Difícil Convivencia

Hattori observó como Kaito se marchaba corriendo en busca de Shinichi y se perdía en la oscuridad del pasillo.

¿Había hecho bien dejándole ir sólo?¿Podría realmente ayudar a Kudo? Heiji se hallaba confuso.

- No te preocupes por Kuroba - oyó detrás de él la débil voz de Hakuba - Tiene más recursos de lo que parece a simple vista.

Hattori se giró para mirar al inglés. Aún se hallaba pálido, pero se apoyaba en la pared con fiereza para evitar caerse de nuevo.

- Parece que le conoces muy bien...

- Le he estado observando durante un tiempo - la respuesta de Saguru dejó aún más confundido al detective de Osaka. ¿Qué tenía aquel chico de particular para atraer de ese modo su atención?

Un lejano siseo le hizo volver de sus pensamientos. Cierto. Hakuba aún se hallaba dentro de la habitación, y algunas serpientes, las más grandes, estaban averiguando cómo subir las escaleras e ir hasta ellos.

Iba a tender una mano a Hakuba para ayudarle a salir al pasillo, pero con gesto decidido, el detective inglés dio un par de traspiés y se dejó medio caer en la pared de enfrente.

Hattori comprendió que era demasiado arrogante como para aceptar que alguien estuviera al pendiente suyo, así que con un suspiro de resignación rápidamente cerró la puerta tras él, aislando el peligro de las serpientes dentro.

Ojalá Kudo y el mago volvieran pronto.

- Bueno, ¿y ahora nosotros, qué hacemos? - Esa era la pregunta que ambos se estaban haciendo. Solo que Hakuba había sido quien la había pronunciado en voz alta.

- Eeeeh... - Heiji se rascó la cabeza dudoso y mirando a ambos lados del pasillo - hacia la derecha se han llevado a Kudo... Hacia la izquierda hay otro cartel de "exit". Podemos o bien seguirles y reunirnos con ellos, ooo.... continuar buscando la salida.

Hakuba permaneció en silencio, hasta que pasados unos segundos empezó a dirigirse hacia donde indicaba el cartel de salida. Iba un poco tembloroso, de tal forma que apoyaba su mano en la pared para tener un punto de sostén.

- Oye, ¡espérame!

Avanzaron algunos metros, siempre atentos a cualquier indicio de una trampa que pudiera saltar. Hattori además miraba de vez en cuando hacia atrás, pendiente del regreso de Shinichi y Kaito. 

En ese momento, la mano de Hakuba fue a apoyarse en una puerta que no estaba cerrada del todo. Las bisagras cedieron y Hakuba se vio por unos segundos en el aire, sin ningún tipo de punto de apoyo. Cayó en el suelo de madera, que crujió peligrosamente.

- Ey, ¿estás bien? - le preguntó Heiji, mientras entraba detrás de él en la habitación.

- Si... Aunque... Tengo mucha sed... Supongo que será por la pérdida de sangre. Me gustaría poder beber algo - le respondió Hakuba mientras se ponía de pie de nuevo. El suelo se hundía por su peso.

De un vistazo rápido, Hattori abarcó el espacio con la mirada. No había nada que pudiera interesarles, salvo unas estanterías con algunos libros muy polvorientos.

- Salgamos de aquí, éste suelo parece que se va a romper en cualquier momento.

Pisando con sumo cuidado los dos, abandonaron aquella habitación y volvieron a salir al pasillo. Continuaron andando hasta que llegaron al final. Una pequeña y estrecha escalera les hacía descender a los niveles inferiores de nuevo.

- No entiendo... - se extrañó Hattori - ¿hay que descender otra vez?

- Empiezo a pensar que en realidad, no hay una salida de este sitio - comentó Saguru - Es como si estuviéramos atrapados en un tablero gigante de Escaleras y Serpientes...

- ¿Escaleras y qué...?

- Un juego de mesa muy popular en Europa.

Un sonido similar a engranajes mecánicos girando se oyó en ese momento. Hattori y Hakuba se miraron sin entender, ¿qué era lo que sucedía ahora? Rápidamente se asomaron al pasillo y vieron con sorpresa algo que había aparecido y que antes no estaba.

Una trampilla se había abierto en el techo y de ella surgía una escalera plegable. Bajando con lentitud los escalones, un hombre de pelo moreno y aspecto enfermizo hizo su aparición. Vestía ropas comunes e iba murmurando en voz alta.

- Se acabó. No pienso darle más oportunidades. Le avise de que no cruzara el límite - iba diciendo, mientras comenzaba a adentrarse en el pasillo.

Hattori reconoció su voz al momento. Era el tipo que les hablaba por los altavoces. Estuvo a punto de lanzar una exclamación de sorpresa por su descubrimiento, pero Hakuba le puso la mano en la boca para silenciarle.

- Ssssh es mejor no delatar nuestra presencia... - le susurró en el oído.

- Oye oye... No es necesario que me tapes la boca - comentó Heiji molesto cuando Hakuba aflojo la presión.

- ¿Qué crees que haya ahí arriba? - Hakuba ignoraba totalmente al detective de Osaka. Su vista estaba centrada en la escalera.

- Ni idea. ¡Ey! ¿No pensarás subir?

Saguru tenía un pie puesto en el primer peldaño.

- Lo raro es que tú no te hayas lanzado escalera arriba antes que yo. ¿No podías haber elegido otro momento para aprender lo que es ser prudente? Puede que sea peligroso, pero también puede ser que aquí arriba encontremos una manera de salir de este sitio... antes de que muramos en el intento.

Protestando para sí mismo contra el inglés, Heiji le siguió escaleras arriba. Lo que encontraron les dejó boquiabiertos.

Estaban en una sala de aspecto más moderno que el resto del edificio por donde habían andado. A Heiji le recordó a un estudio de grabación de una cadena televisiva. Por doquier había pantallas. Saguru contó unas 50 aproximadamente, aunque estaban todas apagadas y negras. Un micrófono se hallaba preparado delante de un sofá giratorio.

- Así que éste es su centro de control. Desde aquí nos ha estado vigilando y hablando todo este tiempo... - dedujo Hattori.

Hakuba se acercó a un ordenador portátil que reposaba encima del panel de mandos. Apretó el botón de encendido y en la pantalla apareció la palabra "contraseña".

- ¿Cómo sabremos cuál es? - preguntó el moreno uniéndose a él.

Saguru comenzó a teclear palabras al azar.

"Laberinto"

"Escaleras y Serpientes"

"Juego"

"Estudiantes"

Ninguna funcionaba. La pantalla del ordenador empezó a pixelarse y el cursor se volvió loco. Ambos chicos contuvieron la respiración. Si se rompía o algo peor, aquel sujeto sabría que habían estado ahí. Tras unos segundos de incertidumbre, apareció la pregunta clave programada para casos de olvido de la contraseña:

"¿Qué es tan delicado que tan sólo con decir su nombre se rompe?"

- Por supuesto, tenía que ser un acertijo... - se sonrió Hakuba.

- Yo no le veo la gracia. Este tipo ya me está cansando con sus juegos mentales y...

Hattori no pudo terminar la frase, pues en ese momento se oyó el eco de un grito de dolor. El grito más desgarrador que ambos detectives habían oído nunca. Sus miradas se cruzaron y vieron que ambos pensaban en lo mismo: sus compañeros. ¿Y si Kaito no había logrado ayudar a Shinichi, y era de alguno de ellos ese grito?

Rápidamente, Hattori le dio un empujón a Hakuba y tecleo una palabra. Pulso la tecla de intro y de inmediato la pantalla del ordenador se iluminó y poco a poco fueron encendiéndose todas las televisiones.

- ¿Qué es lo que has escrito? - se asombró Hakuba.

- Una norma importante cuando estás practicando Kendo, es que debes estar concentrado. Nada debe romper tu estado de concentración, para lo cual es muy importante que permanezcas en el más absoluto...

- Silencio - terminó la frase Hakuba, impresionado. - Porque con sólo decir su nombre, ya lo has roto...

La última pantalla de televisión se había encendido y los dos chicos se pusieron a la tarea de buscar a sus amigos. Reconocieron muchas salas donde habían estado: la nevera donde Hattori fue encerrado, la habitación del ataud de cristal de Hakuba, la habitación de la falsa muñeca Aoko... Pero no veían a Shinichi o a Kaito por ninguna parte.

- En muchas de éstas habitaciones no hemos estado - comentó Heiji - Creo que tienes razón. Puede que no haya salida de este maldito lugar.

- Tiene que haber una. Lo mismo que se entra, se debe poder salir... ¡Mira, aquí! Es ese hombre...

En una pantalla algo más pequeña pudieron ver a aquel hombre que se hallaba en ese momento en una de las habitaciones. Hattori se fijo en las librerías que había en un lateral.

- Creo que ahí estuvimos antes... Aunque no recuerdo ese agujero... ¿Qué hace ese individuo? ¿Dispara al agujero?

- Puede que haya alguien ahí atrapado. Mira, no sé leer los labios pero diría que está hablando con alguien que está dentro.

- ¿Podrían ser Kudo y Kuroba?

- O la persona que ha gritado antes...

Sin despegar los ojos de la pantalla, los dos muchachos vieron cómo aquel tipo se acercaba a una de las librerías y, arrastrandola lentamente, la fue acercando al límite del agujero. Después, dándole empujones con el hombro, la hizo volcar de modo que cayó pesadamente y cubrió por completo el agujero. Finalmente se marchó pasillo a través, desapareciendo de las cámaras.

- Hay que ir a esa habitación - afirmó Hattori dándose la vuelta y yendo hacia las escaleras por donde habían subido.

- ¿Qué, por qué? - se extraño Hakuba, mientras iba detrás de él.

- Puede que lo que haya en ese agujero sea importante y por eso lo ha querido tapar.

- ¿Sabes al menos cuál habitación era?

- Si, es en la que te has caído antes. He reconocido las estanterías. Alguien, o algo, ha debido hacer ese agujero después de irnos. Vamos, sin hacer ruido.

Los dos detectives se marcharon tan corriendo que no se fijaron en el mensaje que apareció en ese momento en la pantalla del ordenador, mientras éste expulsaba un CD.

"Disco completo. Para seguir grabando, insertar uno nuevo"

🌼🌼🌼🌼🌼🌼🌼

Hola mis seguidores
Por fin puedo traerles un capítulo nuevo
Esta vez me ha costado mucho poder terminarlo
Gracias por su paciencia 😘

Ojala les guste y aclare algunas dudas sobre qué hacían Heiji y Hakuba mientras Kaito rescataba a Shinichi

Intentaré subir pronto el siguiente
Gracias por leerle y estar ahí

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