Un Día Más Sin Dormir...

Nota del escritor: La historia original era "un nuzlocke", por lo que se hará mención a muertes de pokémon durante el recorrido insular. Sin embargo, durante la mayoría de combates de esta historia no ocurrirá debido a que son combates amistosos.

Me levanté y mis ojos no captaron ninguna clase de luz. Quise creer que se debía a que tenía la persiana bajada, pero mi despertador me confirmó que lo que ocurría era que la luna y las estrellas aún adornaban en cielo. Di vueltas alrededor de la cama, probé múltiples posturas, incluso me abracé a un peluche de Cleafairy que me regaló Lylia, pero nada. No me quedó más que suspirar y esperar. No era el primer día que me pasaba y seguramente tampoco sería el último.

Dormir mal es una putada, sobre todo para alguien al que le gusta tanto dormir como a mí. Esperé hasta que salió el sol y no conseguí dormir durante más de cinco minutos seguidos. Y sin embargo, aunque ya era una buena hora para levantarme, preferí quedarme en la cama. No había nada que requiriese mi atención, por lo que no vi una motivación real para levantarme.

Al final, ya sea por costumbre o aburrimiento, acabé levantándome y fui directo al baño a lavarme la cara. Por desgracias, me vio obligado a ver mi reflejo y estaba fatal. Llevaba quien sabe cuánto sin afeitarme y unas ojeras decoraban mis ojos. Por si fuera poco, aún soy tan joven que no me llega a crecer la barba, por lo que en realidad son cuatro pelos mal puesto que me hacen ver horrible.

Tampoco tenía pensado salir de casa, por lo que un día más sin afeitarme no me hará daño.

En fin. Aunque normalmente suelo pasar el día entrenando a Karen (una Persian de Alola) para que alcance el nivel del resto del equipo, hoy decidí simplemente vaguear en casa. Dicho así parezco un perezoso, pero no hace tanto recorrí a pie toda la región. Fui al ático donde guardamos todos los DVD de películas e incluso algunas series. Pensé que al buscar encontraría algo que me llamase la atención, pero me costó mucho elegir, no por indecisión como me solía pasar, sino por falta de interés. Al final acabé agarrando una película que he visto ya 100 veces sin aburrirme. De allí saqué los motes de Sauron y Ent. La RotmoDex también parecía entusiasmada.

RotomDex: ¿Esta es la película de la que tanto me has hablado?

Elio: Sí.

RotomDex: ¡Genial! Después de todo lo que me has dicho tengo muchas ganas de verla.

Bajamos al salón principal y puse el DVD en el reproductor, iniciando así la película. RotomDex parecía estar disfrutándola, pero yo me aburrí. Fue la vez número 101 la que rompió ese absurda racha. Me alegré al escuchar el sonido del timbre, pues al menos me mantendría entretenido unos segundos.

Yo: ¡Ya voy yo!

Me llevé una sorpresa al ver a varios reclutas del Team Skull en la puerta.

Team Skull: ¡Menos mal que has abierto campeón!

Yo: ¿Qué ocurre?

Team Skull: Estábamos tranquilamente en el Jardín de Melemele cuando de la nada apareció un extraño pokémon. Intentamos capturarlo, pero nos trató como a simples moscas. Algunos compañeros nuestros siguen allí. Por favor campeón, sálvalos.

Yo: Voy para allá - sacando a la pokemontura de Charizard -. ¡Mamá, Papá! ¡Enseguida vuelvo!

Fui volando al lugar que me mencionaron y, efectivamente, allí estaban Istvan y Okina reteniendo al extraño pokémon. No voy a intentar describíroslo, mejor os muestro una imagen:


Yo: ¿Se puede saber qué es eso?

Istvan: Menos mal que has venido.

Okina: He intentado derrotarlo, pero mi Oricorio lamentablemente no ha podido contra tal monstruo, aunque con un poco de suerte ha conseguido sobrevivir.

Yo: Vaya, sois dos de los mejores entrenadores que conozco. Este pokémon es muy fuerte.

Istvan: Le hemos reducido una cantidad de vida considerable, suerte.

Yo: Espero no necesitarla - mientras mis dos amigos se marchaban.

Saqué a Karen y está usó sorpresa, por lo que el extraño pokémon no pudo atacar. Cambié a Mosca (mi Ribombee) y este recibió una Machada. Mosca usó reflejo y recibió una plancha, que le bajó el ataque. Mosca atacó con brillo mágico dañando más al pokémon, aunque recibió un puño dinámico que lo confundió. Otro brillo mágico y Mosca acabó con el pokémon.

Pese al poderoso ataque de Mosca, el pokémon huyó hacia lo más profundo de los Jardines de Melemele. En su estado, tardará un tiempo en poder ser una amenaza, por lo que simplemente lo dejé ir. Caminé hasta fuera del lugar y busqué por los alrededores a Istvan y el resto, pero no estaban por ningún lado. Dejé salir un suspiro, alarmando a Rotom, que salió de mi mochila para ver que me pasaba.

Elio: Tranquilo. Estoy bien.

RotomDex: Ni siquiera me has dejado preguntarte.

Elio: Da igual. Los dos sabíamos que ibas a preguntar.

RotomDex: ¿Qué ha pasado?

Elio: No lo sé. Pensé que ellos me esperarían.

RotomDex: ¿Los del Team Skull?

Elio: Sí. Siento que ya no estamos tan unidos como antes. Literalmente no los veía desde que me coroné campeón.

RotomDex: Tú no te preocupes por eso. Ellos son...

Elio: Ten cuidado con lo que dices. Siguen siendo mis amigos y precisamente una de mis pocas virtudes es que cuido de mis amigos.

En vez de regresar a casa volando, se me ocurrió que igual me vendría bien caminar un poco. Así me cansanría y podría dormir mejor.

Seguí mi camino por esta ruta, aunque ya se estaba haciendo tarde. Me dispuse a usar mi pokemontura de Charizard, pero escuché un grito que procedía de una casa. Me acerqué a escuchar pero la puerta se abrió y me sorprendió enormemente ver a Guzmán salir de allí. Rápidamente me vio y nos quedamos viendo un buen rato.

Guzmán: ¡¿Se puede saber qué haces aquí mocoso?!

Yo: - un poco asustado por el grito - Yo había escuchado un grito y...

Guzmán: - interrumpiendome - Oh, mira al pequeño héroe, que oye un grito y viene a ver que ocurre.

Yo: Que va, yo solo tenía curiosidad.

Guzmán: En fin - sorprendentemente calmado -. ¿Qué tal te ha ido después de la liga? Has descuidado por completo tu aspecto. Da asco verte.

Yo: ...

Guzmán: ¡Contesta!

Yo: Llevo quien sabe cuanto sin dormir en condiciones. Estoy planteándome seriamente ir a un doctor para que me recete alguna pastilla o algo.

Guzmán: Se te nota. Fíjate que he conocido gente en el Team Skull, pero jamás he visto a nadie con unas ojeras tan marcadas.

Yo: ¿Puedo preguntar que pasaba en esa casa?

Guzmán: - suspiro - Luego me tendrás que contestar a lo que te pregunte, ¿entendido?

Yo asentí levemente con la cabeza.

Guzmán: Estaba hablando con mis padres. Y bueno... Digamos que no han sido los mejores padres del mundo.

Yo: Me hacía a la idea de ello.

Guzmán: No hay mucho más que contar, porque imagino que no querrás que entre en detalle.

Yo: Has acertado.

Guzmán: ¿Por qué te uniste al Team Skull?

Yo: ¿Eh?

Guzmán: ¡¿Estás sordo o que te pasa?!  ¡¿Por qué te uniste al Team Skull?!

Yo miré a ambos lados para asegurarme de que no hubiese nadie antes de demostrarle mi disgusto en una mirada. Él respondió con una mirada fulminante, por lo que simplemente suspiré y le respondí.

Yo: Istvan me invitó y me gustó el ambiente. Ya está.

Guzmán: Yo pregunto el por qué te invitó.

Yo: Es una historia algo larga.

Guzmán: Pues resúmemela.

Yo: ... Cuando era niño...

Guzmán: Aún lo eres chaval, que solo tienes 14 años.

Yo: Cuando era aún más niño en los patios de la escuela combatían para entretenerse. Los otros niños usaban pokémon de sus padres, pero los míos no son entrenadores y ni se acercan a serlo. Ninguno podía ayudarme a capturar pokémon. Acabé aislado del resto simplemente por no poder jugar con ellos y además cuchicheaban sobre lo raro que era que no me gustase combatir. Por suerte, Istvan me entregó al que ahora llamo Sauron y me enseñó a combatir. Jamás me apasionó, pero me valdría para entretenerme. Una cosa llevó a la otra y me presentó al Team Skull, un grupo de apartados que se refugiaban los unos en los otros. Eran como una familia para mí, pero ahora ya ni nos vemos. Supongo que es culpa mía por enfrentarme a todo el Team Skull... Debería al menos hablar con Istvan. No estaría mal que nos pusiésemos al día.

Guzmán: No me creo que te hayan apartado. Todos los del Team Skull saben lo que se siente.

Yo: Lo que pasa es que no me atrevo a hablar con ellos.

Guzmán: ¿Y eso?

Yo: Ellos me acogieron desde el primer momento y yo les apuñalé en la espalda por una chica a la que acababa de conocer.

Guzmán: No te culpes por eso chico. Todos hemos hecho locuras por amor en nuestra juventud.

Me limité a mostrarle una expresión de odio puro.

Guzmán: En fin. Creo que es eso lo que no te deja dormir.

Yo: ¿Eh?

Guzmán: Sí. Deberías hablar con ellos para quitarte ese peso de encima. Seguro que con la mente despejada podrás dormir bien.

Le miré sin entender muy bien lo que pasaba. Tras unos segundos de silencio, decidí hacerle la pregunta que estaba rondando mi mente todo este rato.

Yo: ¿Por qué hablas conmigo sobre lo que he estado haciendo? ¿Por qué intentas ayudarme? No lo entiendo.

Guzmán: Porque tú y yo nos parecemos bastante y te lo debo por sacarme del Ultraespacio. Ambos quisimos ser capitanas e hicimos el Recorrido Insular sólo para eso. La diferencia es que apenas salió mi Wimpod con vida de la batalla con Kaudan y tú te has convertido en el entrenador más fuerte de toda la región.

Yo: Te equivocas. Yo no hice el recorrido insular para ser capitán. Yo sólo lo hice para demostrarles a todos que yo sé combatir, sólo por eso... Sólo por eso... sólo por...

En ese momento el sueño acabó ganándome y caí dormido en el lugar.

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