Esperamos pacientemente al Ultraente, que se ve que no quería aparecer.

Empl. Æther: - sacando a su Magneton y retrocediendo - ¡Esta aquí!

Corrí hacia allí, hasta que escuché otro grito.

Team Skull: ¡Tíos, aquí hay otro!

Me giré y me costó ver al pokémon, era realmente pequeño.

Destra: ¡Yo voy por ese! ¡Encárgate tú del otro, campeón!

Yo: ¡Vale!

Saqué a Karen e inicié el combate contra Kartana. Karen usó sorpresa, impidiendo que Kartana atacase. Karen utilizó pulso umbrio, causando poco daño y Kartana atacó con tijera X, causando mucho daño incluso siendo atenuado por la habilidad pelaje recio. Cambié a Sauron y este recibió otra tijera x. Kartana usó detección, anulando el envite igneo. Kartana atacó con tajo aéreo y Sauron con envite igneo, causando un daño masivo a Kartana pero perdiendo mucha vida por el retroceso. Cambié a Tapu Koko y este recibió un tajo aéreo.

Yo: ¡Ya casi lo tengo! ¡¿Cómo vais vosotros?!

Destra: ¡Igual, casi lo tenemos!

Yo: ¡Me alegro!

Gladio: Parece que alguien más se quiere unir a la fiesta.

No entendí a lo que se refería hasta que vi a otro Kartana acercándose para combatir.

Gladio: De este nos encargamos mi equipo y yo. Tú céntrate en ese.

Yo: Está bien. En cuanto acabe voy a ayudarte.

Gladio: No creo necesitar tu ayuda.

Le lancé una enteball al Ultraente, pero no pareció estar ni cerca de capturarse, y después atacó con hoja aguda. Volví a lanzarle una enteball y esta vez si conseguí atraparlo.

Yo: ¡Ya está!

Handsome: ¡Por aquí también hemos acabado!

Yo: ¿Gladio, estás seguro de que no quieres ayuda?

En ese momento escuché el pitido característico de las pokeballs al capturar a un pokémon.

Gladio: No, no la necesito.

Denio: Bueno, mi trabajo aquí ha terminado.

Yo: Pero si no has hecho nada.

Denio: ¿Eso crees?

Esperamos un rato más para ver si aparecía otro Ultraente, excepto Denio que ya se fue.

Cuando ya estábamos por irnos, un empleado de Æther vió una luz en el cielo y nos avisó. Esa luz crecía a una velocidad alarmante, por lo que salimos del lugar lo más rápido (yo y los que estaban cerca de mí nos ayudamos de mí pokemontura de Tauros). Aunque ya estuviera en zona segura, había gente que aún corría peligro por lo que Destra y yo sacamos a Latios y a Tapu Koko y ellos los transportaron a donde estábamos nosotros a tiempo.

Cuando el objeto volador se acercó mucho al suelo, utilizó una especie de propulsores para aterrizar.

Gladio: Campeón, contamos contigo. Avísanos si necesitas ayuda - esto último como burla.

Yo: Vale.

Gladio: Ah. Deberías leer la página del informe sobre este Ultraente, es el número 13.

Yo: Está bien.

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UE-13: Cohete.

(No hemos conseguido ninguna imagen donde se pueda ver con nitidez a este Ultraente)

El UE-13 o Celesteela mide un aproximado de 9 metros y creemos que posee el tipo volador debido a su capacidad de volar.

Este Ultraente es capaz de volar, pero no de manera convencional, sino de una con la que se asemeja a un cohete.

No conocemos hasta que punto es agresivo, sólo sabemos que ha destrozado a diversas bandadas de pokémon que se han cruzado en su camino. Además emite gases altamente tóxicos que pueden llegar a dañar a los ecosistemas.
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Saqué a Karen y esta usó sorpresa, evitando que Celesteela ataque. Karen ahora utilizó maquinación, aumentando mucho su ataque especial, y Celesteela atacó con bomba germen. Karen atacó con pulso umbrio y Celesteela usó defensa férrea. Karen utiliza el mismo ataque y Celesteela utiliza bomba germen. Le lancé una enteball, pero no pareció estar ni cerca de capturarse y después Celesteela utilizó bomba germen. Le lancé otras 2 enteballs y no quiso capturarse. Cambie a Sauron, pues Karen había recibido mucho daño, y Celeestela lo atacó con bomba germen. La lancé una enteball y esta dio una vuelta, pero Celesteela se liberó y empezó a cargar un cabezazo, aumentando su defensa. Otra enteball que no funciona y Celesteela ataca con cabezazo. Cambié a Ent y este recibió una bomba germen. Llegué a lanzar otras 7 enteballs, pero no logré capturar a Celesteela.

Yo: ¿¡Pero que pasa aquí!?

Handsome: Tranquilizate. Toma - entregandome unas pociones -, cura a tu equipo.

Yo: Vale, gracias.

Mientras yo curaba a mi equipo, Gladio intentó capturar al Ultraente. Después de un buen rato, al duodécimo intento de Gladio, volví a entrar yo y me tomó otro 5 intentos atrapar al pokémon.

Yo: ¡Por fin!

Gladio: Ese bicho ha sido mucho más difícil de capturar de lo que esperaba.

Handsome: Un Ultraente menos.

Destra: Creo que no tenemos que seguir preocupados por más Kartanas. Si no han aparecido ya, no van a aparecer.

Handsome: En eso tienes razón. Campeón, ¿te apetece venir a Ciudad Malíe? Con todo el tema de los ultraentes no hemos tenido tiempo de tener una buena charla.

Yo: ¿Por qué no?

Yo fui volando allí con mi pokemontura de Charizard, mientras que Destra y Handsome fueron en Latios (aunque camuflado como un Toucanon) y Staraptor respectivamente.

Ya en nuestro destino, nuestra primera parada fue una tienda de ropa.

Yo: ¿Puedo preguntar que hacemos en una tienda de ropa?

Handsome: - susurrandome - Intenta no llamar la atención. Para hablar contigo tranquilamente no nos vendría mal que llevarás una ropa distinta a la que siempre llevas. Tranquilo, yo pago.

Yo: La verdad, no sé me había ocurrido.

Escogí la ropa antes de que alguien en la tienda se diese cuenta de que el campeón estaba allí.

Yo: ¿Qué tal me veo?

Destra: Yo creo que te queda bien.

Handsone: Eso servirá.

Pagamos la ropa y nos fuimos de allí. No tardamos mucho en llegar al centro pokemon. Nos sentamos en la cafetería y pedimos algo para comer mientras hablábamos.

Handsome: Bueno, campeón. ¿Qué opinas sobre el recorrido insular?

Yo: Mmm... - estuve un rato pensando, aunque no se me ocurrió una buena respuesta.

Yo: No se expresarlo con palabras. Simplemente puedo decir que es una gran experiencia. Nunca me he sentido tan bien como cuando recorrí las cuatro islas de Alola. Cada combate era un desafío nuevo. Allí conocí a grandes amigos como Gladio, Lylia o mi equipo pokémon. Siento que he crecido, no solo como entrenador, sino también como persona.

Cada una de mis palabras desprendían gran nostalgia y añoranza. Sin embargo, un pequeño pinchazo en la cabeza me molestaba más que dolerme.

Handsome: - sonriendo - Me imaginaba una respuesta por el estilo. Pero dime, ¿ha valido la pena?

Yo: ¿Qué si ha valido la pena...?

Me quede quieto en el sitio, mirando a al zumo de pinia. Los recuerdos empezaron a arremolinarse en mi cabeza y todo a mi alrededor pareció desvanecerse. Volví a ver a la sombra informe, y me dijo lo mismo de siempre. La pregunta que me hizo Handsome aquel día es una de las pocas preguntas que, independientemente de los años que pasen, nunca he logrado responder.