Estamos Aquí

Lentamente Kaito iba recuperando la consciencia y la sensibilidad de su cuerpo. Lo primero que sintió fue que le dolía todo, desde la cabeza hasta los pies. Pero sobre todo la cabeza. Después se dio cuenta de que se encontraba sin fuerzas, no era capaz de abrir los ojos ni de moverse.

Concentró toda su energía entonces en percibir qué se hallaba a su alrededor. Bajo él noto la dureza de la piedra, se encontraba pues tumbado en un suelo de piedra. Además, como en un sueño, creyó escuchar a lo lejos la voz de Shinichi. No, no era un sueño. El detective estaba cerca y hablaba con alguien. Le oyó gritar asustado y enseguida el ruido de muchas cosas pesadas cayendo al suelo.

Algo le golpeó en su abdomen, y después en su pecho. Dio un gemido de dolor como protesta por semejante maltrato y consiguió reunir fuerzas para abrir los ojos. Para su sorpresa, se encontró con Shinichi agachado sobre él, interponiéndose en la trayectoria de lo que parecían libros cayendo desde arriba para protegerle de los impactos, y recibiéndolos en su espalda.

Lo último que vio, antes de que todo a su alrededor se oscureciese, fue el gesto de dolor del detective.

Ambos permanecieron en silencio después de eso. Kaito notó como Shinichi se movía y se apartaba de él. Pero no podía verle, la oscuridad era absoluta. Le oyó respirar agitadamente en algún lugar cercano.

- ¿Ku... Kudo? - probó a llamarle.

- ¡Kuroba, despertaste! ¿Te encuentras bien?

- Ssiii, creo que sí, ¿qué ha sucedido? - preguntó dudoso mientras intentaba incorporarse. Pero al no ver donde pisaba, se resbaló y volvió a caer de bruces contra los peldaños.

- No te muevas - le advirtió Shinichi, ante lo cual Kaito se quedó inmóvil - Caímos a una antigua escalera en desuso. Con esta oscuridad es peligroso intentar nada, corremos el riesgo de caer por el hueco.

- ¿Porqué está tan oscuro? Hace un momento se veía...

- Ese loco nos dejó encerrados aquí, tapando la entrada con una de las librerías que se hallaban en la habitación.

Eso explicaba los libros que habían caído sobre ellos antes. Lo que le hizo recordar a Kaito que la mayoría de impactos los había recibido Shinichi por él.

- ¿Porqué... porqué te pusiste delante mío antes? Esos libros pesaban mucho y se veía que te hacían daño cuando te golpeaban en la espalda.

- Supongo que era mi turno de protegerte a ti. Después de todo, en las últimas horas tú ya lo has hecho un par de veces. El show de la nieve fue muy imaginativo. Bicarbonato y espuma de afeitar... ¿verdad? Y luego, con algún limpiador a base de vinagre volviste a hacer una especie de crema. ¿De dónde sacaste los materiales? ¿Estaban en alguno de los despachos que había junto a la sala de los maniquíes?

- ¿Puedes dejar de ver detrás de mis trucos por una vez, Detective? - rió Kaito - Sólo dame las gracias y ya.

Parecía algo inmaduro por su parte hacer bromas en un momento así, pero lo cierto es que había relajado la tensión que pesaba sobre ellos. Volvía a haber cordialidad y compañerismo.

- Tienes razón - rió Shinichi con algo de nostalgia al oír a Kaito llamarle como solía hacerlo cuando era Kid - Gracias por ayudarme antes... Kaito Kuroba.

- De nada. Y gracias por protegerme tú a mi, Shinichi Kudo. ¿Crees que podremos salir de aquí? - Kaito abordó el tema que más le preocupaba.

- No lo sé...

~~~~~~

Heiji miró a ambos lados del pasillo para estar seguro de que no se veía a aquel tipo rondando por allí, al fin y al cabo, estaba armado y podía ser una amenaza. Pero parecía que fuera lo que fuese lo que estaba haciendo, le mantenía alejado de aquella zona.

Seguido de cerca por Hakuba, regresaron a la habitación donde habían estado antes y en la que aquel hombre había ocultado algo debajo de la estantería.

Ésta había caído de tal forma que había tapado completamente el agujero, no dejando ni una rendija al descubierto. Pero también lo había hecho de forma violenta, dañando bastante la estructura del suelo. Al adentrarse Hattori para observarla podía sentir que la madera crujía y se hundía a su paso. Era cuestión de tiempo de que aquel piso se viniese abajo por completo.

- ¿Crees de veras que ahí debajo hay algo importante? - le cuestionó el detective inglés con tono dudoso - Creo que sería mejor dejarlo estar e irnos. Esto se va a derrumbar...

- Más motivo aún para asegurarnos de que no haya nadie ahí atrapado. Si se produjese el derrumbe, la caída de los escombros le mataría en el acto.

Observó la estantería y probó a empujarla. Pesaba y apenas si se movió unos milímetros. Miró a Hakuba, con el brazo herido era imposible que le ayudase, tendría que hacerlo él sólo.

Revisó los alrededores, no había nada para hacer palanca. Con un suspiro, apoyó el hombro en uno de los laterales y clavó los pies en el suelo para darse impulso. Con un grito de "vamos, muévete" empujó con todas sus fuerzas.

Tras unos segundos de incertidumbre, Hakuba vio con sorpresa como la estantería comenzaba a desplazarse poco a poco.

- ¡Sigue así, Hattori! - no pudo evitar exclamar.

Shinichi permanecía en silencio, sumido en sus pensamientos. Kaito abrió la boca un par de veces con intención de sacar algún tema de conversación, pero todo lo que se le ocurría seguro que a Shinichi le parecía una tontería. El detective era demasiado serio. 

Kaito giró la cabeza decidido a hablar de algo, y tuvo que parpadear un par de veces para asegurarse que no estaba soñando. ¿Eso que veía era la coronilla de Shinichi? Si. Un hilo de luz proveniente de arriba le estaba iluminando por detrás y se iba haciendo poco a poco más grande.

- ¡Kudo! - exclamó poniéndose de pie.

Shinichi regresó del lugar al que sus pensamientos le habían llevado a causa del grito de Kaito. En un principio no reaccionó y se quedó mirando al mago de forma estúpida. Hasta que... se dió cuenta de que veía a Kaito.

Poniéndose de pie, giró el cuerpo y corrió escalera arriba. Una pequeña abertura se estaba abriendo a causa de que alguien movía la librería.

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

Nunca, en todo ese tiempo, se había alegrado tanto Shinichi de oir ese acento de Kansai.

-¡Hattori, aquí abajo! - gritó a pleno pulmón.

- ¡Kudo! ¿Está Kuroba contigo?

- ¡Si, estoy aquí! - exclamó Kaito, subiendo los peldaños y poniéndose al lado de Shinichi.

- Os sacaremos, esperar un momento...

Con más entusiasmo que antes, Heiji se aplicó a la tarea de empujar el mueble y desplazarlo lo suficiente para que sus amigos pudieran pasar por el hueco que dejaba.

"Sólo unos centímetros más, sólo unos centímetros más" pensaba para darse ánimos.

Astillas y polvo comenzaron a caer sobre las cabezas de Shinichi y Kaito. El mago tosió y bajó la mirada.

- Esto no es bueno... - murmuró Shinichi - El suelo está muy deteriorado, y nuestra caída más esa librería lo dañó bastante. Se vendrá abajo si se sigue forzando... Y Hattori y Hakuba se precipitarían al vacío.

- ¡Hattori detente! - gritó Kaito.

Saguru escuchó la voz de Kaito y rápidamente se asomó por el hueco. Vio con alivio que sus compañeros estaban bien, pero observó como seguía cayendo sobre ellos pequeños escombros. Se hizo cargo de la situación enseguida.

- Detente Hattori - le ordenó al detective del oeste, éste sorprendido por el tono de su voz dejó de empujar - Esto es peligroso, no debemos forzar más la estructura. Tendrán que intentar pasar por este espacio.

- De acuerdo - aceptó Hattori. Cuando Hakuba hablaba de esa forma, era difícil contradecirle. Se asomó al hueco que había abierto y se dirigió a Shinichi y Kaito - Tendréis que subir de uno en uno.

El detective miro la distancia que les separaba de la abertura, ya que faltaban los primeros peldaños tendrían que pensar cómo alcanzarla. Kaito no pensó mucho en cambio, retrocedió unos pasos y corrió hacia delante, dándose impulso y saltando. Quedo unos milisegundos en el aire y consiguió enganchar las manos a un saliente, muy cerca de la entrada.

- Vamos Kudo, salta y coje mis pies. Podrás subir si me usas de puente...

- ¿QUÉ?¿ESTÁS LOCO?

- Por una vez no discutas y hazlo.

Aquello no le gustaba, pero Shinichi no quería volver a discutir con él. Se dio impulso y saltó, agarrándose a las rodillas de Kaito. Respiró hondo y comenzó a trepar por el cuerpo de Kaito.

- Pesabas menos de niño, Detective - murmuró Kaito para que sólo le oyese Shinichi.

- Cállate, mago idiota.

Kaito se rió entre dientes. Cerró los ojos y se concentró en mantenerse sujeto para que ambos no cayesen. Arriba, Hattori estaba atento al avance de Shinichi.

Una vez que el detective del este subió lo suficiente para alcanzar la mano de Heiji, fue izado por éste con un brusco tirón. A su lado, Hakuba estaba pendiente de recibirle y ayudarle a pisar el suelo con su brazo bueno. Shinichi soltó el aire que había estado reteniendo. No quería admitirlo, pero había pasado miedo.

Con Shinichi ya arriba, Hattori se inclinó todo lo que pudo para no perder el equilibro y tendió las manos a Kaito. Éste soltó el agarre de sus manos de una en una, para asegurarse que Hattori le tenía bien sujeto, y apoyando los pies en la pared se dio impulso hacia arriba. Aprovechando el impulso, Heiji tiró de él. Shinichi se apresuró a ayudarle a subir también. Quedó de rodillas unos momentos en el suelo, recuperando el aliento. Hattori le dio una palmada en el hombro, felicitandole.

- Me alegra veros - les dijo Hakuba. Ambos estaban sucios de polvo, Shinichi presentaba moratones en los brazos y parte del cuerpo y Kaito un feo corte en la frente, pero no parecían mal heridos - Oímos un grito antes y temíamos lo peor...

- No eramos nosotros - hablo Shinichi, recordando lo ocurrido con un estremecimiento - Fue el sujeto que me cogió, su compinche le asesinó a sangre fría.

- A eso se refería cuando le vimos antes. Con lo de que no le iba a dar más oportunidades... - recordó Heiji, y dándose cuenta en ese momento exclamó - ¡Kudo, puedes hablar!

Shinichi asintió con la cabeza, pero en ese momento el suelo crujió peligrosamente y la estantería se hundió un poco, ladeandose.

- No se que pensaréis vosotros... Pero sugiero salir de esta habitación enseguida - comentó Kaito, poniéndose en pie, a lo que sus amigos estuvieron de acuerdo.

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