Capitulo 6

Un nuevo día en este magnífico "nótese el sarcasmo" lugar. Empiezo a aburrirme demasiado y mi nuevo objetivo es encontrar alguien a quien molestar, un poquito de diversión no le viene mal a nadie ¿Verdad?

Con pereza me levanto de la cama y entro a darme una ducha, me gusta levantarme más temprano que mis compañeras por que no soporto esperar para ducharme. Cuando salgo envuelta en una toalla las chicas se levantan y empiezan a pelear por quien tomara un baño primero " ven por qué me gusta levantarme primero". Saco el horrible uniforme que debemos usas y lo miro unos minutos.

—Anda ya sé cómo empezar bien el día—Lo tiro sobre la cama y tomo unas tijeras " hora de sacar la diseñadora de modas que llevo dentro.

Con las tijeras corto el ancho pulóver blanco y me lo pruebo comprobando el largo, queda perfecto ancho pero corto dejando ver mi "gracias a la genética " plano estómago.

Encantada con mi trabajo tomo el pantalón y le rasgo las rodillas tal como esa moda de ahora y me lo pongo completando el outift .

Las chicas salen de baño y me miran asombrada.

—De donde has sacado es outift... ¿De Pinterest? —Pregunta Mia.

—Para nada, lo acabo de hacer— me jactó orgullosa de mi obra.

La verdad en comparación con los trapos que eran antes, ahora son todo un lujo, a pesar de los poco elaborados instrumentos" Tijera y nada más" tiene un corte recto y preciso, gracias a un buen pulso.

—Pues te sacas las tijeras y me haces uno —Demanda Rocío, saca su uniforme de la gaveta y me lo tira.

—Nos vamos a meter en un buen lío, pero yo también quiero —afirma Mia y repite la acción.

Pero bueno si me he vuelto una diseñadora después de todo.

Con paso seguro salimos las tres hacia el comedor, en el camino Valentina se desaparece y solo quedamos Mia y yo, la mirada de todos en el lugar, con una sonrisa nos dirigimos a la mesa, pero somos interrumpidas antes de sentarnos.

—Señoritas a la oficina del Director — manda la supervisora.

—Claro después de desa...

—¡Ahora! — me interrumpe.

Bufando me dirijo a la oficina seguida de Mia y la supervisora que nos abre la puerta y nos hace pasar.

En una silla giratoria se encuentra un regordete y entrado en años señor, que se pone de pie en cuantos nos ve.

Y para resumirles todo se basó en:

Esto es una institución respetable bla, bla, bla, consecuencias bla, bla, bla, comportamiento indecente bla, bla, bla y mucho más bla, bla, bla.

Aburrida mire a mi compañera y ella a mi como pidiendo auxilio.

—Sígueme la corriente— le susurré y empecé a gritar llorar y todo lo dramático que se puedan imaginar.

—Está temiendo una crisis— Grito llorando Mia.

Pero si la chica puede ser actriz.

Bueno sí que funciono, el viejo se calló, pero me mando un nuevo médico que me atendería a partir de ahora.

Me encuentro en un sillón de su oficina esperando que se digne a aparecer para largarme más rápido.

Imagino que será un viejo sabiondo que me pedirá hablar de mi sufrimiento y como me siento en este lugar "Aburrido " bostezo de solo pensarlo.

Pero cuando la puerta se haber y veo a un joven apuesto de no más de 27 años, blanco alto y con unos hermosos ojos verdes me quedo boquiabierta.

Pero si me ha tocado la lotería.

Me pongo a analizar el color de sus ojos mientras el habla. Es un verde extraño, no como el que comúnmente veo.

—Verde Jade— Exclamo cuando recuerdo el color.

El me mira confundido.

—¿Has escuchado algo de lo que he dicho? — cuestiona.

—No, estaba tratando de recordar el nombre del color de tus ojos— digo sincera.

—Eh... Por qué harías eso— sigue confundido.

—Porque eres lindo —Directa como siempre.

—Esto, gra... gracias, pero eso no es nada ético, venimos a hablar de su crisis. — murmura un poco inseguro.

¿Lo pongo nervioso? Genial...yo que pensé que iba a ser aburrido.

—No le gusta romper reglas doctor...

Espero que me diga su nombre.

—Thiago , se lo dije cuando llegue. Y no, no me gusta romper reglas — afirma.

—Como le dije "Doctor Thiago " estaba entretenida — le sonrío seductoramente y me pongo de pie.

Su mirada inevitablemente cae en la piel que muestro y aparta la mirada.

¡Diversión! ¡Diversión! Grito en mis pensamientos.

—Además, las reglas se hicieron para romperse— Le guiño un ojo y no puedo evitar reírme ante lo incómodo y torpe de los movimientos que hace.

¡Sí que será divertido!

—¿Entonces lo pongo nervioso?

—No es así, siéntese y hablaremos.

—¿Por qué me cambiaron con usted? Digo ósea Tayler no estaba mal.

—Estaba de vacaciones, Tayler es un psicólogo, yo soy un psiquiatra.

—¿Así que estoy loca?

—Es lo que quiere aparentar, pero no veo que sea así.

—¿Así que me detalla?

—No ganará nada con tratar de seducirme.

—Un poco de diversión ni está mal.

—¿Hace cuánto comenzó con estas crisis?

—Desde que te vi se me olvidó.

—Voy a mandarle a doblar la dosis de tranquilizante.

—No— Digo tajante mente.

—¿Piensas que todos estamos acá para tus juegos? ¿Que no tenemos nada que hacer? Hay chicos que darían lo que fuera para que los pudieran ayudar en tu lugar.

—¿Ayudar? Usted cree que esto es ayuda, el que nos encierren como unos presos solo por tener algo especial, por ser distintos.

—Ese no es mi asunto.

—No doctor nunca es su asunto

El da vuelta y veo abre carta en la mesa, las tomo me acerco a él, pero en este momento no quiero hacerle daño a él por una extraña razón, así que lo acerco a mí, no entiendo que me está pasando, pero tratar de ser feliz no puedo, trato de acercarlo, sin darme cuenta comienza a gota sangré, pero no es mía, es de las manos de Thiago.

Trate de clavarla en mi estómago, pero el interpuso su mano.

—Lo que creí— Lo miro sin entender— No te estás tomando tus medicinas y tus episodios de agresividad comenzaron.

—No es su problema.

—Eres mi problema, por eso me pagan no.

No dice nada más, tan solo me quita el abre carta.

—Le diré a la enfermera que tú tratamiento será suministrado con inyecciones.

—No me gustan.

—No es una opción, así que piensa si quieres lastimar a tus amigas.

Abre la puerta del consultorio y se va, está persona es algo sorprendente, salgo de allí también y me consigo a Tayler.

—¿Estás muy sexy?

—Tan solo un poco.

—Me han dicho que te remitieron con el psiquiatra.

—Dicen que estoy más loca de lo que parezco.

—No juegues con eso.

Pone su mano encima de mi cabeza y me alborota el cabello, me alegro y me dirigí a la habitación, ya mis amigas habían llegado.

—Si ella murió— Escucho a Rochi.

—¿Quien murió?

—Oh Mar, ¿Recuerdas la chica que se sentaba a tu lado con una muñeca?

—La que perdió a su bebé.

—Ella, la consiguieron con una puñalada, es bien raro— Dice mi amiga antes de acercarse.

—¿Esa sangre?

—No es nada.

—Deberías quitarte la antes que digan que fuiste tú.

—No asesine a nadie.

—Mia cuando estás en tus cabales dices que no, pero has tenido episodio, pudo ser cualquiera es mejor evitar.

No digo nada más y me voy a duchar, por lo menos no estamos en el ala dónde bañan a los chicos con agua fría y manguera.

Aunque siempre ha habido un ala a la que quiero ir, a las personas con problemas mentales más fuerte.

Cierro mis ojos mientras dejo correr el agua por mi cuerpo, de un momento a otro el rostro de al doctor aparece, sus ojos tienen algo que me calma, no sé por qué, pero es un engreído patán.

Salgo de la ducha y me miró al espejo, me veo delgada, la tristeza se nota, odio. Mi imagen, sin darme cuenta le doy un golpe al espejo, haciendo que se claven cristales de vidrios en mis manos, las gotas de sangre comienzan a caer, abrí el grifo para lavarme las manos.

Creo que no me había dado cuenta que mis episodios si están regresando y algo fuerte.

Si me tomo el médicamente no.se de mi por unos días, si no le. Podría hacer daño a las chicas es una difícil elección

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L alejandra hope

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