Capítulo 4 "Estas son las condiciones"

David:
- Bien. Ahora explícanos de que va todo esto del "juego" - me exige Mal.
- Bien. Todos ustedes van a jugar un juego. Aún no le he puesto nombre pero ya se me ocurrirá algo. El objetivo es que gane el mejor. Por lo tanto a lo largo de aproximadamente 6 meses estaremos haciendo actividades didácticas. Os dividireis en dúos que irán cambiando en dependencia de si yo quiero cambiarlos o no. Serán cuatro actividades por mes. Una para cada semana. El dúo que gane la actividad de la semana ganará cierta cantidad de puntos, según la dificultad y todas esas cosas que se miden a la hora de evaluar. Los puntos se almacenaran en una tarjeta. Cada uno tendrá la suya y para poder tener privilegios, como son la televisión o el teléfono, debéis comprarlos sacrificando puntos.
- Para el carro... ¿No va a haber tele, ni celulares?. - pregunta alarmada Sabrina.
- Exacto, eso dije. Si queréis tele o celulares, e incluso si queréis Internet, vais a tener que comprarlos - les aclaro a todos.
- Pero eso es.... Es horrible, injusto. Exijo mis derechos a tener Internet. Joder abuelo, que lo necesito para vivir casi tanto como necesito el aire - Sabrina lloriquea como una niña pequeña.
- Pues gana puntos y compra Internet... Y volviendo al tema de inicio. El que al final del juego tenga más puntos será el ganador. ¿Entendido?
Todos asienten con la cabeza baja y el ceño fruncido. Parece que la idea no les agrada. Pues que pena.
- Por cierto. Van a jugar dos personas más........ Olivia y Ashley - hago varias muecas al pronunciar sus nombres. Y las gemelas me acompañan.
- ¿En serio Ashley puede jugar también? - pregunta David con los ojos iluminados. No se como se pudo enamorar de esa. Es una chica flacucha y pelirroja que tiene un carácter de *****.
- Si. Remedio no queda. Ni tu ni Mal podrían pasar tanto tiempo sin ver a sus noviecitas - les digo
- Eso no es tan así abuelo. - me replica Mal sonrojado. No le gusta parecer dependiente de una chica.
- Sabéis que es verdad -  les dice Sabrina.
- Siempre metiendo la cuchareta en todo, primita. - le responde Mal.
- De toda la vida. Por qué? Te molesta... primito?
- No hombre no. Para nada. Me encanta - Dice Mal con sarcasmo.
- Pues que bueno, porque a mi también - Sabrina utiliza el mismo tono y ambos se callan por fin.
- Dave, una pregunta.
- Si Ben. Adelante - le respondo al alto trigueño que se encuentra sentado en el minibar.
- ¿Por qué no vamos a tener Internet, ni teléfonos ni tele? No le veo sentido.
- No es por nada en especial. Sólo lo hago para fastidiarlos. Ya saben, para hacerlos sentir mal y así.
- Aaah, ya. Entiendo.
- Abuelo. Otra pregunta. ¿Es súper necesario que jueguen mi preciosa cuñadita y la novia emo punk de Mal? Es que no me agradan. Y se de sobra que a ti tampoco. No querrás que ellas ganen el juego. - Dice Sabrina ignorando las miradas molestas de su hermano y su primo.
- Sabri, no me caen bien, pero mientras más sean, más divertido será todo. Así que jugarán. Mañana las mando a buscar.
Se escucha un largo suspiro por parte de Samantha y luego añade.
- Abuelo. ¿Cuando se empieza?
- Pues ahora mismo. Pero antes de instalaros en las habitaciones les voy a dejar claras las reglas:
1- Nadie se hecha para atrás. Si empiezan el juego, terminan el juego. Aunque os tenga que secuestrar vais a jugar.
2- No se vale la violencia física injustificada. O sea que si queréis halaros los pelos o meteros puñetazos hasta dejaros un ojo morado vais a tener que esperar a salir de aquí.
3- No se puede salir de aquí. Vamos, de los límites del bosque me refiero.
4- No se pueden tener relaciones sexuales. - Me encantó decir esta regla. Todos se sonrojaron.
5- Y la última pero no por eso menos importante. A partir de las 10 todas las luces de la casa y de los alrededores se apagaran. No es una regla en realidad. Es más bien una advertencia. Así que el que salga se tendrá que iluminar con la luz de la Luna, al estilo indio primitivo.
- ¿Todos me entendieron?- les pregunto.
- Si te refieres a sí entendimos por que se te ocurrieron esas reglas tan estúpidas... La respuesta es no - Dice Sabrina.
- Bien. Me alegra que me hayáis entendido. Son reglas sencillas. El que las desobedezca no la pasará muy bien. Es más, si alguien desobedece las reglas tendrá un castigo.
- ¿ Que tipo de castigo? - Sabrina traga saliva luego de preguntar.
- Yo que se. Un castigo.
- ¿Cuál es el objetivo de la regla número 4? - pregunta Ben aún con las mejillas en llamas.
- Como todas las demás, la regla 4 fue elaborada para cumplir la simple misión de joderos la existencia. Esperemos que lo consiga - Y suelto mi risita malvada de Wajajaja. Que malo soy...
- Y pensar que somos tu familia. Joder, se te nota mucho el amor que sientes por nosotros - Dice David rodando los ojos.
- Claro que si. Ya saben que yo soy muy cariñoso.. Así que sin más pláticas, empezamos de una maldita vez?

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