Cap4: Por donde nos guíe el viento
Minutos después, nuestros dos protagonistas se encontraban caminando por el oscuro y extenso bosque, la llama de la antorcha todavía seguía viva lo cual extrañó a Javier pero mientras tuviera combustible para seguir su camino no le importaba, Damián al no haber podido dormir estaba mas cansado por lo que poco a poco empezaba a reducir su velocidad para andar y se sostenía algunas veces por los robles ondulados, comenzaban a presentar signos de sed ya que no habían encontrado una fuente de agua en todo el día.
-Wey, al chile tengo que dormir -Diría Damián quejándose mientras sacudía su cabeza y se daba cachetadas para poder mantenerse despierto mientras que se re lamía para mantener la humedad en sus labios.
-Al rato duermes, primero necesitamos avanzar -Respondería Javier de manera tosca a su contrario, mientras seguía manteniendo la mirada firme sobre el camino recto en el que se estaban aventurando a seguir.
-¿Y cómo sabes que por aquí vas a encontrar ayuda? -Preguntaría quejumbroso Damián, el cual mientras avanzaba comenzaba a bostezar y además al no tener tan buena condición física se estaba empezando a cansar.
-Pues le pregunté a Benito y Alfonso -Mencionó Javier el cual comenzaba a observar alrededor suyo mientras miraba todo el bosque con mas detenimiento, si quería sobrevivir por ahora era mejor empezar a conocer el mundo.
-¿Y quienes son esos? -Despúes de unos pocos momentos se dió cuenta de la estupidez que acababa de decir, llevándose la mano a su sien solamente para esperar.
-¡Mis huevos! -Albureó Javier para después comenzar a reír a carcajadas mientras seguía avanzando logrando alivianar un poco la tensión del ambiente.
-¡¿Y eso que putas tiene que ver?! -Preguntó Damián molesto mientras que con esa ayuda de ira lograba quitarse un poco el sueño.
-Ohh... En nada, solamente tengo una corazonada -Diría Javier sin muchas preocupaciones mientras seguía caminando e ignorando a su compañero casi por completo.
Después de haber discutido pasaron otra ronda de minutos los cuales por consecuencia de la caminata generaron mas sed y cansancio a Damián el cual ya estaba apunto de colapsar, Javier solamente tenía sed la cual se lo aguantaba con cierto problema.
Después de una larga caminata de unos 30 minutos aproximadamente, nuestros dos protagonistas estaban tirados a la orilla de un río, Javier trataba de mantener viva la llama de la antorcha que le faltaba poco para extinguirse mientras que Damián desesperadamente bebía de las aguas del río para recuperar la sed que tenía aunque eso no quitaba que recuperará el sueño.
-A la verga... Finalmente... -Exclamaría Damián entre jadeos mientras se recostaba sobre la tierra húmeda que se encontraba en aquel lugar, era extraño para el pero el agua parecía muy cristalina y potable, aunque dudara en beberla realmente estaba desesperado en hidratarse.
-¡Pinche fuego hijo de tu putísima madre! O te putas mantiene o te voy a meter por el culo de- -Entre esas palabras de amenaza al objeto inanimado la llama lograría avivarse nuevamente lo cual calmaría los nervios de Javier -Oh, ya no importa.
-¿Vamos a continuar avanzando?... -Diría Damián el cual al estar finalmente descansando comenzaría a cerrar sus ojos, una pequeña siesta no haría nada mal en estos momentos.
-Si ¿Por-? Ugh... -Miraría un poco molesto a su contrario como se había quedado dormido pero no quería molestarlo así que clavaría en el suelo la antorcha al lado de el para después irse a investigar.
Javier ahora solo comenzaría a caminar por el lugar mirando mas detenidamente la fauna del lugar, era un poco raro pero posiblemente le parecía algo interesaste, algunas zonas del musgo de las rocas y árboles crecían unos hongos azules fluorescentes al igual que el mismo musgo era de color azul. Después de un rato por pura precaución se dirigiría a beber un poco del agua del río lo cual hizo pero algo le pareció curioso, era una especie de pez algo grande, era del tamaño de un fémur humano, tenía una especie antenas las cuales eran bastante resistente puesto que no se iban a merced de las corrientes del río, el pez era de color negro tenía algunos tonos amarillos. Javier metió su mano por mera curiosidad para tomar al pez lo cual lo alertó y este comenzó a hacer brillar sus aletas y antenas de color amarillo y lanzaría una pequeña descarga esto no le afectaría mucho a Javier pero si notaría como mas luces del mismo color empezaban a brillar y lanzarían ahora si una considerable descarga eléctrica, al parecer había una cantidad de estos animales pero los dejaría en paz y se acercaría a su amigo para poder continuar el sendero.
-Eh, puto, despierta -Diría tomando la antorcha del suelo y dándole una patada en el estómago a su compañero para que despertará cosa que funcionó.
-¡¡Agh!! Maldito hijo de la chingada, me sacaste el perro aire puto de miércoles!... -Este se quejaría mientras trataba de recuperar el aire por la patada aunque ya había recuperado el sueño por completo.
-No llores joto, vámonos -Ordenaría Javier con algo de gracia en sus palabras, como si se estuviera burlando de su contrario y así empezaba a caminar.
Después de eso, a Damián no le había quedado de otra que levantarse de la tierra e ir tras el para seguirle aunque aún le seguía doliendo el pecho ya no se quejaba tanto. Unas cuantas horas después, ambos estaban complemente agotados por no decir que estaban bien jodidos, lo que ya seria el amanecer en su mundo en este lugar apenas si es la madrugada.
-Te dije que era mejor quedarnos en aquel lugar...¿Dónde esta tu pinche corazonada? ¡¿Eh?! -Protestó Damián molestó y cansado mientras se recargaba en algunos troncos para poder apoyarse de vez en cuando.
-Silencio quejica, ya verás que pronto vamos a llegar a un buen lugar... Ya lo verás -Se defendió Javier el cual estaba casi en el mismo estado que Damián, sujetaba la antorcha la cual estaba casi toda consumida por e fuego aunque no le importó demasiado.
-Por seguir tu puta corazonada ahora estamos completamente perdidos, pendejo -Contraargumentó el jóven mientras miraba con cierto grado de rabia a su contrario, apretando sus puños lo suficiente como para no gastar energías y colapsar ahí mismo.
-Si si ya a la chinga- -Javier había parado en responder para cuando después parar en seco mientras miraba a un punto fijo -Te lo dije... Jeje -Dijo Javier con una sonrisa mientras continuaba avanzando, se notaba que ya dejaba salir sus fuerzas para caer de rodillas al suelo y desmayarse.
-¿Qué? ¡Cabrón! -Este no le había puesto atención a lo que se encontraba enfrente, simplemente corrió a donde se encontraba su amigo pero al hacer ese minúsculo esfuerzo este caería desmayado de igual forma.
Lo que había visto Javier antes de desmayarse había sido una enorme muralla y a dos guardias de silueta humana a lo lejos, custodiando la puerta de la entrada, antes de que ellos pudieran amenazar simplemente vieron como nuestros dos protagonistas caían desmayados.
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