Capitulo 2
-Fernanda podrías sacar y administrar el medicamento que le toca al paciente de la cama 211-llega la jefa de enfermeras a mi lado.
-Claro, jefa- me pongo de pie, tomo mi bolígrafo y camino hacia la habitación, antes de entrar siempre veo el nombre del paciente y el número de cama, para así no cometer algún error, al entrar enciendo la luz ya que no hay mucha iluminación.
-Buenas tardes Alonso, ¿cómo está?-le doy una sonrisa al señor que está en cama, el al verme no hace ninguna expresión.
-Estoy en un hospital, ¿como quieres que este?
Uy, tenemos un paciente de malas.
Mejor decido no contestarle, solo me limito a darle una sonrisa forzada, me acerco a la mesa de su cama donde veo su expediente, apuntando los medicamentos que le tocan, antes de dejar el expediente veo por lo que está hospitalizado, bingo, hipertiroidismo.
Pobre, con razón está de mal humor, sus hormonas están vueltas locas.
¿Aarón no tendrá eso?
-En un momento vendré a aplicarle el medicamento, soy Fernanda seré su enfermera el día de hoy, cualquier cosa que ocupe me llama.
-Si,si- sin voltearlo a ver salgo de la habitación.
-Estoy tan cansada-llego al lado de Carolina, la cual tiene cara de sueño.
-Podría dormir hasta el próximo lunes- da un bostezo profundo.
-Recuerda que tienes la cena con iker, no creo que duermas mucho-la miro levantando mis cejas rápidamente por lo que ríe.
-Es verdad, por un momento lo olvide, entonces me voy para llegar a dormir un rato-me mira- ¿Quieres que te lleve o vendrá Aarón por ti?
-Aarón vendrá-siento como mi bolsillo vibra-De hecho creo que ya llego.
-Entonces nos vemos mañana amiga-se despide de beso y se marcha.
Yo parto camino hacia el estacionamiento, donde alcanzo a ver el coche de Aarón, me acerco rápidamente a el y me a dentro.
-Hola muchachon-me acerco a darle un beso el cual lo recibe con una sonrisa.
-Hola preciosa- pone en marcha el auto.
-¿Ya vamos a casa? ¿A nuestra casa?-lo miró emocionada y el asiente con la cabeza.
-A nuestro pequeño hogar.
No puedo creer que estemos dando este paso, vivir juntos después de 3 años de relación, pero estoy segura que va funcionar, todo ha ido bien, cada día nos llevamos mejor, hay más confianza entre nosotros, que puedo decir, el da lo mejor de sí para que esto funcione, como me lo prometió.
Aarón hace 4 años que salió de la universidad, en cuanto salió de ella entro a las empresas Anderson, como era de esperarse, aunque su padre aún lo tiene a prueba, no entro como el hijo del dueño de la empresa, entro con un trabajo normal que con el tiempo y esfuerzo ha ido subiendo de puesto.
-Preciosa ya llegamos- al sentir un apretón en mi pierna salgo del trance.
-Lo siento, estaba pensando en algo.
-Lo note-me da una sonrisa y con su barbilla hace un gesto a mi derecha-ahora mira a tu derecha.
Al girar mi cabeza me encuentro con un edificio alto, lleno de luces las cuales lucían más ya que el edificio era de color negro.
-¿Aquí viviremos?.
-Así es.
-Es hermoso, Aarón-lo miró emocionada.
-Espera verlo por dentro-me sonríe y baja del auto, yo imito su acción.
El se acerca a mi tomando mi mano, caminamos juntos al interior del edificio, al entrar puedo notar cómo hay una recepción justo al frente, Aarón me encamina a unos elevadores donde al llegar uno habré sus puertas, entramos y el oprime el botón con el número 15.
-Estaremos un poco algo.
-Era eso o el 24-me mira con una sonrisa.
-El 15 me parece bien-digo rápidamente.
Las puertas del elevador se abren y dejan ver un pasillo corto, mientras caminamos puedo ver al menos unas 3 puertas en el, Aarón de detiene en una puerta con el número 553, mi corazón empieza a latir rápidamente de la emoción, el saca una llave y abre la puerta.
Santa virgen de la papaya.
-Es pequeño pero está bien para empezar, ¿no?
-¿Estás jugando?, es perfecto Aarón.
Al entrar lo primero que veo es un comedor, a su lado izquierdo está una pequeña cocina y al lado derecho una sala con un televisor, al parecer hay un pasillo ahí debe de estar la habitación.
-¿No te parece muy pequeño?-me mira Aarón preocupado.
-Claro que no, es del tamaño perfecto, imagínate cuando me toque estar sola, que miedo que sea un lugar grande para mí sola-hago una mueca de horror y el ríe.
-Me gusta que seas tan sencilla-se acerca y me abraza, envuelvo mis brazos en su torso el cual está cubierto por ese traje elegante.
-¿No estarías más a gusto sin este traje que te cubre todo?-lo miró con una sonrisa cerrada.
-Creo que es buen idea señorita-se acerca a mi dejando un beso en mis labios.
-Y tengo otra mejor idea.
-Te escucho-me mira curioso, aún teniéndome entre sus brazos.
-Yo podría ayudarte a quitártela-hablo bajito por lo que el se tiene que acercar, una sonrisa se escapa de sus labios.
-Me gustan tus ideas sabes, me hacen feliz- me da un ligero empujón para poder elevarme y ponerme en su cintura-Yo también debería quitarte ese uniforme aunque no quiera.
-¿Porque no quieres?-tuerzo la boca extrañada, el empieza a caminar hacia la habitación.
-Porque eres mi sexy enfermera-suelto una risa al escucharlo.
-Tú tienes una fantasía con los uniformes, en la universidad decías que me veía sexy con el, y ahora también con este, todo un pedofilo como te conocí -siento como separa una mano de mi para abrir la puerta.
-No es mi culpa que se te vea bien todo, hasta un uniforme-deja un beso en mi cuello causando un cosquilleo en la zona.
Giró mi cabeza para darle un vistazo a la habitación, es de colores blancos y negros, justo como me gusta, en el medio hay una cama grande, con sábanas blancas, llena de almohadas.
-¿Que me parece si inauguramos la cama?-susurra en mi oído con una voz ronca, volteo a verlo y asiento con la cabeza.
-Se te están pegando mis buenas ideas.
Espero disfruten el capítulo, aún no tengo un día para publicar, por lo pronto publicaré seguido.
Yo soy #sexyenfermera 🤣
Un beso.
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