Capítulo 3 "Un nuevo mundo se acerca"
Jennifer
Un estruendo me despertó desconcertada, ya no podía volver a dormir, me levanté y vi que mi hermana ya no se encontraba en la habitación, eso me resultó un poco raro ya que a estas horas suele estar acostada con el teléfono, aquellos ruidos aún permanecían, despertando más mi curiosidad, pero no podía saber que los causaba porque al parecer tenía tapados mis oídos, aunque no sabía exactamente que lo causo.
Me levanté de mi cama para observarme en el espejo y mientras miraba cada imperfección de mi cuerpo, odiando mi ser y sintiendo asco de mí misma, de repente escuché un golpe el cual no se escuchaba bien, pero fue más claro que los otros, me dirigí a la puerta para contarle a mi madre de mis oídos por lo que procedí a abrir la puerta, pero mis ojos se toparon con una escena que jamás olvidaré... Al abrir aquella puerta todo cambio, me encontré con algo espantoso...Mi familia, mi mamá y mi papá como también mis hermanos estaban siendo asesinados por unos seres completamente desconocidos para mí, los cuales eran acompañados por unas personas con máscaras blancas con una X dibujada en donde irían ubicados sus labios, no pude moverme de la impresión, pero de mis ojos caían varias lágrimas, ahogue mis gritos provocando un ligero dolor en mi garganta, No podía hablar, mis labios temblaban cada vez que intentaba emitir algún sonido, solo me quedé allí mirando todo, observando cómo los torturaban, golpeándolos, clavándoles cuchillos de un gran filo y aplastando sus cuerpos hasta romper sus frágiles huesos, lo hacían de una forma lenta destrozándolos para que su sufrimiento sea más grande, alimentándose de su dolor, tenían armas de fuego, pero no las usaban.
El sonido se volvió más claro para mis oídos, ya no estaban tapados y pude escuchar algo que no podre sacar nunca de mi cabeza, sus gritos y lamentos pidiendo que paren una y otra vez, pude darme cuenta que mi mamá mientras era torturada me pedía con lágrimas en los ojos y sangre brotando de su boca "vete.." hasta que ya no pudo más y su corazón dejó de latir, sentía que quería gritar con todas mis fuerzas, pero escuche a mi sobrino llorando al lado del cuerpo casi sin vida de su madre, de mi hermana.
¿Por qué pasaba esto? De pronto vi que uno de aquellos seres se preparaba para aplastar con un martillo grande y con puntas afiladas a mi pequeño sobrino el cual se encontraba atónito, logré salir del shock y reaccionar a tiempo y corrí lo más rápido que pude para sacarlo de allí, ya no me quedaba nadie más, también habían acabado con la vida de mis mascotas, lo único que quedaba por hacer era proteger a mi sobrino de ellos, intentaron matarme o más bien llevarme a la fuerza mientras me decían algo que no me importó y justo cuando me iba a escapar sentí que algo agarro mi pierna, era mi hermana y también la madre de Sebastián, de mi pequeño y frágil sobrino, me expresó con una voz temblorosa y poco audible "por favor protege a mi bebé." Esas fueron las últimas palabras provenientes de mi querida hermana, alguien que era seria para demostrar esas cosas, esto provocó que se me escaparan más lágrimas y que el nudo de mi estómago y garganta se hicieran más grande hasta doler. Dirigí mi mirada a aquellos sujetos, con tanta repugnancia y odio en mis ojos.
—¿Porqué? Ellos no les hicieron nada, no tenían nada que ver, ¿¡por qué lo hicieron!? Me arrebataron todo... ¿¡porqué!? Devuélvanme a mi mami...a mi papá, mis hermanos... ¡Por favor! Nosotros no les hicimos nada...—Exclame desesperada.
—Ellos solo eran un estorbo, no servían para nada y me daba tanto asco ver los débiles que eran, a la única que necesitamos es a ti puesto que eres una de ellas, además sobre ese bebe ...Llora bastante, es un fastidio. ¿Qué tal si silenciamos su dulce voz?.
Tales palabras hicieron que mordiera mis labios con fuerza haciéndolos sangrar, sentía que todo mi cuerpo ardía por la rabia, de mis ojos seguían brotando cálidas lágrimas y mi corazón empezaba a latir rápidamente. Mi cuerpo temblaba, el odio me consumía.
—¿Qué te causaban asco? ¿Qué llora mucho? ... ¡Cómo mierda te atreves a decir que te dan asco!, no tienes ni un puto derecho de hablar de mi familia, y si el llora es porque le mataron a su madre y el aun la necesita, yo...Necesito a mi madre... Ellos eran lo más valioso que tenía y me lo arrebataron... ¡Y ninguna mierda de ustedes justifica lo que hicieron! —Mientras sentía mi cuerpo temblar, dejé a mi sobrino detrás de mí, y me volví a mirarlos, ellos soltaron una leve carcajada mostrando nerviosismo mientras que mis ojos aún se sentían hinchados por el llanto.
Narrador
—A la mierda todo, los matare, siempre dije que los malos a veces pueden ser perdonados. —mencionó mientras clavaba sus uñas en sus brazos y daba unos cuantos pasos al frente–. Si es que tuvieron algún motivo importante, pero...Ustedes no tienen ningún maldito motivo, ¡¡¡solo lo hicieron porque solo son unas jodidas marionetas que le lamen el culo a su jefe de mierda!!! De esta casa no van a salir vivos, voy a llevarlos al pleno sufrimiento, para que sientan lo que ellos sufrieron. —Expresó estas últimas palabras con un ligero temblor en su voz.
—Jaja que mierda dices, cierra la boca mocosa estúpida, y no vuelvas a faltarnos el respeto zorra de Mier...
El brazo del sujeto fue arrancado provocando una hemorragia y un grito desgarrador de parte de él, levantó la mirada, observó junto a los demás sujetos y seres que la expresión de la niña era una llena de ira y tristeza, sus ojos que solían estar cubierto de gruesas lágrimas se tornaron de un color rojo como la sangre y del cual sus ojos emitían un resplandor del mismo color.
Uno de los seres el cual poseía el martillo iba a atacar, pero este fue cortado a la mitad al igual que los demás, destrozaba a esas personas y seres desconocidos derramando más sangre de la que ya había, pintando así la habitación de un color carmesí, el último hombre observó que Jennifer no se había movido de donde estaba, este sujeto fue el que había mencionado que su familia era un estorbo y también era al que le faltaba el brazo. Ella sentía su cuerpo arder cada vez más y su corazón latir fuertemente, caminó hacia este quedando cara a cara.
—¿Tienes miedo?, gracias a ustedes esta ira y tristeza me atormentaran por siempre.
Sus ojos ya no mostraban cariño y había desaparecido ese color rojizo dando lugar a unos negros y opacos como la de una muñeca, mencionando una vez más "¿tienes miedo?".
Después de estas palabras le arranco el otro brazo y agarró la base del martillo el cual estaba hecho de metal resistente, el objeto empezó a calentarse, una vez que lo hizo procedió a colocarlo en sus heridas con brusquedad provocando que gritara más obligándolo arrodillarse, sus heridas dejaron de sangrar y lo arrastró hasta afuera de la casa para que se marchase, para que dicho mensaje le llegara a su jefe.
Una vez afuera, Jennifer observó que todo había cambiado, no solo eran ellos, en todos lados estaban atacando, lograba escuchar el temblor del mundo y su final. Edificios decayendo, personas siendo perseguidas por criaturas abominables y los temblores quebrantando el duro suelo. Fue con su sobrino y lo abrazo muy fuerte, ya no aguantaba más, derramando así varias lágrimas otra vez, mientras que a su alrededor aún estaban los cuerpos sin vida de sus familiares y de aquellas personas que arruinaron sus vidas, las manos de la joven y todo su cuerpo estaba bañado en sangre, estaba confundida, Sebastián lloraba desconsoladamente, tratando de acercar su pequeña mano al cuerpo sin vida de su madre.
—Entonces... Comenzó, un mundo cubierto de sangre, destrucción y peleas sin fin, quiero que me devuelvan a mi familia. —Jennifer soltó un grito desgarrador mientras abrazaba a Sebastián cada vez más fuerte, mientras que el lloraba y gritaba apretando con su otra manito la ropa de Jennifer—. ¿Por qué nos hicieron esto? ¿¡por qué!?...Perdóname bebé, por no haber hecho nada...
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