Escondiendo Un Secreto
Kaito observaba el candado que bloqueaba la puerta metálica. Era un candado que requería de una combinación de 3 cifras para abrirlo. Probó a forzarlo con el alambre que llevaba consigo, pero fue en vano, no pasó nada. Había que introducir aquellos malditos tres números.
Le pareció extraño, porque eso quería decir que conocían sus habilidades como mago y lo habían preparado de modo que él no pudiera hacer nada.
"Estoy deseando ver qué tan buen escapista eres."
Aquellas palabras retumbaron en su memoria. Era lo que le había dicho el hombre que le secuestró antes de que se desmayase. De modo que no fue casualidad que le escogiera a él, sino que le había estado observando previamente antes y sabía que era un mago. Quería ponerle a prueba.
Quizás... Kaito recordó que Jii le había dicho que alguien se había interesado en él durante su show en el Blue Parrot, ¿podría ser la misma persona que le secuestró?
Se llevó una mano a la cabeza y se alboroto más el pelo, mientras pensaba. No podía estar seguro aún, tendría que salir de allí primero para averiguarlo.
Suspirando se acercó a la mesa donde los detectives intentaban detener la bomba.
No le gustaba aquella situación. No le gustaba que un desconocido le marcara los pasos que debía dar. Y sobre todo, no le gustaba estar encerrado con aquellos detectives.
- ¿Tanto tiempo inactivo te ha quitado habilidad para abrir cerraduras, Kuroba? - le preguntó Hakuba con sarcasmo al verle acercarse.
- Cállate, Hakuba...
Notaba como el rubio le miraba de reojo, siempre había sospechado que él era Kid, aunque nunca lo pudo probar. Pero claramente su comentario era una referencia al tiempo que hacia que había colgado su traje de ladrón fantasma.
Debía tener cuidado en no delatarse y no confirmar sus teorías. Aún podía arrestarle por haber sido Kid. Además, otro motivo para andar con cuidado era que también se había dado cuenta de que Kudo a veces le miraba con una expresión que quería decir "te conozco pero no sé de dónde". Tarde o temprano el detective se daría cuenta de la verdad, ya que habían pasado por muchas cosas juntos en el tiempo que fue un niño con lentes entrometido.
Por ahora, Shinichi y Hattori estaban absortos en la tarea de intentar desactivar la bomba. Con cuidado habían quitado la cubierta del mecanismo y los cables y circuitos que la componían estaban al descubierto.
Shinichi observaba aquellos cables y meditaba cuál sería el principal que alimentaba el circuito. Tenía conocimientos acerca de materiales explosivos y la fabricación de bombas. Pero aquella le tenía perplejo. No reconocía la mayoría de elementos que la componían y se sorprendió al ver que incluso había alguna batería común incorporada. Más que construida por un experto, pareciera que la había montado un juguetero.
La cuenta atrás marcaba que faltaba 1 minuto y 30 segundos para su detonación.
- Está claro que la ha activado en cuanto hemos entrado aquí. O sea, que la controla a distancia - decía en ese momento Heiji.
- Por consiguiente, si nos ve manipularla y no le hace gracia, puede hacerla explotar a voluntad - se metió Kaito en el razonamiento - ¿no sería más inteligente, señores detectives, intentar mejor salir de este cuarto?
- ¿Y tienes alguna idea de cómo hacerlo, señor mago? - le contraataco Hakuba.
- No hemos mirado la caja fuerte de este cajón - contestó Kaito mientras se agachaba y sacaba la pequeña caja, poniéndola sobre la mesa - igual tiene una pista o algo sobre cómo abrir ese candado.
Shinichi y Heiji se miraron y en silencio se entendieron. Quizás aquel chico tuviera razón. Dejaron pues la bomba y su mortal cuenta atrás, y se acercaron a estudiar la caja fuerte.
- Bueno, Kuroba, si tú has propuesto abrir esta caja será porque puedes hacerlo, ¿no? - le preguntó Hakuba.
Kaito permaneció en silencio. Observaba la cerradura de la caja. Si. Él podía abrirla sin problemas. No sería difícil. Pero sentía que al hacerlo se movería por aguas peligrosas. Y lo malo es que su maldita impaciencia le había metido en ese lío.
- Bueno, afortunadamente no vamos a tener problema aquí - dijo Hattori mientras tiraba de la palanca de la puerta y ésta cedía - Está abierta.
Los cuatro chicos se inclinaron y permanecieron en silencio mirando el contenido, que ahora estaba a la vista de todos. Era una única hoja de papel hecha una bola.
La cuenta atrás marcaba 1 minuto para la explosión.
Heiji tomó aquella hoja de papel y, tras desarrugarla, leyó lo que en ella estaba escrito:
"Tres números nadan en un lago"
Shinichi espero a que su amigo siguiera pero éste para su sorpresa bajó la hoja y la dejó en la mesa. ¿Eso era todo? ¿No decía nada más?
- ¿Qué significa eso, es una broma? - preguntó Hakuba.
- No dice nada más, tío. Igual es una especie de charada o algo así...
Shinichi tomó la hoja y la volvió a leer. En efecto no decía nada más. ¿Tendría algún mensaje oculto? Kaito pensó lo mismo y se acerco también a mirar, cogió una esquina del papel y empujando la mano del detective a la vez, elevó la hoja hasta que la puso delante de la lámpara de modo que la luz pasara a través. Shinichi se sorprendió pero entendió lo que pretendía Kaito. Aunque no les sirvió de nada. Aquel era un papel grueso y no se podía apreciar si había algo más escrito.
- 3 números... - murmuró Kaito - 3 números... Aquel candado se abre introduciéndose una clave de tres números.
La cuenta atrás marcaba 40 segundos para la explosión.
- Entonces estos números son los que hay que adivinar - exclamó Hattori - ¿Qué números pueden encontrarse en un lago? ¿El radio de la circunferencia del terrero?
- Pero eso no es un valor estándar. Según la geografía de la zona, el ancho puede variar, y no todos los lagos son iguales. - le contradijo Saguru. - Tampoco menciona cuál es el lago...
La cuenta atrás marcaba 30 segundos para la explosión.
- Bueno - pensó en voz alta Kaito - dice que nadan en el agua, ¿el número de... de ... pe... ces?
Un escalofrío le recorrió la espalda sólo de recordar a aquellos bichos resbaladizos. Ojalá no fuera eso y no tuvieran que ponerse a pensar cuántos podría haber.
20 segundos para la explosión.
No.
No podía ser eso. Shinichi estaba seguro. Tantas facilidades para encontrar el acertijo, ya que la caja fuerte estaba abierta, para que ahora la respuesta fuera tan compleja. Y tan poco tiempo para resolverlo. Apenas 2 minutos.
Un momento. ¿2?
10 segundos para la explosión.
¡Eso era!
Rápidamente se abalanzó sobre el candado y empezó a girar las ruedas para introducir la combinación.
- ¿Kudo, qué haces? - le llamó Hattori.
6...
5...
Para sorpresa de los chicos, el candado se abrió. Shinichi lo retiró y rápidamente abrió la puerta, haciéndoles gestos de que se apresurasen.
4...
3...
Sin perder tiempo Kaito, Hattori y Hakuba se lanzaron fuera de la habitación y Shinichi cerró la puerta a su espalda.
2...
1...
El suelo retumbo con la onda expansiva, y gracias a que la puerta era metálica se contuvo dentro de la habitación.
Todos suspiraron aliviados. Estaban vivos.
- ¿Cómo supiste que número era? - Le preguntó Hakuba perplejo.
Shinichi le enseñó el candado que aún llevaba en la mano. El número que había introducido era el 222.
- Claro, el 2 parece un cisne... Los cisnes nadan en los lagos. Un número que nada... Un número que parece un cisne, ¡bien hecho Kudo! - le felicitó Hattori.
- Yo no haría celebración tan pronto, Detectives - les atrajo la atención Kaito.
Habían pasado la primera prueba, pero al mirar a su alrededor vieron que debían enfrentarse ya a la segunda.
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