Niss solo quería disfrutar,

de una fiesta que iba a realizar.

Lástima, tuvo problemas de salud

y se tuvo que retirar de su vida

diaria por unos días.

Cuando regresó, la gente se asombró

y las risas y sonrisas callaron;

oops, fue la idea del fiestón

y al final del día la gente la excluyó.

Las "amigas" no la tomaron en cuenta.

Y Niss, entre llanto y cólera se dio cuenta

que las verdaderas amigas no son las que

disfrutan los buenos momentos,

sino aquellas que saben disfrutar los malos

momentos de la vida.