishima finalizó de leer aquel pedazo del periódico dirigió su vista a la foto que se encontraba debajo del texto, abrió los ojos como platos, sus pupilas se dilataron, su respiración se entrecortó y el miedo se expandió en su cuerpo, aquella niña quien se encontraba sentada en la silla era ella, era aquel ser que anduvieron buscando, aquel ser que ah causado muchos problemas, aquel ser que invocaron, aquel ser que poseía el nombre de Sally. Eso lo había aterrado pero en el fondo de la foto se lograba ver una sombra larga de silueta humana tomando del hombro de la niña con sus largos y delgados dedos negros. Cuando lo vio una visión de aquel ser se presentó en su cabeza como si la hubiera conocido, luego con un terror aventó con fuerza el libro junto a la hoja llamando la atención de los presentes que se acercaron a él.

—¿Que sucede Kirishima-kun?– preguntó Midoriya mientras ponía la mano en el hombro del contrario.

—¡suéltame!—gritó Kirishima con cierto miedo golpeando con fuerza la mano de Izuku.

—Agh— se quejó Midoriya mientras tomaba su muñeca.

—Midoriya, ¿estás bien?—pregunto mientras se acercaba al nombrado.

—si, no fue nada solamente me torcí la muñeca— dijo regalándole una sonrisa a Todoroki.

Se sorprende mientras baja la cabeza mostrando culpabilidad.—lo siento Midoriya-Kun, no quería hacerlo

—no te preocupes- dijo con una suave sonrisa.

Bakugou toma el libro junto a la hoja la cual había aventado con anterioridad Eijirou, después de haberla leído se acercó a los demás y dijo lo siguiente.

—Ay que detener a esa cosa, esa no es el alma de una niña, al contrario es el alma de un ser maligno— contestó mientras se acercaba a los chicos. —hay que deshacernos de esa escoria

—pero ¿como?, el juego finaliza hasta que el Alba aparezca, eso es lo que decía en las reglas—dijo Midoriya viendo a Kacchan.

—no lo creo, al menos debe de haber una forma de finalizar el juego o pausarlo hasta el aparecer del Alba— finalizó mientras cruzaba los brazos.

—tienes razón— dijo Todoroki quien se levantó quedando al lado de Bakugou.

¿Que podemos hacer? Pensó Kirishima mientras hundía su rostro entre sus rodillas, hasta que una voz en su mente se escuchó "piedra del cielo", esas palabras resonaron en la cabeza de Kirishima quien se sorprendió, pero no por aquellas palabras sino por aquel contenido el cual no había podido leer, allí se encontraba la respuesta y lo sabía, se levantó con rapidez para empezar a encaminarse en dirección a las escaleras, los otros se sorprendieron por la actitud del pelirrojo pero dedujeron que tenía un plan en mente por lo cual empezaron a seguirlo.

La jugada final a llegado, Kirishima a encontrado una solución y esta listo para cerrar el juego. . .