Es una bonita mañana de Septiembre. Voy en el coche de camino al internado de Oblagueri. No tengo ganas de ir. Pero es mi obligación ir allí para aprender a controlar mis poderes.

- No quiero ir - grita mi hermana Laura.

- Tienes que ir Laura. Yo también fui cuando era más pequeña y fue una experiencia única e inolvidable - dice Alma mi madre adoptiva.

- Laura seguro que te lo pasaras genial en el internado - dice Lucas mi padre adoptivo.

- Laura tu tienes suerte no eres la diosa de la muerte. Tú harás amigos fácilmente mientras de mi huirán todos - dice mi hermana Irene.

- Menuda forma de dar ánimos - digo yo.

Irene tiene una forma muy especial de hacer las cosas. Siempre da ánimos de la misma forma. Su forma es única. Siempre dice que los otros tienen mejor suerte que ella. Claramente los demás tienen mejor suerte que ella. Porque a ella la teme todo el mundo sin saber que es la diosa de la muerte. Imaginaos ahora que todo el internado sabe quién es.

- Es que es la verdad. A la gente le gustará estar con vosotras en vez de conmigo - dice Irene.

- No te preocupes Irene. Yo estaré contigo y le diré a los demás que eres la mejor - digo.

- Muchas gracias - dice Irene abrazándome - Eres la mejor hermana que existe.

- Hemos llegado - dice Alma.

Lucas aparca el coche en el aparcamiento. A continuación nos bajamos todos del coche y sacamos las maletas del maletero. Luego vamos hacia la entrada del internado. El internado es gigante. Hay mucha gente en la entrada. Algunos niños se despiden de sus padres con lágrimas en la cara. Otros lloran sin parar abrazados a sus padres. Y otros se despiden de sus padres y entran sin soltar ni una lágrima. Nos ponemos en la fila para entrar. 

Nos llega el turno. Nos atiende una chica joven rubia. Sus ojos son azules, lleva una camiseta de color azul marino y unos pantalones cortos de color blanco.

- Buenos días. ¿Nombre de las niñas? - pregunta la chica.

- Adriana, Laura, Irene Diez García - contesta Alma.

Según Alma dice nuestros nombres la chica busca en un ordenador y a los segundos se asusta. A debía de averiguar quién es Irene.

- Bien. Isla lleva a estas chicas a sus habitaciones - grito la chica.

De repente aparece Isla. Isla es una chica de más o menos 30 años. Su pelo es negro y sus ojos verdes. Lleva una camiseta de color verde botella y unos pantalones de color pistacho. La chica de la entrada le entrega un papel.

- Despedidos de vuestros padres y seguidme - dice Isla.

Las tres abrazamos a Alma y a Lucas. Siempre los llamados por su nombre porque no somos capaces de llamarlos papá y mamá porque sabemos que ellos no son nuestros padres.

- Mis ositas os voy a echar mucho de menos. Cuidaros mucho. Si necesitáis algo llamarme - dice Alma.

- Mis pequeñajas os voy a hechas mucho de menos. Ayudaros las unas a las otras y no olvidéis los recuerdos que pasamos juntos - dice Lucas.

- No os preocupéis no os olvidaremos - digo llorando.

- Os quiero mucho - dice Laura sin parar de llorar.

- Chicas cuidaros mucho - dice Alma que sigue llorando.

- Nos cuida mucho no te preocupes - dice Irene.

Irene es la única que no llora. Pero si se le escapa algo lágrima.

- Venga chicas os voy a llevar a vuestra habitación - dice Isla.

Volvemos a abrazarnos y nos despedimos. Luego nosotras seguimos a Isla. Isla nos guía por unos pasillos muy largos. Isla se para enfrente de una puerta

- Laura tu duermes aquí. Dormirás con otra chica de tu curso - dice Isla.

A continuación seguimos de frente y subimos unas escaleras. Seguimos de frente. Luego Isla se para delante de una puerta. 

- Está es vuestra habitación. Dormís juntas - dice Isla.

Entramos en la habitación y desmontamos el equipaje. 

La habitacion es muy bonita. Tiene  tres armarios. Dos de los armarios estan incrustados en una pared. El otro esta al lado de una cama. La habitacion no es muy grande pero es muy acogedora. Por la ventana se ve la entrada.

El baño tambien es muy bonito. Tiene un labavo, una ducha y un vater. La pared es de color lila. Donde la ducha hay unos azulejos de color gris oscuro y otros de gris claro.