Adán y Eva

Mordió el fruto prohibido. 

—¡Langa!— gritó Adam. 

Los jóvenes se sobresaltaron y se separaron con un muy notorio sonrojo pintando sus mejillas. 

—Adam— masculló el peli celeste —Puedo explicarlo. Yo... 

–¿¡Qué demonios acabas de hacer!?— entró al jardín y lo tomó por la muñeca —¿Sabes lo que nos puede costar tu estupidez?— gritó. 

—Me estás lastimando— se le cristalizaron los ojos. 

—Apenas estoy empezando— lo sujetó con más fuerza. 

—¡NO LO LASTIMES!— chilló Reki. 

El mayor le lanzó una mirada asesina. 

—¡Todo esto es tu culpa! Langa y yo estábamos perfectos antes de que llegaras—. 

—Lo siento— lágrimas empezaron a resbalar por sus ojos —Hice mal, lo acepto— se abrazó a él mismo —Haré lo que sea, solo no lo lastimes—. 

La respiración de Adam se volvía cada vez más pesada. No entendía lo que sucedía. No podía hacer más que mirar a Reki con... No sabía que era ese sentimiento. 

—Odio— susurró Tadashi en su oreja —Eso es lo que sientes— acarició sus hombros. 

—Arruinó mi paraíso— dijo el peliazul con lágrimas en sus ojos. Más para sí mismo que para los demás. 

—Bueno, hay una solución sencilla para eso— tomó su formal animal y se enredó en su cuello —¿No lo crees?—. 

Este frunció el ceño y formó puños con sus manos. 

—Pero claro que sí— intentó golpear a Reki. 

—¡Detente!— se puso Langa en medio. 

El mayor obedeció. No por que ya no quisiera hacerlo, si no que ver al peli celeste se le nublaba la visión ¿Por qué venía a él la consecuencia si no fue el que cometió el pecado? Todo su cuerpo estaba tenso ¿Por qué sentía que él era quien sobraba si llego primero? 

Usado, humillado y reemplazado, esas eran las mejores palabras con las que podía describirse. 

—Adam— masculló Reki —Yo enserio lo sien... 

Fue interrumpido por una cachetada que lo tiró al suelo. 

—¿Y tú quién te crees para dirigirme la palabra?—  le escupió. Langa se agachó para poder ayudarlo —¡No lo toques!— lo agarró por los hombros y lo puso frente a él —Aún podemos salvar tu pureza— acarició  su rostro. 

El menor solo podía verlo con miedo. 

—Entiendo que la tentación pudo ser fuerte— lo pegó a él —Pero llegué a tiempo y evité la mordida ¿No lo ves, Langa? Te salvé ¡Aún podemos ser felices!— sonrió. 

—¿Felices?— bajó la mirada —¿Los dos o solo tú?— frunció el ceño. 

—Mi pequeña Eve ¿Ahora de qué hablas?—. 

—Yo no puedo ser feliz— lloró —No contigo— . 

—Pero... Nuestro paraíso... 

—¡ESTE ES TU PARAÍSO! ¿NO LO ENTIENDES?— gritó —Ya estoy harto de este lugar—. 

El semblante del mayor se volvió más oscuro. 

—Estás quejándote del regalo del señor. Quien te ha amado y te dio la vida—. 

—Entonces es el peor regalo que jamás he recibido— lo miró —Esto es una prisión. Una cárcel donde empecé a cumplir mi condena mucho antes de tan si quiera cometer mi "error"– gruñó —Déjame morder. El castigo no puede ser peor que pasar toda mi eternidad contigo—. 

—Langa— susurró Reki. 

—No sabe apreciar todo lo que has hecho por él— habló Tadashi a Adam—No te merece—. 

Este apretó los dientes y atacó el cuello de su compañero. 

—¿Todo esto por un fruto asqueroso?—. 

El adolescente tragó saliva —Él no es un fruto asqueroso. Su nombre es Reki, mi mejor amigo y la persona a quien amo— habló con dificultad, enserio lo estaba apretando muy fuerte. 

—¿Lo amas?— tartamudeó. Guardó silencio por unos momentos. Soltó una caracajada —Pero que tontería. Ya déjate de bromas—. 

—Yo también te amo, Langa— se levantó Reki —Aunque no seas para mí, decido darte mi corazón, mi alma y mi vida entera— le sonrió. 

—No lo escuches, Eve— suplicó el peli azul soltándolo —Esto es lo que él quiere. Es una prueba ¿No lo ves?— chilló —Ven conmigo y te perdonaré. Todo esto quedará olvidado. Lo juro—. 

—Adam, lo siento— murmuró —Pero me das miedo. No me siento seguro contigo—. 

—¡Pero estamos unidos! Naciste de mi costilla derecha ¿Recuerdas? No importa que tu nombre hayas cambiado. Somos Adan y Eva, por lo que.... 

—¡YO NO SOY TU EVA!— lo cacheteó. 

El mayor se quedó congelado ante tal acción ¿Enserio lo había golpeado? A él. La única razón de su existir. 

—De acuerdo— soltó —No me importa que tú no lo veas. Porque yo estoy seguro de que es así— miró a Reki —Cuídate, manzana podrida. Que a partir de hoy, mi único objetivo será eliminarte y salvar a mi Eve—. 

—Soy más duro de lo que parezco— contestó frunciendo el ceño —Y no permitiré que te vuelvas a acercar a Langa— por primera vez, lo miró a los ojos —Te tengo miedo, no voy a negarlo, pero temo más al pensar que el chico al que amo deba pasar su vida con un lunático como tú—. 

—La guerra empieza entonces— rio. 

Reki asintió y le dio la espalda para atender a Langa. 

Tomó una rama tirada e intentó atacar al pelirrojo. Sin embargo, fue detenido por una mordida de Tadashi. La cual lo dejó inmóvil. 

—Atacar a alguien por la espalda, pero que pésimos modales— soltó. 

Los adolescentes miraron a la serpiente. 

—¿Qué?— preguntó. 

—Estabas de su lado— gruñó Reki —¿¡Por qué le susurrabas todo eso!?—. 

—Es mi trabajo— subió por su pierna —No te molestes conmigo— se enredó alrededor de su cuello —Yo solo le expliqué sus sentimientos. El camino que  haya decidido tomar ya es otro cuento—. 

—¿Había otro camino?— preguntó Langa. 

—Siempre hay otro camino— respondió. Bajó de Reki —Mi mordida lo aturdirá por unas siete horas. Huyan mientras puedan. Encuentren su paraíso—. 

—¿Y tú qué harás?—. 

—Quedarme en el mío— se recostó en el pecho del peliazul. 

Los menores se miraron. El fruto no pudo evitar sonreír al ver los ojos de su amado. Tomó su mano y se posicionaron frente a la puerta del jardín. 

Langa tragó saliva. Sabía que Reki nunca había salido de ahí, así que fue él en dar el primer paso fuera. Después lo jalo hacia él. 

Los ojos del menor se humedecieron y su sonrisa se amplió. 

Ambos miraron al horizonte. 

Entonces así se sentía ser libres

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top