dix-huit.

Beth siempre tuvo un don

que quiso ocultar y lo escondía

con minuciosidad.

Su don era ver auras de las almas olvidadas.

Todas eran negras, más sin embargo,

el aura de aquella chica era gris.

«Amigas» se hicieron en aquella tenebrosidad.

Sin darse cuenta Beth,

que la aura gris solo quería trasmitir

su enfermedad que la hizo matar

en la vida terrenal, y que no

podía descansar si no traspasaba

esa enfermedad.

Ahora Beth tenía cáncer pulmonar

y solo esperaba morir y vivir

en la eternidad en aquel jardín

de la oscuridad...

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