Flash Black

—Pero Ramiro— Hace puchero.

—Te dije que no, no me acostaré contigo

Se da vuelta, pero ella lo sostiene por el brazo.

—¿Es por ella? — El tan sólo no habla— Es por ella, no sé si debería matarla o protegerla.

—La tocas y date por muerta.

El sin decir nada más entra a su habitación, veo a Rocío molesta, estiró mi mano para tocarla y Mia me detienen, negando con su cabeza.

De regreso no sabía con quién estaba, si era rocío o era Valentina, estábamos por ella a nuestra famosa división y una de las enfermeras nos ve.

—¿Que creen que están haciendo? ¿Por qué está ella desnuda?

—Porque es modelo— Dice Mia.

—¿Mi hijo? ¿Dónde está mi hijo? —Digo y la enfermera me mira raro— Usted me lo quito, lo sé —Comienzo a gritar.

—Calmase señora buscaremos a su hijo— Me mira— Soy Supergirl.

—Y yo su amiga fiel, Batman— Dice rocío

Cuando me doy ambas corren con una pose de súper héroes, pero Valentina o Rocío se regresan, toman mi mano y corremos hasta llegar a la habitación, sé que no pasara mucho que nos vengan a buscar.

—¿Batman? No pusiste ser la batigirl.

—Batman es mejor.

Sonríe y entra al baño a vestirse, mi mirada viaja dónde Mia.

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Muy bien su estadía en este lugar, no logra seguir las reglas y eso aquí cuesta muy caro. Quieren que seamos marionetas que cumplen el tratamiento a la perfección sin dar mayores problemas que nuestros trastornos. Se enteró de que fuimos castigadas, a ella eso pareció no gustarle y se ocupó de incumplir unas cuantas reglas hasta que fue castigada también.

Y ahora estamos las tres en la misma hilera de habitaciones" yo las llamo celdas" separadas por finas paredes que nos impiden estar juntas, pero no hablar, si gritamos lo suficiente todavía no escuchamos.

—Aaaaaaa! — se escucha un chillido. Me pongo de pie asustado.

—¿Chicas están bien? — grito

—¿Que si estamos bien?, esto parece un puto hotel — afirma con sarcasmo Mar

—No es para. Ahhhhh — ahora la que grita soy yo cuando siento algo caminando por mi pie.

Hay una cucaracha en mi pie empiezo a correr y saltar por la minúscula habitación y término en una esquina sobre la cama.

Me quito un zapato y lo levanto como arma.

—¿Que pasa Mia? — preguntan.

—Hay cucarachas, enormes, más grande que el pie de Rochi — grito aun temblando.

—Eh, que mi pie no es grande y no sea exagerada — se queja la aludida.

—Exagerada nada, porque crees que grite yo — afirma Mar y puedo jurar que se encuentra en la misma posición que yo. Las dos le tenemos terror a eso bichos.

—A lo mejor los ponen de castigo. ¿Será?

—No lo dudaría, son unos maniáticos.

—Yo así no duermo ni de coña, imagina que se me suba uno de esos bichos asquerosos mientras duermo— de solo imaginarlo me dan ganas de vomitar.

—Tranquila a ellas no les gustan las rubias— molesta Rocío.

No sé si reírme o llorar por el comentario.

—Tú que sabrás de los gustos de las cucarachas y porque seguimos hablando de ellas, es asqueroso — protesta Dalí

— Cállense ya!, ¡están castigadas no de vacaciones! — nos grita una de las guardias de turno, obviamente hacemos todo lo contrario y gritamos más fuerte, aunque sea innecesario.

Es divertido ver a la guardia a punto de arrancarse los pelos.

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—¡Ahora! — me interrumpe.

Bufando me dirijo a la oficina seguida de Mia y la supervisora que nos abre la puerta y nos hace pasar.

En una silla giratoria se encuentra un regordete y entrado en años señor, que se pone de pie en cuantos nos ve. Y para resumirles todo se basó en :

Esto es una institución respetable bla bla bla , consecuencias bla bla bla , comportamiento indecente bla bla bla y mucho más bla bla bla.

Aburrida mire a mi compañera y ella a mi como pidiendo auxilio.

—Sígueme la corriente— le susurré y empecé a gritar llorar y todo lo dramático que se puedan imaginar.

—Está temiendo una crisis— Grito llorando Mia.

Pero si la chica puede ser actriz.

Bueno sí que funciono, el viejo se calló, pero me mando un nuevo médico que me atendería a partir de ahora.

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¡Chicas!!

Ellas pegan un brinco, como saliendo del ensueño que provocado la burbuja que han creado a su alrededor.

—¿Mmn? — murmura Mar

—¿Qué pasa? — pregunta Rochi a la vez que cierra su libro; no sin antes poner un marcador en la página que estaba leyendo.

—¿Porque están tan raras?

Ellas se miran entre si y luego a mí, es como si supieran algo que yo no, como si escondieran algo.

—No estamos raras, solo pensativas — se escusa Mar

—¿En qué piensan? — le pregunto.

Ellas su vuelven a mirar y me responde Rochi

—En la infinidad del espacio— se burla.

—Idiotas— me río sin poder evitarlo, pero la sonrisa se me borra cuando me llega un mensaje y lo leo.

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Gracias mis fantasmitas por su apoyo incondicional, días tras día trato de realizar un capitulo con amor para ustedes.

Si quieren obtener más información sobre mis historias, quieren saber cuáles son los próximos proyectos, me pueden seguir en Instagram como L_Alejandra 18 o en facebook como

L alejandra hope