Capítulo 6 "mi sanidad mental"


Jennifer

Después de lo ocurrido con Stephan, decidí que me quedaría por un tiempo en la cabaña por la seguridad de Sebastián, sobre la caja con el listón contenía un collar en su interior, una joya de color esmeralda, el cual transmitía un sentimiento extraño. Lo guarde en mi mochila para recordar que alguna vez fui la mujer de Stephan, aunque no poseo ningún recuerdo de los hechos antes mencionados, me dirigí a la cocina, pero me percate de unas risas burlonas que provenían de afuera, observe por una de las ventanas y vi a cuatro hombres al igual que a una sola mujer con aspecto repulsivo, parecían estar fuera de sí, salí de la cabaña llevando un cuchillo que poseía un gran filo, usándolo como advertencia sorprendiendo así a los sujetos de aspecto desagradable.

—Váyanse. —mencioné de manera amenazante.

—Ohh, ¿Qué tenemos aquí? Una gatita que debería calmarse, esta cabaña se ve acogedora y necesitamos un lugar para pasar el rato, ¿nos dejarías pasar preciosa? —dijo el que parecía ser el líder.

—Mm ahora que te veo bien no estas nada mal...—mencionó otro de ellos.

—Tienes razón, ¿quieres divertirte con nosotros? —se acercaron a mí, pero los aparté amenazándolos con el cuchillo.

—Vamos chicos no la molesten, perdona preciosa, pero necesitamos esta cabaña —mencionó el líder apoyando su mano en mi hombro–. Por cierto, mi nombre es Jasón, el chico de cabellos castaños es Juan y esos tres son Carlos, Dave y Laura.

—... Lárguense, me dan asco. —amenace con voz neutra.

—Mueve el culo zorra y déjanos pasar de una puta vez.

Narrador

La actitud de estas personas hacía que Jennifer se enfadara cada vez más, pues no iba a permitir el paso mientras su sobrino estuviese en la cabaña, ella ya no confiaba en nadie y estas personas no eran para nada agradables además de su fuerte olor a cigarros y alcohol.

—Que desagradables que son... Y por cierto señora, valórate más como mujer, ese aspecto que llevas es tan asqueroso y tu mal olor me quema los pelos de la nariz. —mencionó  Jennifer en un tono burlón.

—¿¡Señora!? ¿¡A quién putas llamas señora mocosa de mierda!?

La mujer se acercó a Jennifer para darle un puñetazo, pero fue detenida por Jasón, este le dio una bofetada a la rubia tirándola al suelo por la intensidad del golpe.

El hombre se acercó a Jennifer nuevamente para volver a pedirle lo mismo, pero el ver tal escena tan repugnante hizo que Jennifer perdiera la paciencia y cuando estuvieron lo suficiente cerca le clavó el cuchillo en el ojo arrancándoselo, provocando un grito de parte de él y de sus acompañantes.

Sacaron sus armas y le dispararon, un disparo en su hombro y los otros dos en ambas piernas haciendo que esta cayera al suelo. Los sujetos entraron a la cabaña y el hombre cuyo nombre era Jasón comenzó a patearla mientras de su boca salían varios insultos, ella se encontraba muy adolorida para defenderse, pero escucho la voz de su sobrino preguntando por esas personas, trataba de moverse pero no podía debido a las balas incrustadas en sus piernas y en su hombro pero uno de los hombres menciono algo sobre divertirse con Sebastián, algo que se refería a quitarle su inocencia, tales palabras causaron que perdiera el control, ella no permitiría que a su pequeño bebé le pasara algo.

Mientras recibía patadas una y otra vez en sus costillas rompiéndoselas, ella agarro la pierna de aquel hombre y la mordió para que este se distrajera de lo que estaba haciendo, se levantó como pudo mientras se escuchaban sus huesos crujir, de los agujeros causados por las balas, brotaba sangre sin parar, su rostro mostraba unas inmensas ganas de asesinar, ella agarro un hacha que estaba tirada, era un objeto viejo y oxidado pero que aún poseía el filo suficiente para destrozar sus cuerpos.

Su piel como papel blanco potenciaban su mirada cruel provocando que el sujeto se estremeciera, ella corrió hacia aquel hombre y con el hacha corto su mano dado que este trato de evitarlo, dio numerosos golpes desfigurando su rostro, luego de terminar se dirigió hacia donde estaban los demás y se encontró con la mujer grabando una escena deplorable, los sujetos que quedaban estaban a punto de abusar del pequeño bebé, esto provocó que Jennifer diera un grito lleno de odio y rencor. Con el hacha le corto los brazos a la mujer y a los sujetos los observo mientras estos eran levantados en el aire y lanzados contra la pared provocando que se desmayaran, la mujer seguía gritando y desangrándose hasta que agarro la mandíbula de la rubia y con ambas manos la abrió hasta romperla.

Se acerco a Sebastián el cual tenía sus ojos tapados con sus manos y le dijo que se escondiera en el ropero, el sin mirarla hizo caso a sus palabras y fue a esconderse mientras que a los sujetos que se encontraban desmayados los llevo al frío sótano. Cuando el sujeto de cabellos castaños despertó, vio un techo sombrío y se percató que estaba colgado de cabeza, en cambio Carlos se encontraba sentado en una silla atado con una cuerda vieja y el último sujeto estaba acostado en una camilla oxidada.

—¡Q-Que carajo estás haciendo zorra!—mencionó  desesperado, haciendo despertar a los otros sujetos.

—... ¿Ah? ¿P-pero qué?? ¿¡que mierda!?—mencionaron dos asustados al despertar de ese modo.

Jennifer se levantó de donde estaba sentada y se dirigió a Carlos y le corto la lengua provocando que se ahogase con su sangre, con otras pinzas les arranco las uñas de sus dedos lentamente y por ultimo le corto sus testículos y los introdujo en la boca del sujeto, lo dejo que se desangrase, por ultimo a Dave le introdujo un fierro en su recto y con un martillo los golpeo haciendo que el objeto entrara más en su interior, y aun así seguía con vida, suplicando que lo matase rápido.

Ella se quedó observando a los dos chicos mientras sostenía una caja que se movía por unos momentos, observó que Dave se calmó un poco, mientras reía descontroladamente por los nervios, una cierra escondida salió impactando contra su espalda dado que este se encontraba acostado boca abajo en la camilla, destrozando así todo lo de adentro, gritos ahogados por la sangre de su boca, esto se debió a su risa nerviosa lo cual activo el aparato sorpresa de la joven.

Jennifer sonrió levemente pero Juan pudo apreciar como sus ojos se tornaron de un color rosado brillante, su sonrisa era leve, pero burlona, agarro un cuchillo afilado clavándolo en el sujeto, bajándolo lentamente abriendo una gran herida en su estómago, el cuchillo estaba clavado tan profundo que al momento de sacarlo de su estómago cayeron algunas de sus tripas, la mirada del hombre mostraba mucha desesperación y miedo, ahogándose con la sangre que brotaba de su boca, algo que permanecería por unos minutos más porque Jennifer no quería que fuese una muerte rápida por lo que lo mantenía vivo solo a él.

Jennifer tomo un poco de sal y la esparció en la herida del sujeto al igual que restos de comida para después seguir con la misteriosa caja, al abrirla saco unos ratones y los metió en su estómago. Los roedores desgarraban su interior y se escabullían por otras partes del cuerpo, la habitación se cubrió de sangre y gritos desgarradores.

Luego de tres horas el sujeto murió, Jennifer limpio todo para luego llevarse los cuerpos destrozados a otro lado, fue al baño y se metió en la bañera para quitarse toda la sangre, al reposar su cuerpo seguía escuchando esos crujidos.

Jennifer

Algo en mi interior había que no podía controlar totalmente, unas inmensas ganas de asesinar, mi sanidad mental se estaba diluyendo poco a poco no me importaba que tuviera roto el esqueleto por aquellas patadas que recibí repetidas veces destrozando mis costillas. No sentía dolor alguno, pero ¿Qué me está pasando? ¿Por qué en ese momento estaban aquellos cuerpos mutilados? No lo recuerdo...Pero estoy manchando el agua de un color rojizo por lo que ya me imagino que sucedió.

Fui a donde Sebastián, tenía un leve recuerdo de donde se encontraba mi sobrino, al abrir el ropero el corrió hacia mi dándome un fuerte abrazo mientras lloraba.

—¿Qué sucede?, ¿estas herido?

—Estoy bien, pero por favor no me vuelvas a dejar solo, ¡no te vayas mamá!

—M-mamá?

Me arrodille para luego llorar junto a él pidiéndole perdón, debo aprender a controlarme, ¿Qué me sucede? Y si le llegara hacer daño...No sé qué haría.

No soy fuerte, no sé si podre seguir, pero voy a intentarlo, no dormiré hasta que de nuevo amanezca, me calmare y continuare.

—Tranquilo mi pequeño bebé, nadie te apartara de mi lado, perdóname por lo ocurrido no sé qué me sucede, pero te prometo que estarás a salvo. —mencioné mientras se me escapaban algunas lágrimas y luego le di un tierno beso en su cabeza—. Te quiero...

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